Y dejándolo todo lo siguieron. (Jn 1,35-51)

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

Web:

 

Y dejándolo todo lo siguieron.
Maestro, ¿Dónde vives? preguntaron,
con Él todo el día se quedaron
y los ojos del corazón se les abrieron.

Estaba Juan allí, Jesús pasaba,
su mirada se iluminó de nuevo:
- es el Hijo de Dios, es el Cordero,
el que desde siembre me llamaba.

Estaban Juan y Andrés con el profeta
y una brasa se encendió en sus pechos,
una llama ancestral se prendió en ellos,
una voz desde el origen de la tierra.

Jesús se volvió, se fijó en ellos,
los miró con Amor y entonces dijo:
-¿Qué es lo que buscan? Si en la tierra el Hijo
del hombre es peregrino y forastero.

Vengan y vean, los llevaré conmigo
tengo tantas cosas que decirles,
un misterio que quiero compartirles,
vengan y vean y serán testigos.

Porque Juan es precursor, Yo soy la meta
hacia la que la historia se dirige,
Yo soy el que llama y desde siempre elige,
el que al alma, cuando paso, dejo inquieta.

Vengan y vean, les mostraré el camino
que deberán enseñar a sus hermanos,
el camino de la casa a la que vamos,
porque el hombre en la tierra es peregrino.

El Espíritu me consagra caminante
y en el desierto me prepara misionero,
Yo soy aquel que los bautiza con su fuego,
me seguirán de ahora en adelante.


Andrés fue a decírselo a su hermano
y Simón escuchó que había encontrado
al Cristo, al Mesías esperado
y partió con él para encontrarlo.

- Simón hijo de Juan, te doy un nombre
sobre el que quiero edificar mi Iglesia,
tu eres Pedro y te digo que esta piedra
confirmará la fe de muchos hombres.

En Betzaida se encuentra con Felipe
y le da a Natanael la Buena Nueva:
- He encontrado al Mesías que tu esperas
ven y verás que es verdad lo que te digo.

Ven y verás en sus ojos la llamada
que desde siempre resuena en tus adentros,
la vocación que polariza tu fuerza y sentimientos,
la propuesta de la vida que esperabas.

Ven y verás en sus ojos aquel fuego
que Moisés contemplara sobre el monte,
el que en la mañana enciende el horizonte
el del Espíritu de Dios, Amor primero.

Míralo y sentirás que te deja cautivado
que su palabra esencial traspasa el tiempo,
míralo y verás que en un momento
quedarán tus ojos transformados.

Te dará una fe que ve milagros
y despertará en tu alma la esperanza,
tu boca se abrirá con su alabanza,
te sumergirás en su Amor como en un lago.

Porque es Él el Mesías esperado,
El Cristo, Hijo de Dios y fiel Cordero
que en su sangre purifica el mundo entero,
el Rey de Israel en el fuego bautizado.