«Semillas de esperanza»

Aprender

Autor: Padre Fernando Torre, msps.

 

 

Querer aprender es una actitud que mucho nos ayuda en la vida. Nos lleva a estar atentos, a mantener la mente abierta, a estar dispuestos a hacer cosas nuevas. Nos impulsa a estar siempre estudiando algo.

No es necesario que sean estudios oficiales para obtener un título; podemos tomar clases de fotografía, natación o francés. Pero lo que sí importa es que haya formalidad: inscripción, cuotas, días de clase, incluso exámenes, y un profesor que nos enseñe y corrija.

De gran utilidad son los ejercicios o tareas que tenemos que hacer en casa pues, por la presión que implican, nos obligan a encontrar el tiempo necesario para realizarlos.

Aunque podemos obtener los conocimientos de manera autodidacta o por internet, estudiar con un grupo nos da la oportunidad de conocer a otras personas y aprender de ellas; y, por el tipo de relación que establezcamos, nos permitirá conocernos mejor a nosotros mismos.

Los cursos o actividades no sólo nos ayudan a ejercitar las neuronas o los músculos, o a desarrollar la sensibilidad, sino que además acrecientan nuestra capacidad de aprender; sobre todo cuando lo que estudiamos es muy diverso de nuestro trabajo ordinario: el chofer participa en un taller literario, el ama de casa estudia teología, el matemático toma clases de cocina.

Si tenemos una actitud de discípulo, entonces la vida misma será nuestra maestra, podremos aprender de todos, sacaremos provecho de cualquier experiencia y creceremos constantemente como personas.

La recompensa del estudio no está sólo en adquirir más conocimientos o desarrollar habilidades físicas, mentales o espirituales, sino en poder disfrutar esos conocimientos o habilidades y, sobre todo, en el placer que se deriva del acto mismo de estudiar y aprender.