Montaña de Dios y del encuentro

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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Montaña de Dios y del encuentro
de la que brota un manantial de Vida,
altura inigualable, eres la cima
de la que el Amor se derrama y es sustento.

Árbol de la cruz y de la Vida
del maná que tengo en alimento,
tu copa se extiende al universo
y tus raíces clavadas en la tierra mía.

Templo de Dios, casa del Padre,
refugio y fortaleza de mis días,
santuario de la paz y la alegría,
morada del Amor que me creaste.

Refugio, salvación y fortaleza,
abrigo, obediencia y el misterio,
meta, camino y cautiverio,
casa de Dios, Verdad y fuente de grandeza.

Padre, Hijo y Espíritu divino,
origen, obediencia, amor primero
eres fuente, caudal, río de fuego,
eres meta, camino y peregrino.

Eres el impulso queme tiene vivo
y el camino de la senda cierta.
Eres el santuario de la puerta abierta
hacia quien se dirige mi destino.

Eres el abrazo acogedor que espera
y la fuerza que me mueve hacia tu encuentro.
Eres la mano que me guía si me pierdo
y de mis días el alfa y la omega.

Eres Amor de Padre, Madre, Hermano.
Eres amigo y compañero de camino.
Eres esposo, amante y peregrino.
Eres Señor del universo y soberano.

Si te pienso me siento anonadado
al contemplar tu esencia y tu misterio.
Superas mi conciencia y soy destierro
que al mirarte se siente cautivado.

Estás más allá de lo que vivo y lo que siento,
de lo que intuyo y percibo encandilado,
de la luz que me tiene enamorado
y del misterio en que se consuma el tiempo.

Y sin embargo el polvo de la estrella
que sembraste en el barro de la tierra
clama de amor por la luz que lo alimenta
y en la noche del cielo te contempla.

Me vuelvo polvo de un anhelo insatisfecho
y deseo del Amor que me supera,
nostalgia del infinito y de la meta
del peregrino que escondes en mi pecho.