Francisco y el nombre de Jesús
Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv
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Como la miel en los labios,
su Nombre, dulce y sencillo,
se ha vuelto ya el estribillo
de tus días y tus años.
Su Nombre llevas grabado
en lo profundo del alma,
te llena de paz y calma
y te tiene enamorado.
Su Nombre está en tus oídos
cuando podés escucharlo,
en las aves que a alabarlo
invitas con tus gemidos.
Su Nombre tu mente inunda,
tu pensamiento arrebata
y se vuelve serenata
en una noche de luna.
Su Nombre brilla en tus ojos
como un sol que se ha engarzado
en un medallón dorado
que ha encontrado su tesoro.
Su Nombre tiembla en tus manos
cuando devotas lo escriben
o elevadas lo reciben
como luz hecha regalo.
Su Nombre en todo tu cuerpo,
te estremece pronunciarlo,
te postras para adorarlo
como un junco ante su dueño.
Su Nombre está en tu memoria
como un sello hecho de fuego,
como brasa en su brasero
quemando todas tus horas.
Es su nombre, en tus suspiros,
anhelo de Amor eterno
implorado desde el templo
del que brotan tus gemidos.
Es tu oración y tu gloria,
tu bebida y tu alimento
y te envuelve como el viento
que es la trama de tu historia.