El jardín…

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

 

 

El jardín que compraste con tu sangre
es un huerto cerrado y escogido,
la tierra que regó tu pecho herido
y el mundo, de sus frutos, tiene hambre.

Es un jardín dorado, amanecido
en las luces primeras de tu aurora,
el que se enciende en fuego cuando ora,
el que queda, en tus llamas, encendido.

Es un huerto precioso, está cerrado,
sólo Tú lo posees y lo cuidas,
hortelano divino que me miras
con ojos de bondad enamorados.

Es el huerto fecundo que regaste
con el agua eternal de tu costado,
lo cultivas con celo apasionado,
lo riegas con la sangre que entregaste.

Enjoyado de almendros y cerezos,
de amapolas y aljabas encarnadas,
de azucenas y rosas encantadas
crecidas al amparo de tus besos.

El soplo de tu Aliento lo fecunda
y en perfume de mar se ofrece el pino,
y el aromo se entrega, vespertino,
en un culto de aroma que me inunda.

Jardín de plenitud y de delicias,
la luna lo acaricia en el rocío,
lo cubre con su manto, si hace frío
y extiende, desde el cielo, tus caricias.

Es un jardín de aromas cultivados
al que tu mano experta trae la Vida.
te dará uvas dulces en bebida
cuando sean sus frutos triturados.