Las admoniciones de San Francisco
Autor: Fray Alejandro R Ferreirós OFMConv
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El bosque estaba sereno,
lejos, el sol se escondía
y fray Francisco quería
hablarles del Padre bueno
El Alvernia enrojecía
con el color de la tarde
y se encendía en el Padre
el Espíritu de vida
La zarza ya estaba ardiendo
en ella Dios hablaría
y Francisco dejaría
su enseñanza en estos versos:
En el Cuerpo del Señor
que es verdadera comida
y en verdadera bebida
que es la sangre de su Amor
el hombre que en Él confía
tiene su vida y calor
pues no le falta su Amor
al que le entrega la vida
Él cada día se humilla
y viene sobre el altar
como vino Él a habitar
en el vientre de María
Cuando nosotros comemos
es el Espíritu Santo
quien recibe el Cuerpo Santo
de Jesús en quien creemos
Y hasta que termine el mundo
el se queda entre nosotros
en el misterio al que exhorto
le rindan culto profundo
Adán desobedeció
y se perdió el paraíso
porque hizo lo que quiso
y no lo que quiso Dios
Del mismo modo el hermano
que su voluntad se apropia
le da al diablo la victoria
y deja al Dios soberano
Y aquel que, orgulloso, exalta
aquello que en él Dios obra
le quita al Señor la gloria
y es un ladrón en su casa
Renuncia a lo que posees
para ser fiel seguidor
y te salvará el Señor
si a tu alma lo prefieres
Esto se hace en la obediencia
que lo propio sacrifica
y sólo se glorifica
en Dios que es toda su ciencia
Si va contra tu conciencia
lo que el superior te manda
no obedezcas pero aguanta
aunque por esto padezcas
Pues es perfecto obediente
quien sufre persecución
por estar en comunión
y en Dios vive penitente
Y no pienses que es mejor
sólo lo que tu prefieres,
no es hacer lo que tú quieres
lo que le da gloria a Dios
De los cargos no te apropies
y haz de tu vida un servicio;
lavando los pies Dios quiso
dar el ejemplo a los hombres
Considera cuán sublime
es el lugar que te ha dado
el Señor que te ha creado
en Jesús que te redime
Él a su imagen te hizo,
como su Hijo en el cuerpo
y en tu espíritu has de verlo
pues semejante a Él te quiso
Las criaturas alabando
lo sirven mejor que tú
que en el pecado, a Jesús
lo sigues crucificando
No te envanezca tu ciencia
que el demonio sabe más,
sólo en Dios te gloriarás
y no en tu inteligencia
Aunque fueres el más bello
y el más rico de los hombres
y aunque el demonio, en su nombre,
expulses de todos ellos
te gloriarás solamente
de la santa cruz gloriosa
amándola como esposa
que abrazó a Jesús doliente
Mirar siempre al Buen Pastor:
para salvar las ovejas
sufrió la pasión sin quejas
y en la cruz es tu Señor
Ellas lo siguieron fieles
en tribulación y en hambre,
en persecución constante
y en los tormentos más crueles
Enfermedad, ignominia,
sed, dolor y tentación
sufrieron en el Señor
que las llevó en su vendimia
Y ofendes a tu Señor
si tan sólo predicando
estas obras de los santos
pretendes gloria y honor
Mira que la letra mata
y el Espíritu da vida,
que la ciencia es ciencia viva
si se expresa en obras santas
Si tu estudias la Escritura
tan sólo para enseñarla,
eso son sólo palabras
de una ciencia que es impura
Pero eres vivificado
por la Escritura divina
si en la vida tú caminas
del Señor enamorado
Y si lo que has contemplado
se vuelve vida y ejemplo
que le restituye al Templo
lo que el Señor te ha donado
Es el Señor el que obra
en tu hermano todo bien,
nadie puede hacer el bien
si en su Espíritu no mora
Si envidias a tus hermanos
por lo que el Señor realiza
eres blasfemo y envidias
al mismo Dios soberano
Amas a tus enemigos
si la injuria no te duele
y todo bien tu le hicieres
por amor de Dios amigo
Tu verdadero enemigo
es el cuerpo en el que pecas,
permanece siempre alerta
y custodia tus sentidos
Al siervo de Dios disgusta
solamente su pecado
y beato al que el pecado
del prójimo no perturba
Y vives desapropiado
si la ira no te amarga,
la turbación no te embarga
dejándolo a Dios confiado
Conoce el siervo de Dios
si del Espíritu es digno
si realizando sus signos
se considera el menor
Si en dolor y adversidad
conservas tú la paciencia
la humildad que tú demuestras,
esa tienes y no más
Felices sean los pobres
porque de ellos es el Reino
y las puertas del averno
no pueden con esos hombres
Hay hermanos que se afanan
en oficios y oraciones,
muchas mortificaciones,
abstinencias y plegarias
Pero basta una palabra
que les claven en su orgullo
o que les saquen lo suyo
para que pierdan la calma
Tiene espíritu de pobre
sólo aquel que odia a sí mismo
y ama hasta el heroísmo
a aquel que mal le responde
Pacífico verdadero
es el siervo del Señor
que con su paz y su Amor
soporta lo que es adverso
Tienen un corazón puro,
por eso verán a Dios,
si desprecian, por su Amor,
todas las cosas del mundo
Si buscan las celestiales
y no dejan de adorarlo,
de verlo y de venerarlo
como puros manantiales
No quieras recibir más,
ni te enorgullezca el bien,
que el Señor obra también
a través de los demás
Feliz el que da la mano
y demuestra compasión,
sostiene con devoción
y apoya al débil hermano
Feliz el que restituye
al Señor todos los bienes,
si se guarda lo que tiene
en realidad lo destruye
Sólo cuenta lo que vales
a los ojos del Señor,
rechaza gloria y honor
aunque el mundo las regale
Nunca busques las alturas,
desciende rápidamente
y aunque lo diga la gente,
tú, prefiere la llanura
Feliz aquel religioso
que en la Palabra de Dios
y en las obras del Señor
mantiene pleno su gozo
Y si conduce a su Amor
a todos con su alegría,
sin vulgaridad ni risas
que ofendan su devoción
Habla más bien con tus obras
y no seas charlatán
porque pocos comerán
de lo que diga tu boca
Lo que esperas recibir
lo tienes ya recibido,
la vanidad del oído
y el vacío en el vivir
Beato aquel que soporta
la corrección con paciencia,
la acusación con prudencia,
la vergüenza no le importa
Beato el que se arrepiente
con profunda contrición
y en la santa confesión
demuestra ser penitente
Beato aquel que el enfermo
ama tanto como al sano,
es un verdadero hermano
que vive en amor fraterno
Beato el que ama al lejano,
no murmura a sus espaldas
ni le critica sus faltas
hasta tenerlo cercano
Tengan fe en los sacerdotes
y ¡Ay de aquel que los desprecie!
pues aunque el pecado arrecie
no debe juzgarlo el hombre
Son ellos los que consagran
el Cuerpo Santo de Dios
y la Sangre del Señor
que en su misterio nos guarda
Por eso es tanto peor
y comete sacrilegio
el que peca contra aquellos
a los que juzga el Señor
El hombre que tiene Amor
y busca sabiduría
sin ignorancia en su vida
caminará sin temor
Feliz el hombre paciente,
en el humilde no hay ira,
la turbación no domina,
y su alegría es frecuente
Pobreza con alegría
eliminan la ambición,
dan paz sin preocupación
y destierran la codicia
Cuando hay quietud en el alma
y sana meditación,
no existe disipación
y se conserva la calma
Si existe temor de Dios
la casa está protegida
es el Señor quien la cuida
del enemigo feroz
Quien vive en misericordia
y guarda la discreción
no endurece el corazón
ni es superfluo con sus cosas
Los secretos del Señor
que los guarde el corazón,
mantengan la discreción
permaneciendo en su Amor
No reveles a los hombres
los bienes que Dios te muestra
si no quieres que se pierdan
escóndelos como un pobre