Subida a la Virgen del Castillo

Autor: Claudio Serra Brun

 

 

Mi mujer es esbelta, suave.
Cuando llegamos al Castillo de Yecla, su pueblo,
y bajamos del coche,
la luz reflejó en sus ojos
la imagen del pasado,
las trenzas de oro y los ecos
de los juegos infantiles en los patios.
Un aire súbito nos envuelve ahora
con nuestra hijita en brazos
y entramos a la Iglesia en silencio
pensando en las horas de dicha
presente y futura
que le deseamos.

Y al paso subimos
a los pies de la Virgen
como la vida que asciende
en estos ojos
para cubrir con su manto la cabecita
de nuestro bebé amado,
para que su Gracia la proteja
de las inclemencias del mundo
y su Amor la guíe
como a tantos otros
como a todos,
Como a aquélla niña de trenzas de oro
que vuelve en el viento
del futuro y del pasado.

(Yecla,Murcia).