Te ofreceré...

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

Web: Poesía religiosa y mística cristiana

 

¿Qué te ofreceré, Señor, si lo mío todo es tuyo?
Qué te daré más que mis nadas,
me pertenecen solamente mis pecados, la cizaña...
Te ofreceré sólo el trigo que plantaste en mi terruño.

Y el trigo será el Amor con qué me amas,
aquel que siento tan adentro y que no es mío,
el que me vuelve peregrino de infinitos,
caminante hacia la voz en que me llamas.

Me ofreceré restituyendo las flores que plantaste,
los pétalos de amores deshojados en guirnaldas,
engarzados con hilos de oro y esmeraldas,
las perlas que en el fondo de mi pecho cultivaste.

Te ofreceré mi canto en el cielo con las aves,
los salmos tejidos en primaveras de esperanza.
Se abrirá mi boca en un canto de alabanza
y mi pecho tendrá la anchura de los mares.

Te ofreceré en el sol el fuego en que mi alma consumiste,
la hoguera del Amor que enciende la mañana,
la brasa de pasión que en la tarde me acompaña
y el brillo en las estrellas del cielo que me diste.

Te ofreceré con el viento el deseo de volar hacia tu encuentro,
el impulso de vida que aletea en el seno de mi cuerpo,
el germinar de la eternidad que plantaste en mis adentros
y el río que brota desde la profundidad de mi misterio.

Te ofreceré con la tierra fecunda en mis entrañas
la voluntad de vivir, la meta de mis ansias,
las praderas de lino, las colinas, las acacias,
las magnolias que mis pasos acompañan.

Te ofreceré en la fuente de los manantiales claros
la pureza de tus ojos que en mi cielo renovaste,
la frescura en que puedo beber hasta saciarme
el agua de la vida que sorbo de tus manos.

Te ofreceré en las cúpulas doradas sobre el bosque,
la oración de la tarde entre unos salmos
y en la paz nevada de los abedules blancos
la calma reposada en la luna de mis noches.

Te ofreceré el palpitar del corazón que recreaste
cuando lo sumergiste en el caudal de tu costado;
las llagas de amor que tus besos han sanado
cuando en lo profundo del tuyo lo ocultaste.

¿Qué puedo ofrecerte Amado, nada es mío?
Si hasta el amor que te tengo me lo diste
cuando en senderos de amor por el dolor me condujiste
y olvidándome hallé el Amor que había perdido.

Y si nada tengo que ofrecerte, te ofreceré mis nadas y mi todo.
Restituiré en mi aliento el Amor por el que vivo,
te daré mis sueños, mis ilusiones, mi destino
y seré sólo un brillo en la luz enamorada de tus ojos.