Los ojos de San Francisco

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

Web: Poesía religiosa y mística cristiana

 

Es tu corazón la piedra
que en su magia cambia el mundo,
es tu espíritu profundo
que cambia en oro la hiedra.

Tu mirada envuelta en luz
transforma en luz la materia,
la toca sin poseerla
y ves en ella a Jesús.

Jesús en las amapolas
y en lo profundo de un bosque,
en la piedra en que se esconde
el musgo bajo las olas.

Jesús en los caracoles;
quieres ser simple como ellos,
en su paciencia tan bellos
como gotitas de soles.

Jesús en las nubes blancas,
en su pureza segura,
en la lluvia y su frescura
cuando acaricia las plantas.

En las aves y en su vuelo,
Jesús que cruza los montes
y remonta el horizonte
para hablarte desde el cielo.

Jesús en el canto alegre
de un zorzal o de un jilguero,
de golondrinas de enero
o de un canario silvestre.

Jesús en las noches tibias
hechas con mano de artista,
en estrellas de amatista
o en una luna tranquila.

Jesús en el agua clara
que inspira tu melodía,
en la paz y la armonía
que su candor te regala.

Jesús en el viento fuerte
y en la tempestad calmada,
en la tormenta aplacada
cuando los truenos se duermen.

Jesús en el fuego santo
que es espíritu y es vida
en que se quema tu lira
cuando te arranca su canto.

Jesús en la tierra madre
que a todos nos da el sustento
y el pan santo, tu alimento,
y el vino vuelto su sangre.

Jesús en el sol invicto
que triunfante se levanta,
el centro de tu esperanza
más allá de los conflictos.

Jesús en el hombre hermano
o en el lobo hecho cordero,
en la fe de un fiel guerrero
que sirve a un Dios soberano.

Y en el perdón otorgado,
Jesús hecho amor sincero,
reconciliación y credo
que a los hijos hace hermanos.

Jesús en la hermana muerte
hecha promesa de vida,
fiesta nupcial y alegría
de las bodas y el banquete.

Jesús en tu pensamiento
y en tu devoción sincera,
en la fe que te recrea
y en todo tu sentimiento.

En tu voz y en tu mirada,
en tu cuerpo atravesado
por su Amor transfigurado
besándote con sus llagas.

Jesús en tus ilusiones,
en tus sueńos y esperanza,
Él es toda tu confianza
y el alma de tus canciones.

Su Palabra en la Escritura
se vuelve historia presente,
en tu memoria y tu mente
se desvela su figura.

Por eso tus ojos mansos,
en los suyos, cautivados,
ven un mundo transformado
en templo donde encontrarlo.