Presentación del Señor
Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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Entra la luz al templo y purifica
la oscuridad de los tiempos ya pasados,
entra la luz y lo deja consagrado
para la vida que en Dios se glorifica.

Entra el sol en su casa y la renueva
y el altar se enciende renovado
en holocausto de vida transformado
hecho ofrenda el Amor que ya se entrega.

Entra el sol en el templo y es hoguera
que en el fuego divino se ha quemado,
es llama viva de Espíritu entregado
al hombre que en su fuego se recrea.

La luz enciende el templo y es un faro
que señala al peregrino ya su meta,
orientación segura en la tormenta,
rumbo cierto y camino esperanzado.

Primogénito de luz, el Hijo amado
como antorcha divina está encendido
en el Espíritu del Padre concedido
a los hijos en el Hijo transformados.

Porque el tiempo de la espera ha terminado
y las profecías del Amor ya se han cumplido,
una Nueva Alianza y un pueblo renacido
en la luz que desde siempre lo ha gestado.

Aclame Israel a su Dios santo,
alabe al esperado de los tiempos,
Él le dará la luz como alimento
y un pueblo nuevo entregará su canto.

Oh María que acunas la justicia,
y que llevas el Sol entre tus brazos,
porque la luz se enciende en tu regazo
eres el trono de la luz y de la Vida.

Presentar un hijo al templo es entregarlo
como ofrenda en la hoguera de Amor vivo
como primicia de los dones recibidos
restituidos a Dios al adorarlo.

Es en la ofrenda misma irse quemando
como incienso en el brasero de las horas
como fragancia para el Dios que la enamora
y que al cielo se ofrece perfumando.

Estupefactos los ángeles contemplan
lo que desde siempre han contemplado,
al Hijo que se entrega enamorado
al Padre de la luz que lo genera.

Y es el Amor que en esa entrega se recrea
el que en el templo se enciende consagrando
la ofrenda de la vida que hace santo
el sacrificio de la Historia que renueva.