Añoro tiempos remotos
de paraísos dantescos, 
de infiernos Migelangescos 
y purgatorios ignotos.

¿Dónde están esos pinceles 
de fuerza desoladora 
que les quitaron la aurora 
a los dueños de vergeles?

Artistas de lo profundo 
que pusieron en el cielo 
a los hombres sin consuelo 
y desterrados del mundo.

Justicieros de la pluma 
que derrumbaron al sino 
a los dueños del camino 
y de las copas de espuma.

Poetas de la justicia 
derrumbando la cordura 
de aristocracias seguras 
de paraíso y malicia.

Pusieron en el infierno 
a los dueños de verdades 
que ocultaban sus maldades 
con cortinados de incienso.

Y al cielo por fin llegaron 
los marginados de todos 
los que comieron el lodo 
de sus malditos pecados.

Profetas de un Dios callado 
condenando la malicia 
presidieron la milicia 
de los falsos condenados.

Y en juicio final de fresco 
nos dieron vuelta la historia 
exaltando la memoria 
de los pobres y los muertos.