Espíritu de Dios

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

Web:

 

El Espíritu de Dios, el Poderoso,
me cubre con su vida y me bendice,
es la bondad del Padre que me dice:
eres mi Hijo amado, en quién reposo.

Tú eres el Hijo que desde siempre engendro
desde el abismo amoroso de mi Vida,
impronta de mi gloria en quien se anida
el Amor con que te amo y te sostengo.

Es mi Espíritu de Amor el que te mueve
el que te llama, asiste y alimenta,
la plenitud del gozo que sustenta
la fuente de la Vida en la que bebes.

Tú eres mi Hijo en quien el mundo fue creado
el resplandor de mi gloria primigenia,
eres el Verbo que expresa mi conciencia
la razón del Espíritu espirado.

Eres la Palabra del Amor que concretiza
la Alianza por la cual te has encarnado,
la misión por la que al mundo fuiste enviado
la bendición que en el mundo se realiza.

Mi Espíritu se derrama en abundancia
en tus palabras, en tus obras y en tu Vida,
Él es la fuente en la que bebes, tu comida,
Él es la fuerza en el dolor y la constancia.

él te unge con el óleo de la gloria
para librar el combate decisivo
para vencer para siempre al enemigo
y proclamar sobra la muerte mi Victoria.

Él es potencia que libera a los cautivos
el que corta las amarras del pecado
el que inflama el corazón enamorado
el que transforma el discípulo en amigo.

Sobre Ti el Espíritu de fuego,
el ardor de mi mirar cuando te miro,
la moción en tu interior con que te guío
la donación total en que te entrego.

Es el Amor obediente en que me Amas
la oración en que tu ser se vuelve el mío
la filiación amorosa que recibo
mi perfume que en tu pecho se derrama.

Es el sello del Amor en que te envío
a liberar al hombre de su infierno
a rescatarlo de las fauces del averno
declarando el fin de su extravío.

El Espíritu que anuncia buenas nuevas
y a los pobres proclama la noticia
de que ha llegado al mundo mi justicia
y se ha cumplido el tiempo de la espera.

Él con tus dedos abrirá los ojos
a los ciegos que buscan mi camino,
Él ilumina tu paso y tu destino
y levanta al caído en sus despojos.

Él rompe las cadenas que atenazan
la libertad cautiva en su miseria,
Él abre la prisión en que se encierra
la vida si la muerte la amenaza.

Es la libertad de la voz con que proclamas
el año de gracia del Dios vivo,
liberación para todos los cautivos
el Amor sin condición con que me amas.

Mi Espíritu te cubre porque es tuyo,
el Espíritu del Amor en que te envío,
Él brota de tu pecho como un río
y en la pasión en que te entregas lo hace suyo.