Defiéndeme, Señor…

Autor: Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

 

 

Defiéndeme, Señor del enemigo,
del acecho macabro y pervertido
de aquel que me deja confundido
del lobo disfrazado como amigo.

Líbrame de las garras de la muerte
Espíritu del trueno clamoroso,
Espíritu tonante del Esposo
que permite, al creyente, conocerte.

Eres Tú la canción que me libera
de las cadenas, de la cárcel, del pecado,
eres Tú como fuego enamorado
que enciendes el trigal en mi pradera.

Abogado y solaz, gozo y consuelo.
Oh manto protector de gloria eterna,
intimidad que habitas mi caverna,
fecundidad ansiada de mi suelo.

Paráclito amoroso que defiende
al que la vida entrega en la batalla,
al profeta que clama y no se calla
cuando su boca en tu brasa ya se enciende.

¡Ven en mi ayuda, fuerza de los mares!
¡Ven, abogado que el amor comprendes!
¡Ven, huracán que mi clamor enciendes!
¡Quema en tu fuego cansancios y pesares!