Estar ilusionado es ser capaz 
de atreverse a mirar la vida 
con ojos siempre nuevos cada día.

Es saberse proyectado al infinito 
como una flecha 
lanzada por la mano de Dios.

Tener una ilusión 
es caminar en la esperanza 
de lo nuevo que ya llega. 
Es ser capaz de ver la flor 
en la semilla podrida 
en las entrañas de la Tierra.

Es caminar 
con el entusiasmo de la partida 
aún en la mitad 
de la marcha por el desierto.

Es poder ver con los ojos del alma 
los oasis que se levantan 
en medio de la estepa.

Estar ilusionado 
es ser capaz de mirar la vida 
siempre hacía adelante. 
Es lanzar la mirada 
hacia el horizonte ilimitado de la existencia.

Es tener una razón para morir
y también para vivir
y es poder vivir la realidad soñándola
porque al fin y al cabo:
estar ilusionado,
amigo mío,
es darte cuenta
que estás vivo.