Qué suavidad tan grande
Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv
Qué suavidad tan grande estar contigo
Dios hermano y amigo, Dios Esposo,
eres tu mi refugio y mi reposo
amparo, protección, techo y abrigo.
Qué hermoso, en el silencio, contemplarte
entregarte el amor que me has donado
simplemente sentirme enamorado
y en el aire, más puro, respirarte.
Serenidad del alma es tu presencia
no conoce la muerte el que en Ti vive
el que en tu soplo amoroso se concibe
deja atrás temores y dolencia.
Es suavidad divina de la aurora
la tenue luz que a tu alabanza invita
es calor vital que me inhabita
y fuego de mis brazos que te implora.
Y es llama la oración abrasadora
que en incienso te quema su perfume
y es río que en tus mares se resume
la vida que te entrego adoradora.