Un profeta despreciado (Mc 6,1-6)

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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Un profeta despreciado
por los que viendo no ven
pues no saben quién es quién,
Jesús los deja asombrados.

Habla con autoridad
explica las escrituras
y en su Palabra segura
resplandece la verdad.

Aquellos que lo conocen
no lo pueden explicar
sus manos pueden sanar
a todos los que lo acogen.

Es un sábado especial
pues entra en la sinagoga
el sol de la nueva aurora
que se está por levantar.

Y en las sombras de lo viejo
el sol comienza a brillar
y no lo puede opacar
la incomprensión y el desprecio.

Sus ojos están cerrados,
su corazón está duro,
demasiado están seguros
en certezas del pasado.

Su culto se ha pervertido
anquilosado en los ritos
y encierra al Dios infinito
en escuelas y partidos.

Jesús, profeta bendito
por los suyos despreciado
a su misión se ha lanzado
con horizonte infinito.


Se queda maravillado
de aquella incredulidad
están ciegos de verdad
su corazón obstinado.

No hizo allí muchos milagros
pues su fe no despertaba,
tan sólo les preocupaba
el cumplimiento sagrado.

Y recorría los pueblos
enseñando la verdad,
mostraba su autoridad
liberando a los enfermos.

Sólo en la fe pueden verlo
y aceptar su profecía
porque la fe da la vida
y permite conocerlo.

Danos Señor fe sincera
para poder conocerte
para amarte y comprenderte
en el tiempo de la espera.