Herida dulce y bella

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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Herida dulce y bella
presencia indiscutible de mi Amado
un fuego en mi costado
que de su paso es huella
aunque entre mis harapos me ha dejado.

Recuerdo de sus besos
una llaga de incienso que ha quemado
la carne hasta los huesos
y herido me ha dejado
del mundo y de su pompa abandonado.

Herida que del alma
penetras las cavernas escondidas
que consumes mi vida
y sin embargo calmas
el fuego que devora el alma mía.

La brasa que encendida
en la hoguera divina me ha incendiado
y sin embargo abriga
las ansias de aquel día
en que será tu Amor puro consumado.

Oh herida de mi alma
que el espíritu dejaste anonadado
irrupción del Amado
que su pasión proclama
aunque al tiempo me sienta encadenado.

Oh caudal de fuego
que del Espíritu Santo concebido
enciendes el brasero
que de mi pecho herido
quema el leño que el cuerpo le ha ofrecido.

Oh Amor que me consumes
y ofreces nueva vida
Oh fuente de energía
que mi pecado asumes
y en holocausto divino lo destruyes.

Ardiente pregonera
que su visita en la noche has proclamado
jazmín ensangrentado
que vuelve primavera
el Amor en que el alma se ha inmolado.

Frescura placentera
del día inaugurado
por la voz que el tiempo me ha robado
y en la brisa primera
los oídos del alma ha acariciado.

Oh llaga, estoy herido
en flama de cariño cautivado
libérame, te ruego
pues en mi vida el fuego
aún debe terminar lo comenzado.