Peregrino de Dios, del Evangelio
Antonio del Señor y de los pobres
mensajero de luz que fiel recorres
el mundo quemando con tu fuego.

Llevas pan al hambriento, al desahuciado
das de beber al hombre en su agonía
eres fuente, paz y profecía
auxilio para el fiel necesitado.

Eres palabra que resuena en los caminos
anuncio de verdad y tiempos nuevos
eres memoria del cielo en el que espero
fuerza, vigor y ardor del peregrino.

Antonio de los pobres, fiel hermano
amigo del que clama y del sediento
del espíritu débil, alimento
que al caído levantas con tu mano.

De Padua, de Lisboa, de la vida,
eres del mundo, de Dios, eres de Cristo
eres el fiel compañero de Francisco
y en tu mensaje su luz siempre me guía.