La tormenta

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

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Pasada la tormenta
la nieve con su sangre está teñida
y un ángel lo alimenta,
su cuerpo eucaristía
se ha vuelto sacrificio y hostia viva.

El monte y el encuentro
las hayas centenarias son testigos
del sacrificio cruento
de un amor consumido
en llamas de seráficos latidos.

El íntimo secreto
de Francisco es ahora revelado
el místico y discreto
querube enamorado
ha quedado en sus llagas traspasado.

Ya sólo el tiempo impide
el vuelo del seráfico jilguero
que sólo Amor despide
orante y pordiosero
la entrega de la brasa a su brasero.

Reliquia del calvario
que en el monte su Amor ha consumado
y el canto milenario
del serafín dorado
lo proclama en su Amor transfigurado.