La belleza se hizo carne

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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La belleza se hizo carne,
la armonía se hizo encuentro,
la paz llovió de los cielos
y una Virgen fue su madre.

La Trinidad toda santa
trocó en milagro su cuerpo,
se hizo sagrario del cielo
y Arca de la eterna Alianza.

El Espíritu de Vida
puso en ella su morada,
su faz quedó iluminada
y cumplió la profecía.

En un segundo el Misterio
por los siglos ocultado,
se hizo misterio encarnado
en el seno de su pueblo.

El Verbo se hizo Palabra
y se entretejió en el tiempo,
su voz se bajó del trueno
y se volvió voz humana.

Y es su voz la que proclama
el tiempo definitivo
porque su luz se ha encendido
y no se puede ocultarla.

La bendición se hace carne,
la gracia se hace mirada,
la salvación añorada,
unos ojos que se abren.

De sus manos fluye vida,
de su corazón el tiempo,
de su voz el alimento
del que sediento lo ansía.

Lleva una cruz en la frente
y una estrella la ilumina,
en su pecho hay una herida
de la que brota un torrente.

Y el torrente es agua viva,
Espíritu y fuego Santo,
Amor donado y el canto
del pueblo que se bautiza.