SIEMPRE PAZ
Ela solemne paz del atardecer
Salgo a coger flores
Para ofrecerlas a la Virgen
Como un acto de mi fe.
Las lleno con la fragancia
De mis lágrimas sentidas,
Y en altar de mi conciencia,
¡qué lindas refulgen y brillan!
Sobre las olas de la vida,
Con el vocerío del agua y del viento,
Coloco todos mis sentimientos.
Felipe Santos, el padrecito salesiano