¿Por qué no me case.?

¿Y las fallas de nuestros sacerdotes?

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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Una cultura cristiana, desenfocada en ciertos aspectos, nos ha hecho olvidar que a la luz del Evangelio el pecado mayor no es el fallo sexual: Jesús nos enseña que lo principal de la ley es el amor a Dios y a los hermanos. Comprendemos también que muchos fallos sexuales integran faltas reales contra la caridad.

De otro lado, nuestro ser y nuestro hacer se encuentran en una situación deficitaria, la cual, en el lenguaje tradicional llamamos pecado original. El comportamiento sexual está afectado por este condicionamiento. De ahí que sólo después de un entrenamiento y de una madurez adecuadas, logramos portarnos aceptablemente en cuanto a lo sexual se refiere.

Los sacerdotes tenemos un compromiso especial con el Señor, con la comunidad cristiana y con nosotros mismos. Somos "embajadores de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios". No solamente en el templo sino en todas las áreas de la sociedad.

Si vemos fallar a un sacerdote consideremos su condición humana. También fallan muchos esposos cristianos. No justifiquemos sus faltas. Expliquémoslas desde una visión fraterna. Exijamos cariñosamente un avance hacia el ideal.

Por otra parte no les hagamos mala prensa. Algunos sacerdotes pecamos. Otros, muchos, sin ser noticia, son ejemplo de vida para sus comunidades y para toda la Iglesia.