La enfermedad
Felipe Santos, SDB
Hay una sola enfermedad que mata…
Y en tu costado se abre la mayor
Rosa primaveral. Marca su herida
Latente la hermosura de vivir
Al ritmo de la danza de las horas.
Y tus venas como una hidrografía
Subterránea se enredan en su malla.
Y tus ojos que son dos llagas vivas
Rasgadas por amor a la belleza,
Y tus huesos que clavan sus columnas
Contr el viento ondulante de lo efímero,
Y el oleaje de tu piel, que rompe
Con su suavidad en tus acantilados,
Y el aire huracanado, que desgaja
El despeinado grito de tus árboles,
Y este camino en llamas, fuego lento
Que convierte en ceniza tu palabra…
¡Ah, de la vida! Eso es lo que cuenta
ante tus ojos cariñosos y divinos.
¡Y cómo brillan en esta etapa
De la enfermedad!