Sagrada familia

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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Desde la cuna unos brazos te cuidaban
te envolvían en pañales de ternura,
fueron tus padres el cariño y la dulzura,
la protección y el amor que se te daba.

fueron los brazos que te ofrecieron a los magos
que desde Oriente, con ansias, te buscaban
y representan los pueblos que esperaban
la salvación que agradecen con regalos.

Fueron sus brazos que el templo te llevaron
a iluminar con tu luz toda tiniebla,
a darle a Simeón la Buena Nueva
de la salvación que sus ojos contemplaron.

Una luz para iluminar los corazones,
para revelar los ocultos pensamientos,
luz que enciende nuestros sentimientos
y una espada en el alma que te acoge.

Esos brazos que te cuidan te salvaron
de la masacre que el enemigo preparaba,
mientras el sol de Egipto te esperaba
para sentirse, en tu presencia, perdonado.

Con ellos, a Jerusalén, peregrinabas
para celebrar la Pascua que nos salva
y descubriste que el templo era tu casa
y a los doctores, las Escrituras, explicabas.

Y fue en el templo que tus padres comprendieron
que el Padre una misión te encomendaba,
y en el desprendimiento sus corazón purificaban
cuando al Padre la prioridad le concedieron.

Camino a Nazareth volvés con ellos
para aprender el trabajo y la obediencia
el silencio, la humildad y la paciencia,
la simplicidad y el cariño que te dieron.

En Sabiduría y gracia ibas creciendo
y tus padres en tu destino meditaban,
los comentarios de la gente los maravillaban
y atesoraban su pensamiento en el silencio.

Mis ojos han visto las promesas anunciadas
cumplidas en la luz que viene de lo alto,
la hija de Sión prorrumpe en cantos
de agradecimiento y de alabanza.