TEMARIO DESARROLLADO DE HISTORIA DE LA SALVACION,ADAPTADO
PARA ALUMNOS DE AMERICA LATINA. Se cuenta con power points.
Marzo 2011. Rebeca Reynaud
Tema 1. Introducción a la Historia de la Salvación .
OBJETIVO: Esta asignatura aspira a situar a los alumnos ante el hecho de la revelación divina. Una
parte importante de esta asignatura estará dedicada a describir el marco histórico, cultural y religioso
en el que ha tenido lugar la acción reveladora divina llegando a su culminación en Cristo. No se trata
de explicar la Historia bíblica, sino ilustra a los alumnos acerca del contexto histórico y antropológico
en el que se sitúan esos relatos y en los que Dios actúa por medio de sus intervenciones salvadoras.
Se pondrá de manifiesto cómo la Sagrada Escritura presenta la historia de la humanidad en un sentido
lineal, no como un proceso cíclico, cerrado en sí mismo, sino como una verdadera historia que tuvo un
principio y tendrá un fin. Hay que tomar en cuenta que la Biblia contempla los hechos históricos desde
la fe. Aunque contiene enseñanzas respecto al comienzo y al fin del mundo, la historia relatada abarca
sobre todo el período que va del siglo XIX a.C. (Abraham), hasta el siglo I d.C. (tiempo de los
Apóstoles). Las explicaciones pueden dividirse en tres partes: el tiempo de Israel (AT); el tiempo de
Jesucristo (Evangelio); el tiempo de la Iglesia (Hechos de los apóstoles y restantes libros del NT).
Lectura: LOS TRES PRIMEROS CAPÍTULOS DEL GÉNESIS Y LOS TEMAS 1 Y 2.
INTRODUCCIÓN
La verdadera historia es la historia de la salvación. La verdadera historia la hacen
los santos, dice Juan Pablo II.
Dios se ha revelado a los hombres en el marco de una historia llamada “Historia de
la Salvacin”. Dentro de la historia visible y documentable del mundo, se desarrolla
otra Historia , cuyo hilo conductor, al contrario de lo que sucede con la historia
humana, no es la guerra, la paz o los hechos sobresalientes de los hombres, sino
las “invenciones” de Dios, los marabilia Dei ; las intervenciones maravillosas y
benévolas de Dios. “La venida de Jesús en la Encarnacin marca en ella un salto
cualitativo” 1 . Todos los gestos realizados por Jesús, incluso su silencio y la vida
cotidiana en Nazareth, forman parte de esa Historia. Su tiempo es el “centro del
tiempo” o la “plenitud de los tiempos”. Pero la Historia de la Salvación continúa
después de Él y nosotros también formamos parte de ella . La vida de cada uno es
una parte pequeña de esa Historia de la Salvación, es una historia de salvación. La
segunda venida de Cristo marcará un nuevo salto de nivel en esta Historia.
Benedicto XVI dijo recientemente: “Dios tiene tiempo para nosotros! ().Nos da su
tiempo porque ha entrado en la historia con su palabra y sus obras de salvación,
para abrirla a la eternidad y hacerla historia de la alianza”. Y continúa:
El Papa habló después de los tres puntos cardinales del tiempo que jalonan la
historia de la salvación: la creación, la encarnación-redención y la parusía, que
comprende también el juicio universal. “Pero estos tres momentos, explicó, no
pueden entenderse como una simple sucesión cronológica. La creación es el origen
de todo, pero es continua y se lleva a cabo en el arco del devenir cósmico, hasta el
1
Félix María Arocena, En el corazón de la liturgia, Pelícano, Palabra, Madrid 1999,p. 415.
2
final de los tiempos. Del mismo modo, la encarnación-redención, que acaeció en un
tiempo histórico que fue el paso de Jesús por la tierra, extiende su radio de acción a
todo el tiempo precedente y a todo el siguiente. A su vez, la última venida y el juicio
final, anticipados en la Cruz de Cristo, ejercen su influjo en la conducta de los seres
humanos en todas las épocas. (cfr. Mensaje del Ángelus de Adviento, 3-XII-2008).
La Plegaria IV nos da una apretada síntesis de la Historia de la Salvación:
Te alabamos, Padre santo, porque eres grande
y porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote sólo a ti, su Creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte,
sino que, compadecido, tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, además, tu alianza a los hombres;
por los profetas
los fuiste llevando con la esperanza de salvación.
Y tanto amaste al mundo, Padre santo,
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María, la Virgen, y así compartió en todo nuestra condición
humana
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo (..).
¿Qué es la revelación? Es la manifestación de Dios mismo, que sale al
encuentro del ser humano, para invitarlo a conocerlo y amarlo participando de su
propia vida íntima 2 .
La Revelación progresiva de Dios, Uno y Trino 3
Una expresión muy exacta de las intervenciones de Dios en la historia y de la
historicidad de la Revelación la encontramos en Hb 1,1-2: «En diversos momentos y
de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los
profetas. En estos últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien
2 F. Varo, Las Claves de la Biblia, Pelícano, Palabra, Madrid 2007, p. 12.
3 Francisco Varo, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la
salvación en la Biblia, pp. 20 y ss.
3
instituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo también los siglos».
Retengamos las tres afirmaciones de este texto:
a) Dios habla en la historia «en diversos momentos» y «de muchos modos».
b) La Revelación de Dios culmina con la Encarnación, cuando Dios habla por
su Hijo.
c) La Revelación del Hijo es la culminación de algo que empezó en la
creación.
Dios no quiso revelarse a Sí mismo ni manifestar sus designios eternos de
una vez, en un solo instante, sino que siguió un plan pedagógico, manifestando
nuevas verdades cuando los hombres estaban preparados para aceptarlas. La
Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II lo explica así: «Quiso Dios, con su
bondad y sabiduría, revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad (cf.
Ef 1,9): por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden los
hombres llegar al Padre y participar de la naturaleza divina (cf. Ef 2,18; 2 P 1,4). En
esta revelación, Dios invisible (cf. Col 1,15; 1 Tm 1,17), movido por amor, habla a los
hombres como amigos (cf. Ex 33,11; Jn 15,14-15), trata con ellos (cf. Bar 3,38) para
invitarlos y recibirlos en su compañía. El plan de la Revelación se realiza por obras y
palabras intrínsecamente ligadas; las obras que Dios realiza en la historia de la
salvación manifiestan y confirman la doctrina y las realidades que las palabras
significan; a su vez, las palabras proclaman las obras y explican su misterio. La
verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha
revelación resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (Const.
Dogm. Dei Verbum , n. 2).
Dios se ha manifestado con palabras , a través de los profetas y otros
escritores sagrados, pero también con hechos que respondían a las palabras y las
ilustraban; y viceversa, en muchos casos las palabras explicaban el sentido de los
acontecimientos y ponían en evidencia la intervención divina.
En el Antiguo Testamento pertenece sobre todo a los profetas la prerrogativa
de explicar que detrás de los acontecimientos militares o políticos está la mano de
Dios.
En el Nuevo Testamento Jesús predicó y actuó, y los Apóstoles conservaron
el recuerdo de los dichos y hechos de Cristo y así, con las luces especiales que les
daba el Espíritu Santo, los transmitieron a las siguientes generaciones.
Al subrayar que Dios se revela no solo con palabras, sino también con obras,
afirmamos que existe una hermenéutica teológica de la historia , que apoyada en la
Revelación pone en evidencia el modo de realizarse del plan salvífico de Dios en el
tiempo.
Además, Dios revela las cosas progresivamente. Esta ley de progresión es
evidente, por ejemplo, en los preceptos morales del Antiguo Testamento, que se
ajustaban a las costumbres y a los tiempos, y destaca de modo especial en lo que
se refiere a la esencia misma de Dios. Sólo en el Nuevo Testamento, de hecho, se
manifiesta que el Dios Único es Trino en Personas, que al lado de Dios Padre
existen el Hijo y el Espíritu Santo. Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento hay cierta
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continuidad y cierta discontinuidad que se puede expresar con los siguientes
modelos: preparación-cumplimiento; figura-realidad; imperfecto-perfecto; anuncio o
profecía-realización. Esta revelación progresiva es una manifestación de la
pedagogía divina que fue revelándose a los hombres poco a poco, de acuerdo con
lo que en cada momento eran capaces de entender. Por eso dice el Concilio
Vaticano II que «el fin principal de la economía antigua era preparar la venida de
Cristo, redentor universal, y de su reino mesiánico, anunciarla proféticamente,
representarla con diversas imágenes. Los libros del Antiguo Testamento, según la
condición de los hombres antes de la salvación establecida por Cristo, muestran a
todos el conocimiento de Dios y del hombre y el modo como Dios, justo y
misericordioso, trata a los hombres. Estos libros, aunque contienen elementos
imperfectos y pasajeros, nos enseñan la pedagogía divina. Por eso los cristianos
deben recibirlos con devoción, porque expresan un vivo sentido de Dios, contienen
enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre,
encierran tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación» (Const.
Dogm. Dei Verbum , n. 15).
Revelación de Dios y salvación de los hombres
La Revelación tiene una dimensión histórica. Dimensión que no es lineal, de
progreso indefinido, sino que posee un centro, en relación con el cual se mide un
antes y un después. Este centro y culmen es Cristo. Por eso no crece
ilimitadamente, sino que ya está cerrada desde la constitución del canon bíblico.
Esta dimensión histórica de la salvación obedece a un plan de Dios, más
concretamente es una parte del plan salvador de Dios, que se realiza en la historia
humana. También este plan salvador tiene un centro, que es siempre la vida y la
obra de Cristo, pero, a diferencia de la Revelación, no cesa ni está cerrado, sino que
sigue aplicándose las diversas circunstancias históricas. Dios seguirá disponiendo
los acontecimientos, a través de su Providencia, para que contribuyan a la salvación
de los elegidos. Esta salvación tiene un solo fin, que es escatológico: el
cumplimiento de los tiempos, la segunda venida del Redentor y el Juicio Universal.
La salvación arranca del pecado original del hombre y su extensión a toda la
naturaleza. Dios había establecido desde la eternidad que el hombre y el cosmos
recuperarán su situación original y consiguieran una dignidad todavía mayor
mediante la Encarnación del Hijo, Segunda Persona de la Trinidad. La venida del
Espíritu Santo, la Tercera Persona, completa y lleva a cabo la obra iniciada por el
Hijo y, a través de la historia, la transmite de generación en generación para que
llegue a todos los hombres.
Las etapas de la historia de la salvación
La salvación, pues, tiene una naturaleza histórica, en el sentido que la
misericordia de Dios gobierna y dirige los acontecimientos. Primero, para preparar la
venida del Redentor, y después para aplicar los frutos de la Redención realizada en
la Cruz.
En la caída el hombre perdió los dones sobrenaturales (gracia, virtudes,
dones, merito) y los preternaturales (inmortalidad, impasibilidad, integridad, ciencia),
quedando herido hasta en su naturaleza (el fomes peccati , la concupiscencia). Pero
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Dios no lo abandonó, sino que quiso restaurar los dones perdidos, por lo menos los
sobrenaturales, a través de la Encarnación.
La historia de la salvación es la historia de las sucesivas alianzas que Dios
quiso establecer con los hombres después de la caída 4 .
En este sentido en el pensamiento de los Padres, aunque de modo no
uniforme, se abrió paso el convencimiento de que se pueden distinguir varias eras
en la historia de la salvación. Tales eras corre sponden a la iniciativa divina: alianza
con Noé después del dil uvio (Gn 9, 1-17); alianza con Abrahán (Gn 15,7 -20; 17,1-
14), renovada con Isaac (Gn 22,1-19) y Jacob (Gn 28,l0-22); alianza con Moisés, en
la Pascua y en e1 Sinaí (Ex 24,1 -8); alianza con Josué en Siquem (Jos 24,25 -28);
alianza con David (2 S 7,4-16); alianza con Salomón en la consagración del Templo
(1 R 8,1-13); alianza con todo el pueblo después del destierro (Ne 8,1 -l0,40). Estas
alianzas conducen a la nueva y definitiva establecida por el sacrificio de Jesucristo
en el Calvario y sellada por la venida del Espírit u Santo en Pentecostés. La u ltima
era es la del «descanso» en la Patria del Cielo.
Cristo, plenitud de la Revelación
El plan divino de la salvación, del cual la Revelación es una parte, tiene un
centro, que es a la vez una culminación y una «recapitulación», y ese centro es
Cristo, Dios y hombre verdadero. «Cuando llegó la plenitud de los tiempos, la
Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros llena de gracia y de verdad. Cristo
estableció en la tierra el reino de Dios, se manifestó a sí mismo y a su padre con
obras y palabras, llevó a cabo su obra muriendo, resucitando y enviando al Espíritu
Santo» ( Dei Verbum , n. 17).
En la historia humana hubo una larga preparación a la venida del Salvador;
esta preparación tiene dos aspectos: en el pueblo elegido corresponde a la espera
del cumplimiento de las promesas de espera salpicada de reflexiones de los sabios
y profetas, que van creando un clima cada vez mas espiritual en el Judaísmo, hasta
llegar al mesianismo trascendente y apocalíptico, a la noción de Sabiduría divina, a
la concepción del Espíritu de Dios como casi una Persona subsistente, a las
especulaciones relativas a la Palabra de Dios. Esta preparación explica el surgir en
Israel de corrientes de espiritualidad más elevadas y despegadas de los bienes
materiales.
Pero también en el mundo pagano se dio una «preparación» a la venida del
Redentor. Lo atestiguan las expresiones de espera de un salvador universal que
encontramos, por ejemplo, en los Oráculos Sibilinos, en Virgilio ( Égloga IV) y en
muchas religiones naturales. Existe en el hombre una sensación de indigencia y de
separación de la Divinidad, que fomenta los deseos de un restablecimiento de la
amistad con Dios. Atendiendo a estos deseos y a las formulaciones más elevadas
“Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo, da a los hombres testimonio perenne de sí en
las cosas creadas, y, queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifestó, además,
personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio” (Conc. Vaticano II, Dei Verbum , 3).
Los invitó a una comunión íntima con Él revistiéndolos de una gracia y de una justicia
resplandecientes. Esta revelación no fue interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres.
(Cfr. CCE 54-55).
4
6
del pensamiento ético pre-cristiano (el estoicismo) Tertuliano pudo hablar de un
alma naturaliter christiana .
La Iglesia, continuadora de la misión de Cristo
Cristo encargó a los Apóstoles que fueran testigos suyos, de su Muerte y
Resurrección, que predicaran el Evangelio a todas las criaturas, hicieran discípulos y
los bautizaran en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (cf. Mt 28,18-20;
Mc 16,15). La historia de la salvación, por lo tanto, es la historia de las
intervenciones salvíficas de Dios. En otros términos, podemos decir que la historia
de la salvación es el desarrollo del plan divino de la salvación, plan que se cumple
en el tiempo a pesar de estar establecido desde la eternidad 5 .
El Antiguo Testamento (AT) dentro de la Biblia
“Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios , que constituye el
sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente
límpida y perenne de vida espiritual” 6 . La Biblia tiene mucho que decir a cada
hombre y mujer. Es un referente fundamental donde el cristiano encuentra, de modo
vivo y verdadero al Dios en quien cree –hecho carne y hecho palabra-, para
alimentar su vida espiritual. BENDICIONES Y MALDICIONES. TIENE SU PESO.
Se recomienda la lectura frecuente de la Biblia a todos los bautizados para
que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo 7 , ya que desconocer la Escritura
–dice San Jerónimo- es desconocer a Cristo 8 .
Las Sagradas Escrituras no son el fundamento del Cristianismo, como si éste
fuese una religión del libro . El Cristianismo es “la religin de la Palabra” de Dios, no
de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo 9 . SEGUIMOS A UNA
PERSONA, NO UNA DOCTRINA.
Las palabras de la Biblia, en analogía con el misterio de Jesucristo, tienen
una dimensión divina, al mismo tiempo que son verdaderamente humanas. Para
adentrarnos a los libros sagrados es necesario emplear todos los medios
lingüísticos, literarios, históricos y técnicos. Sin embargo, no basta con el
conocimiento de los medios científicos de interpretación de t extos; es preciso -
señala Juan Pablo II - que el Espíritu Santo nos guíe; y para esto, a su vez, es
necesario orar y pedir el amor 10 .
5 Hasta aquí: Francisco Varo, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La
historia de la salvación en la Biblia.
6 CV II, Dei Verbum , 21.
7 Cfr. Phil, 3, 8.
8
Cfr. DV, 25.
9 CIC n. 118.
10 Cf. Juan Pablo II, Discurso sobre la interpretación bíblica en la Iglesia, 1993, n. 9, p. 11.
7
Ser dóciles al Espíritu Santo implica fidelidad a la Iglesia, la comunidad de
salvación fundada y querida por Jesucristo, pues esos textos han sido confiados a la
Iglesia para alimentar su fe y guiar su vida de caridad.
¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL CRISTIANISMO Y LAS DEMÁS
RELIGIONES? (pregunta)
En todas las religiones se ve que el hombre busca a Dios , en el Cristianismo,
Dios busca al hombre , sale a su encuentro, se encarna y vive entre los seres
humanos. La clave para comprender la naturaleza y el mensaje de los libros
sagrados es Jesucristo 11 .
La Sagrada Escritura es “el eco de la historia de Dios con su pueblo; (...) es,
pues, la lucha de Dios con los hombres para ir haciéndose así comprensible a ellos.
Pero, al mismo tiempo, es también expresión de los esfuerzos de los hombres por ir
comprendiendo poco a poco a Dios” 12 .
Sólo desde la totalidad de este camino podemos comprender su verdadera
dirección. De esta manera –como camino- el Antiguo y el Nuevo Testamento forman
una unidad . El Antiguo Testamento (AT) aparece a los cristianos en su conjunto
como un caminar hacia adelante, hacia Cristo, y sólo cuando lo alcanza, se ve claro
lo que en él realmente se decía. De esta manera todo lo particular alcanza su
sentido desde la totalidad, y la totalidad su sentido desde su fin, es decir, desde
Cristo.
Contarles una anécdota : UN SEÑOR JUDÍO VINO A LA CASA: LE PREGUNTÉ:
MESIAS, ¿PARA QUÉ?... PARA LLEVARNOS A LA TIERRA PROMETIDA.
La Historia
La historia es implícita al hombre, ha sido concreada con él; y quien la ha
creado es también el Señor de la historia 13 . Porque el hombre es una criatura
esencialmente histórica, la historia debe de tener una dimensión salvífica y la
salvación una dimensión histórica 14 . Para el cristiano, la historia es el lugar
idóneo de la revelación de Dios y de su salvación. Dios salva en la historia. Los
profetas fueron aquellos que supieron interpretar esa historia a la luz de la fe y
supieron discernir los signos de los tiempos.
¿ Cómo es la historia? ¿Cíclica, lineal o sube y baja?... analizar.
El pueblo de Israel descubrió que la historia no se repetía continuamente, no
era circular como creían los paganos, sino como una recta que se proyecta hacia
adelante, con un comienzo y un final. No es un círculo cerrado, teoría que lleva al
mito de la reencarnación en las filosofías orientales.
11 Cf. Conc. Vaticano II, Dei Verbum, n. 13.
12 Cf. Joseph Ratzinger, En el principio creó Dios , EDICEP, p. 21.
13 Cfr. Peter Berglar, “Historia del Mundo y Reino de Dios”, 286.
14 Apuntes inéditos del Prof. Galván, Roma 1988.
8
Los antiguos griegos distinguieron dos clases de tiempo:
a) el tiempo kronos creaba y devoraba las cosas; el hombre se siente esclavo del
tiempo y quiere librarse de él, pues sabe que su futuro será como un pasado
repetido. Se concibe al tiempo como circular, cíclico; en él, el hombre es sujeto
pasivo de la historia;
b) el tiempo kairós es ocasión para decidirse; es la ocasión que se ha de
aprovechar pues no vuelve. Es el tiempo de la libertad y de la realización
humana. En él, el hombre es sujeto activo que dialoga con el pasado y decide. Es
el reino de la libertad y de la luz.
Para la Biblia no existe tiempo-kronos que esclaviza, sino que todo es tiempo-
kairós, tiempo de decisión personal y de libertad. El hombre se va realizando con
pequeñas opciones, día tras día. La historia de la salvación ha de ser aprendida, no
tanto para saberla, sino para vivirla con más plenitud 15 .
A los ojos de Egipto y del Imperio mesopotámico, la nación de Israel no
aparecía con más importancia que cualquiera de los innumerables pueblos
pequeños que gravitaban a su alrededor 16 .
El clima moral
La Biblia nos habla del hombre total, con sus altibajos, con sus movimientos
de generosidad y sus desfallecimientos; presenta hombres de carne, llenos de los
mismos misterios y miserias que nosotros. El pecado está allí. En este punto la
Biblia no corre un velo, llama a las cosas por su nombre. Muestra la falta en el
espejo de la sabiduría divina, no como ciertos novelistas, bajo el aspecto atrayente y
excitante 17 .
La Biblia refleja la vida de hombres auténticos; éste es uno de los rasgos más
paradójicos de la Biblia y desconcierta a menudo al lector que se acerca por primera
vez a ella. Engendra cierto malestar en el ánimo de algunos que quisieran encontrar
en el Libro solamente lo maravilloso, lo divino y una humanidad ideal 18 .
Lo que es real es lo que Dios hace, no lo que nosotros pensemos de ello. Las
normas absolutas y universales de moralidad son, ciertamente, las mismas para
todos los hombres. Sin embargo, estas normas sólo muy lentamente van
imponiéndose, y siempre parcialmente, gracias al esfuerzo de los cristianos.
Tema 2 La creación
Rebeca Reynaud
2 I 2011.
15 Cf. I. Farreres Jordana, Historia de la salvación, 1 , Casals, Barcelona 1983, p. 8 .
16 Dom Celestin Charlier, La lectura cristiana de la Biblia , Ed. Litúrgica Española, p. 87.
17 Cfr. Biblia y Vida. Ed. Marova, 1, 10.ñ
18 Cf. C. Charlier, Ibídem , p. 194s.
9
¿Cuáles son los dos grandes temas de la Biblia? ...
Los 4 pilares temporales de la cosmovisión cristiana son: la creación, la
Redención, la Encarnación y la Iglesia. ((Cosmovisión de Harry Potter y de “el
seor de los anillos”. Opinable, pero...)).
Joseph Ratzinger dice que: “La creacin se hizo para ser espacio de oracin
(...) 19 . Podemos decir: Dios ha creado el mundo para iniciar con el hombre
una historia de amor” 20 .
La Creación. Tratar sobre la creación reviste una importancia capital; se
refiere a los fundamentos mismos de la vida humana y cristiana . Las
cuestiones sobre el origen y el fin de la vida humana son decisivas para el
sentido y orientación de nuestra vida.
“En el principio era el Verbo” dice San Juan. Todo lo que hay, ha sido hecho
conforme al pensamiento de Dios. La Palabra de Dios se nos revela como
algo personal. En esa Palabra de Dios se hallan escondidos todos los tesoros
de la sabiduría, todos los secretos de las ciencias, todas las formas de las
artes, todo el saber de la humanidad. Pero este saber, comparado con la
Palabra, es solamente la sílaba más insignificante 21 .
En el principio: breshit (en hebreo, así se llama el libro del Génesis)
Dios crea a partir de la nada: ex nihilo (bará). Significa que el hecho es
admirable, es una novedad. Este verbo designa acciones trascendentales.
Dios crea en 6 días: yom (día en hebreo): lapso de tiempo.
Se entiende por ángeles los seres personales de naturaleza invisible creador
por Dios, inteligentes, que colaboran como mensajeros en el ejercicio de la
Providencia en la Historia de la Salvación. Son espíritus.
San Gregorio Magno escribe que “casi todas las páginas de los libros
sagrados testifican que existen los ángeles y arcángeles” 22 .
¿Para qué crea Dios?...
¿Qué es lo primero que crea?...
Ángeles: Luz bella = Luzbel.
Luego, Universo material, plantas, animales.
19 J. Ratzinger, En el principio creó Dios , EDICEP, Valencia 2001, p. 43.
20
J. Ratzinger, En el principio creó Dios , p. 46.
21 Cfr. Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , Herder, Barcelona 1959, p. 22s.
22 Homilía 34 in Evang. 7: PL 76, 1249.
10
El primer relato de la creación (Gn 1,1-2,4a) gira en torno a la doctrina
sobre Dios, pero también transmite una clara enseñanza sobre el hombre y
sobre el mundo. Sobre Dios, que es Uno y Único, Creador de todas las cosas
y del hombre en particular, trascendente al mundo creado y su dueño
supremo. Sobre el hombre, que es imagen y semejanza de Dios, superior a
todos los demás seres creados, y puesto en el mundo con el encargo de
dominar la creación entera según el designio divino. Sobre el mundo, que es
bueno y esta al servicio del hombre. Así pues, Dios elige a cada una de las
criaturas dándoles el ser, separa unas de otras asignando a cada una su
puesto y función en el universo, y somete todo lo creado al hombre. La
creación del hombre esta narrada con especial cuidado para que quede claro
que Dios lo ha elegido entre todos los seres, lo ha bendecido con mayor
intensidad y le ha encomendado la creación entera para dominarla y
encaminarla según el querer de Dios.
Creación del universo 23
La creación, llevada a cabo «en el principio» (Gn 1,1), es el punto de partida
del correr del tiempo y de la historia. Estos han tenido un comienzo y
avanzan hacia una meta final, de la que la Biblia nos hablara especialmente
en el último de sus libros, el Apocalipsis. Entonces –se dice– habrá «un cielo
nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han
pasado» (Ap 21,1).
La acción de crear es propia y exclusiva de Dios 24 , fuera del alcance de los
hombres que sólo pueden «transformar» o «desarrollar» lo que ya existe. En
las narraciones de otras religiones del antiguo Próximo Oriente sobre la
creación se decía que el mundo y los dioses habían surgido de una materia
preexistente 25 . El primer capítulo del Génesis, en cambio, recogiendo la
revelación progresiva del misterio de la creación a la luz de la elección de
Israel, afirma rotundamente que todo fue creado por Dios 26 .
23 Santiago Ausín, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la
salvación en la Biblia.
24 El verbo crear (bara‟ en hebreo) que aparece en Isaías, los salmos y los textos de la tradicin
sacerdotal del Génesis tiene siempre por sujeto a Dios, y concretamente al Dios de Israel.
25 En los pueblos vecinos a Israel existía la idea de un caos primit ivo, originario, representado –por
ejemplo en Babilonia y Egipto– como una gran masa de aguas, o –como en la mitología fenicia– por
un viento tenebroso. De ellos procedían los dioses, y sólo mediante tremendas luchas entre ellos
había sido posible la separación de los elementos con la que aparece el orden. Estas luchas se
renovaban cada año con ritos, como los del Año Nuevo, en los que, por ejemplo, en Mesopotamia se
aseguraba la victoria de Marduk sobre Tihamat, la diosa de cuyo cuerpo dividido habían brotado el
cielo y la tierra. O surgían cada mañana –según representaciones egipcias– ya que por la noche, el
sol (Ra) ha de luchar contra la serpiente (Apopis) para salir de nuevo del caos y las tinieblas.
26 De ahí se concluirá más tarde en el libro de los Macabeos, escrito durante la dominación griega,
que la creación fue a partir de la nada: «Te suplico, hijo mío, que mires el cielo y la tierra y viendo todo
lo que hay en ellos, reconozcas que Dios los ha hecho no de cosas ya existentes» (2 M 7,28).
11
La expresión el cielo y la tierra significa todo lo que existe. La tierra es el
mundo de los hombres, mientras que el cielo –o los cielos– puede designar
tanto el firmamento como el mundo divino, el «lugar» propio de Dios, su
gloria, y el conjunto de criaturas espirituales: los ángeles. Dios, en definitiva,
no solo esta por encima de todas las criaturas – es el Otro distinto del
universo –, sino que es el origen y la razón de ser de todas ellas 27 .
Segundo relato de la creación
El autor sagrado se remonta de nuevo a los orígenes del hombre, del mundo
y también del mal (Gn 2,4b-25). Quiere enseñar que sólo el Señor (Yhwh), el
Dios de Israel, es el dueño de la vida puesto que Él la dio al hombre y a los
animales; que Dios cuidó del hombre con amor y estableció con él una
Alianza con compromisos mutuos; que el hombre gozó de libertad desde el
principio y quebrantó aquella Alianza, por lo que vinieron el dolor, la muerte
y el mal sobre la tierra; y, finalmente, que el Señor, a pesar de todo,
mantuvo su compromiso, siguió velando por el hombre y le confirmó en la
esperanza de una victoria definitiva sobre el mal.
LOS DOS RELATOS DEL GÉNESIS SOBRE LA CREACIÓN
Tiempo después de Salomón, se ponen por escrito dos tradiciones: la yahwista ( J ) en el
Reino del Sur (siglo IX) y la elohista ( E ) en el Reino del Norte (siglo VIII), así llamadas por el
modo de designar a Dios. Finalmente se hacen una sola historia 28 . A juicio de algunos
estudiosos de la Biblia el segundo relato es el más antiguo. NO DECIMOS MÁS DE ESTE
TEMA PUES SE VA A VER EXTENSAMENTE EN DIOS CREADOR.
Donación del paraíso
El jardín es descrito a manera de un frondoso oasis, regado por los cuatro
ríos más importantes conocidos por el autor, que recorren y fecundan toda
la tierra. De esta forma se nos enseña que el hombre fue creado para ser
feliz, gozando de la vida y del bien que proceden de Dios. «La Iglesia,
interpretando de manera auténtica el simbolismo del lenguaje bíblico a la luz
del Nuevo Testamento y de la Tradición, enseña que nuestros primeros
padres Adán y Eva fueron constituidos en un estado de santidad y de
justicia original. Esta gracia de la santidad original era una “participacin de
la vida divina” (cf. Conc. Vaticano II, Lumen gentium , 2)» (CCE 375).
La evolución ¿SE PUEDE ACEPTAR EL EVOLUCIONISMO?
El problema de los orígenes ha estado siempre presente en la vida de los
hombres. La evolución es una explicación que se mueve en el plano de los
27 Además de las viejas ideas del origen del mundo recogidas en los mitos del antiguo Medio Oriente,
queda superada aquí la idea de todo pa nteísmo, como si el mundo hubiera brotado necesariamente
de Dios o fuera una parte o manifestación material de El.
28 Josemaría Monforte, Conocer la Biblia, p. 35.
12
seres que ya existen. La Biblia nos habla de su origen radical. La evolución
es un concepto científico y en constante revisión. La noción de creación es
teológica y religiosa. La Creación remite a un plano más profundo de
comprensión de la realidad. El origen del mundo y del hombre no se resuelve
sólo con la explicación de su ser natural. Están abiertos a una ordenación
sobrenatural 29 .
Evolucionismo absoluto (inaceptable) Teilard de Chardin.
Evolucionismo moderado (aceptable).
Con todo, el interés por los orígenes va más allá. “No se trata slo de saber
cuándo y cómo ha surgido materialmente el cosmos, ni cuándo apareció el
hombre, sino más bien de descubrir cuál es el sentido de tal origen: si está
gobernado por el azar, un destino ciego, una necesidad anónima, o bien un
Ser trascendente, inteligente y bueno, llamado Dios” 30
Lo específico, lo importante del hombre, es que recibe la vida de Dios. Dios
toma barro, modela al hombre y recibe el aliento del mismo Dios. Benedicto
XVI dice: “Lo esencial de esta imagen es la dualidad de la persona. Muestra
tanto su pertenencia al cosmos como su relación directa con Dios” 31 .
Ideas contrarias a la creación : En el mundo no hay necesidad, hay
casualidad, dice Monod. Dice que hay dos realidades que no deberían de
existir: la vida ( podría surgir la vida, pero no debería surgir). La otra
realidad, dice, es el hombre. Puede suceder una sola vez la aparición del
hombre, somos fruto de una casualidad. Pone ahora el azar en el lugar de
Dios (lo cita Ratzinger).
Constitución del hombre :
Ser imagen de Dios significa que el hombre es un ser de la palabra y del
amor. El hombre es un ser capaz de pensar en Dios, capaz de orar 32 . El
hombre es la criatura que puede llegar a ser uno con Cristo. Aún no ha
llegado a ser él mismo, está en tránsito.
“En la unidad de cuerpo y alma, el hombre, por su misma condicin
corporal, es una síntesis del universo material, el cual alcanza por medio del
hombre su más alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador 33
(...) No se equivoca el hombre al afirmar su superioridad sobre el universo
material (...). Por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a
29 Cfr. Pedro Urbano López de Meneses, Dios creó en un principio. Iniciación a la Teología de la
creación , Nostra Ediciones, México, 2004, p. 61.
30 CIC n. 284.
31
J. Ratzinger, Dios y el mundo, p. 72.
32 Cf. J. Ratzinger, En el principio creó Dios , EDICEP, Valencia 2001, p. 66.
33 Cfr. Dan 3,57-90.
13
esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón,
donde Dios le aguarda (...) y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios,
decide su propio destino 34 ”.
El mundo no es, como pensaban los hombres de la antigüedad remota, un
caos de fuerzas contrapuestas , sino que todo esto procede de un solo poder.
Todo proviene de la palabra de Dios , la misma palabra con que nos
encontramos en el acto de fe. Así ... el mundo quedó liberado por la razón,
que se eleva hasta Dios, y el hombre se hizo capaz de acercarse sin miedo a
Dios 35 .
El momento en que la creación se convierte en tema dominante, en la
historia del pueblo judío, es en el Exilio a Babilonia . Israel había perdido su
país; había perdido su templo. Para la mentalidad de entonces, ello
significaba que el Dios de Israel había sido vencido . Los profetas enseñaron
que era entonces cuando se realizaba la verdadera historia de su Dios, que
nunca estuvo sujeta a aquellas porciones de su tierra. Dios disponía del cielo
y de la tierra, y, por eso, pudo exiliar a su pueblo infiel a otras tierras.
Entonces se pudo entender que el Dios de Israel no era como los otros
dioses, sino el Dios que estaba sobre tierras y pueblos. Durante el exilio ven
que Dios tiene en sus manos a todos los pueblos y toda la historia, es un
Dios que todo lo domina (pero respeta la libertad dada al hombre: no
apagará la mecha que humea).
Y esta fe tenía que encontrar su propia manifestación. La religión de
Babilonia se expresaba en magníficas liturgias , como la liturgia del año
nuevo, en la que se celebraba y se realizaba una nueva creación del mundo.
Tenía que encontrar su propio rostro ante el gran relato babilónico sobre la
creación de Enuma Elisch, que describe, a su manera, el origen del mundo.
Allí se cuenta que el mundo surgió de una pelea entre poderes contrapuestos
y que encontró su propia forma cuando el dios de la luz Marduk apareció y
despedazó el cuerpo del dragón primitivo. De este cuerpo despedazado
habrían surgido el cielo y la tierra. Ambos a la vez, el firmamento y la tierra,
serían el cuerpo destrozado del dragón muerto. Y de su sangre, Marduk
habría creado a los hombres. Nos encontramos aquí con una horrible
imagen del mundo y del hombre . Propiamente, el mundo es el cuerpo del
dragón y el hombre lleva en sí mismo sangre del dragón . En las
profundidades del mundo acecha lo terrible y en lo más hondo del hombre
se encuentra la rebelión, lo demoníaco y el mal. Se trata de una imaginación,
según la cual sólo el representante de Marduk, el dictador, el rey de
Babilonia, puede hacer frente a lo demoníaco y poner en orden al mundo.
COSMOVISION DE BABILONIA.
34 Constitucin “Gaudium et spes”, n. 14.
35
Cf.Joseph Ratzinger, En el principio creó Dios , p. 17.
14
Pecado original 36
La palabra serpiente, en hebreo es nahash, y puede aplicarse tanto al dragón
como a la serpiente 37 .
Para saber qué hechos no se pueden interpretar del relato de la creación y
caída de Adán y Eva, leer Humani generis , de Pío XII.
Adán y Eva en el paraíso: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza”. En él se encuentran el cielo y la tierra 38 . ¿ Al hombre lo hizo de
la nada? (PREGUNTARLES) No, lo hizo de barro . Para saber qué es la
humanidad es necesario conocer al hombre y a la mujer.
Encargo : cuidar y trabajar el jardín.
El texto presenta el sentido fundamental de aquel acontecimiento para las
relaciones entre el hombre y Dios y, en consecuencia, para la situación
interior del mismo hombre, para las recíprocas relaciones entre los hombres
y, en general, para la relación del hombre con el mundo.
El relato comienza con el coloquio que el tentador, presentado en forma de
serpiente, tiene con la mujer. Este dato es completamente nuevo. Hasta
ahora el libro del Génesis no había hablado de que en el mundo creado
existieran otros seres inteligentes y libres fuera del hombre y de la mujer. 39
El tentador dice: ¿ Conque os ha mandado Dios que no comáis de los árboles
todos del paraíso? Y respondió la mujer a la serpiente: Del fruto de los árboles
del paraíso comemos, pero del fruto que está en medio del paraíso nos ha
dicho Dios: „No comáis de él, ni lo toquéis siquiera. No vayáis a morir‟. Y dijo la
serpiente a la mujer: „No moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis
se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal‟.
El árbol significa su límite infranqueable. No puede pretender ser como Dios.
Sólo Dios es la fuente de todo ser. Sólo Dios es la verdad y la Bondad
absolutas, en quien se mide y desde quien se distingue el bien del mal. Sólo
Dios es el Legislador eterno, de quien deriva cualquier ley en el mundo
creado, y en particular la ley de la naturaleza humana.
36 “Torito”: Hay tres personas que nacieron sin pecado original, ¿quiénes son? (María, Cristo y Juan
Bautista). Nacieron santos. Preguntarles : ¿Qué podemos decir de Adán? (Que piensen). Adán no
nació.
37 Scott Hahn, La cena del Cordero , Patmos, Madrid 2002, p. 106.
38
Cf. Joseph Ratzinger, En el principio creó Dios , EDICEP, 2001, p. 62.
39 Cf. Pedro Beteta, La vida de María, Madre del redentor, contada por Juan Pablo II , Cuadernos
Palabra, Madrid 1991, p. 20.
15
El hombre no puede pretender establecer él mismo la ley moral, decidir por
sí mismo lo que está bien y lo que está mal independientemente del Creador,
más aún, contra el Creador.
El relato continúa: “Vio, pues, la mujer que el fruto era bueno para comerse,
hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su
fruto y comió y dio también de él a su marido, que también con ella
comi” 40 . Entonces “se abrieron los ojos” de ambos y “vieron que estaban
desnudos”. Y cuando el Seor Dios “llam al hombre, diciendo: ¿Dnde
estás?, éste contest: „Temeroso porque estaba desnudo, me escondí‟ 41 .” El
hombre ha perdido ahora el fundamento de su alianza con Dios.
El respeto de la libertad creada es tan esencial que Dios permite en su
providencia incluso el pecado del hombre. Podemos deducir, pues, que a los
ojos de Dios era más importante que en el mundo creado hubiera libertad,
aun con el riego de su mal empleo, que privar de ella al mundo para excluir
de raíz la posibilidad del pecado 42 .
Fe Esperanza Amor
Duda Desconfianza Pecado
¿Cómo induce Satanás al hombre y a la mujer al pecado, en el paraíso?
LEER Gen: que no comáis de “todos” los árboles del paraíso… (mentira). No
moriréis, seréis como dioses… (Gen 3,1-6). Se sospecha de Dios.
La sospecha envenena la mente. Una vez que ha entrado en ella, transforma
todos los datos en indicios y todos los indicios en pruebas. El perverso
“espíritu de sospecha” ve su primera manifestacin en la duda que la
serpiente insinúa a nuestros primeros padres acerca de las intenciones
reales de Dios 43 .
Es el pensamiento de que Dios está envidioso del bien del hombre (hay
desconfianza). En el corazón humano se introduce una duda terrible de si la
creación es un acto de donación o no , y de si Dios es el enemigo del hombre.
Introduce la sospecha en el corazón humano de que Dios no nos quiere . Y el
ser humano le vuelve la espalda a Dios. Bajo esta perspectiva: Ya la persona
no es un don llamado a darse , porque la creación no es expresión del amor
de Dios; él es el enemigo y no creó por amor. Por eso Adán y Eva pierden la
conciencia de la vocación al don . El replegamiento del hombre sobre sí
40 Cf. Juan Pablo II, Audiencia General, 10-IX-1986; Gén 3, 1-6.
41 Gén 9, 10.
42 Juan Pablo II; Audiencia General, 21-V-1986.
43
Cfr. Enc. Dominum et vivificantem, 37.
16
mismo deforma a toda la persona humana. La concupiscencia cambia la
dirección del hombre, que ahora vive para sí.
La Gaudium et spes lo resume así: Creado por Dios en la justicia, el hombre,
sin embargo, por instigación del demonio, en el propio exordio de la historia,
abusó de su libertad, levantándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su
propio fin al margen de Dios. Oscurecieron su estúpido corazón y prefirieron
servir a la criatura, no al Creador 44 .
Antes del pecado: ¡Qué bello es que tú existas!
Después del pecado: ¡Qué útil es que tú existas!
- Moral autónoma: “Yo decido lo que está bien y lo que es malo.”
-Ofensa infinita, ¿cómo repararla?
- Dios hace una sinfonía y el ser humano mete la nota discordante. Dios
podía borrar la nota discordante, pero se sirve de ella para hacer una
sinfonía mejor (Fulton Sheen).
La táctica de Luzbel se presenta con todo realismo: falsea la verdad de lo que
Dios ha dicho, introduce la sospecha sobre las intenciones y planes divinos
y, finalmente, presenta a Dios como enemigo del hombre . El hombre,
tentado por el diablo, dejó morir en su corazón la confianza hacia su Creador 45
(Gen 3,1-11) , y desobedece al mandamiento de Dios . En adelante todo
pecado será una desobediencia a Dios y una falta de confianza en su
bondad.
Consecuencias de todo pecado: los ojos del alma se embotan; la razón se cree
autosuficiente para entender todo, prescindiendo de Dios; la inteligencia se
considera el centro del universo y se entusiasma ante el “seréis como
dioses” 46 . “Pero la fuerza de Dios está en el amor a los hombres extraviados.
Quiere otorgarles misericordia, perdonarlos, hacerlos felices” 47 .
Dios no castigó al hombre como Satanás quería (no dándole otra
oportunidad como a él); en esto fue Satanás humillado, porque el castigo que
Dios puso a nuestros primeros padres fue temporal, y a Satanás se lo dio
eterno, por los siglos sin fin. Dios castigó a los ángeles para siempre porque
su pecado fue por malicia; castigó temporalmente al hombre, porque el
hombre no pecó por malicia, sino por seducción 48 . ¡Cómo se ven aquí las
entrañas de misericordia que Dios tiene y lo que le cuesta castigarnos!
44 Cf. Concilio Vaticano II, Constitucin “Gaudium et spes”, n. 13.
45 Cf. Gen 3, 1-11.
46
Gen 3,15.
47 Josefa Menéndez, Un llamamiento al Amor, Librería Espiritual Quito, Ecuador 1974, p. 628.
48
Cf. Francisa Javiera del Valle, Decenario al Espíritu Santo, Patmos, México 1988, pp. 58-59.
17
Toda la historia humana está marcada por el pecado original, dice el CEC, n.
390. Santo Tomás de Aquino dice: En Adán peca el hombre y afecta a todos
los hombres, porque la naturaleza del hombre es una. Esto presupone la
solidaridad de todo el género humano en una misma naturaleza. En Adán,
todo el género humano se encontraba presente, en cierto modo. El Concilio
de Trento, en el siglo XVI, tuvo que tratar con detalle este tema, ya que para
los reformadores (protestantes), el hombre después del pecado original
estaría “radicalmente pervertido y su libertad anulada” (cfr. CEC, n. 406).
Aquí les faltó a los protestantes distinguir entre la concupiscencia o
tendencia al mal, que es consecuencia del pecado original, y el pecado
heredado por cada hombre. La naturaleza del hombre no está
completamente corrompida, sino herida en sus propias fuerzas naturales,
vulnerada en sus capacidades. Después del pecado, toda la realidad del
universo sufre la tiranía del Maligno, especialmente antes de la venida de
Cristo 49 .
Si alguien no cree en los Ángeles, ¿tiene mucha trascendencia ?...
El catecismo dice: Es el carácter irrevocable de su elección y no un defecto de
la infinita misericordia divina lo que hace que el pecado de los ángeles no
pueda ser perdonado. “No hay arrepentimiento para ellos después de la
caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte”
(S. Juan Damasceno, f.o. 2,4. PG 94, 877C) 50 .
El Episodio de Caín y Abel (Gen 4, 1-26) muestra el asesinato del hermano
inocente. Quitar la vida del prójimo es el mayor delito que el hombre puede
cometer, porque la vida sólo es de Dios.
Hijos de Adán y Eva: Caín (agricultura), Abel (ganadería), Set (nace después), muchos hijos e hijas.
Desde las primeras páginas del Génesis se da respuesta a los problemas
que se plantea todo ser humano sobre el mundo y la existencia, el gozo y el
sufrimiento, la vida y la muerte. Además, el creyente judío encuentra la
respuesta a su problema particular y a sus preguntas esenciales: ¿Por qué
Yavé, el Único, es el Dios de Israel?, ¿por qué Israel es su pueblo, entre
todas las naciones de la tierra? 51 .
49 Cfr. Pedro Urbano López de Meneses, Dios creó en un principio. Iniciación a la Teología de la
creación , Nostra Ediciones, México, 2004, p. 137.
50 CIC n. 393.
51 Josemaría Monforte, Conocer la Biblia. Iniciación a la Sagrada Escritura , Nostra Ediciones, México
2001, p. 121.
18
La verdadera civilización, dijo Baudelaire, no está en el gas, ni en el vapor,
sino en el alma: en “la disminucin de las huellas del pecado original”.
Pero, ¿por qué Dios no impidió que el primer hombre pecara? San León
Magno responde: “La gracia inefable de Cristo nos ha dado bienes mejores
que los que nos quit la envidia del demonio” (sermn 73,4).
Enuncio lo que se explicará de palabra:
Monogenismo y Poligenismo.
Versión protestante del pecado original: fue un pecado de sexualidad.
Explicar por qué es una interpretación errónea.
Importancia de creer en la existencia de los Ángeles.
Explicacin e interpretacin de la frase: “Fuera de la Iglesia no hay
salvación”.
Noé: El diluvio ¿es antes de Abraham?... sí.
Época ant e diluviana. Crecimiento del mal y castigo: Noé construye un arca.
Diluvio Universal : fecha desconocida: de 5 mil a 8 mil años A.C. Llovió 40
días y sus noches.
Al cabo de 5 meses comenzaron a bajas las aguas y el séptimo mes se paró
el arca en el Monte Ararat, de Armenia.
Época Postdiluviana: dispersión de los hombres.
Noé plantó una viña, se embriagó. Su hijo Cam se burló de él y llamó a sus
dos hermanos, Sem y Jafet. Éstos en vez de reírse cubrieron a su padre con
una capa (reciben bendición). Abraham es hijo de Sem.
Torre de Babel : los hijos de Noé se habían establecido en la llanura de
Senaar (sur de Mesopotamia). La humanidad estaba llena de orgullo, quiere
ser famosa y tener garantizada su seguridad por sí misma, sin relación con
Dios, sin Alianza. Construyen la torre de Babel 52 (Babel = confusión). Se
dispersan. De los descendientes de Sem saldría el pueblo de Dios. De allí
semitas.
La medida cristológica
El relato definitivo y determinante del relato de la creacin dice así: “Al
principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios... Todas
las cosas fueron hechas por Él y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido
hecho” (Jn 1, 1.3). Juan relee desde Cristo el relato de la creación. Cristo nos
52 Babel significa ”puerta de Dios”, pero por su sonido semejante con el término hebreo balbaláh
(confusión) vino a ser exponente máximo de la falta de entendimiento entre los hombres. Son
procedimientos literarios para exponer convicciones profundas: en este caso, que la desunión de la
humanidad, es fruto de la soberbia.
19
libera e la esclavitud de la literalidad 53 , devolviéndonos la verdad e las
imágenes.
Con la modernidad, el pensamiento histórico busca leer cada texto en sí
mismo, en su pura literalidad , olvidando la Biblia en su conjunto . Lee los
textos hacia atrás, esto es, no ya en su relación con Cristo, sino desde su
supuesto origen.
GRANDES IMPERIOS DE LA SEGUNDA MITAD DEL II MILENIO a.C.
Egipto (se mezclan con persas y griegos. Ptolomeo es griego).
Babilonia (sur). Caldea.
Asiria (norte): Nínive, Asur. Dios Marduk, diosa: Istar.
China.
Tema 3. Los patriarcas
Rebeca Reynaud 21 II 2010
Abraham, padre de los creyentes
La intervención de Dios para realizar su plan salvador se sitúa, en el espacio
y en el tiempo, en el mismo corazón de la historia del mundo, y para ello se
sirve también de los seres humanos. No quiere actuar solo . Cuando Dios
impone o cambia un nombre en la Biblia, es señal de que va a encomendar a
tal hombre una misión excepcional como fue el caso de Abram.
Los relatos patriarcales tienen su inicio en la presentación de la familia de Abrahán (Gn 11,27-
32). Suelen considerarse tres grandes bloques y un apéndice: el ciclo de Abrahán (Gn 12,1-25,18), el
ciclo de Isaac –que sirve de enlace con el siguiente y, por tanto, apenas tiene independencia literaria–,
y el ciclo de Jacob (Gn 25,19-37,1). La historia de José (Gn 37,1-50,26) es un apéndice que explica la
presencia de los hijos de Jacob en Egipto y prepara la epopeya del éxodo 54 .
Ciclo de Abrahán
Los relatos giran en torno a tres acontecimientos importantes: la vocación o llamada que
fundamenta toda la vida de Abrahán, los viajes que sirven para describir y de algún modo tomar
posesión de la tierra prometida, y su descendencia que confirma la bendición divina.
1.1. Vocación de Abrahán
La llamada de Dios a Abrahán (nombre que Dios le dará en lugar de Abrán; cf. Gn 17,5)
significa el comienzo de una nueva etapa en la historia de la salvación (Gn 12,1-4). En las palabras
del Señor que constituyen el núcleo de la vocación de Abrahán, es fácil detectar tres elementos: el
inicio de una vida nómada , lejos de su patria y de su casa paterna, la promesa de la tierra , que de
53 Conforme a la letra del texto, olvidando, a veces, el espíritu o lo que simboliza.
54 Santiago Ausín, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la
salvación en la Biblia.
20
momento el Señor únicamente le va a mostrar, y la bendición que lleva consigo la formación de un
gran pueblo y grandes beneficios para los demás pueblos de la tierra. La eficacia del mandato divino y
la obediencia de Abrahán están escuetamente expresadas en el final Gn 12,4: «Salieron para ir a la
tierra de Canaán, y llegaron a la tierra de Canaán».
La vida de Abrahán, por tanto, estuvo marcada por los dos elementos esenciales de su
llamada: la promesa de la tierra y la promesa de una descendencia numerosa . Todas las dificultades
que el patriarca tendrá que superar se relacionan con uno de estos dos elementos, si bien siempre
está en juego su fe en Dios.
1.2. Viajes y reconocimiento de la tierra prometida
Abrahán, como el resto de su familia, provenía de Ur de los Caldeos (Gn 11 ,31), que está al
sur de Mesopotamia, a orillas del Eufrates, cerca del Golfo Pérsico. No obstante, el punto de salida
fue Jarán (Gn 11,32 y 12,4), ciudad situada en la llanura de la alta Mesopotamia, también en la ribera
del Eufrates, al noreste de Canaán. La historia de Abrahán suele situarse entre el 1900 y el 1700 a.C.
En el Génesis se relatan dos viajes casi paralelos en los que Abrahán recorrió el país de norte
a sur, haciendo escala, o estableciéndose durante algún tiempo, en lugares que habrían de tener
especial significación en el futuro.
En la primera etapa del recorrido inicial el patriarca llega a Betel y a Siquem (Gn 12,6-8), luego
alcanza la región del Négueb (Gn 12,9) y finalmente, como consecuencia de una fuerte sequía se ve
obligado a bajar hasta Egipto (Gn 12,10-13). Siquem llegó a ser un santuario muy importante, situado
al pie de los montes Garizim y Ebal (cf. Dt 11,30; Jos 8,33), en la zona montañosa de Samaría; allí
tendrá lugar la renovación de la Alianza en tiempos de Josué (Jos 24). Betel, situado a unos 17 km al
norte de Jerusalén, había de ser un santuario importante en la historia del reino del Norte (cf. 1 S 7,16;
1 R 12,29.33; 2 R 2,2-3). El Négueb es la región desértica del sur de Palestina y tiene como centro
comercial y cultural más importante la ciudad de Berseba, situada en su zona norte. Con la narración
esquemática de esta emigración de Abrahán y la erección de un altar en cada uno de los dos
santuarios del norte, el autor sagrado deja constancia de la primera inspección de la tierra prometida.
Pero surge la primera contrariedad: cuando parece que no habrá ningún inconveniente para hacerse
con el país, todo se viene abajo; la tierra que Dios había prometido se vuelve hostil y Abrahán se ve
obligado a buscar cobijo en Egipto donde sufrirá las consecuencias de vivir como extranjero
emigrante; así queda reflejado en el episodio que narra el intento del faraón de desposar a Sara, la
mujer del patriarca (Gn 12,14-20). Es la primera prueba a la fe de Abrahán que ha de seguir confiando
en que la tierra que ha recorrido será un día suya y de sus descendientes.
En el segundo viaje se repite el mismo recorrido con mayor lentitud y por distinto camino:
Abrahán regresó de Egipto al Négueb (Gn 13,1) y del Négueb a Betel (Gn 13,3). Allí el Señor disipa
sus dudas antiguas y le repite la fórmula de la bendición: «Toda esta tierra que ves te la daré a ti y a tu
descendencia para siempre» (Gn 13,15). Desde Betel volvió hacia el sur, a Hebrón 55 donde está la
encina de Mambré (Gn 13,18). Finalmente regresó al Négueb y se estableció entre Cades y Sur (Gn
20,1). Al adquirir en pr opiedad la cueva de Macpelá en Hebrón como sepultura familiar y al comprar
unos terrenos a los hititas (Gn 23,1-20) deja de ser, de algún modo, forastero y nómada y adquiere un
cierto derecho sobre aquel país.
El autor sagrado va dejando constancia de los puntos geográficos más importantes de la tierra
prometida, pero sobre todo va señ alando los lugares, tanto del norte (Siquem, Betel), como del sur
(Hebrón, Berseba), en los cuales se dará culto al Dios verdad ero. Y, en toda la narración, subraya la
fe del patriarca que, a pesar de que nunca llegó a dominar sobre aquel país, confió plenamente en la
promesa de que lo harían sus descendientes. El rito de Alia nza narrado en Gn 15,7-21 confirma una
55 Hebrón es una ciudad situad a en la parte meridional de los montes de Judá, en su vertiente
occidental. Era un lugar impo rtante de culto asociado a la encina de Mambré. Más tarde será un
santuario importante del reino de Judá; allí fue investido rey David (2 S 2,1 -4; 5,5), haciéndola capital
del reino durante siete años y medio, antes de instalarse en Jerusalén. Era además, y esto es
significativo, ciudad de refugio y ciudad levítica (Jos 20,7; 21,11); la escuela sacerdotal hace hincapié
en que su or igen se remonta a Abrahán que erigi ó allí los lugares de enterramiento para él y los
suyos.
21
vez más la promesa de la tierra, fijada ahora con fronteras bien detalladas: «A tu descendencia daré
esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Eufrates» (Gn 15,18).
1.3. Descendencia de Abrahán
La promesa de que Abrahán formaría un gran pueblo (Gn 12,2) fue la piedra de toque de la fe
del patriarca en el Señor. También lo será de Israel a lo largo de la historia. En efecto, la vida de
Abrahán está contada como una historia de familia plagada de escenas entrañables en las que se da
razón del origen de los pueblos vecinos, en permanente tensión con el pueblo que saldría de las
entrañas del patriarca. Y en cada episodio la fe de Abrahán sale fortalecida.
– Ismael, el hijo de la esclava. La primera parte del relato gira en torno a las relaciones
Abrahán-Lot: juntos van a Egipto y juntos vuelven al Negueb y llegan hasta Betel (Gn 13,1); allí se
separan, pero mantienen siempre una fuerte relación familiar (cf. Gn 14,13-16). En todo este tiempo el
Señor no le había dado hijos a Abrahán, y el patriarca se queja: «¿Qué me vas a dar si estoy sin hijos
y el heredero de mi casa va a ser Eliezer de Damasco?» (Gn 15,2) Es la primera contradicción a su fe,
que motiva la renovación de la promesa por parte de Dios: «Te heredará uno que saldrá de tus
entrañas» (Gn 15,4). Y Abrahán creyó en el Señor (Gn 15,6). Con el nacimiento de Ismael (Gn 16) se
disipan las dudas y, de paso, se da razón del origen de los ismaelitas, caravaneros famosos en el
desierto de Arabia, como se sabe por la historia de José (Gn 37,25-28). Abrahán es llamado por vez
primera «padre de multitud de pueblos» (Gn 17,5).
– Isaac, el hijo de la promesa. El nacimiento de Isaac es el centro de la historia de Abrahán y
la confirmación definitiva de que la fe del patriarca es tan firme como la promesa. En aquellos años y
en aquella región resultaba sorprendente que el heredero de un personaje tan importante tuviera que
ser el hijo de una esclava, por más que fuera el primogénito. Y más sorprendente aún que Dios mismo
cumpliera su promesa con un procedimiento tan fuera de lugar. Es la segunda contradicción de la fe
de Abrahán. Y de nuevo responde el Señor anunciándole primero que Sara, su mujer, le dará un hijo
(Gn 17,19- 22), confirmándoselo en la teofanía de Mambré (Gn 18) Y cumpliéndolo en el
alumbramiento que se relata con todo detalle (Gn 21,1-7). Renace así la certeza de la promesa divina.
– Sacrificio de Isaac. Cuando Abrahán ya parece encontrar despejado el horizonte de su
descendencia, después de haber alejado a Ismael con su madre, vuelve a ser objeto de zozobras: el
Señor le pide que sacrifique a Isaac, su único hijo y su único heredero (Gn 22,2). El relato es
dramático, intenso, entrañable, pero el desenlace resulta clarificador y lleno de esperanza. Vuelve a
repetirse, ahora de forma definitiva, la bendición inicial: «Te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena de las playas» (Gn 22,17) 56 .
Abraham, padre de los creyentes
Dios no quiere actuar solo. Cuando Dios impone o cambia un nombre en la
Biblia, es señal de que va a encomendar a tal hombre una misión
excepcional como fue el caso de Abram.
Las narraciones del Génesis referentes a Abraham son como un archivo de
familia, familia que engendró a todo un pueblo. Se transmitieron oralmente
al principio, en los clanes y en las cercanías de los santuarios.
En la época patriarcal se ejercitaba la memoria mucho más que ahora;
se recitaban páginas enteras de la tradición, fáciles de retener por
asonancias, etimologías populares, palabras-clave, juego de palabras...
Vocación de Abraham
56 Santiago Ausín, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la
salvación en la Biblia.
22
“Y dijo el Señor a Abraham: Sal de tu tierra y de tu parentela, y de la
casa de tu padre, y ven a la tierra que te mostraré” (Gen 12,1).
Hay una iniciativa divina. Pero hacía falta cerciorarse si era el hombre
adecuado y para eso es puesto a prueba . Dios elige al hombre que Él quiere,
y su llamada es exigente. Para responder, Abraham ha de expatriarse,
romper sus relaciones de familia y marchar a un país desconocido . Pero su
sacrificio no será inútil, porque su vocación está vinculada a la realización
del plan de Dios. Parte a lo desconocido sin más seguridad que la palabra de
Dios; la obediencia a su llamada es la respuesta de la fe.
La promesa
En las tribus semíticas la mayor calamidad era no tener descendencia .
La promesa afirma que Abraham será padre de un pueblo numerosísimo que
poblará todo el país. A la promesa divina, irrealizable humanamente,
Abraham responde nuevamente con la fe . La escena se concluye con una
alianza. Dios se dirige a Abraham de un modo que puede comprender
fácilmente, sellando la promesa con un antiguo rito de alianza .
La Alianza: Para hacer un pacto era necesario que las dos partes
contrayentes pasaban por en medio de animales convenientemente
preparados y divididos, como ya mencionamos . El sentido de este rito es,
probablemente, aceptar ser descuartizado si rompo el compromiso . Un fuego
del cielo, signo de la presencia de Dios, pasa entre los animales
descuartizados. Es como si Dios pasase por en medio de ellos, con ello, Dios
ratifica la Alianza 57 .
“Puesto ya el sol, sobrevino una oscuridad tenebrosa y apareció un
horno humeando, y una lluvia de fuego que atravesaba por entre los animales
divididos” (Gen 17, 15-22).
Dios es el único que pasa entre las víctimas, porque solamente Él se
compromete y su promesa no puede tener contrapartida. La trascendencia
divina queda respetada en el relato, puesto que Dios se manifiesta bajo el
símbolo de fuego y sólo durante el sueño de Abraham 58 .
Actitud de Dios y del hombre
Después de Abraham, todos los hechos de la historia bíblica nos
enseñan la actitud de Dios y la actitud del hombre. Dios no se comporta
57 A. du Jeu, La Santa Biblia, 1 , Marova, Madrid, pp. 21-22,
58
Paul de Surgy, Las grandes etapas del misterio de Salvación , Nova Terra, Barcelona, 1965, p. 44.
23
según las normas de la sabiduría humana. La inteligencia humana queda
estupefacta ante la forma en que Dios dirige la realización de las promesas y
el hombre no tiene otra alternativa que confiar en Dios.
Los sacrificios humanos, especialmente de los primogénitos,
eran bastante frecuentes en las prácticas religiosas de aquella época. Al
superar la prueba “Abrahán comprendi que su Dios no quería, como los
otros dioses, la sangre del hombre para calmar su sed, sino su amor y su
vida para trabar con él una amistad eterna. Comprendió también que su fe
debía apoyarse más en Dios que en sus propios recursos personales 59
La Liturgia recoge este relato del sacrificio de Isaac y lo lee en la Vigilia
Pascual, porque de alguna manera Isaac es figura de Jesús.
El premio de Abraham
La prueba también fue dura para Isaac, quien nunca olvidaría aquel
momento. Isaac comprendió que si bien era hijo de Abraham, era mucho
más don de Dios, “hijo de Dios”.
Dios le prometió una descendencia tan numerosa que formarían varios
pueblos, y se cumplió. Pero el sentido espiritual de esa expresión es el más
importante y tiene una realización plena; sus descendientes son todos los
creyentes. La segunda recompensa está expresada en estas enigmáticas
palabras: “Por tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra”
(Gen 12, 3; 22, 18). Dios le prometió que en pago de su obediencia, de su
descendencia nacería el Cristo. Esta bendición-promesa jamás se borró de la
mente de los descendientes de Abraham. Esta bendición tardó
aproximadamente mil quinientos o dos mil años en cumplirse , y durante ese
largísimo tiempo, la idea del mesianismo se conservó de generación en
generación (Juan Sosa E.).
2. Ciclo de Isaac 60
La historia de Isaac no tiene relevancia en sí misma, sino que sirve de unión entre la de
Abrahán y la de Jacob. Pero es importante la explicación teológica que transmite, porque confirma
que Dios mantiene la promesa de la descendencia, de modo que la bendición inicial hecha a Abrahán
pasa por generación de padres a hijos hasta llegar a los descendientes de Jacob.
El matrimonio con Rebeca sirve para subrayar que la promesa divina se cumple hasta en los
detalles más pequeños: Dios mismo designa a la esposa, y Rebeca debe dirigirse a la tierra de
promisión y habitar allí. El nacimiento de los hijos es más significativo. Se subraya que Esaú era el
primogénito y, según la costumbre de la época, el heredero. La insistencia en este detalle legal indica
que Dios cumplirá sus promesas, pero no como los hombres esperan, sino según su propio designio .
En la historia de la salvación siempre se resalta la trascendencia de Dios y su libertad para tomar
iniciativas.
59
I. Farreres, Historia de la Salvación, Casals, Barcelona 1983, p. 13.
60 Santiago Ausín, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la
salvación en la Biblia.
24
La historia de Isaac termina cuando envía a Jacob a Mesopotamia (Gn 28,1-9), de donde era
originario Abrahán, para que pueda tomar esposa de la misma familia que su antepasado.
Nuevamente bendice a su hijo, recordando la promesa de Abrahán: «Que El-Saday te bendiga, te
haga crecer y multiplicarte, y te conviertas en multitud de pueblos; que te conceda la bendición de
Abrahán, a ti y a tu descendencia, para que poseas la tierra en que resides que Dios otorgó a
Abrahán» (Gn 28,4).
3. Ciclo de Jacob
La historia de Jacob, como la de Abrahán, esta estructurada en torno a los tres elementos
teológicos fundamentales que el autor sagrado pretende enseñar: vocación, viajes y descendencia.
3.1. Vocación de Jacob
No hay un relato de vocación propiamente dicho, pero se narran tres acontecimientos iniciales
en los que el autor sagrado descubre el destino de Jacob: su nacimiento, la consecución de la
primogenitura y la bendición otorgada por Isaac.
Desde el nacimiento se señala que, contra toda lógica y contra la costumbre de la época, de
los dos pueblos que representan los dos hermanos gemelos «el mayor servirá al menor» (Gn 25,23).
La primogenitura que cronológicamente pertenece a Esaú pasa a Jacob porque Dios así lo ha
querido.
Para mostrar que, aún dentro de la genealogía, todo se debe al designio divino, el autor
sagrado construye dos relatos entrañables e irónicos sobre la adquisición de todos los derechos por
parte de Jacob: en el primero Esaú, de aspecto bermejo, cambia sus derechos de hermano mayor por
un plato de guiso rojizo (Gn 25,27-34): se justifica así el origen de los edomitas, descendientes de
Esaú, que eran de tez rojiza (Gn 25,25); pero sobre todo se subraya la astucia de Jacob, el elegido
por Dios, frente a la necedad de su hermano. El segundo relato es el de la bendición de Isaac a Jacob
(Gn 27): entre ironías, episodios familiares y gestos dramáticos tiene como objetivo realzar el alcance
de la bendición de Isaac, idéntica a la de Abrahán: «Maldito el que te maldiga y bendito el que te
bendiga» (Gn 27,29; cf. 12,3). El lector deduce con facilidad que Jacob es el más sagaz, pero también
el elegido por Dios para heredar la promesa de poseer la tierra y formar un pueblo numeroso 61 .
Jacob 62
Después de 20 años de ausencia Jacob vuelve a su tierra. ¿Qué va a
encontrar? A su hermano Esaú que le aguarda con 400 hombres de guerra.
¿Estará aún Dios con él?... Jacob le envía regalos por remesa: cabras,
bueyes, ovejas...
Para ganarse su favor, Jacob se inclina siete veces ante Esaú , lo que
equivale a reconocerle como rey. Luego, al ver la actitud benevolente del
rostro de su hermano, reconoce que así se le muestra la benevolencia del
rostro de Dios que se le ha aparecido la noche anterior. Así comenta San
Juan Crisóstomo la actitud de Jacob ante Esaú: “Nada hay más fuerte que
la mansedumbre, Pues, lo mismo que se apaga el fuego al echarle agua,
aunque arda mucho, así calma el ánimo más ardiente que un horno, cuando se
le habla con mansedumbre. De este modo obtenemos un doble beneficio: por
61 Santiago Ausín, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la
salvación en la Biblia.
62 El libro del Génesis dedica más espacio a hablar de Jacob que del mismo Abraham.
25
una parte practicamos la mansedumbre, por otra, hacemos cesar la indignación
del hermano y libramos su pensamiento de la turbación. El fuego no se puede
apagar con fuego, y el furor no se apacigua con furor, sino que lo que el agua
es para el fuego, son la mansedumbre y la humildad para la ira” (Homiliae in
Genesim 58, 5).
Cuesta bastante creer que tras 34 años de odio incesante, Esaú
cambie en forma repentina de actitud, y se comporte frente a su hermano
como una dulce criatura. Por eso, Jacob sigue tomando precauciones y
consigue convencer a Esaú de que vaya por delante, para tomar luego él otro
camino. Así llega, a través del Valle del Jordán, a la ciudad de Siquem 63 , y
luego a Betel.
Su esposa Raquel muere al dar a luz a Benjamín , y es sepultada en
Belén Efrata, pueblo entonces casi desconocido. San Mateo la menciona
veladamente (2,18) al decir: “Raquel llora a sus hijos”, imaginando que
Raquel ahí enterrada, llora la muerte de los pequeños.
Ocurre la célebre escena en la que pelea toda la noche con un hombre
fuerte o un ángel (o Dios). De esa lucha Jacob saldrá transformado y, tanto
Jacob como el pueblo elegido, recibirán el nombre de Israel : “Dios se
muestra fuerte” 64 . Esta lucha de Jacob con el ángel-Dios es la imagen de
nuestra vida espiritual. Nosotros luchamos con Dios, le resistimos y en el
momento en que somos vencidos por Él y en el que le pedimos que nos
bendiga, es cuando realmente somos vencedores . Lo que en Jacob era turbio,
sus deficiencias de carácter y su apego a las riquezas son barridos para
siempre por el soplo divino. De ahora en adelante la conciencia de su misión
aparecerá en cada uno de sus gestos.
Hijos de Jacob: De Lía: Rubén, Simón, Leví, Judá... De Bilha: Dan y
Neftalí. Dos más de Lía: Isacar y Zabulón (Lía le dio 6 hijos varones). De
Zilpa: Gad y Aser. Raquel le dio dos hijos –José y Benjamín-, completando
así el número de 12 hijos varones. Tuvo también hijas, entre ellas, a Dina.
3.2. Viajes de Jacob
En los viajes la historia de Jacob tiene muchas semejanzas con la de Abrahán. En primer
lugar sale camino de Mesopotamia de donde eran originarios sus antepasados (Gn 28,1-5), pero
antes se detiene en Betel. La visión de Betel sobre la escala que llega hasta el cielo (Gn 28, l0-22) es
importante porque incluye la misma bendición que Dios había otorgado a Abrahán y a Isaac: «Yo soy
el Señor, el Dios de tu padre Abrahán, el Dios de Isaac; voy a darte a ti y a tu descendencia la tierra
63 Siquem es el nombre de una ciudad y de una persona individual. Siquem se enamora de Dina,
la hija de Jacob, la viola. En castigo, los hermanos de Dina, Simón y Leví, matan a gran parte de la
población. Simón y Leví son malditos a causa de su violencia. Judá es alabado y de él saldrá el
Mesías.
64
Cfr. La Santa Biblia, 1, Marova, Madrid, p. 26.
26
sobre la que estás acostado. Tu descendencia será como el polvo de la tierra, te extenderás al este y
al oeste, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra»
(Gn 28,13-14; cf. 17,8; 26,4). Además este episodio confirma la dignidad del santuario más importante
del norte.
En Mesopotamia Jacob tomó como esposas a las dos hijas de Labán, Lía y Raquel –junto con
sus respectivas esclavas–, adquirió riquezas abundantes y permaneció allí hasta que recibió de parte
de Dios la orden de volver a su tierra (Gn 31,11-13), al país de Canaán.
En el camino de vuelta, en la Transjordania, a orillas de río Yaboc tuvo una experiencia
religiosa extraordinaria: Dios se hizo el encontradizo, luchó con él, le cambió el nombre –ahora se
llamara Israel– y le otorgó la bendición que inicialmente había pedido (Gn 32,22-32).
Desde allí se dirigió a Siquem donde compró campos, como había hecho Abrahán en Hebrón,
y levantó una tienda (33,16-19). De nuevo se encaminó a Betel junto con toda su familia (Gn 35) y
erigió allí un altar a El-Saday, que le renovó la bendición: «De ti se formará un pueblo e incluso una
multitud de pueblos» (Gn 35,11). Finalmente «se estableció en el país en el que había residido su
padre» (Gn 37,1), probablemente en Hebrón. Allí vivió hasta que al final de su vida bajo con sus hijos
a Egipto (Gn 46,1-7).
Este cuadro de largos viajes y de largas estancias esta cargado de significado. Ante todo
porque en la historia de Jacob se mantiene viva la promesa de una tierra en la que sus descendientes
se establecerán de modo definitivo; además se funden con su actividad las tradiciones ligadas a los
lugares más importantes, como son los santuarios de Siquem y Betel. De este modo el lector entiende
que la tierra prometida, con sus santuarios y sus recuerdos se deben a Jacob-Israel, el antepasado
por antonomasia, el que dará el nombre al pueblo. Sin embargo, el final es dramático: Jacob tiene que
abandonar el país, con lo que vuelve a quedar en entredicho la promesa de la tierra. Por eso, sólo se
decide a bajar a Egipto cuando el Señor le reitera su bendición: «Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No
temas bajar a Egipto, porque te constituiré allí en un gran pueblo. Yo bajaré contigo a Egipto y yo te
haré también subir» (Gn. 46,3-4). Al morir, sus hijos lo sepultaron en la cueva de Macpelá (50,13).
Pero ellos permanecieron en Egipto con la esperanza de regresar un día a la tierra de la promesa.
3.3. Descendencia de Jacob
En la historia de Jacob tiene especial relieve su descendencia. La estancia de Jacob en la
región de Padán-Aram (Mesopotamia) está narrada con un colorido extraordinario que refleja la vida
de las tribus seminómadas de la época, las relaciones entre los clanes y la religiosidad de aquellas
gentes. Pero todo ello sólo es el marco para resaltar la bendición de Dios, que le dio a Jacob hasta
doce hijos, los once primeros nacidos en Padán-Aram (Gn 29,31-30,24) más Benjamín que nacerá ya
en Canaán (Gn 35,16). El nacimiento de cada hijo, fruto casi siempre de la rivalidad entre las esposas
de Jacob, refleja las cualidades que cada tribu tendrá después; todas serán diferentes, pero cada una
y todas juntas son parte del designio divino de salvación.
Jacob siempre estuvo acompañado de su familia, pero los acontecimientos más significativos
los lleva a cabo en solitario. Él solo fue protagonista del misterioso encuentro con Dios a orillas del
Yaboc (Gn 32,23-33) cuando sus hijos habían pasado ya al país de Canaán. Aunque esta solo, sin
embargo esta representando a todos los suyos, al pueblo entero. No sólo porque el nombre que
recibe –Israel– es el nombre del pueblo, sino porque el episodio en su conjunto es un símbolo del
modo de ser y de actuar del pueblo que busca conocer el nombre de Dios y conseguir su bendición,
que se debate entre las dificultades que le plantea su fe y que espera siempre que amanezca para
que termine aquella angustiosa pelea.
A la entrada de Palestina, en Siquem, Jacob tiene las primeras escaramuzas con los
habitantes de aquella región; pero ya no es el solo, sino que son sus hijos los que entablan la batalla.
La posesión de la tierra no será fácil, se llevará a cabo entre angustias y miedos, como confiesa el
propio Jacob: «Somos pocos y ellos se reunirán contra mí, me atacarán y me aniquilarán a mi y mi
familia» (Gn 34,30). Con frecuencia las dificultades no vendrán tanto de los de fuera, cuanto de las
27
propias tribus que pelean entre sí y tienden a la división, como queda reflejado en la historia de José.
Pero el Señor suscitará una y otra vez a uno de entre ellos que conseguirá unirlos de nuevo 65 .
Tema 4. Israel en Egipto. La Historia de José. 2a parte: Moisés (2010)
Sueños de José (hijo de Jacob y Raquel)
Israel amaba a su hijo José más que a todos sus hijos y le hizo una túnica de
mangas largas. La vestidura regalada a José por su padre era una túnica que se
vestía directamente sobre la piel; es decir, no era la vestimenta exterior que los
hombres portaban fuera de su casa a modo de manto. Pero se distinguía de las
túnicas habituales por su largura y la longitud de sus mangas; era pues un lujo que
quedaba a los que no tenían que trabajar. La Vulgata interpretó el término hebreo en
el sentido de “multicolor”.
José soñó que estaban atando gavillas en el campo, que su gavilla se
levantaba, mientras que las gavillas de sus hermanos le hacían rueda y se
inclinaban hacia su haz. Luego soñó que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban
ante él, y se los contó.
Sus ensueños sólo ofrecen imágenes mudas, sin palabras que las
interpreten; pero su contenido profético es indiscutible, sin embargo, José será
reprendido por su causa. El ensueño de las gavillas habla del cultivo de cereales. En
cuanto a la visión de los astros, no podemos pensar en estrellas aisladas sino en
constelaciones, pues su número de once debemos relacionarlo con las antiguas
ideas sobre los once signos del zodíaco.
Una profecía onírica sólo llegaba a ser eficaz si se transmitía, si se
proclamaba su contenido. El odio de los hermanos era una rebelión contra la
realidad contenida en aquellos ensueos. La expresin hebrea “soador” quiere
decir aquel a quien ha sido dada la capacidad de soñar proféticamente (ba’al
hahalomet).
Los hermanos se fueron a apacentar las ovejas de su padre, y José es
enviado por su padre para saber si están bien. Los hermanos lo vieron de lejos y
conspiraron contra de él. Le quitan la túnica, lo echan a la cisterna y se sientan a
comer. Las cisternas eran grandes agujeros en forma de botella hechos en la tierra
y servían para conservar hasta el verano el agua caída en invierno. Lo venden luego
a una caravana que va a Egipto. Los hermanos regresan y, ante su padre, Rubén se
muestra espantado pues sobre el hermano mayor caía la responsabilidad principal,
era una reacción humana ante un crimen tan monstruoso. La entrega de la túnica
ensangrentada servía como prueba de su muerte. El padre era llevado así a
“comprobar” por sí mismo, solemnemente con validez jurídica, la muerte de José.
65 Santiago Ausín, El origen de Isreal , en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de
Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
28
Jacob no se despojará de sus vestiduras de luto durante todo el tiempo que le
reste de vida. ¿Qué cabía esperar sino que José muriera como esclavo en un país
extranjero? Y llegamos a una pausa dentro de este dramático acontecimiento.
Tentación de José
Ya en Egipto, a José lo compró Putifar, un egipcio. El nombre Putifar significa
“Lo que el (dios) Ra ha dado”. Su cargo era eunuco del faran, jefe de los guardias
de corps. Probablemente no hayamos de tomar aquí al pie de la letra el término
“eunuco”; indica más bien una alta funcin palaciega.
José se ganó su favor y Putifar le encargó su casa y todo lo que tenía.
Tiempo más tarde la mujer de su seor se fij en José y le dijo: “Acuéstate
conmigo”, pero él se rehus. Ella instaba a José cada día, pero él no accedi a
acostarse. Pero cierto día, entró él en la casa y coincidió que no había ninguno de
casa allí dentro. Entonces ella le asi de la ropa diciéndole: “Acuéstate conmigo”,
pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera. Entonces ella gritó
ante todos y luego lo acusó de querer seducirla. El señor se encolerizó y lo metió a
la cárcel en el sitio en donde estaban los presos del rey. José se ganó al alcaide
quien le confió a todos los detenidos.
El adulterio fue considerado en Israel uno de los delitos más graves. También
el trato carnal con una novia tenía la calificación de adulterio y era castigado con la
pena de muerte. El marido podía tener trato con esclavas o prisioneras. La mujer
debía guardar una fidelidad total.
La vestidura que José tuvo que dejar en manos de la mujer se llevaba pegada
al cuerpo: era un largo vestido camisero que se ceñía a los riñones mediante un
cinturn. José huy afuera desnudo. “Afuera” no significa a la calle sino a un patio
interior.
Interpretación de sueños en la cárcel
El rey se enojó contra dos de sus cortesanos y los mandó a la cárcel. Los
presos se hallaban en prisión preventiva, a la espera de sentencia. En una misma
noche los dos tuvieron sueños. José se los interpretó. A uno le dijo: en tres días
alzará el faraón tu cabeza, te devolverá a tu cargo y pondrás la copa del faraón en
su mano. A ver si te acuerdas de mí cuando te vaya bien. El panadero narró su
sueño, José se lo interpretó: Dentro de tres días el faraón te colgará en un árbol y
las aves te comerán la carne. Ultrajar el cadáver era una sanción dura entre los
egipcios que tanto se preocupaban por él. José permanece dos años más en la
cárcel.
Sueños del faraón
29
El faraón sueña con 7 vacas gordas y 7 vacas flacas y éstas se comen a las
primeras. Lo mismo sucede con 7 espigas. El faraón mandó llamar a todos los
magos y sabios, les contó su sueño pero no hubo quien se lo interpretara. Entonces
el copero se acordó de José y es presentado ante el faraón. Le cuenta su sueño, se
lo descifra y lo pone al mando de su casa y de todo el país. El cargo conferido a
José es el de gran visir, es decir, el de representante plenipotenciario del rey, y al
mismo tiempo el de jefe de palacio Le dio, además, por mujer a Asenat, hija del
sacerdote. José se hizo todo un egipcio.
Tenía José treinta años cuando compareció ante el faraón. José mandó hacer
acopio de todos los víveres de los siete años en que hubo abundancia. Pasaron los
7 años de hartura y comenzaron los de hambre. El pueblo clamó al faraón pidiendo
pan, dijo el faran: “Id a José: haced lo que él os diga”. El hambre arreciaba por toda
la tierra y de todos los países venían a Egipto para proveerse comprando grano a
José.
Primer viaje de los hermanos a Egipto
Viendo Jacob que había grano en Egipto dijo a sus hijos que fueran por él.
Bajaron diez hermanos de José. Llegaron ante José y se inclinaron rostro en tierra.
Aunque José los reconoció, ellos no lo reconocieron. Los acusa de espías; ellos
explican quiénes son, y José les dice que no van a salir de allí hasta que no venga
el hermano menor. Y los puso bajo custodia tres días. Al tercer día les dice que se
va a quedar detenido uno de ellos (Simeón), pero han de volver con el menor.
Mediaba un intérprete y ellos comenzaron a hablar en su lengua, pero José les
entendía, entonces se apartó de su lado y lloró. Mandó que se les llenaran los
costales de grano y se les devolviera su dinero en su saco.
Cuando más tarde uno de ellos abrió su saco en la posada vio que su dinero
estaba en la boca del costal de grano. Luego a todos les pasó lo mismo. Contaron a
su padre que fueron tomados por espías y que para demostrar que no lo eran
debían llevarse a Benjamín. Su padre dijo: Me dejan sin hijos, falta José, falta
Simeón y ahora me quieren quitar a Benjamín.
Segundo viaje de los hermanos a Egipto
El hambre seguía abrumando al país, así que cuando consumieron el grano
traído de Egipto, tuvieron que volver.
Cuando José vio con ellos a Benjamín dijo a su mayordomo: “Conduce a
estos hombres casa, mata algún animal y lo preparas, porque esos hombres van a
comer conmigo a mediodía”. Ellos se asustaron y pensaron que era por el dinero
vuelto en sus sacos. El mayordomo los tranquilizó, les dio agua para que se lavaran
los pies y les sacó pienso para sus asnos. Luego llegó José y les preguntó si
estaban bien, mas al ver a Benjamín, su hermano de madre, se conmovió y
entrando en un cuarto lloró. Luego se lavó la cara y pidió sirvieran la comida. Y le
sirvieron a él aparte.
Ultima prueba de los hermanos
30
José dio orden a su mayordomo: “Llena de víveres los sacos de estos
hombres. Y mi copa, la copa de plata, la pones en la boca del saco del pequeo”.
Apenas salieron de la ciudad, aún no estaban lejos, cuando el mayordomo los
alcanz y les dijo: “Por qué pagan mal por bien?” y explic que se habían robado la
copa, la que luego apareció en el saco de Benjamín. Rasgaron sus vestiduras y
regresaron a Egipto. El administrados, en nombre de José dijo: “Aquel a quien se le
ha hallado la copa será mi esclavo. Entonces Judá se adelantó, intercedió por su
hermano y pidió quedarse él como esclavo en lugar de Benjamín.
El crimen del que se hace sospechoso a Benjamín -robo de un objeto
sagrado- es gravísimo. La adivinación mediante cálices estaba muy extendida en la
Antigüedad. José construyó una situación en la que había de quedar claro si ellos
volverían a comportarse como antes o si habían cambiado desde entonces. Aquí, la
tensión llega al máximo. El discurso de Judá muestra lo mucho que han cambiado.
Judá está dispuesto incluso a dar la vida con tal de proteger la del menor. La
sombra de aquel José desaparecido se proyecta sobre el discurso. Es una situación
trágica de gran belleza. Todos los ojos están suspendidos de las palabras del que
habla, y sólo se apartan para escrutar el rostro del poderoso dignatario.
Desenlace
Ya no podía José contenerse delante de todos los que le rodeaban y
exclam: “Hagan salir a todos”. Y no qued nadie con él cuando se dio a conocer a
sus hermanos. Y se echó a llorar tan alto que lo oyeron los egipcios. Y les explica
que Dios lo ha enviado para que lograran sobrevivir ya que faltaban todavía cinco
años de hambre. No fueron ellos sino Dios el que lo envió a Egipto. Luego los
abrazó a todos y les pidió que trajeran a su padre y a toda la parentela. Les
proporcionó carretas por orden del faraón. Leer el texto y ver que el narrador se
aplica a relatar, con el máximo realismo psicológico posible, las emociones
internas 66 .
Jacob tuvo 12 hijos, cabezas de las doce tribus de Israel. Por deseo de
Jacob, los dos hijos de José, Efraín y Manasés , fueron adoptados por él y
considerados como hijos suyos y por eso mismo incorporados al número de los
doce hermanos, y su descendencia formó dos tribus más. A partir de la muerte de
Jacob no se vuelve a hablar nunca en la Biblia de la tribu de José , sino que su lugar
lo tomaron sus hijos. En consecuencia, al salir de Egipto ya no son doce tribus, sino
trece. Pero por inercia se sigue hablando en la Biblia de doce tribus aunque en
realidad eran trece.
Epílogo
66
Gerhard von Rad , El libro del Génesis, Sígueme 1982.
31
La última pena de Jacob fue morir lejos de la tierra prometida, pero también
tuvo allí su mayor consuelo: encontrar a su hijo predilecto, José, a quien dice:
“Ahora ya puedo morir, porque he visto tu rostro y vives todavía”.
Cuando Jacob sintió que su fin se acercaba se dispuso a bendecir a uno de
sus hijos. ¿A quién le tocaba la bendición?... tenía 14, ¿a quién le tocaba? la
elección era sencilla, debía elegir a Rubén, el primogénito. Pero Rubén había
cometido una falta gravísima: Cohabitar con una de las concubinas de su padre 67 ,
por eso fue descartado: “Subiste al lecho de tu padre; violaste mi tálamo” 68 . Seguían
Simn y Leví. Estos fueron descartados por su “ira impetuosa y clera cruel” 69 .
Seguía en el orden Judá, el cuarto varón hijo de Lía. Éste fue el elegido 70 . Jacob dijo
a su hijo: “No se irá de Judá el báculo, el bastn de mando de entre sus piernas,
hasta que venga Aquel a quien rindan homenaje las naciones” 71 .
Se le vaticina que esa dinastía gobernará hasta que venga el Mesías, cosa
que se cumplió pues los descendientes de David gobernaron, al menos en el reino
de Judá, hasta que la última familia real, la de los Asmoneos, fue desplazada por los
romanos para poner como rey a Herodes el Grande, de origen idumeo, y en ese
momento, reinando Herodes, nació Jesucristo, cuando el cetro habías salido de las
manos de los descendientes de Judá.
Un comentario
Dos circunstancias facilitaron el acceso del clan de Jacob a los graneros
egipcios: La primera, fortuita y extraordinaria, es la historia de José. Los
acontecimientos debieron producirse hacia el año 1600, y en esa época Egipto se
hallaba en el periodo de los “Hicsos” o “Reyes pastores”. Se dio este nombre a unos
invasores semitas, quienes entre 1750 y 1550 lograron dominar Egipto 72 y
establecer allí dos dinastías. Su dominación dejó tan mal recuerdo que después de
su expulsión los egipcios se encarnizaron en destruir toda huella de su opresión.
Esto explica la perfecta verosimilitud de la historia de José y, a la vez, el silencio de
los documentos subsistentes (C. Charlier).
Las pinturas egipcias nos han conservado el cuadro de las largas filas de
semitas asiáticos más o menos nómadas que vienen a implorar la autorización -
mediante la renuncia a su libertad - para establecerse con sus rebaños y sus bienes
en el valle milagrosamente fértil.
Nota: ¿Qué es un tipo? Tipo es una persona, lugar, cosa o acontecimiento real del
Antiguo Testamento que prefigura algo más grande del Nuevo Testamento. De “tipo”
67 Génesis 35, 22.
68
Génesis 49,4.
69 Génesis 49, 5-7.
70 Cf. Sosa, La Biblia explicada al pueblo , I, 184.
71 Génesis 49, 10.
72 Lograron dominarlos porque los hicsos traían carros de guerra. Entraron a Tebas (norte) y a Menfis
(sur), las dos capitales de Egipto. Antes, a los egipcios los habías dominado los etíopes.
32
proviene la palabra “tipología”, el estudio de las prefiguraciones de Cristo en el
Antiguo Testamento 73 . Los tipos no son símbolos de ficción. La tipología nos habla
también del cielo, la Iglesia, los Apóstoles, la Eucaristía... Así, Israel prefiguraba la
Iglesia, Los doce patriarcas prefiguraban los Doce Apóstoles, el arca de la alianza
era tipo de la Virgen María 74 .
Segunda época: El éxodo: Moisés
1. La figura de Moisés
Moisés no es presentado como heredero de sus antepasados, ni se fundamenta su misión en
la genealogía 75 o en la herencia recibida de su familia, sino en la llamada de Dios que se le manifestó
de modo extraordinario en el episodio de la zarza incande scente (Ex 3,1-10), le comunicó su nombre
(Ex 3,11-15) 76 y le encomendó la misión de sacar al pueblo de la opresión de los egi pcios (Ex 3,16-
22).
En el desempeño de su misión Moisé s tuvo que superar todo tipo de obstáculos: en primer
lugar, la oposición de los propios Israelitas que no aceptaban de buen grado su liderazgo ni
comprendían que aquella empresa fuera querida por Dios ni beneficiosa para ellos. También la
tozudez del faraón , que una y otra vez se negaba a dar crédito a las propuestas que Mo isés le hacia y
menos aun a dejar salir al pueblo. Y finalmente, los elementos de la naturaleza , tanto los que parecían
obstaculizar la salida de los israel itas, como los que en el desie rto aumentaban la crudeza de la
travesía, en concreto, la falta de agua o de comida. Sin duda, la dificultad más dolorosa era la que
provenía de los suyos: c omienza cuando todavía vive en la corte del faraón (cf. Ex 2,14), rebrota
cuando se presenta mte ellos para sacarlos de la esclavitud (Ex 5,21), y se prolonga con las primeras
murmuraciones en el desierto (cf. Ex 15,22 -24; 17,1- 7). Paulatinamente Moisés logra que le sigan y
que los israelitas acepten de buen grado la Alianza del Señor con las exigencias que comporta 77 .
73 Cf. Catecismo de la Iglesia nn. 128-130.
74 Cf. Scott Hahn, Dios te salve, Reina y Madre , Patmos, Madrid 2003, pp. 33-34.
75 Aunque era de la tribu de Leví, no se menciona su g enealogía y sólo muy tarde aparece el nombre
de su padre (Amram, según Ex 6,20 o Yoquébed según Nm 26,59).
76 El autor sagrado constata que el Dios del Sinaí es el mismo que el de los antepasados: «Yo soy el
Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob» (Ex 3,6). Moisés no es, por
tanto, fundador de una religión nueva, sino que asume la tradición religiosa de los patriarcas, pero
recibe del mismo Dios la revel ación del nombre divino con el que será invocado en Israel :«YHWH».
Sobre el significado de Yahwéh se han propuesto muchas soluciones que quizá no se e xcluyan unas
a otras. Las más importantes son las siguientes: a) Dios en este episodio contesta con una evasiva,
para evitar que los israelitas, contagiados de ritos mágicos, pe nsaran que conociendo el sentido del
nombre tenían poder sobre la divinidad. Según esta hipótesis «Soy el que soy» equivaldría a «Soy el
que no podéis conocer», «el innombr able». Esta solución subraya la trascendencia de Dios. b) Dios
manifestó más bien su propia n aturaleza de ser subsistente. «Soy el que soy» si gnifica el que es por
sí mismo, el ser absoluto, aquel cuya esencia es ser. Dicha explicación aparece con frecuencia en la
interpretación cristiana. c) Basándose en que Yahwéh es una forma causativa del anti guo verbo
hebreo hwh (ser), Dios se mostraría como «el que hace ser», el creador. No tanto en su sentido más
amplio, como creador del universo, sino sobre todo, en concreto: el que da el ser al pueblo y esta
siempre con él. Así invocar a Yahwéh traerá siempre a la memoria del buen israelita la razón de ser
de su existencia, como individuo y como miembro del pueblo elegido. En época tardía, hacia el siglo
IV a.C., por reverencia al nombre divino, se evitó pronunciarlo, sustituyéndolo en la lectura del texto
sagrado por «Adonay» (mi Señor). La versión griega 1o traduce por Kyrios y la latina por Dominus .
Con este titulo será aclamada la divinidad de Jesús: «Jesús es Señor». La forma medieval Jehováh
es el resultado de leer equivocadamente el texto hebreo vocalizado por los masoretas, por 1o
que hoy no tiene justificación.
77 Varias veces se repite: «Haremos todo cuando ha dicho el Señor» (Ex 24,3. 7; 19,8; 25,9).
33
Moisés será considerado por las generaciones futuras como el gran profeta (cf. Dt 18,18; Os
12,14) porque guió a su pueblo no con la fuerza de las armas, sino con la convicción de la palabra; él
fue el intermediario entre Dios y su pueblo, unas veces para transmitirles las palabras del Señor, otras
para ser su intercesor más cualificado.
Pero Moisés, ante todo, fue el prototipo de su pueblo. En efecto, su vida es imagen de la vida
de Israel: su nacimiento prodigioso, «sacado de las aguas» (Ex 2,10), prefigura el nacimiento del
pueblo a través de las aguas del mar Rojo; su infancia fácil en la corte del faraón (Ex 2,10) recuerda
los años que los hijos de Israel vivieron tranquilos en Egipto (Ex 1,7); su huida, que le llevó a vivir
como extranjero en Madián (Ex 2,11-25), es también imagen de la persecución del pueblo. En
consecuencia, la fe de Moisés en el proyecto divino (Ex 4,1-9) será el fundamento de la fe de todo el
pueblo.
2. La salida de Egipto
Los quince primeros capítulos del Éxodo narran los acontecimientos de la salida del país de la
opresión. Como es habitual, el autor sagrado no pretende una exactitud cronológica 78 ni geográfica 79 ,
sino una enseñanza religiosa, a saber, que Dios intervino de modo extraordinario en la salida y en la
formación del pueblo. Así se explica el género épico de estas narraciones y el carácter extraordinario
de las señales que muestran la cercanía de Dios con su pueblo.
El relato está bien construido en dos etapas: la preparación, que abarca los doce primeros
capítulos, y la salida propiamente dicha, que ocupa los tres siguientes 80 .
Preparación (Ex 2,1-13,16). Desde el nacimiento de Moisés se vislumbra la liberación: el
mismo es librado de las aguas y, todavía joven, defiende a un hebreo de las vejaciones de un egipcio
e intenta atajar las desavenencias entre dos hombres de su raza; por estas actuaciones tiene que salir
huyendo de la corte de faraón (Ex 2,11-15). En Madián recibe de Dios el mensaje de liberar a su
78 Lo más probable es que la salida de los israelitas del país de Egipto tuviera lugar en el siglo XIII
a.C., cuando en el país del Nilo se estaban llevando a cabo las construcciones más importantes de su
historia. Los faraones Seti I (1291-1279) y Ramsés II (1279-1212) llegaron al trono en un momento de
paz y de hegemonía en el país, y promovieron notables empresas religiosas y culturales, entre las que
destacó el proyecto de obras monumentales, para cuya construcción se sirvieron de los residentes
extranjeros, especialmente de los semitas. La mención en Ex 1,11 de las ciudades de
almacenamiento, en cuya construcción participaron los israelitas, resulta más fiable y hace suponer
que fue en el siglo XIII cuando tuvo lugar la salida de Egipto. Las grandes edificaciones que
impulsaron Seti I y Ramsés II, eran desconocidas en los siglos anteriores.
Por otra parte, admitiendo que el éxodo se iniciara a principios del siglo XIII, la conquista de Palestina
se situaría unos cuarenta años más tarde, es decir, en la segunda mitad del mismo siglo XIII, fecha en
la que los arqueólogos datan la destru cción de numerosas ciudades de Canaán, tales como L aquís,
Jasor y otras.
79 Los datos geográficos del libro del Éxodo no son suficientes para descubrir con exactitud el
itinerario de los israelitas por la península del Sinaí. Sabemos que no utilizaron ninguna de las rutas
habituales, sino que dieron un rodeo por el desierto (Ex 13,18), en dirección al Mar Rojo. Este mar
circunda la península del Sinaí formando el golfo de Acaba en la parte oriental y el golfo de Suez en la
occidental. La construcción del canal de Suez ha m odificado sensiblemente la topografía, pero se
sabe que, entre el golfo de Suez y el Mediterráneo, había una serie de lagos y marismas que recibían
los efectos de las m areas dando a esas aguas un tono rojizo; de ahí que a toda la zona se la
denominara también Mar Rojo; ya la versión griega de los Setenta, y con ella el Nuevo Test amento
(Hch 7,36 y Hb 11,29), hablaran aquí de Mar Eritreo ( erythrós significa «rojo»). En cambio, el texto
hebreo 1o llama «Mar de las Cañas» por la cantidad de papiros que crecen en sus orillas. Es muy
probable, por tanto, que los israelitas acaudillados por Moisés atravesaran una de esas zonas
pantanosas, y no el mar propiamente dicho.
80 Mas en concreto, la preparación remota comprende Ex 1,1-7,7 (nacimiento y vocación de Moisés), y
la preparación inmediata, Ex 7,8-13,1ó (plagas e institución de la Pascua). La salida esta rel atada en
Ex 13,17-14,31 y termina con un himno cultual de acción de gracias en Ex 15,1-21.
34
pueblo: no hay bendición ni promesa de una tierra, como en los relatos patriarcales, pero sí la certeza
de la presencia del Señor que acompañará a su pueblo y a su líder: «Yo estaré contigo» (Ex 3,12) 81 .
Una vez recibida la misión de sacar al pueblo de Egipto comienza la empresa de
convencimiento, primero a los suyos –con la ayuda de su hermano Aaron, asociado a la empresa por
el mismo Dios (Ex 4,10-17)–, luego al faraón, gracias al apoyo del propio Señor-Dios que envía hasta
diez plagas 82 . En definitiva es el Señor quien arranca del faraón el permiso de salida, y Moisés es solo
su intermediario y portavoz.
La última plaga coincide con la institución de la Pascua (Ex 12) que vendrá a ser la fiesta y el
sacrificio central en la vida de Israel, porque en ella se conmemora la prodigiosa intervención del
Señor en la liberación y el origen de Israel. Es, sin duda, un acontecimiento clave en la historia de la
salvación.
El Señor ha conseguido que todos y todo esté dispuesto p ara partir: el faraón ha cedido ante
las plagas (Ex 12,31s), los egi pcios están asustados ante el poder divino (Ex 12,33), y los hijos de
Israel, que han celebrado la Pascua, recogen sus enseres y hasta solicitan a los egipcios objetos
preciosos y vestidos (Ex 12,35).
La salida (Ex 13,17-14,31). Está narrada con pinceladas épicas que hacen de ella la hazaa
nacional por antonomasia. Lo más sobresaliente, a lo que va orientado todo el relato, es la protección
del Señor y la cercanía a su pueblo, simbolizada en aquella columna que durante los días tórridos del
desierto le da sombra y durante las noches oscuras luz (Ex 13,21).
El paso del mar Rojo 83 refleja la intervención portentosa del Señor. No es necesario explicar
todos los detalles y prodigios, sino comprender que son expresión real y literaria de que solo el Señor
ha otorgado la salvación a s u pueblo. Cuando los restantes libros de la Biblia recuerdan el paso del
mar Rojo están proclamando o agradeciendo la liberación llevada a cabo por Dios.
El himno final del cap. 15 es probablemente más antiguo que la misma narración que
precede: canta los prodigios del paso del mar (vv. 4-13), pero también la travesía del desierto (vv. 14-
16) y la posesión de la tierra de Canaán (vv. 17-18). Llama la atención que en este himno no aparezca
el nombre de Moisés ni el de ningún otro personaje. Es señal de que en la liberación los protagonistas
son únicamente el Señor, Dios de Israel, y el pueblo formado por los hijos de Israel.
81 El relato de la vocación de Moisés (Ex 3,1 -15) es paradigmático de otr os que vendrán después en
los libros del Antiguo Testamento, pues recoge los elementos esenciales: teofanía (Ex 3,4-7), encargo
de la misión (Ex 3,8-10), exposición de objeciones (Ex 3,11) y confirmación con signos (Ex 3,12).
82 La plagas ponen de manifiest o poco a poco que el Señor tiene un poder supremo sobre todas las
criaturas: las tres prim eras son una competición con los magos egipcios que finalmente se retiran
vencidos; las tres siguientes son una manifest ación de poder sobre las fuerzas de la natural eza; la
séptima, la tormenta, es como una teofanía solemne; las tres ultimas van minando la terquedad del
faraón hasta que la muerte de los primogénitos consigue doblegarlo del todo.
83 En el relato (Ex 14,1-31) hay huellas de las dos grandes tradiciones, lo cual indica que en cada una
estaba muy vivo el recuerdo de la liberación prodigiosa que Dios llevó a cabo. La deuteronomista
presenta el paso del mar como un acontec imiento grandioso en el que se combinan de modo
extraordinario una serie de elementos nat urales (fuerte viento, el trabarse las ruedas en el lodo, etc.).
La sacerdotal acentúa mas aún lo sobrenatural: intervi ene el ángel de Dios, las aguas se dividen
formando dos murallas entre las que pasan los israelitas, y al juntarse de nuevo anegan los ca rros del
faraón y sus j inetes, etc. Ambas tradiciones reflejan la intervención portentosa del Señor. Con todos
estos datos la narración es coherente y co njuga con maestría los elementos de una magnifica
epopeya: señala el escenario ge ográfico concreto (Ex 14,2); recoge los discursos de Dios que
contienen un mandamiento y un oráculo (Ex 14,3 -4.15-18.26); intercala diálogos vivos entre Moisés y
el pueblo (Ex 14,11 -12) o entre Moisés y Dios (Ex 14,15); y, sobre todo, subraya 1o prodigioso del
acontecimiento: el Faraón sale con toda su guarnición (Ex 14,7); el Señor interviene directamente en
favor de los suyos (Ex 14,14); con sólo su mirada aterroriza a los egipcios (Ex 14,24), etc. El resultado
final es la experiencia viva de que Dios ha conseguido la salvación de su pueblo.
35
3. La Alianza
La travesía por el desierto tiene como acontecimiento central lo ocurrido cuando los israelitas
estuvieron acampados al pie del monte Sinaí, porque allí tuvo lugar la teofanía más importante de la
historia de Israel y el establecimiento de la Alianza. Los demás sucesos –murmuraciones contra
Moisés, idolatría del becerro de oro, construcción del Santuario del desierto, etc.– se derivan y tienen
su punto de referencia en el pacto solemne entre Dios e Israel.
Ya en la segunda narración de la llamada de Moisés (Ex 6,2-13) se indica que la liberación de
la servidumbre de los egipcios tiene como finalidad un pacto sagrado: «Os constituiré en pueblo mío y
seré vuestro Dios» (Ex 6,7). Pero el rito de la Alianza esta descrito en 1os caps. 19-24, y la renovación
en el cap. 34, en los cuales aparecen expresiones como «guardar la alianza» (Ex 19,5), «el libro de la
alianza»(Ex 24,7), «sangre de la alianza» (Ex 24,8), «palabras de la alianza» (Ex 34,28), etc. El
sentido de la Alianza no es únicamente la imposición de unas normas por parte de Dios, que
equivaldría a la exigencia unilateral de cumplir unas leyes venidas de fuera para regular la vida
religiosa y moral del pueblo. Tampoco es solo el compromiso que los israelitas tomaron delante de
Dios de poner en práctica unas leyes constituyentes. Es fundamentalmente un pacto bilateral según el
cual Dios, que toma la iniciativa, propone al pueblo un compromiso que conlleva unas obligaciones
por ambas partes: Dios se obliga a proteger con predilección a Israel; el pueblo, en contrapartida,
tomará como único Dios al Señor y acogerá todos sus mandatos. La Alianza, por tanto, es un
acontecimiento que regula la vida religiosa, moral y social de los miembros del pueblo, pero que
afecta sobre todo a lo más íntimo de la persona y a la constitución misma del pueblo de Dios, pues
refleja la relación peculiar que el Señor mantiene con su pueblo.
El término Alianza, en hebreo berit , parece que significa «entre dos», es decir, compromiso
mutua entre dos personas. Es probable que el modo de describir el establecimiento de la Alianza
sinaítica esté inspirado no tanto en los pactos entre particulares, como, por ejemplo, los descritos en
el libro del Génesis entre Jacob y Labán Gn 31,44) o entre Abrahán y sus vecinos (Gn 14,13), sino en
los pactos de vasallaje que sellaban la paz entre pueblos. Se han conservado algunas formulas de
estos pactos pertenecientes al segundo milenio antes de Cristo, que tienen muchas semejanzas con
el formulario que se recoge en el Éxodo y en otros libros de la Biblia. Sin embargo, la Alianza sinaítica,
en relación a esos otros pactos, presenta una diferencia digna de señalar: la Alianza del Sinaí
contiene una amplia legislación que regula la vida entera del pueblo, y su esencia es que, con tal
Alianza, Dios hace de Israel «un reino de sacerdotes y una nación consagrada» (Ex 19,6). No solo se
sella una paz o un vasallaje, sino que se eleva al pueblo a la más alta dignidad.
La Alianza será permanentemente renovada en la liturgia de Israel y recordada en la
enseñanza profética; cuando el pueblo la quebrante con sus delitos Dios mismo volverá a establecerla
(cf. Jr 31,31-34). Finalmente, en la plenitud de los tiempos, Jesucristo sellará definitivamente con su
sangre la Alianza nueva y eterna (cf. Hb 8,6-13).
4. La preparación para entrar en la tierra prometida
A pesar de tener la Alianza, los israelitas en muchas ocasiones no fueron fieles a ella. Sin
embargo, Dios siempre los perdono. La historia de Israel fue una sucesión de experiencias de pecado,
de castigo y de perdón. Los libros del Levítico, Números y Deuteronomio dan explicación de cuáles
son las consecuencias de la Alianza al hilo del peregrinar del pueblo de Dios por el desierto en su
marcha hacia la tierra de Canaán.
Se enseña en primer lugar (Levítico) que el modo que tiene el pueblo de conocer la voluntad
de Dios se encuentra en la ley y en el culto. La legislación cultual era abundante en el momento en
que se puso por escrito el Pentateuco. Tras narrar la Alianza en el Sinaí se considero apropiado
exponer esa legislación cultual. Así queda claro que es Dios mismo quien ordena a su pueblo, por
medio de Moisés, como ha de servirle en todo momento.
Pero la historia del pueblo debía continuar, ya que en el libro del Éxodo Israel había quedado
junto al Sinaí y, sin embargo, Dios le había prometido la tierra de Canaán. Por eso se narra la
reanudación de la marcha por el desierto, avanzando todos en perfecto orden, y se presentan las
pruebas a las que el pueblo es sometido (Números). Ante ellas muchos claudicaron. Esto explica los
36
cuarenta anos de peregrinación: que aquella generación pecadora quedara purificada, y la nueva se
encontrará en condiciones de pasar el Jordan y toma posesión de la tierra que Dios le había
prometido a Abrahán. La intencionalidad profunda de las narraciones del desierto es mostrar la
tensión entre el castigo y la salvación. Aquel alcanza incluso a Moisés y Aaron que no entrarían en la
tierra prometida; la salvación se refleja en cambio en el nombre del nuevo héroe, Josué, que significa
precisamente «El Señor salva».
Finalmente, la llegada a las llanuras de Moab, frente a la tierra prometida, era el momento
adecuado para los grandes discursos de Moisés en los que venía claramente interpretada la historia
de Israel como historia de salvación: Israel ha sido elegido por Dios, no por ser un pueblo numeroso ni
extraordinario, sino por el gran amor con que Dios lo amó (Deuteronomio).
La conquista y el asentamiento de las tribus en la tierra de Canaán (Josué) culminará la
liberación del pueblo que Dios obró mediante Moisés. Dios cumple así las promesas hechas a los
patriarcas –Israel posee ya la tierra que le permitirá ser también una nación.
La liberación del pueblo de Israel no es una liberación sin más; está
orientada a la alianza.
Éxodo quiere decir salida , salida que no fue una huida desesperada sino una
liberación y una marcha jubilosa hacia la tierra prometida. El Éxodo es el libro capital
del AT. Es la “gesta” del verdadero Dios que se acuerda de su pueblo y le salva.
Este libro resuena en todo el AT. Se compone de dos tradiciones: J y E.
“Y gobern en Egipto un rey que no conocía a José ” (Ex, 1, 8).
El olvido no fue debido al tiempo transcurrido, sino al cambio de situación que
siguió a la expulsión de los Hicsos extranjeros, reinando la dinastía XVIII. Este
cambio, que sobrevino poco después del establecimiento de los hebreos en Egipto
(hacia el 1500) se caracteriza por su nacionalismo. Como el clan de Jacob vivía al
borde del desierto y bastante al margen de la vida egipcia, debió de pasar
inadvertido hasta que llamó la atención por su crecimiento numérico y su cohesión.
Trescientos años habían transcurrido desde que entraron en Egipto y el
pequeo clan se había transformado, según dice la Biblia, “en un pueblo numeroso
y temible”. Esto alarm a los egipcios y uno de ellos -quizás Setis o Ramsés II - dictó
disposiciones para debilitarlos. Después decidió que todos los varones recién
nacidos de los hebreos fuesen arrojados al Nilo .
La hija del faraón lo vio. Comprendió que sería hijo de algún hebreo. Busca
quien lo amamante (y lo hace su madre) y le pone por nombre Moisés (salvado de
las aguas). La debilidad de Dios (un cestillo de juncos) es más fuerte que el poder
de los hombres. Moisés es elevado a la corte misma del faraón perseguidor, e
instruido en las ciencias de los egipcios. El futuro jefe se forma en la diplomacia y en
el arte de la guerra. Moisés fue pastor, profeta, jefe y legislador.
La figura de Moisés: La figura más interesante del AT es, quizás, la de este
legislador-profeta que vivió hace más de tres mil años (escultura de Miguel Ángel).
El desierto del Sinaí fue el verdadero crisol donde se formó la nación de
Israel; tuvieron por primera vez conciencia de su comunidad de destino. En Oriente,
la unidad religiosa consagraba la unidad nacional, y la adopción de un Dios común
37
señalaba la fundación de un pueblo 84 . El israelita vive libre en su cla n familiar, y se
someterá sólo a Yahweh.
Constitución del Pueblo de Dios: La Alianza del Sinaí.
Decálogo: El Decálogo es la “ley de la Alianza”. Se ha dicho del Decálogo que casi
en su totalidad (con la sola excepción del mandamiento del sábado) era el perfecto
resumen de la moral natural y universal . Está redactado en forma de interpelaciones
directas: Dios habla a cada uno en segunda persona. Hay que hacer notar que una
formulación negativa es más positiva de lo que parece . Si se le dice a una persona:
“Tomarás este camino”, los demás caminos quedan prohibidos. Mientras que si le
decimos: “No tomarás tal camino”, los demás caminos son lícitos. Además, la
formulacin negativa puede ser más precisa. Así: “Sé honrado” es un mandamiento
vago. Pero no lo es si se enuncia así: “No mientas, no robes” 85 .
Moisés es figura de Jesús , profeta, legislador, liberador y mediador del
nuevo pueblo de Dios. Jesús realiza en plenitud la liberación del pueblo ¿por qué?
le redime del pecado y le traslada a la casa del Padre, verdadera Tierra Prometida.
La cena Pascual: Cuando Israel se instale en la tierra de Canaán, ¿qué tierra es
esa?...y aquella primera cena precipitada sea sólo un recuerdo, la Pascua será una
cena de familia, tranquila, religiosa y alegre. El Padre de familia presidirá la
ceremonia. Recuerdan que Dios nos libra de las esclavitudes. Habrá cantos y
relatos de la liberación.
¿Cuándo celebró Jesucristo su Pascua ? cuando hizo una Cena entre amigos,
la Última Cena.
La mejor señal de la alianza es la sangre . Porque para un hebreo, la sangre
es el principio de la vida (¿y para los mexicas?); y la sangre derramada representa
la vida. Cuando Moisés rocíe con la “sangre de la Alianza” el altar, que representa a
Dios, y al pueblo reunido, Dios y el pueblo quedarán unidos en una misma vida.
Tema 5. La tierra prometida
Juan Chapa Modificado 22 01 2010
Los hebreos acampaban en Cades, en las fronteras de Canaan. Se les
habían prometido una tierra donde vivirían libres y tranquilos, pero tenían
que esforzarse y luchar mucho por conquistarla. Tenían que vencer a
enemigos muy superiores a ellos. La empresa parecía humanamente
imposible pero debían de tener fe. No podían tomar posesión de la tierra
pues estaba habitada, entonces Moisés envió a doce hombres, uno de cada
tribu, y les dijo que trajeran algunos productos del lugar .
84
Célestin Charlier, La lectura cristiana de la Biblia , Ed. Litúrgica Española, Barcelona, p. 102.
85 Cf. George Auzou, De la servidumbre al servicio. Estudio del libro del Éxodo , Ed. Fax, Madrid 1969,
p. 279.
38
Al cabo de 40 días volvieron y les mostraron los productos del país.
Caleb, uno de los enviados, los animó a ir a pelear, pero los demás hombres
que habían ido con él lo desalentaron diciendo que el pueblo que habita en
esas tierras es más fuerte que el de ellos . “Toda la gente que hemos visto allí
es gente alta, nosotros ante ellos parecíamos saltamontes” (Núm, 13, 21-33).
Entonces toda la comunidad se puso a gritar y se pasó llorando toda la
noche. Luego murmuraron diciendo : Ojalá hubiéramos muerto en Egipto.
Josué y Caleb los animaban pero la comunidad entera quería apedrearlos.
Se rebelaron contra la orden de Dios de ir adelante a la conquista del país
(Núm 14,1-12).
Dios había puesto a prueba una vez más su fe y habían fallado. Dios
pensó castigarlos en forma inmediata y aniquilarlos a todos excepto a
Moisés. Moisés ora: “Perdona el pecado de este pueblo conforme a la grandeza
de tu bonda d” (Núm 14,19). Y Dios los perdonó.
No puede encontrarse un relato más fiel de cómo es Dios y cómo
somos nosotros que el que acabamos de reseñar. Desde que el Señor los
sacó de Egipto, Dios no había dejado de colmar a los hebreos de favores
extraordinarios. Lo lógico era que hubiera enraizado en ellos una fe firme, no
obstante, ellos no cesaban de desconfiar, murmurar, rebelarse y
desobedecer 86 . Por eso Dios dispone que ninguno de ellos vea la tierra
prometida, exceptuando a Caleb y Josué.
a) Preparación : purificación del pueblo en el desierto (el libro de los
Números). Desierto : La palabra desierto está cargada de un rico significado
en la Biblia. Es un lugar de purificación. Así lo vieron Moisés, Juan el
Bautista y Cristo mismo.
NÚMEROS: El traductor griego dio este título al libro cuarto del Pentateuco
por los datos numéricos que contiene . Encontramos en él dos censos del
Pueblo del Éxodo. No relata una historia edificante. Estos años de vida
nómada están llenos de quejas y rebeliones que Dios castiga duramente.
Ante el atractivo persistente de su pueblo por la servidumbre confortable de
Egipto, Moisés decide, en nombre de Dios, que la generación que salió de
Egipto en edad adulta no entre en Canaán, excepto dos (Josué y Caleb),
ninguno de los que han vivido en Egipto entrará en la tierra prometida
Según el número de los días que emplearon en explorar el lugar (40
días), pasarán 40 años en el desierto. El pueblo israelita vagó 40 años por el
desierto, caminando en círculos, de forma que murieran de muerte natural y
86
Cfr. J. Sosa Esquivel, La Biblia explicada al pueblo, I, p. 390.
39
no violentamente. Y para lograr esto, en lugar de avanzar hacia el norte,
doblaron al sur. Durante esos 40 años sucede lo de la serpiente de bronce y
la profecía de Balaam .
La alianza de Moab y la fidelidad al Señor (el Deuteronomio)
Los israelitas piden permiso para cruzar por el territorio de los
Amorreos rumbo a Moab ; pero no se los permitieron y los atacaron. Los
israelitas se defendieron, lograron la victoria y se quedaron con sus
posesiones. No escarmentando en cabeza ajena, otro rey vecino, Og, rey de
Basán, tomó las armas y los atacó pero corrió la misma suerte que los
Amorreos. Con estas noticias cundió el pánico entre los pueblos vecinos.
Balaq, el rey de los moabitas, comprendió que era inminente un
enfrentamiento con los hebreos , decide entonces recurrir a la magia. Lejos
de allí, en una ciudad de Mesopotamia llamada Petor vivía Balaam , a quien
fueron a llamar para que hiciera un conjuro. Los ancianos más venerables
de su pueblo le llevaron dinero y este mensaje: “Ven, por favor, maldice a ese
pueblo, pues es más fuerte que yo... Al que tú maldices, queda maldecido”
(Núm 22, 6). Balaam se negó por miedo pero fue tentado por la codicia, pero
antes consult a Yahvéh, quien le dijo: “Levántate y vete con ellos”. Balaam
se present ante el rey y le dijo: “La palabra que Dios ponga en mi boca ésa
será la que diga” (Núm 22, 38). Y en lugar de proferir maldiciones bendijo al
pueblo de Israel.
En el último de los oráculos que pronunció dijo: “Oráculo de Balaam...,
lo veo, aunque no para ahora, lo diviso, aunque no de cerca, de Jacob avanza
una estrella, un cetro surge de Israel” (Núm 24, 17). Se refiere al Mesías.
b) Establecimiento: el paso del Jordán. El primer paso que dio Josué fue
pasar ese río, que era la primera barrera natural que se les interponía. El
paso del Jordán está narrado poniendo de relieve su paralelismo con el paso
del Mar Rojo. La entrada en Tierra Santa es una hazaña de Dios en
cumplimiento de la promesa. Esta vez, el arca simboliza su presencia y
asegura su proteccin. “Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza
entraron al Río Jordán, y las aguas que bajaban hacia el Mar Muerto se
detuvieron, mientras que todo el pueblo de Israel pasó por el lecho seco del
río” (Josué 3, 14-17). El milagro se efectuó por la presencia del Arca, no por
el poder de Josué
La conquista de Canaán es vista como una hazaña de Dios. Después de la
conquista de la Tierra prometida viene la distribución de la tierra entre las
tribus, excepto la de Leví
40
La conquista de Jericó
A escasos 15 Km. se encontraba Jericó, barrera militar que debían vencer.
Antes de iniciar el ataque envió a dos espías a explorar (Josué 2, 1-2), pero
fueron sorprendidos el primer día de su llegada. Se refugiaron en casa de
una prostituta llamada Rahab , quien les dijo: “Sé que Yahwéh les ha dado
esta tierra... todos los habitantes de esta tierra tiemblan ante ustedes”, y
pide que la salven a ella y a su familia. Los hebreos aceptan el compromiso.
La conquista de Jericó es una de las victorias más famosas y
fulminantes de la historia bíblica. Recuerda las palabras de César: ¿Cuáles
son?... “Llegué, vi y vencí”
Jericó estaba habitada por cananeos y era inexpugnable por la solidez
de sus murallas. Los hombres de guerra le dieron vuelta durante siete días.
Siete sacerdotes llevaban las siete trompetas jubilares delante del Arca. El
séptimo día todos, incluyendo al pueblo, dieron siete vueltas a la ciudad -
como lo tenían indicado- y al tocar la trompeta todo el pueblo prorrumpió en
un gran clamor y los muros de la ciudad cayeron (Josué 6,6).
Rahab vio que su situación ante los hebreos era favorable y decide
incorporarse a ese pueblo y contrajo matrimonio con Salmón, de la tribu de
Judá. Fue madre de Booz, bisabuelo de David; es decir, fue tatarabuela de
David.
La posesión de la tierra constituyó un momento trascendental en la historia de Israel. El
establecimiento de las tribus en el país de Canaán dio paso a una época que culminó con la
configuración de Israel como nación monárquica y terminó en el siglo VI a.C. con la destrucción de
Jerusalén por los ejércitos de Nabucodonosor y la deportación a Babilonia de los principales
estamentos de la sociedad israelita. Los acontecimientos históricos de este período quedaron
recogidos fundamentalmente en los libros de Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes. Forman lo
que se denomina la «historia deuteronomista» por tener los mismos rasgos doctrinales que el libro del
Deuteronomio. En ella se subraya por encima de todo que es Dios quien guía el destino y los avatares
del pueblo de Israel por medio de la Alianza, renovada una y otra vez. La «historia deuteronomista»
es, pues, una historia teológica, religiosa, «interesada»; una reflexión llevada a cabo y consignada por
escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo sobre hechos vividos en el pasado 87 .
El conjunto de toda esta historia, terminada de escribir algo después de la cautividad de
Babilonia, tenía la finalidad de explicar precisamente ese destierro; es decir, quería dar razón de cómo
y por qué el pueblo de Israel había perdido la tierra que Dios había prometido a los patriarcas y, tras la
esclavitud en Egipto, se la había dado a los israelitas. Con la destrucción de Jerusalén y el exilio, los
habitantes de Judá también han sido arrancados de aqu ella tierra. ¿Es que Dios ha faltado a sus
promesas, o se ha olvidado de su pueblo? La respuesta que se da a esta pregunta es clara: el
destierro no es imputable a Dios, sino al pueblo mismo que por sus pecados ha merecido este severo
castigo. Dios ya había advertido por medio de Moisés –y así se recoge en el libro del Deuteronomio–
87 Juan Chapa, “Israel como nacin”, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de
Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
41
que el pueblo tomaría posesión y se mantendría en esa tierra si cumplía los mandamientos que Dios
establecía (cf. Dt 4,1; 8,7-20, etc.). Dios fue fiel a su promesa dándoles la tierra de Canaán (libros de
Josué y Jueces) e incluso les dio un rey como tenían las otras naciones para que hiciera de mediador
entre Dios y el pueblo (libros de Samuel), prometiéndole que su trono permanecería para siempre (cf.
2 S 7,14). Pero el pueblo no cumplió la parte que le correspondía en aquella Alianza y no fue fiel a
Dios. Los reyes sucesores de David se fueron tras los ídolos e hicieron pecar al pueblo (libros de los
Reyes). Por eso perdieron la tierra 88 .
Para examinar con más atención los acontecimientos de este perí odo que se narran en la
Biblia, procederemos en tres p asos. En pr imer lugar, se recordaran los principales sucesos de la
historia de Palestina que se conocen por fuentes históricas extrabíblicas y quedan reflejados en la
Biblia. En segundo lugar, se mostrará el modo en que la Sagrada Escritura interpreta esas vicisitudes
históricas. Finalmente, se tratara de la figura de los profetas que fueron los verdaderos orientadores
del pueblo en esa época.
1. Marco histórico de la «historia deuteronomista» 89
Las fuentes extrabíblicas permiten establecer un marco amplio en el que encajar los
acontecimientos que se narran en la «historia deuteronomista». A grandes rasgos es como sigue.
Entre los años 1250 y l050 a.C. hubo un gran movimiento de población en todo el Medio
Oriente, que afectó también a la tierra de Canaán. Gentes llegadas de otros lugares comenzaron una
colonización y explotación agrícola en los altos de Efraím, en la Palestina central. En ellos, y de
acuerdo con las características más apropiadas de cada terreno, fueron apareciendo zonas dedicadas
al cultivo de los cereales, productos de huerta, vino o aceite, así como al pastoreo. En esa época se
encuadran los relatos recogidos en los libros de Josué y de los Jueces sobre el asentamiento en
Canaán de unas tribus llegadas del desierto procedentes de Egipto.
Hay suficientes testimonios de que con el paso del tiempo, a partir del año l050 y hasta el 850
a.C., cuando se fue logrando una plena sedentarización de la población de la zona central de ese
territorio, aquellas tierras proporcionaron un notable rendimiento agrícola a sus habitantes. La
población creció y el comercio con las regiones limítrofes alcanzó un gran desarrollo. Los libros de
Samuel se enmarcan en los inicios de esta época.
En este período se construyó la ciudad de Samaría, que ya no era una «ciudad estado» según
el modelo tradicional de la región, sino una verdadera capital política, con los servicios públicos
necesarios para organizar el comercio y la defensa de toda la zona central de Palestina. En los textos
asirios de esa época aparece el nombre de Samaría, y se designa a su territorio con el nombre de
Israel o como el país de Omrí. También se citan algunos de sus gobernantes, como Ajab, Jehú y
Menajem, a cada uno de los cuales se aplica la denominación genérica de «hijo de Omrí». En una
estela de piedra de esa época con una inscripción en honor de Mesá, rey de Moab, se habla de
YHWH como Dios de Israel.
88 En el relato (Ex 14,1-31) hay huellas de las dos grandes tradiciones, lo cual indica que en cada una
estaba muy vivo el recuerdo de la liberación prodigiosa que Dios llevó a cabo. La deuteronomista
presenta el paso del mar como un acontec imiento grandioso en el que se combinan de modo
extraordinario una serie de elementos natur ales (fuerte viento, el trabarse las ruedas en el lodo, etc.).
La sacerdotal acentúa mas aún lo sobrenatural: intervi ene el ángel de Dios, las aguas se dividen
formando dos murallas entre las que pasan los israelitas, y al juntarse de nuevo anegan los carros del
faraón y sus j inetes, etc. Ambas tradiciones reflejan la intervención portentosa del Señor; y, sobre
todo, subraya lo prodigioso del acontecimiento: el Faraón sale con toda su guarnición (Ex 14,7); el
Señor interviene directamente en favor de los suyo s (Ex 14,14); con sólo su mirada aterroriza a los
egipcios (Ex 14,24), etc. El resultado final es la experiencia viva de que Dios ha conseguido la
salvación de su pueblo.
89
Juan Chapa, “Israel como nacin”, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de
Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
42
En diversas ocasiones, el rey de Samaría tuvo que ceder ante el poderío de Asiria y se vio
obligado a pagarle tributos. Sin embargo, con la subida al poder de Teglatpalasar III de Asiria (745-
727 a.C.) el panorama cambió radicalmente. Este rey no se contentó con tributos esporádicos, sino
que tomó la decisión de anexionar a su reino el territorio de los pueblos que no quisieran someterse:
los convirtió en provincia asiria, deportó a parte de sus habitantes a otras zonas y repobló sus tierras
con colonos traídos de otros lugares. En una de sus campañas atacó y se apoderó de la mayor parte
del territorio de Israel con excepción de la capital, Samaría. A la muerte de Teglatpalasar III, Israel
intentó sacudirse el yugo del país de Asur y el nuevo rey asirio Salmanasar V puso cerco a la ciudad.
Al cabo de tres años, en el 722 a.C., Samaría fue invadida. El sucesor de Salmanasar V, Sargón II
(721-705 a.C.), se encargó de organizar la deportación; y Samaría y sus territorios quedaron así
convertidos en una provincia asiria.
Estos datos, bien documentados en testimonios extrabíblicos, son coherentes con las noticias
que han trasmitido los libros de los Reyes acerca de la monarquía de Israel, que tuvo a Samaría por
capital a partir de Omrí (cf. 1 R 16,24), fue gobernada entre otros por Ajab (cf. 1 R 16,29-22,40), Jehú
(cf. 2 R 9,1-l0,36) y Menajem (cf. 2 R 15,17-22), y cayó finalmente en manos del rey de Asiria que
deportó a la población (cf. 2 R 17,5-6).
Mientras tanto, en la región meridional, sobre todo en los alrededores de Jerusalén y en el
valle de Ayalón, zonas en las que había pequeños poblados con mercado, se daba una agricultura
próspera. A comienzos del siglo VII a.C., unos años después de la caída de Samaría en manos del
poder asirio, se produjo un considerable desarrollo de la ciudad de Jerusalén. Aumentó notablemente
su población y logró una creciente prosperidad, factores que le proporcionaron, en ese momento, los
rasgos de una capital importante. La inscripción del rey asirio Senaquerib (hacia el 690 a.C.) refiere el
nombre del soberano de Jerusalén, Ezequías, y el gentilicio de sus súbditos: judíos. Según la misma
inscripción, Ezequías, después de haber intentado resistir a Senaquerib, hubo de pagarle un fuerte
tributo y pasó a ser su vasallo.
Entre el siglo VII y el VI a.C. el poder asirio se fue debilitando a la vez que se abría paso el
creciente poderío militar de Babilonia El rey de Judá no pudo soportar el embate de las fuerzas de
Nabucodonosor. Tras el asedio y toma de la fortaleza de Laquís cayó también Jerusalén. En textos de
esa época se puede leer cómo los defensores de Laquís buscaron la ayuda de Egipto. También hay
otro dato de singular importancia: el Dios en el que acuden pidiendo auxilio es YHWH, el mismo que,
como antes se señaló, era invocado como Dios de Israel.
La ciudad de Jerusalén fue tomada por Nabucodonosor, rey de Babilonia, en la primera mitad
del siglo VI a.C. (587 a.C.). Nabucodonosor se llevó cautivos a Babilonia al propio rey de Jerusalén,
Yoyaquín, y a los personajes más importantes del reino tanto en el ámbito político como religioso.
Con la conquista de Jerusalén y su sumisión al poder babilónico, la transformación de la
estructura social de la región –que se venía preparando desde la caída de Samaría– llegó a su punto
álgido. En esos territorios, sobre todo en las partes conquistadas por Asiria, se habían producido
traslados masivos de población: parte de la población autóctona había sido deportada a otros lugares,
y sus tierras se repoblaron con gentes desarraigadas que provenían de otras regiones. Como
consecuencia, a finales del siglo VI a.C., una gran parte de los que vivían en ese territorio no eran
descendientes de los anteriores pobladores, sino de los nuevos inmigrantes asentados en aquellas
tierras.
En los relatos de los libros de los Reyes y de las Crónicas se habla de algunos de estos
acontecimientos, atestiguados también a partir de la arqueología y de la documentación extrabíblica:
el sitio de Jerusalén por Senaquerib en tiempos de Ezequías (cf. 2 R 18,13-19,37; 2 Cro 32,1-23), las
incursiones de los ejércitos babilónicos por todo el territorio (cf. 2 R 24,1-4); la caída de Jerusalén en
manos de Nabucodonosor (cf. 2 R 24, l0-25,21), etc. Pero para la mayor parte de los sucesos que
ocurrieron en Palestina durante estos años no tenemos más testimonios que los que encontramos en
la Biblia. Y estos se nos presentan como historia de salvación 90 .
90 Juan Chapa, “Israel como nacin”, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de
Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
43
2. Interpretación de la historia: la fidelidad de Dios y la infidelidad del pueblo
1. La tierra prometida, don de Dios (Josué)
El libro de Josué narra la conquista de la tierra y el reparto que de ella se hizo entre las doce
tribus de Israel. Dios cumple así las promesas hechas a los Patriarcas; pone esa tierra en manos de
los israelitas que no la conquistan con su poder militar sino con la ayuda de Dios. Además Él mismo la
reparte entre los hijos de Jacob para que cada uno pueda gozar de paz y prosperidad en la tierra
asignada a su familia. Como correspondencia a la fidelidad de Dios que ha cumplido sus promesas,
se reclama la fidelidad de todo el pueblo a la Alianza establecida con El. De ahí que el libro termine
con el solemne rito de la renovación de la Alianza en Siquem, presidido por Josué (Jos 24,1-28).
Como es habitual en la historia de la Biblia, el autor sagrado no pretende ceñirse en sus
relatos a una exactitud cronológica o topográfica, sino que recoge textos y tradiciones orales antiguas,
reuniéndolos con una finalidad eminentemente teológica 91 : la tierra de Israel es un don de Dios y
garantía de su Alianza con Israel (Jos 21,43 -45), pero también es el lugar en el que Israel debe
comportarse como pueblo elegido y cumplir lo que Dios le ordena. Cuando el pueblo es fiel, avanza en
la conquista de la tierra, cuando se aparta de Dios, pierde la tierra. Como en esta primera etapa de
asentamiento no se encuentra pecado en el pueblo, la conquista resulta un paseo triunfal. Sin
embargo, con el paso de los años I srael sufrir á la perdida de la tierra y el destierro, como
consecuencia de su alejamiento del Señor. No obstante, gracias a la fidelidad de Dios, podría
mantener firme la esperanza de que el Señor alo ll evara de nuevo al lugar de reposo que le había
concedido. Aunque pueda parecer una meta inalcanzable, Dios es fiel y su poder no conoce límites.
Una característica importante de la tradición bíblica es la de presentar con singular realce a
los protagonistas de los grandes momentos de la historia, por ser elegidos por Dios para llevar a cabo
una parte de su proye cto salvífico. En este caso es Josué, que fue el instrumento del que Dios se
sirvió para dar a su pueblo la tierra prometida. Así como durante la peregrinación por el desierto
Moisés había sido el mediador entre Dios y el pueblo, ahora Josué desempeña esa tarea (cf. Jos 1,1-
9; 6,1-21). El propio Josué, una vez que se haya culminado la toma de posesión de la tierra, será el
mediador de la Alianza en una ceremonia celebrada en Siquem, en la que el pueblo se compromet e a
permanecer fiel al Señor y a cumplir sus preceptos (cf. Jos 24,1 -28). En este sentido, Josué prefigura
a Jesús, salvador y guía.
El cap. 5o. del libro de Josué narra que los israelitas habían olvidado
dos cosas: la práctica de la circuncisión y la celebración de la Pascua.
2. Frente a las primeras infidelidades, la paciencia y la misericordia de Dios (Jueces)
En el libro de los Jueces se continúa narrando el asentamiento del pueblo de Israel en la tierra
de Canaán, las dificultades con las que las diversas tribus se fueron encontrando en cada zona y la
protección divina que pudieron experimentar en las situaciones difíciles. En los momentos más
adversos Dios fue suscitando unos líderes carismáticos, los «Jueces», que se encargaron de salvar al
pueblo. Su actuación responde a un esquema adoptado por el autor sagrado: el pueblo cede a la
91 Una de las tradiciones frecuentes en el libro de Josué es el «anatema» ( jerem en hebreo) que
consistía en deshacerse, como ofrenda a Dios, de todo el botín de la guerra, fueran objetos o
personas. Esta costumbre, que para nuestra mentalidad resulta feroz e inhumana, hay que entenderla
en su contexto histórico y en el marco del desarrollo progresivo de la revelación divina. De una parte,
refleja una práctica habitual en la antigüedad, pero además, en las leyes bíblicas, esta regulada con
tal fuerza que tiene un aspecto disuasorio, ya que, si el posible botín que se pudiera alcanzar (tesoros,
animales o personas que se utilizarían coma servidores) ha de ser destruido, no tiene sentido
emprender una guerra si no es por una necesidad imperiosa. Se modera de este modo la belicosidad
impulsada por la codicia. Pese a todo, conviene tener presente que se trata de una disposición
transitoria, por lo que no sería adecuado aducir este ni ningún otro pasaje de la Sagrada Escritura
para justificar la violencia ni los crímenes. En el Sermón de la Montaña el Señor dijo: «Amad a
vuestros enemigos y rezad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre que esta en
los Cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos y pecadores» (Mt
5,44-45).
44
tentación de idolatría, adorando a otros dioses – el Señor entrega a los israelitas al dominio o pillaje de
pueblos vecinos (edomitas, moabitas, cananeos, madianitas, amalecitas, amonitas, filisteos) –Israel
se arrepiente– el Señor los salva de la opresión suscitando un Juez, un personaje carismático al que
correspondía la tarea de gobernar en el ámbito civil y militar.
Los relatos ejemplares incluidos en el libro toman su argumento, posiblemente, de datos
tradicionales de diversas procedencias. En total se habla de doce Jueces –uno por cada tribu–, pero
sólo se desarrollan con cierta extensión las hazañas de seis de ellos 92 . Cada tribu habría ido
recordando las hazañas de sus héroes pretéritos, trasmitiéndola de padres a hijos. Todos esos relatos
fueron agrupados en este libro para ilustrar la enseñanza teol ógica fundamental propia de la «historia
deuteronomista»: la inquebra ntable lealtad de Dios en contraste con las reiter adas infidelidades de
Israel. Sin embargo, en su redacción se respetaron los rasgos genuinos de cada relato, aunque en
algunos casos resultaran ch ocantes para la enseñanza general que se trataba de trasmitir. Por eso,
se narran, sin reprobarlos explíc itamente, hechos o costumbres discordantes, como por ejemplo, la
vida disoluta de Sansón, o el ofrecimiento de un sacrifico humano por parte de Jefté 93 .
Todo el libro es una llamada a mantener la fidelidad a la Alianza. El pecado es una grave
ruptura de esa fidelidad. Sin embargo, frente a la fragilidad del pueblo se resalta la paciencia y lealtad
de Dios, que siempre vuelve a manifestar con su protección el amor que tiene a sus elegidos. Para el
lector, el libro es una llamada a reconocer los propios pecados e infidelidades y a tener confianza en el
Señor, que siempre es fiel y esta dispuesto a traer la salvación cuando se le invoca con un corazón
sincero.
El libro de los Jueces es también un canto de liberación. Cuando Dios contempla las
dificultades de su puebl o ante el peligro y escucha su petición de ayuda, acude a liberarlos de sus
enemigos temporales. Estas experiencias de liberación son los prim eros jalones, después de la
liberación de Egipto, de esa acción div ina que culminará en la salvación definitiva. E stos recuerdos
servirán para alimentar la esperanza en los momentos difíc iles del destierro, y son presagio de
realidades mas profundas que se manifestaran mas adelante.
También hay que señalar que, en esta historia de salvación del pu eblo, Dios se sirve d e
personas concretas, los Jueces, a qui enes el Señor elige no por sus méritos ni para beneficio propio,
sino para llevar adelante el designio divino 94 .
Jueces: Antes de morir Josué no nombró un sucesor, o Dios no le ordenó
que lo hiciera. El pueblo entra así en una etapa de siglo y medio conocida
como Época de los Jueces . En La Biblia se nombran dieciséis jueces, y los
intérpretes los han clasificado en mayores y menores . Los más famosos son:
Dévora (Jueces 4, 4ss)
Gedeón (Jueces 6,11ss)
Jefté (derrotó a los Amonitas, hizo un voto: Jueces 11, 29ss)
Sansón
Elí y
Samuel (aparece en tema 6).
92
Otniel, de la familia de Caleb (Jc 3,7 -11), Ehud, de la tribu de Benjamín (Jc 3,12 -30), Débora, de la
tribu de Efraim (Jc 4,1 -5,32), Gedeón-Yerubaal, de la tribu de Manasés (Jc 6,1 -l0,5), Jefté, de la
región de Galaad (Jc l0,6-12,15) y Sansón, de la tribu de Dan (Jc 13,1-21,25).
93 Ante estos rela tos conviene tener presente que «Dios se reveló progresivamente» (cf. CEC, nn.
199, 204, 287, 486, 758, 992 -996). Esto es, la Revelación divina se fue realizando de modo gradual,
tanto en los contenidos doctrinales como en la sensibilidad ética.
94 Juan Chapa, “Israel como nacin”, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de
Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
45
Los Jueces son suscitados por Dios para ejercer el papel de liberación
y unificación del pueblo. En esta época se tiene poca idea de la ley, la cual,
más tarde exigirá un santuario único.
Ruth
El autor del libro de Ruth querrá mostrar que también los gentiles
prosélitos pueden formar parte del pueblo, y para ello cuenta la historia de
la abuela de David: Ruth.
Ruth es una moabita (Moab fue siempre enemigo de Israel) que se
desposó con un judío y quedó viuda y sin hijos. Se establece en Israel por
fidelidad a su suegra Noemí, la cual ha perdido también a su marido y a sus
hijos. Ruth se cas allí conforme a la antigua ley israelita de “levirato”, con el
pariente más próximo de un difunto esposo. De esta unión saldrá la estirpe
de David y, por consiguiente, la de Jesús.
La Ley del Levirato tiene su explicación en el deseo de asegurar la
existencia de las tribus. Era necesario que los bienes de una tribu no
pasaran a otra como dote o herencia y que las familias no se extinguiesen.
Esta es la razón por la que el pariente más próximo (el goel) tenía el deber de
rescatar una herencia de familia que hubiera sido enajenada o de casarse
con la viuda de aquel que había muerto sin descendencia. El descendiente
de Ruth es, según la ley, hijo de Noemí. Ruth se eclipsa como madre. Y
gracias a ello ha sido asegurada la continuidad de la línea mesiánica que
debía pasar por Judá y David. Es Booz quien se ha hecho figura en esta
genealogía 95 .
Tema 6 La Monarquía. Samuel, Saúl, David y Salomón.
Samuel (1040 a.C.)
El libro de Samuel se abre con una peregrinación al santuario de Silo y la
descripción de un drama familiar : Un hombre de la tribu de Efraín llamado Elcana
tenía dos esposas: Ana (“agraciada”) y Peninna (“Perla”). Ana era la predilecta pero
era estéril. Se siente rechazada por Dios que no le concede la fecundidad y
despreciada por Peninna. Sufre y ora. Hace un voto: consagrar a Yavé al hijo, fruto
del poder de Dios y de la oración. Ana hace un canto a la soberana libertad de Dios
que “humilla y enaltece” 96 .
Cuando crece lo vuelven a llevar a Silo para cumplir su promesa de
consagrarlo. Lo entregan al sacerdote Elí para que se dedique al servicio de Yavé.
95 José, Jueces, Rut, en La Biblia paso a paso 5, Marova, Madrid, p. 38-41.
96
Cf. Sosa Esquivel, La Biblia explicada al puelo, II, p. 62-72 y 231.
46
La llamada de Dios : Samuel tenía que ser llamado, y esta llamada lo acredita
como profeta. Al igual que Elí, junta en su mano el poder político y el religioso . Su
misión es anunciar la desaparición del santuario de Silo y la del sacerdocio a él
vinculado, y ungir rey a Saúl, quien le hará pasar a segundo plano. Saúl fue el
primer rey de los hebreos 97 .
Samuel reúne en su persona las funciones de varios hombres. Es sacerdote,
juez (en el sentido de jefe, gobernador), pero sobre todo es profeta . Es el primero de
los grandes profetas que van a marcar el camino de la historia bíblica . Cuando se
hizo viejo puso a sus hijos como Jueces, pero sus hijos no siguieron su camino 98 . Su
muerte fue un duelo nacional: “todo Israel le llor”.
Instauración de la monarquía (1030)
Al conquistar Palestina, los judíos no habían podido desplazar del todo a los
pueblos que la habitaban antes, y habían tenido que tolerar la presencia de los
filisteos en una franja de territorio colindante con el Mediterráneo. Por el año 1040 a.
C., el pueblo filisteo inició una campaña en contra de sus vecinos los israelitas . Los
ancianos le pidieron a Samuel un rey. Samuel hizo que se echaran suertes entre las
tribus , fue designada la de Benjamín . Echan suertes para ver de qué familia ha de
salir el rey... De la de Matrí ... Echan suertes sobre los individuos, y resultó elegido
Saúl, hijo de Quis 99 . Era el hombre más alto y más bello de Israel.
Saúl (año 1030 a.C.): La arqueología nos dice que el palacio de Saúl más que
palacio parecía una fortaleza que difícilmente hubieran considerado morada digna y
cómoda los monarcas de Egipto, Siria o Mesopotamia. Saúl no era un gobernante
rico ni instruido, sino, ante todo, un guerrero . Era un héroe carismático. Su jefatura
era por ello permanente 100 .
Dios lo pone a prueba . Le dice por boca de Samuel: Extermina cuanto posee
Amalek. Dios lo rechaza porque no obedece , ofrece un sacrificio en contra de lo
ordenado por Samuel, y la violación del anatema u orden de destruir al enemigo. Si
retienen para sí lo que tiene que ser ofrecid o a Dios en holocausto, quiere decir que
no han oído la Palabra de Dios y no son fieles. La envidia de Saúl por las hazañas
de su yerno, David , es profunda. Muere el profeta Samuel. Luego viene la consulta
a una nigromante o hechicera 101 (quien trae el espíritu de Samuel, caso único en la
Biblia).
Abraham, Moisés y David, los tres grandes del pueblo de Israel; germen, nacimiento
y mayoría de edad del pueblo de Israel.
97 Le toca ungir a David también, en secreto, siendo éste un niño.
98 1o. Samuel 8, 1-2.
99 1o. Samuel 10, 17-21.
100 Cf. G. E. Wright, Arqueología Bíblica , Ed. Cristiandad, Madrid 1975.
101 La ley de Moisés prohibía consultar a este tipo de personas (Levítico 19, 31).
47
David: de la tribu de Judá, hijo de Jessé de Belén (nieto de Booz y de Ruth). Se
suele decir que el instrumento que tocaba David era el arpa, pero hoy sabemos que
se trataba de la lira.
La historia de David comienza con una página bellísima: la de su elección. El
“ungido” por Samuel es el menor de una familia de ocho . ( LEER 1 Samuel 16, 1ss
23). Así recordamos que Dios ama a los humildes , pequeños y sencillos.
Seguidamente David entra al servicio del rey Saúl (toca el arpa y le quita la
melancolía). David lucha contra Goliat y lo vence.
David y sus hombres conquistan Jerusalén en una acción relámpago y
genial (año 1010 a.C.). Estaba en manos de los jebuseos , quienes le llamaban
Jebus; pero el nombre antiguo de la ciudad era Salem . David pone su trono en
Jerusalém. La conquista de Jerusalén fue un acontecimiento de notable importancia
política y religiosa. Como había pertenecido a los jebuseos, no correspondía a
ninguna de las tribus israelitas, era por tanto una ciudad neutral , ideal para
establecer en ella la capital.
En 1 y 2 Samuel, unida a la monarquía, la ciudad de Jerusalén ocupa un lugar central como
capital política y religiosa y, sobre todo, como símbolo teológico. El Señor reina en Jerusalén,
convertida en ciudad santa desde el traslado del Arca (2 S 6,1-23) y elevada a sede de la morada de
Dios y de la dinastía davídica. Del mismo modo que el Señor eligió a Israel para ser su pueblo y a
David para iniciar la dinastía, eligió también Jerusalén para ser «la ciudad del Señor». De esta manera
se inicia la consideración teológica de Jerusalén, engrandecida cuando el pueblo permanece fiel y
destruida cuando la infidelidad del pueblo trae consigo el castigo del destierro.
LEER historia de Betsabé, esposa de Urías, luego fue mujer de David y madre de
Salomón. Natán acusa con valentía y sin miedo al rey. Muere el primer hijo de
ambos; el segundo, es Salomón.
Profecía de Natán
Las narraciones contenidas en los libros de Samuel están vertebradas por la Alianza
que el Señor hizo con su pueblo y que concreto con David por medio del profeta
Natán: «Así dice el Seor de los ejércitos: “Yo te he tornado del aprisco, de detrás
del rebaño para que seas príncipe sobre mi pueblo Israel; he estado contigo en
todas tus andanzas, he eliminado a todos tus enemigos ante ti y he hecho tu nombre
grande entre los grandes de la tierra. Asignaré un lugar para mi pueblo Israel y lo
plantaré para que habite allí y nadie le moleste; los malvados no volverán a oprimirlo
como antes, cuando constituí jueces sobre mi pueblo Israel. Te concederé la paz
con todos tus enemigos. El Señor te anuncia que Él te edificará una casa. Cuando
hayas completado los días de tu vida y descanses con tus padres, suscitaré
después de ti un linaje salido de tus entrañas y consolidaré su reino. Él edificará una
casa en honor de mi nombre y yo mantendré el trono de su realeza para siempre. Yo
seré para él un padre y él será para mí un hijo; si algo hace mal le castigaré con
vara de hombres y con golpes humanos. Pero no apartaré de él mi amor como lo
48
aparté de Saúl a quien alejé de tu presencia; tu casa y tu reino permanecerán para
siempre en mi presencia y tu trono será firme también para siempre” » (2 S 7,8-16).
Se trata de una Alianza gratuita, impregnada de promesas y esperanza, y que
apenas menciona las obligaciones inherentes a ella. Se insiste más en los aspectos
positivos que en sus exigencias morales o en el castigo que acarreará su
incumplimiento. Así por ejemplo, a la luz de esta Alianza, los delitos de David, en
concreto la muerte de Urías y el adulterio con Betsabé, quedarán atenuados ante su
lealtad incondicional a Dios (2 S 12,24-25); y en cambio el que Saúl sea rechazado
será consecuencia de que él antes rechazó al Señor (1 S 15,23; 28,18).
La rebelión de Absalón contra David (Tenía el pelo largo, por eso se atora).
El reinado de David se recordará siempre como el reinado ideal.
A falta de la construcción del Templo , David originará la organización del
sacerdocio. Se añade el culto musical y salmista. No puede haber verdadero culto
mas que dentro de la obediencia a la Ley.
Salomón 102
Los libros de los Reyes comienzan con la amplia narración de la figura y de las
obras de Salomón, sucesor de David. De este monarca se resalta su sabiduría y las
construcciones que realiza, en especial la edificación y dedicación del Templo, y su
actividad comercial con los reinos vecinos.
Es sabio, político y constructor.
Sabio : Aconsejado por Natán deslumbra por su sabiduría cuando era joven.
Político : conserva los dominios conquistados por David pero no los aumenta.
Es conciliador. Contrae matrimonio con princesas extranjeras con costumbres
contrarias a la fe de Israel.
Constructor : se hace un palacio excesivamente lujoso. La gloria de Salomón
está en su fidelidad a Dios, dice el cronista. Construcción del Templo (año 970 a.C.).
Lo visita la Reina de Saba (Etiopía o Yemen o algún otro lugar).
Por amor a las mujeres Salomón cae en pecados de idolatría. Dios lo castiga
después de su muerte, por amor a David.
Esquema del Cisma (año 931 a.C.): Se forman dos reinos:
1. Reino de Israel = de Samaria = De Efraín = del Norte: Formado por 10 de las 13
tribus de Israel. Tiene relaciones comerciales con sirios y fenicios. Tarda 50 años en
fijar su capital en Samaría. Más tarde, Salmanazar, rey de Asiria (o quizás Sargón II,
su hermano), les pone cerco, tomó Samaría y llevó cautivos a sus habitantes 103 . La
mayor parte de la nación judía fue aniquilada 104 .
Cf. Sosa, Esquivel, La Biblia explicada al pueblo II , p. 186-225.
103 2o. Reyes 17, 3-6.
104
Cf. Sosa, La Biblia explicada al pueblo II , p. 304s.
102
49
2. Reino de Judá o del Sur : Formado por las tribus de Judá y Benjamín. E un reino
pequeño y pobre en recursos naturales. Vive replegado sobre su capital: Jerusalén.
Nabucodonosor los deportan.
Las deportaciones de Israel a Asiria y la de Judá a Caldea fueron un castigo muy
severo que puso en peligro su religión y su identidad. Ante esta situación los
hebreos reaccionaron de tres maneras :
1) Unos optaron por emigrar y desecharon la idea de regresar a Palestina, a este
movimiento se le llama la diáspora , o sea, la dispersión de los judíos por todo el
mundo.
2) A los que les estaba yendo bien, optaron por quedarse en esos lugares: Asiria,
Caldea, Persia... Se les considera de la diáspora, también.
3) Otros anhelaban retornar e instalarse en Palestina, es el movimiento sionista 105 .
En la deportación a Babilonia hubo ocasión de reflexionar sobre el fracaso de la monarquía
davídica y el alcance más amplio que podría tener la profecía de Natán. Israel no había sido fiel a la
Alianza, pero Dios no dejaría de asistir a su pueblo mediante un rey mesías liberador.
Al llegar la plenitud de los tiempos, con la venida de Jesús se puso claramente de manifiesto
el horizonte de las promesas hechas a David: no se trataba de la promesa del mantenimiento eterno
de un reino temporal, sino del advenimiento del reino de Dios, un reino de naturaleza espiritual
instaurado por un descendiente de David según la carne. Jesús es el ungido por excelencia, el Mesías
prefigurado y anunciado por David 106 .
Infidelidad a Dios: los reinos de Israel y Judá (1 y 2 Reyes)
Después, se expone la historia de los dos reinos que –como castigo al pecado de idolatría de
Salomón– se formaron a la muerte del rey sabio (931 a.C.): el reino de Israel en el norte de la tierra
de Canaán (capital, Samaría) y el reino de Judá en el sur (capital, Jerusalén). Las tribus del sur se
mantuvieron fieles a Roboam, hijo de Salomón, mientras que las del norte nombraron rey a Jeroboam,
que introdujo la idolatría en Israel. A continuación se presenta a los reyes de ambos reinos de manera
sincrónica, relacionando las fechas en las que unos y otros comenzaron a reinar.
En Judá los reyes acceden al trono por vía hereditaria, manteniéndose así la estirpe de David .
En el reino del norte , en cambio, los reyes llegan al poder por su cuenta , mediante revueltas
sangrientas o porque Dios lo dispone de esa forma para castigar los pecados de la dinastía reinante.
Así pues, en Israel se suceden distintas dinastías, entre las que sobresalen la de Omrí, que reinó más
de cuarenta años y a la que pertenecía el rey Ajab (1 R 16,23 - 2 R 8,24), y la de Jehú, cuyos
sucesores gobernaron casi un siglo (2 R 9,1-15,12). Sin embargo, en la historia del reino de Israel,
más que los reyes, destacan los profetas Elías y Eliseo cuyas acciones se cuentan detenidamente y
se ponen en relación con los reyes que reinaron en su tiempo: en los días de Elías, Ajab y su hijo
Ocozías (1 R 17,1 - 2 R 1,18); en los días de Eliseo, Ocozías, su hijo Joram, Jehú, y su hijo Joacaz (2
105 Cf. Sosa, La Biblia explicada al pueblo II , p. 391.
106 « Cristo viene de la traduccin griega del término hebreo “Mesías” que quiere decir “ungido”. No
pasa a ser nombre propio de Jesús sino porque Él cumple perfectamente la misión divina que esa
palabra significa. En efecto, en Israel eran ungidos en el nombre de Dios los que le eran consagrados
para una misión que habían recibido de Él. Este era el caso de los reyes (cf. I S 9,16; l0,1; 16,1.12-13;
1 R 1,39), de los sacerdotes (cf. Ex 29,7; Lv 8,12) y, excepcionalmente, de los profetas (cf. 1 R 19,16).
Éste debía ser por excelencia el caso del Mesías que Dios enviaría para instaurar definitivamente su
Reino (cf. Sal 2,2; Hch 4, 26-27). El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor (cf. Is 11,2) a la
vez como rey y sacerdote (cf. Za 4,14; 6,13) pero también como profeta (cf. Is 61,1; Lc 4,16-21).
Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey» (CCE
436).
50
R 2,1-13,25). Entre los reyes de Judá de esa época merece ser destacado Joás, que reinó cuarenta
años y fue contemporáneo de Jehú y Joacaz (2 R 12,1-22).
Israel se fue debilitando tras la dinastía de Jehú (2 R 14,1-17,2). Finalmente los asirios
conquistaron Samaría (722 a.C.) y repoblaron con extranjeros el territorio (2 R 17,5-41). Así se pone
fin a la historia del reino del norte . En esta época, en Judá el rey más sobresaliente fue Ajaz, a quien
el profeta Isaías hizo la profecía sobre el nacimiento del Emmanuel (2 R 16,1-20; cf. Is 7,1-8,4).
A partir de aquí (2 R 18,1), se narra la historia de Judá hasta la toma y saqueo de Jerusalén
por Nabucodonosor y la deportación de los judíos, incluido el rey, a Babilonia (587 a.C.). Durante ese
tiempo se relata en primer lugar la reforma religiosa llevada a cabo por el rey Ezequías y la milagrosa
liberación de Jerusalén ante el ataque de Senaquerib, rey de Asiria (2 R 18,1-20,21).
La figura y la acción del profeta Isaías son claves para comprender aquellos sucesos; de
hecho, la narración de estos acontecimientos tiene su paralelo en Is 36,1-39,8. Pero los sucesores de
Ezequías volvieron a introducir y practicar la idolatría, especialmente Manasés, famoso por su
impiedad (2 R 21,1-26).
La reforma de Josías
Sin embargo, una reacción más fuerte en favor del culto al verdadero Dios se dio con el rey
Josías, que inició una reforma religiosa mucho más profunda que la de Ezequías , en cuanto que
unificó todo el culto en un único santuario, el Templo de Jerusalén, para erradicar así la idolatría. Pero
Josías, a pesar de su piedad, murió prematura e inesperadamente a manos del faraón Necó (2 R
22,1-23,30). Sus sucesores volvieron a la idolatría, y el Señor castigó a Judá y a Jerusalén mediante
Nabucodonosor, rey de Babilonia. Jerusalén fue dos veces saqueada, el Templo incendiado y los
habitantes de Judá llevados cautivos a Babilonia junto con el rey (2 R 23,31-25,21). En Judá quedó un
gobernador; y en Babilonia el rey Yoyaquín, aunque cautivo, obtuvo un trato de favor y el
reconocimiento como rey por parte de Nabucodonosor (2 R 25,22-30). Acaba así la historia de los
reyes con un toque de esperanza porque continúa, aunque en el destierro, la estirpe de David.
Esta obra, redactada en la época del destierro, tiene por finalidad explicar cómo han podido
suceder aquellas cosas y animar a la fidelidad al Dios de Israel, el único Dios verdadero. El autor
sagrado se ha servido de materiales previos en los que se apoya y a los que respeta al introducirlos
en su obra. Entre sus fuentes cita expresamente Los hechos de Salomón, Los Anales de los Reyes de
Judá y Los Anales de los Reyes de Israel . Además reúne conjuntos literarios previos a la redacción
final como pueden ser: la crónica de la sucesión de David (1 R 3,1-2,46), la historia de Salomón (1 R
3,1-11,43), la historia del cisma 1 R 12,1-14,31), el ciclo de Elías (1 R 16,29-22,40), el ciclo de Eliseo
(2 R 2,1-13,21), las noticias sobre Joás (2 R 12,1-22), las noticias sobre Ajaz (2 R 16,1-20) y las
relaciones entre Ezequías e Isaías (2 R 18,1-20,21).
En su conjunto 1 y 2 Reyes muestran que el destino del hombre depende de su fidelidad a
Dios. Dios es el Dios único y verdadero que no admite otros dioses junto a Él (cf. 1 R 18,21). La raíz
del pecado es la idolatría. Pero no basta con quitar los cultos idolátricos a los dioses cananeos. Dios
exige purificar totalmente el culto al verdadero Dios, realizándolo como Él quiere, que en aquella
situación se concreta en el santuario de Jerusalén. La relevancia del Templo en 1 y 2 Reyes se pone
de manifiesto en el espacio que el autor dedica a describir su construcción y dedicación, obra de
Salomón (1 R 5,15-9,9). El Templo en la Ciudad Santa será decretado santuario único para Israel a
finales del siglo VII a.C. con la reforma de Josías para erradicar el peligro del sincretismo y acrecentar
al mismo tiempo la unidad nacional.
Ahora bien, a pesar del despliegue de la misericordia de Dios, los reyes y el pueblo no le
fueron fieles y adoraron a otros dioses. El Señor, en cambio, sí permaneció fiel a su promesa, aunque
su cumplimiento se realizará de forma no siempre comprensible para el hombre; como incomprensible
fue que el rey más justo y piadoso , Josías , muriera de forma violenta y prematura a manos del faraón
egipcio (2 R 23,29). La fidelidad de Dios se muestra, ante todo, en que –a pesar del pecado de
Salomón, la división del reino y la mala conducta de los reyes– la línea de sucesión davídica se
mantiene en el trono de Judá, en atención a David y a la promesa que Dios le hizo. Incluso en el
destierro seguirá presente el sucesor de David en su condición de rey. Pero los caminos por los que el
Señor cumplirá sus promesas son inescrutables: pasan por el abandono del Templo y por el destierro
51
del pueblo lejos de su tierra. La forma de actuar de Dios con los suyos refleja su misericordia y su
justicia, es decir, su fidelidad a las promesas, que se manifiesta incluso mediante el castigo por el
pecado que sirvió para purificar a su pueblo y disponerlo a una nueva relación con Él, como
interpretan los profetas Jeremías y Ezequiel.
Únicamente, a la luz de la Encarnación se encontrará el pleno sentido a estos sucesos.
Jesucristo, el hijo de David, es Rey Mesías de un reino de naturaleza distinta de la de los reinos de
este mundo. Es Rey de un reino universal formado por judíos y gentiles. La Iglesia, integrada por
hombres y mujeres de todas las razas, es en la historia humana «el germen y principio de este Reino»
(cf. Conc. Vaticano II. Const. dogm. Lumen gentium , 5), prefigurado y preparado por lo que fue
históricamente el reino de Judá. A partir de la venida de Cristo el verdadero culto a Dios no será ni en
Garizim (Samaría) ni en Jerusalén, sino en Espíritu y en verdad (cf. Jn 4,24) y desde entonces, el
lugar de la Presencia de Dios entre los hombres no es el Templo de Jerusalén: sino «el Santuario de
su Cuerpo» (Jn 2,21). La Ciudad Santa de Jerusalén, en la que Jesús culminó su obra redentora
adquirirá un sentido más profundo. También el Reino de Dios, instaurado por Jesucristo, tendrá su
realización plena en la nueva Jerusalén, celestial y escatológica, es decir, en la Iglesia consumada en
gloria al final de los siglos. Allí «está la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre
ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y
no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ya ha pasado» (Ap 21,3-
4).
La voz de Dios: los profetas
En el centro del Antiguo Testamento, como antorchas de la Alianza y como recuerdo perenne
de los derechos de Dios en la historia de los hombres, están los profetas. Se ha dicho, no sin razón,
que la civilización occidental no sería la que es sin la ley de los romanos, la razón de los griegos y la
justicia de los profetas de Israel. En el período que estamos considerando ahora, la época de la
monarquía en Israel, el gran medio del que se sirvió Dios para reclamar la fidelidad de los israelitas
fue el de suscitar profetas: hombres que hablaran en su nombre.
Las profecías eran un elemento primordial en la vida religiosa de Israel. Una sección
entera de la Biblia se compone de escritos de los profetas. Los libros históricos
relatan asimismo la actividad de numerosos profetas. Profeta es el que habla en
nombre de otro., y en el caso del profeta israelita, es el que habla en nombre de
Dios:
. La memoria de los profetas quedó grabada en la tradición de Israel, y el mismo Jesucristo,
como recuerda especialmente el Evangelio de San Lucas, no desdeñó ser comparado con ellos. Pero,
¿quiénes son estos hombres?
La palabra castellana «profeta» deriva del griego profetes , que a su vez viene del verbo pro-
femi , «proferir», «hablar en lugar de otro» (en griego también existe el verbo profeteuein que significa
«hablar en nombre de la divinidad», «revelar cosas oscuras») 107 . Se recoge así fielmente el sentido
que aparece en la terminología hebrea. Al profeta se le designa con la palabra nabí ( nebiim en plural),
que probablemente deriva de un verbo que significa «llamar», «anunciar». Nabí sería «el llamado» o
«el que anuncia», es decir, el mensajero de la palabra de Dios.
Por eso, en la tradición bíblica, la palabra «profeta» abarca un campo más amplio que el
nuestro. Ya los mismos patriarcas fueron considerados profetas por comunicarse con Dios. También
Moisés, Josué y Samuel lo fueron. Pero, en sentido estricto, el nacimiento del profetismo en Israel
107 El sentido moderno de la palabra como alguien que anuncia cosas futuro (en algunos casos
empleado como equivalente a un adivino) es ajeno al sentido etimológico del término profeta. Es, sin
embargo, un derivado de éste, ya que lo que dice un profeta, en cuanto que es palabra de Dios,
siempre se cumple.
52
debe ponerse en relación con las asociaciones de profetas vinculados a diversos santuarios de culto.
Tenían algunos rasgos comunes a los numerosos profetas cananeos que habitaban en la región y que
entraban en éxtasis con gritos, danzas y música. Participando de algunas de estas características, los
profetas hebreos eran sin embargo defensores de la fe en el único Dios de Israel. Se les llamaba
«hijos de nabí ( nebiim )». Vivían juntos a expensas de las limosnas que recibían, y como signos
distintivos llevaban un manto de pelo, un ceñidor de cuero, una señal en la frente y las cicatrices de
las heridas que se hacían en los trances. Durante la monarquía estas agrupaciones proféticas
empiezan a moverse en torno a la corte, y algunos pasan al servicio de los reyes. Se convierten en
profetas de corte, consejeros de los monarcas. Este es el modelo que encontramos en la Biblia en los
libros de Samuel y Reyes. Dios va suscitando profetas para guiar a los reyes y al pueblo. Serán
encargados muchas veces de encumbrar y ungir a los reyes (1 S l0,1-9; 2 S 2,1-7), tendrán la misión
de hablarles en nombre de Dios y, si es el caso, recordarles sus delitos (1 S 13,13-14; 15,26; 2 S
12,7-12), y transmitirles la reprobación divina (1 S 15,28; 28,17-19). De hecho, el profeta Samuel y
más tarde Natán y Gad tuvieron una función trascendental en los comienzos de la monarquía.
Entre los profetas destacan dos grandes figuras, Elías y Eliseo, que, como se ha visto,
desarrollaron su actividad en el reino del norte durante el siglo IX a.C. El autor de 1 y 2 Reyes
enfatizará que las palabras de estos profetas se cumplen puntual e inexorablemente, aunque haya
pasado mucho tiempo desde que las pronunciaran (cf. 1 R 13,2; 2 R 23,15-16). En esta forma de
presentar la historia subyace la certeza de que la palabra de Dios, pronunciada por medio de los
profetas, guía y dirige la historia de Israel con toda su divina eficacia.
En este marco, en el siglo VIII a.C., aparece un fenómeno nuevo: el profeta por vocación. El
profeta que no procede del estamento profético, pero que recibe la misión de Dios y debe responder.
El primero de todos es Amós. Cuando el sacerdote de Betel le prohíbe profetizar, Amós contesta: «Yo
no soy profeta, ni hijo de profeta, soy pastor y cultivador de sicómoros. Pero el Señor me tomó de
detrás del rebaño y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel» (Am 7,14-15). Y después de Amós,
Oseas, Isaías, Miqueas, etc. Así pues, el verdadero profeta es el elegido por Dios para hablar en su
nombre. Por eso, los profetas por vocación divina surgieron de diversos lugares, condiciones y
culturas. Amós fue pastor, Isaías, cortesano, Jeremías y Ezequiel, sacerdotes. Dios les elegía y les
comunicaba su espíritu para hablar en su nombre, para defender la fidelidad a la Alianza con el Dios
único y verdadero frente a la constante amenaza de un sincretismo religioso, para defender a los
débiles en nombre de la justicia divina. Su predicación se conserva por escrito en los llamados Libros
Proféticos 108 . En todos los casos, pero con diversos matices, la doctrina que han propugnado se
centra en la defensa de la fe en el único Dios, un Dios santo y trascendente; el r echazo del pecado
como causa del apartamiento d e Dios y la necesidad de comportarse con rectitud; la esperanza de
salvación que Dios ha prometido y que llegará por medio del Mesías salido de un resto fiel 109 .
Tema 7 El exilio y la restauración n.v.
CONFIGURACIÓN DEL JUDAÍSMO. DESTIERRO Y RETORNO
Gonzalo ARANDA
En la época en la que en Persia Zoroastro (660-583 a.C.) expone sus doctrinas, en Grecia
empieza a surgir la filosofía que la haría célebre, y en China y en la India aparecen las figuras de
108 No hay lugar aquí para desarrollar un comentario a los Libros Proféticos que me recen de suyo un
tratado propio. En una perspectiva histórica, habría que diferenciar entre profetas anteri ores al
destierro (siglos IX-VI a.C.), profetas del destierro (587-535 a.C.), y profetas de la restauración (siglos
VI-II a.C.). En una perspectiva canónica, tal como la presenta la Biblia, los libros proféticos se agrupan
de distinta forma en la Biblia hebrea y en la Biblia cristiana. La Biblia hebrea agrupa los libros de
Isaías, Jeremías, Ezequiel y el de los Doce Profetas bajo el título de «Profetas anteriores» (en relación
a los «Profetas anteriores», ver nota 29). La Biblia cristiana disti ngue entre los cuatro profetas
mayores (Isaías, Jeremías –a los que se añade Lamentaciones y Baruc–, Ezequiel y Daniel) y los
doce profetas menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías,
Ageo, Zacarías, Malaquías).
109 Juan Chapa, “Israel como nacin”, en JUAN CHAPA (ed), Historia de los hombres y acciones de
Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
53
Confucio (551-479 a.C.) y de Buda (560-479 a.C.), en ese tiempo tuvieron lugar en el oriente próximo
los sucesos que condujeron a la destrucción de Jerusalén y al destierro de Babilonia y se forjó una
nueva configuración del judaísmo. Esta se llevó a cabo cuando parte de los desterrados regresaron a
la tierra y reorganizaron la vida religiosa del pueblo en torno al Templo reconstruido y a la Ley de
Moisés. De esa época y de esos sucesos arranca también el hecho de que muchos judíos se
asentaran permanentemente fuera de Palestina, dando así lugar a la «diáspora». Esta dispersión, que
continuó durante los siglos sucesivos –y que llega hasta hoy– tuvo gran importancia no sólo en la
difusión del cristianismo, sino también en la misma historia de Europa, incomprensible en cierto modo
sin esa presencia del judaísmo en las diversas naciones 110 .
Deportaciones: Reino de Israel o del Norte : A Asiria o Nínive en 722
(les fue mal). Nínive es destruida en 539.
Reino de Judá o del Sur , a Babilonia o Caldea: 587
(les dan cierta libertad)
Exilio del Reino del Norte : Para asegurar su triunfo y cortar de raíz toda posibilidad de resurgimiento,
los asirios deportaron a toda la población útil, confinándolos en las ciudades más alejadas de su país;
sólo quedaron en Israel algunos pobres y ancianos campesinos, gente inválida que no constituían un
peligro. Para hacer imposible su retorno a los deportados, los asirios enviaron gente de diversa
procedencia para que habitaran en ese territorio. Por eso algunos judíos decidieron no regresar a vivir
a Israel, sino dispersarse por el mundo. A esto se le llama la diáspora . Esto motivó la traducción de la
Biblia a otros idiomas distintos al hebreo, obteniéndose de esa forma una mayor divulgación de la
Palabra de Dios. Así los judíos que vivían en Alejandría piden que el texto original sea traducido al
griego por rabinos expertos en ambos idiomas , en los siglos III-II, y es la Versión de los Setenta 111 o
LXX 112 . Sobre esos textos se hizo la traducción latina llamada Vulgata, y la traducción del AT al copto,
gótico armenio y eslabónico 113 . En este exilio se pierden las Diez tribus de Israel, se mezclan con
otros pueblos y ya no se sabe nada de ellas.
Exilio o deportación del Reino de Judá (Sur)
Destrucción de Jerusalén:
año 586 a.C.
Cautividad en Babilonia: 587-538 a.C.
Ezequiel y Daniel son profetas que coinciden con el destierro de las tribus del Sur: Judá y
Benjamín. LEER Daniel 6, 1-29.
1. El destierro a Babilonia
Los acontecimientos, descritos a grandes rasgos, fueron los siguientes. El pequeño reino de
Judá, que había conservado su independencia tras las conquistas del imperio asirio en el siglo VIII
a.C., no puede mantener ahora su autonomía ante la expansión neobabilónica. En el 598
Nabucodonosor llega a Jerusalén y el 16 de marzo del año 597 la toma y saquea . Allí acababa de
subir al trono con dieciocho años Yoyaquín, hijo de Yoyaquim. Inmediatamente fue llevado cautivo a
Babilonia junto con algo más de tres mil judíos, pertenecientes a la clase dirigente. Éste es el dato que
trasmite Jr 52,28, mientras que 2 R 24,13-14, «redondeando», eleva el número a diez mil. Como
Yoyaquin no tenía hijos, Nabucodonosor colocó en el trono de Judá a un tío suyo, Sedecías, pues
pensaba que éste iba a secundar su política frente a Egipto. Pero no fue así. El 588 el faraón Jofrá
quiso recuperar la influencia egipcia en la zona de Siria y Palestina, y Sedecías se puso de su lado a
pesar de las advertencias del profeta Jeremías. Nabucodonosor volvió a intervenir el 587 (o 586),
110 Gonzalo ARANDA, “Configuracin del Judaísmo. Destierro Retorno”, en JUAN CHAPA (ed),
Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
111 Se llama así porque fueron 72 los traductores; redondean su número.
112 La Biblia ha sido traducida a cerca de dos mil lenguas a lo largo de 23 siglos. La primera traducción
fue de la los Setenta, del hebreo a la lengua griega.
113
Cf. M. Fernández-Galiano, Biblia VI , GER 4, p. 170.
54
saqueó de nuevo Jerusalén, incendió el Templo, hizo sacar los ojos a Sedecías y lo llevó cautivo a
Babilonia (cf. 2 R 25,6).
Simultáneamente tuvo lugar una segunda deportación de judíos, esta vez menos de un
millar (cf. Jr 52,29). Al frente de la población de Judea fue puesto un judío llamado Godolías inclinado
a la amistad con Babilonia. Sin embargo, al poco tiempo fue asesinado (Jr 40-41) por judíos amigos
del rey de Amón. Cinco años más tarde se produjo aún otra deportación menos numerosa (cf. Jr
52,30), señal de que Jerusalén no estaba suficientemente sometida a Babilonia. El total de los
deportados a Babilonia se calcula entre diez y veinte mil, pero es posible que el número fuera menor.
Otros judíos, entre ellos el profeta Jeremías, que había desarrollado su actividad en Jerusalén durante
cuarenta años y estuvo involucrado en los acontecimientos políticos y sociales de su tiempo, se
marcharon a Egipto y se establecieron allí (cf. Jr 43,4-7).
De todos estos sucesos queda constancia en el segundo libro de los Reyes, en el segundo de
las Crónicas y en el libro del profeta Jeremías, y siempre se interpretan de la misma manera: todo
aquello sucedió porque el pueblo no había sido fiel a su Dios, el Señor, el Dios de la Alianza. Así lo
narra el segundo libro de las Crónicas:
«Entonces el Señor hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a los
mejores hombres jóvenes en el interior del santuario sin tener piedad ni de muchachos ni de
doncellas, ni de ancianos ni de decrépitos; a todos los puso Dios en sus manos. Se llevó a Babilonia
todos los objetos del Templo, grandes y pequeños, los tesoros del Templo y los del rey y de los
oficiales. Luego incendiaron el Templo, demolieron los muros de Jerusalén, prendieron fuego a todos
sus palacios y destruyeron todas las cosas de valor. Finalmente deportaron a Babilonia a todos los
que se habían librado de la espada, sirviendo de esclavos suyos y de sus hijos hasta la llegada del
reino persa. Así se cumpli la palabra del Seor pronunciada por Jeremías: “Hasta que el país llegue
a disfrutar los sábados perdidos, vivirá en sábado permanente durante los días de la desolación, en
concreto, setenta aos” (2 Cro 36,17-21).
Pero los dos libros que cuentan los hechos con más cercanía temporal, 2 Reyes y el libro de
Jeremías (la perspectiva del libro de las Crónicas es distinta como veremos mas adelante) terminan
con un dato que mantiene la esperanza: aunque el rey de Judá esta en el destierro y es un «rey
vasallo» permanece y es reconocido como tal por el poder babilónico:
«El año treinta y siete del cautiverio de Yoyaquín, rey de Judá, el día veintisiete del mes
duodécimo, Evil Merodac, rey de Babilonia, el año en que comenzó su reinado, indultó a Yoyaquín, rey
de Judá, sacándole de la cárcel. Le habló con benevolencia, y puso su trono por encima del de los
reyes que estaban con él en Babilonia. Le cambió los vestidos que había llevado en la cárcel, y
Yoyaquín comió siempre en su compañía todos los días de su vida. Su ración permanente le fue
asignada por el rey día a día, todos los días de su vida» (2 R 25,27-30).
Exactamente con las mismas palabras termina el libro de Jeremías.
Así pues, la esperanza en el futuro descendiente de David (cf. 2 S 7,14) no estaba perdida. La
rama de David continuaba. Sin embargo, como iremos viendo, la permanencia de sus descendientes,
hasta llegar a Jesús, el Hijo de David, no se va a dar ya en términos de ocupación de un trono real,
sino como símbolo de las promesas divinas, que llegarán a cumplirse de un modo totalmente
insospechado.
El destierro suponía ciertamente un drama en la vida de Israel, pero no todo estaba perdido.
Los que quedaron en Judea y Jerusalén –casi todos trabajadores del campo– ocuparon las tierras y
posesiones de los deportados (cf. Jr 39,10; 2 R 25,12). Jerusalén continuó habitada (cf. Lm 1,4) y el
Templo, aunque hubiese sido incendiado, siguió siendo lugar de oración y lamentación (Jr 41,5) 114 .
Pero el protagonismo religioso, según la Biblia, lo adquieren los desterrados a Babilonia. Jeremías, de
hecho, comparará a los que quedaron en la tierra y a los deportados con do s cestas de higos.
114 En este contexto se inserta el libro de las Lamentaciones, que en la Biblia griega y en la Vulgata se
presenta a continuación del libro de Jeremías.
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Nabucodonosor había llevado cautivos a los «higos buenos», a los que eran capaces, y había dejado
en Judea con Sedecías a los «higos malos». Sobre aquellos se va a fijar Dios y con ellos reconstruirá
de nuevo el pueblo (Jr 24,4-10).
2. El profeta Ezequiel. LEER Ez 16, 1-63
Entre los desterrados a Babilonia se encuentra el sacerdote Ezequiel (cf. Ez 1,3) que va a
tener una función muy importante en mantener entre los deportados la fe en el Señor, Dios de Israel, y
en la nueva orientación que va a tomar el judaísmo. Los pilares fundamentales de la fe israelita (la
Alianza, el Templo, la Ley y la monarquía), que ya se habían asentado antes del destierro, son
revisados desde la nueva situación que viven los desterrados. Ezequiel es el profeta que ilumina las
nuevas circunstancias de aquel momento, empleando un lenguaje de visiones celestes, alegorías y
grandiosas imágenes que hacen a su libro del todo peculiar. Destaquemos algunos aspectos de su
mensaje:
a) La causa del destierro, proclama, no ha sido otra que la infidelidad del pueblo –tanto de
Israel como de Judá– a la Alianza y al amor de Dios. Basta releer el cap. 16 (en el que compara a
Israel con una joven que, tras haber sido rescatada de la muerte y hecha esposa, se prostituye
miserablemente), o el cap. 23 (en el que compara a Samaría y Jerusalén con dos hermanas que han
seguido los mismos pasos que la joven antes mencionada), para ver los acentos de ternura divina en
la elección y la Alianza de Dios con Israel, y la respuesta de pecado del pueblo. A pesar de todo, Dios
se mantiene fiel a su Alianza:
«Yo me acordaré de mi alianza contigo en los días de tu juventud, y estableceré en tu favor
una alianza eterna (...). Yo mismo restableceré mi alianza; contigo, y sabrás que Yo soy el Señor» (Ez
16,60.62).
En esta nueva Alianza no ocurrirá como en la Alianza que Dios hizo con Moisés, en la que, si
bien mantenía su amor por mil generaciones, castigaba las culpas de los padres en los hijos hasta la
tercera o cuarta generación (cf. Ex 34,6-7). Sin duda este principio explicaba el destierro. Pero en la
nueva Alianza no va a ser así: «El que peque es quien morirá» (Ez 18,4). Se subraya la
responsabilidad personal y con ello se da un paso importante en la teología de la retribución 115 .
b) El Templo de Jerusalén era, desde la época de Salomón, el lugar en el que Dios escuchaba
a los que allí invocaban su nombre, y donde Dios hacía sentir su presencia. Allí había tenido Isaías su
visión de la gloria de Dios, cuyas haldas llenaban el Templo (cf. Is 6,2). En el destierro, los judíos no
pueden dejar de preguntarse qué ha sido de aquella presencia divina en el Santuario de Jerusalén. La
respuesta llega por medio de Ezequiel. Éste contempla la gloria de Dios, no en el Templo, sino en una
especie de carro celeste que se le muestra en el país de los caldeos (Ez 1,3). Allí le habla el Señor y
es designado por Él como profeta con una misión especial hacia los deportados (Ez 3,11). A ellos
Ezequiel les explica cómo la gloria del Señor ha abandonado el Templo de Jerusa lén (Ez 11,23). Sin
embargo, el profeta ve más adelante un nuevo Templo. Lo contempla en una visión en la que se le
dan con precisión las nuevas medidas, dependencias, personal que lo atiende y sacrificios que se han
de realizar (caps. 40-48). Al servicio del Santuario estarán los sacerdotes descendientes de Sadoc, el
sacerdote que Salomón dejo en Jerusalén cuando expulsó a Abiatar
115 El libro de las Crónicas da un paso más. El destierro no es un castigo impuesto por delitos
pasados, sino merecido por quienes lo padecieron. Y así se contiene en una fase histórica más, en un
«descanso sabático para la tierra» (2 Cro 36,21), a la que sucede una nueva etapa en la que gozará
de la misma protección que tuvo durante el reinado de David. La nueva situación que Dios va a crear
con su pueblo puede ser descrita en términos de «resu rrección». Así lo encontramos en el cap. 37 de
Ezequiel con la imagen de los huesos secos que el Esp íritu de Dios hace revestirse de nervios y de
carne y revivir. El futuro va a ser distinto del pasado. Hay un corte claro en la historia, comienza para
Israel una época nu eva: «He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas,
pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel (...). Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os
estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, el Seño r, lo digo y lo hago, or áculo del Señor» (Ez
37,12.14).
116 Cf. 1 R 2,26 -27. Para Salomón, el sacerdote Abiatar, de la línea sacerdotal de Leví, era reo de
muerte por haber apoyado la pretendida ascensión al trono de otro hijo de David, Adonías; pero, por
116 . Ezequiel contempla ese
56
Templo como una fuente cuyas aguas purificarán toda la tierra de Israel, de la que también describe
sus límites y distribución, y la harán extremadamente fértil. El nombre de la capital de esta tierra será:
«El Señor esta allí» (Ez 48,35).
Hay que decir ya que este Templo contemplado por Ezequiel y la estructura social que prevé
quedan en un nivel ideal; la realidad a la vuelta del destierro será distinta. Pero entretanto sus visiones
alimentaban la esperanza de retorno entre los desterrados.
c) En el destierro no hay Templo . El culto a Dios se suple por el cumplimiento de la Ley.
Pero el profeta, con la experiencia de lo sucedido, reconoce que el pueblo por sí mismo no puede
cumplir la Ley; por eso espera una renovación interior: «Yo os daré un corazón nuevo (...). Infundiré mi
espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis
normas» (Ez 36,26-27). Entre estas normas adquiere especial relevancia la guarda del sábado (cf. Ez
20,24; 23,38; 46,3) que se convierte en rasgo distintivo de la religión judía. Otro rasgo que adquiere
entonces mayor importancia como elemento diferenciador de la identidad del pueblo es la
circuncisión.
Por otra parte, los ancianos acuden a consultar a Ezequiel y escuchan sus oráculos. Aquellos
lugares de reunión serían el inicio de la «sinagoga», el lugar donde se estudiaría la Ley.
Ezequiel reconoce, como los profetas que le precedieron, la voz del Señor; pero justo al
comienzo de su libro expresa que esa voz le viene en forma de un rollo escrito, que el profeta ha de
comer para asimilar su contenido y transmitirlo inalterado (cf. Ez 2,8). Esa visión del libro es un
recurso profético utilizado por Ezequiel, pero va a dar lugar al convencimiento de que el rollo escrito
no solo contiene la revelación de Dios a Moisés y a los profetas, sino que Dios mismo habla a través
de «un escrito». Así se considerará más tarde la Sagrada Escritura 117 .
d) En aquella situación del destierro Ezequiel no confía mucho en la descendencia davídica.
Entiende que los reyes de Israel han sido malos pastores y por eso no volverán a apacentar el rebaño.
Dios mismo será su pastor (Ez 34,10-12). Aunque el profeta habla de los pastores de Israel, no de los
de Judá, se refiere a ambos, pues los reyes de uno y otro reino condujeron al desastre del destierro.
Por eso, para conducir a su rebaño, Dios suscitará un nuevo pastor, u n nuevo rey semejante a David:
«Un solo pastor que las apacentará, mi siervo David: él las apacentará y será su pastor» (Ez 34,23).
David se convierte aquí en «tipo» del Mesías esperado, y deja de tener relieve el que el Mesías sea
«descendiente» de este r ey. Con esta forma de hablar, Ezequiel da pie a ampliar las maneras de
entender la figura del Mesías.
Como sacerdote, Ezequiel forma parte de la clase sacerdotal que fue la que se constituyó en
clase dirigente del pueblo durante el destierro . En una situación en la que los israelitas pueden verse
tentados por la religión y modo de vida babilónicos, los sacerdotes velan por la identidad religiosa del
pueblo. Desarrollan y fijan las tradiciones que daban razón de su existencia. Más tarde estas
tradiciones, repensadas y formuladas de nuevo, formarán parte esencial del Pentateuco.
Aquellos judíos del destierro, sin tierra, sin Templo y, al menos de hecho, prácticamente sin
rey, que se mantuvieron sin embargo fieles a su Dios, a su religión y a sus tradiciones, c onstituyen un
fenómeno social y religioso único entre los pueblos del antiguo oriente que sufrieron circunstancias
parecidas de conquista y deportación por parte de Babilonia o de otros pueblos. Esto indica la
peculiaridad religiosa de aquel grupo, que, en realidad, sólo se explica por su historia anterior y por su
fe: era el pueblo elegido de Dios, al que su Señor no podía abandonar en virtud de la Alia nza. La fe y
la forma de vida de aquellos judíos en Babilonia fue el inicio de un judaísmo vivido lejos d e la tierra de
Israel que, ciert amente, con notables modificaciones experimentadas en la historia posterior, sigue
hasta nuestros días . Es el judaísmo de la diáspora.
ser persona sagrada, sólo le castiga con el desti erro. En Jerusalén se queda la línea sacerdotal de
Sadoc. Ambas líneas podrían representar dos aspectos distintos de la religiosidad de Israel: la primera
esta más centrada en la Alianza y en el cumplimiento d e sus cláusulas; la segunda, en las promesas
divinas incondicionales.
117 Gonzalo ARANDA, “Configuracin del Judaísmo. Destierro Retorno”, en JUAN CHAPA (ed),
Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
57
3. El Edicto de Ciro (rey persa)
A mediados del siglo VI la situación política cambia en la región del Tigris y el Eufrates. Ciro el
persa se rebela contra Astiages el año 555 a.C. y se constituye rey de medos y persas . El año 539
entra en Babilonia y el 538 promulga un edicto concediendo a los judíos la libertad para volver a
Jerusalén.
También estos acontecimientos se leen en la Biblia como «historia de salvación», como
acciones de Dios en favor de su pueblo. Las profecías de Jeremías y de Ezequiel sobre el retorno se
ven cumplidas. Más tarde, el libro de Esdras dará así cuenta de los hechos:
«En el año primero de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra de Dios por boca
de Jeremías, el Señor movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, que proclamó en todo su reino, incluso
por escrito, el siguiente edicto: “Así dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha
entregado todos los reinos de la tierra, y Él mismo me encargó construirle una casa en Jerusalén, que
está en Judá. Aquel de vosotros que pertenezca a su pueblo, que su Dios este con él y suba a
Jerusalén, en Judá, para construir la casa del Señor, el Dios de Israel, que es el Dios que esta en
Jerusalén” (Esd 1,1-3).
Un profeta contemporáneo a aquellos acontecimientos, cuyo nombre no conocemos, pero que
probablemente perteneciera al grupo de discípulos de Isaías –como muestra el hecho de que sus
oráculos fueron añadidos al libro de aquel profeta, y al que se le suele designar como Deutero-Isaías
o Segundo Isaías (Is 40,1-55,13)–, canta con acentos de excepcional ternura el consuelo que en ese
momento Dios da a su pueblo y a Jerusalén, porque con el destierro han pagado abundantemente su
culpa:
«Consolad, consolad a mi pueblo –dice vuestro Dios –. Hablad al corazón de Jerusalén y
decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido de
mano del Señor castigo doble por todos sus pecados» (Is 40,1-2).
«Como pastor pastorea su rebaño: recoge en brazos los corderos, en el seno los lleva, y trata
con cuidado a las recién paridas» (Is 40,11).
Ese profeta ve que el Señor, Dios de Israel, ha manifestado su poder, haciendo volver a los
desterrados, como si de un nuevo Éxodo se tratara (cf. Is 41,17-20; 43,16-21; etc.). Sólo Él es el
verdadero y único Dios, creador y redentor (Is 44,24). Ciro es un instrumento del que Dios se ha
servido para salvar a su pueblo y castigar a Babilonia (Is 45,1). Sin embargo, según el mismo texto
profético, en realidad aquella salvación se debe a un Siervo del Señor que ha cargado sobre ellos
pecados del pueblo:
«He aquí que prosperará mi Siervo, será enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera. Así
como se asombraron de él muchos –pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni
su apariencia era humana– otro tanto se admirarán muchas naciones» (Is 52,13-15).
«Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo
que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. Todos nosotros como ovejas erramos,
cada uno marchó por su camino, y el Señor descargó sobre é1 la culpa de todos nosotros» (Is 53,5-
6).
Es posible que en este «siervo sufriente» el profeta viese al rey, sucesor de David, que había
padecido las tribulaciones del destierro; sin embargo, en cierto momento ese siervo es identificado
con Israel (cf. Is 49,3), como el conjunto de los desterrados que han pagado por todos . También
puede verse bajo el siervo la figura de un profeta. Pero, mas allá de la referencia histórica precisa que
es bastante oscura, lo cierto es que esa imagen del «siervo sufriente» quedará a partir de ese
momento en la Sagrada Escritura y en tradición de Israel como la expresión más profunda, aunque no
más popular, de la personalidad del salvador. Con ella, más que con ninguna otra figura salvadora, se
identificará Jesucristo. 118
118 Gonzalo ARANDA, “Configuracin del Judaísmo. Destierro Retorno”, en JUAN CHAPA (ed),
Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
58
4. La restauración de Israel
Secundando el decreto de Ciro, en el ano 538 se formó la primera caravana de regreso a
Jerusalén guiada por un descendiente davídico, Zorobabel, y un sumo sacerdote de la estirpe de
Sadoc, Josué. En los libros de Esdras y Nehemías se recuerdan nominalmente a quienes la
integraron (cf. Esd 2,1-65; Ne 7,6-72).
Las expectativas que despertó el retorno las encontramos recogidas en la última parte del
libro de Isaías (llamado también Trito-Isaías). Ahí el profeta habla de la restauración de Jerusalén
como de una nueva acción creadora de Dios (Is 65,17); de una Jerusalén en la que todos, tanto los
retornados del destierro como los allí residentes, e incluso los prosélitos, puedan participar del culto al
Señor: «Porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos» (Is 56,7); de una
Jerusalén que será causa de paz y de bendición para todos los pueblos de la tierra (Is 60,1-22; 62,1-
9): «Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada, (...) las riquezas de las
naciones vendrán a ti. Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efa. Todos
ellos vienen de Sabá portando oro e incienso y pregonando alabanzas al Señor» (Is 60,3.5-6).
El autor de estos oráculos tiene conciencia de hablar movido por el Espíritu de Dios y su
misión es anunciar la libertad, paz y prosperidad a su pueblo: «El espíritu del Señor está sobre mí, por
cuanto que me ha ungido el Señor. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar
los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar un
año de gracia del Señor, día de venganza de nuestro Dios» (Is 61,1-2).
Pero el profeta pronuncia al mismo tiempo severas palabras contra la idolatría, la profanación
del sábado o una piedad vacía de justicia y misericordia hacia los pobres (Is 58,1-12): «Clama a voz
en grito, no te moderes; levanta tu voz como cuerno y denuncia a mi pueblo su rebeldía y a la casa de
Jacob sus pecados» (Is 58,1).
Aunque en lenguaje poético, la nueva situación descrita por el profeta sobrepasa cualquier
situación histórica y apunta al establecimiento de un nuevo paraíso en la tierra: «Antes que me llamen,
yo responderé; aún estarán hablando, y yo les escucharé. Lobo y cordero pacerán juntos, el león
comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo, no harán más daño ni perjuicio en
todo mi santo monte –dice el Señor» (Is 65,24-25).
Las palabras escritas en esa parte del libro de Isaías y en otros pasajes del mismo libro
pertenecientes a aquella época (Is 11; etc.) hacen referencia inmediata a aquel momento de la vuelta
del destierro; pero ciertamente lo superan. Esas palabras quedarán en la Escritura y en la tradición de
Israel como expresión firme de las promesas de Dios para con su pueblo. Serán recordadas después
muchas veces, especialmente en el Nuevo Testamento donde tales promesas se ven cumplidas en
Jesucristo.
5. Reconstrucción del Templo
La primera tarea que llevan a cabo los repatriados es la reconstrucción de un nuevo altar para
reiniciar el culto al Señor (Esd 3,16). Inmediatamente emprenden la reconstrucción del Templo. Sin
embargo, pronto surgen las dificultades. No tenemos suficiente información sobre cómo sucedieron
los hechos en Judea y Jerusalén en aquellos momentos, ya que los libros de Esdras y Nehemías
reflejan una época algo posterior. Sí sabemos que la construcción del Templo tuvo que detenerse por
la oposición de algunos de los habitantes de la región, que veían en los repatriados a sus
contrincantes desde el punto de vista social y religioso, y quizá también por falta de medios y pérdida
de la ilusión primera. Pero las palabras de los profetas Ageo y Zacarías estimularon la reanulación de
las obras en el año 520 a.C., reinando ya Darío, y el Templo fue terminado el 515 (cf. Esd 6,22). A
partir de esa fecha y hasta la llegada de Nehemías el año 445 a.C., reinando ya Artajerjes I (llamado
Longímano), no tenemos noticias precisas sobre cómo se desarrollaron los acontecimientos.
59
En los oráculos de Ageo y de Zacarías queda el testimonio de que se levantaron ciertas
expectativas de restauración nacional en torno a Zorobabel, sucesor davídico:
Habla a Zorobabel, gobernador de Judá y di: “Yo voy a sacudir los cielos y la tierra. Daré
vuelta a los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones, daré vuelta al carro
y a los que montan en él, y serán abatidos caballos y caballeros cada uno por la espada de su
hermano. Aquel día mío –oráculo del Señor Sebaot– te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo
mío –oráculo del Señor– y te pondré como anillo de sello, porque a ti te he elegido, oráculo del Señor
Sebaot” (Ag 2,21-23).
Sin embargo, Zorobabel y la posible descendencia davídica desaparecieron pronto de escena.
Las noticias sobre él se pierden y quienes aparecen al frente de la situación en Jerusalén y Judea, en
el año 445 cuando llega Nehemías, son las familias sacerdotales, descendientes del sumo sacerdote
Josué. Quizá el profeta Zacarías alude a la muerte de Zorobabel cuando dice:
«Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y
de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como
lamentación por mi hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un
primogénito» (Za 12,10).
Estas palabras mantenían en cualquier caso la conciencia de que Dios seguiría otorgando la
salvación a través de la casa de David. Pero el desarrollo de los acontecimientos, como veremos
enseguida, hace que para el judaísmo oficial que se forja en aquella época la descendencia davídica
quede en la sombra y en cambio afloren al primer plano de atención el Templo y la Ley. Sin duda la
dependencia de Persia en el aspecto político hubo de favorecer esa orientación. Pero de esa forma, y
así lo interpretan los libros de las Crónicas, de Esdras y de Nehemías, el pueblo iba profundizando en
su identidad como pueblo elegido que tributa a Dios un culto agradable y cumple sus mandatos.
6. La misión de Nehemías
Nehemías era un laico, joven elegante, alegre y cordial. A partir de 455, Nehemías, copero de
Artajerjes 119 , enterado de que la situación en Jerusalén, organiza una segunda expedición de
repatriados. El estado en que encuentra la ciudad es lamentable. Las murallas de Jerusalén siguen
derruidas, muchos de los primeros repatriados han tenido que venderse como esclavos para pagar las
deudas contraídas con los de su misma raza propietarios de las tierras, algunos sumos sace rdotes
han emparentado con familias que vivían antes en el país, y los sacrificios del Templo no tienen la
dignidad que debieran, sin duda por falta de medios. Tal es la situación que se refleja en el libro de
Nehemías y a la que éste viene a poner fin mediante unas profundas reformas religiosas y sociales.
También el profeta Malaquías se hace eco de aquel estado de cosas en sus oráculos contra
los sacerdotes, contra los matrimonios mixtos y los divorcios, y contra quienes defraudan los diezmos;
y anuncia la venida del Señor a su Templo y el juicio divino sobre los que obran el mal:
«He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá
a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Ángel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí
que viene, dice el Señor Sebaot. ¿Quién podrá soportar el día de s u venida? ¿Quién se tendrá en pie
cuando aparezca? Porque él es como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. Se sentará para
fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán para el
Señor los que presentan la oblación en justicia. Entonces será grata al Señor la oblación de Judá y de
Jerusalén, como en los días de antaño, como en los años antiguos» (Ml 3,l-4)
«Pues he aquí que viene el día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que
cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el día que viene, dice el Señor Sebaot, hasta no
dejarles raíz ni rama. Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia con la
salud en sus rayos, y saldréis brincando como becerros bien cebados fuera del establo» (Ml 3,19-20).
119 El envenenamiento era un procedimiento corriente para subir al trono, por eso el cargo de copero
sólo lo ocupaban hombres de toda confianza (Farreres, cit., p. 57)
60
«He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, grande y terrible.
Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que
venga yo a herir la tierra de anatema» (Ml 3,23-24).
Nehemías reconstruyó antes de nada las murallas de Jerusalén, venciendo la oposición de los
pueblos vecinos. Después hizo que los ricos terratenientes perdonasen las deudas a sus hermanos y
les devolviesen las tierras confiscadas, de modo que estos pudieran trabajarlas de nuevo y salir
adelante (Ne 5,1-13). No se dice que fuese año jubilar, pero lo que pide Nehemías responde a lo que
Lv 25,8-17 prescribe para ese año. En realidad es la primera y única vez que aparece en la Biblia la
práctica de esa remisión de tierras y personas, y no sin que Nehemías tuviese que forzar a hacerlo.
Además establece que en adelante los israelitas no contraigan matrimonios mixtos, que se pague un
tributo fijo para el Templo y que se controle la recogida de las primicias para los sacerdotes y levitas.
Los jefes del pueblo, los sacerdotes y los levitas firman un documento escrito (Ne 10,1-28), y todo el
pueblo se compromete ante Dios a cumplir estas normas y la Ley de Moisés. Así lo narra el cap. 10
del libro de Nehemías:
«El resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los netineos, y
todos los que no siguen a las gentes del país sino a la ley de Dios, así como sus mujeres, hijos e
hijas, todos los que tienen uso de razón, respaldan a sus hermanos y dirigentes y se avienen
mediante promesa y juramento a comportarse de acuerdo con la ley que Dios les dio por medio de
Moisés, el siervo de Dios, y a guardar y cumplir todos los mandamientos del Señor, nuestro Dios, así
como sus normas y leyes:
»No entregaremos a nuestras hijas a las gentes del país y no tomaremos a sus
hijas como esposas para nuestros hijos.
»Si las gentes del país traen mercancías o cualquier tipo de cereales para
venderlos en día de sábado, no los recibiremos en sábado ni en día santo.
»El año séptimo renunciaremos al interés de todo préstamo.
»Asumimos el compromiso de entregar un tercio de siclo al año para el servicio
de la casa de nuestro Dios, para los panes de la proposición, para la ofrenda
perpetua, para el holocausto perpetuo de los sábados, de los novilunios, de las
solemnidades, para las cosas consagradas, para expiar por los pecados de Israel, y
para atender a todas las necesidades de la casa de nuestro Dios» (vv. 29-34).
Fácilmente se percibe el nuevo espíritu que anima al pueblo en aquellos momentos. Se
consideran pueblo los que han vuelto del destierro, y como pueblo, sin mediación ya del rey, renuevan
la Alianza con Dios comprometiéndose a cumplir unas cláusulas.
A continuación Nehemías organiza la repoblación de Jerusalén, que siendo ahora una ciudad
amurallada debía de ofrecer ciertas ventajas, y vuelve a Babilonia el año 433 (cf. Ne 13,6). Todo
parecía haber quedado en orden. De Israel quedaba excluido todo extranjero (cf. Ne 13,3), y
Jerusalén había sido convertida en capital y punto de referencia para todos los judíos dondequiera
que estuviesen.
Pero todas aquellas normas no eran fáciles de cumplir. Nehemías tiene que volver por
segunda vez a Jerusalén y expulsar de allí a algunas personas influyentes, como a un tal Tobías –
emparentado con el sumo sacerdote–, que siempre se le opuso, e incluso a un hijo del sumo
sacerdote, casado con una hija del gobernador de Samaría. Es muy posible que estos, no conformes
las normas dictadas por Nehemías, se refugiasen en aquella ciudad y que de ellos proceda la forma
de judaísmo mantenida por los samaritanos. 120
7. Misión de Esdras
Junto a las reformas de Nehemías, importantes sobre todo en el ámbito social aunque
evidentemente siempre con dimensión religiosa, la Biblia presenta la reforma de Esdras que incide
120 Gonzalo ARANDA, “Configuracin del Judaísmo. Destierro Retorno”, en JUAN CHAPA (ed),
Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
61
directamente en la esfera religiosa del pueblo. Esdras era un sacerdote que viene también de
Babilonia a Jerusalén, no sabemos exactamente si antes, al mismo tiempo, o después de Nehemías.
La opinión más común es que la llegada de Esdras hay que situarla el año 398 a.C., reinando
Artajerjes II. En los libros de Esdras y Nehemías, sin embargo, se les hace coincidir a ambos en
Jerusalén, dándose la primacía al sacerdote Esdras y presentando a Nehemías como el laico que
apoya la reforma de aquél. En cualquier caso con Esdras culmina el proceso de definición del
judaísmo oficial que– perdura hasta la venida de Jesucristo y, con ciertas variaciones, hasta nuestros
días. De Esdras dice el libro que lleva su nombre:
«Este Esdras, que era un escriba experto en la ley de Moisés, aquel a quien le había sido
entregada por el Señor, Dios de Israel, subió desde Babilonia. Como la mano del Señor estaba con él,
el rey le dio todo lo que le había pedido» (Esd 7,6).
Esdras llega también a Jerusalén con una numerosa compañía (cf. Esd 8,1,-36), llevando
consigo la Ley de Dios tal como había sido redactada entre los deportados en Babilonia. Es una Ley
reconocida por Artajerjes, quien da a Esdras el título de «escriba (secretario) de la Ley del Dios del
cielo» (Esd 7,21) y le encomienda imponerla a todos los judíos que viven a esta parte del Éufrates:
«Y tu, Esdras, con el conocimiento que posees de tu Dios, dispón magistrados y jueces que
administren justicia a todo el pueblo que está al otro lado del río, esto es, a los que conocen la ley de
tu Dios; y enséñasela a quienes no la conocen. Y que se juzgue si es reo de muerte, de exilio, de
confiscación de sus posesiones, o de cárcel a todo aquel que no cumpla la ley de tu Dios y la ley del
rey» (Esd 7,25-26).
Durante el destierro de Babilonia los sacerdotes se dedican al estudio de la Escritura, porque
no podían ejercer sus funciones. Los libros santos son su nuevo templo. Crean una escuela de
escribas. Esdras estuvo al frente de esta Escuela y es probable que sea el “redactor” definitivo del
Pentateuco . Hace la restauración religiosa del nuevo Israel.
La comunidad celebra la fiesta de las tiendas , confiesa sus pecados y se compromete a cumplir la ley
de la alianza. El judaísmo acaba de nacer con sus tres principales ideas: la raza elegida, el templo y la
ley.
Esdras entiende que la mayor infidelidad de Israel son los matrimonios con personas de raza
no judía y manda que aquellos que se encuentren en esa situación despidan tanto a sus mujeres
como a sus hijos. Y así se hizo tras una detenida investigación, no sin la oposición de algunos (cf. Esd
10,1-44). Después leyó e interpretó la Ley ante todo el pueblo:
«Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la explanada que hay delante de la puerta
de las Aguas y le dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la Ley de Moisés (...). El día uno
del mes séptimo el sacerdote Esdras trajo la Ley ante toda la asamblea, hombres y mujeres, ante
todos los que tenían uso de razón. Desde que hubo luz hasta el mediodía la leyó al frente de la
explanada que hay delante de la puerta de las Aguas, ante los hombres, las mujeres y todos los que
tenían uso de razón. Todo el pueblo prestaba oído al libro de la Ley» (Ne 8,1-3).
«Leían el libro de la Ley de Dios con claridad, explicando el sentido, para instruir con la
lectura. Nehemías, que era el gobernador; el sacerdote Esdras, que leía, y los levitas, que instruían al
pueblo, dijeron a todos: “Hoy es un día santo para el Señor, vuestro Dios! No os lamentéis ni lloréis” –
pues todo el pueblo estaba llorando al escuchar las palabras de la Ley» (Ne 8,8-9).
«Todos los días, desde el día primero hasta el último, se leyó el libro de la Ley de Dios; lo
celebraron durante siete días, y el día octavo hubo una celebración solemne según lo previsto» (Ne
8,18).
Con Esdras la Ley traída de Babilonia y aprobada por el rey de aquel país se impone como
Ley de estado para los judíos. Es al mismo tiempo la Ley de Dios. No sabemos cual era el contenido
concreto de la Ley proclamada por Esdras, aunque ciertamente se trataba de un cuerpo que ha
quedado recogido en el Pentateuco, quizá en los libros del Éxodo y del Levítico. En cualquier caso
tendría fuertes acentos cultuales, como era propio de los sacerdotes. Quizá a partir de ese momento
se comenzó a recopilar la tradición anterior y fue adquiriendo forma la redacción del Pentateuco o la
Torah , en la que quedó asimismo incluido el libro del Deuteronomio, que ya existía. La redacción del
Deuteronomio refleja mas bien el tiempo en el que se había reconstruido el Templo a la vuelta del
62
destierro y ya no había expectativas monárquicas (año 515 d.C.). En cualquier caso cierta tradición
judía atribuye a Esdras haber si do el primero en hacer un canon de libros sagrados (IV Esdras).
A partir de aquel tiempo, por tanto, el judaísmo oficial queda definido por la centralidad del
Templo y de Jerusalén para todos los judíos, el cumplimiento de la Ley de Moisés prescrita por
Esdras, y la pertenencia a alguna de las familias que volvieron del destierro, es decir, la pureza de
sangre. La narración de la historia de Israel que ofrece el libro de las Crónicas, frente a la que
encontramos en los libros de los Reyes, da a entender que una vez reconstruido el Templo y
restablecido en el culto que instituyo David, el pueblo vive según su propia identidad. Si cumple la Ley
podrá vivir feliz en la tierra dada por Dios a sus padres. Apoyado en esos tres pilares (Templo, Ley,
raza) fue como Israel, por providencia divina, pudo mantener su verdadera identidad en las difíciles
épocas, persa y griega, por las que atravesaría mas adelante 121 .
“A partir de las reformas de Nehemías y Esdras (...), la pertenencia al pueblo no está unida
a habitar en un territorio concreto o proceder de él, sino a tener una ascendencia determinada 122
ya someterse a una Ley” 123 .
8. Otras visiones del judaísmo
Sin embargo, en el período que transcurre desde las reformas de Esdras y Nehemías hasta la
época griega, durante la llamada época persa, la visión de muchos judíos era más amplia que la que
se refleja en los libros citados de las Crónicas y de Esdras y Nehemías.
Hubo escritores, igualmente inspirados por Dios, que mantenían miras más amplias. El autor
del libro de Rut querrá mostrar que también los gentiles prosélitos pueden formar parte del pueblo, y
para ello cuenta la historia de la abuela de David: una moabita, que se incorporó al pueblo de Israel.
Igualmente, el autor del libro de Jonás expondrá que también los gentiles, incluso los ninivitas, es
decir, los asirios que habían sido los causantes de tantos dolores para el pueblo escogido, pueden
convertirse a Dios.
También hubo «sabios» que se plantearon el problema de cómo comprender a Dios que
permite el sufrimiento del inocente (el libro de Job), o el sentido de la vida y de las actividades del
hombre ante el hecho ineludible de la muerte, como el autor del libro del Eclesiastés (Qohélet). Ni faltó
la poesía, quizá para expresar el amor del Señor a su pueblo a lo largo de su historia, como lo
manifiesta el Cantar de los Cantares.
Otros autores judíos de esa época mantenían viva aquella esperanza en el cumplimiento de
las promesas que habían expresado los profetas antes, durante y a la vuelta del destierro. Sentían
que ni el Templo reconstruido, ni el culto que se practicaba allí, realizaban lo que había profetizado
Ezequiel. Se daban cuenta de que la situación política, social y religiosa tampoco era la prometida en
el Segundo y Tercer Isaías o en los otros profetas como Zacarías.
El camino del judaísmo al cristianismo no salta directamente desde el judaísmo de Esdras al
de la época de Jesús y los Apóstoles, como se ha entendido con frecuencia. Hoy, gracias al
descubrimiento de los rollos de Qumrán y a una nueva valoración de la literatura llamada
«intertestamentaria», se conoce mejor cómo se fue configurando el judaísmo después de la época de
Esdras. Los estudios recientes ponen muy de relieve la variedad de expresiones que se dieron junto al
que hemos llamado judaísmo oficial , que efectivamente cuajó con Esdras y fue mantenido por la clase
sacerdotal que servía en el Templo de Jerusalén. Pero la actuación de Dios con su pueblo no acabo
ahí. Queda aun mucha historia que ilumina el camino que intentamos clarificar en este curso titulado
«del judaísmo al cristianismo».
121 Gonzalo ARANDA, “Configuracin del Judaísmo. Destierro Retorno”, en JUAN CHAPA (ed),
Historia de los hombres y acciones de Dios . La historia de la salvación en la Biblia.
122 De ahí la importancia de las genealogías.
123
Francisco Varo, Las claves de la Biblia, p. 99-100.
63
Resumen de la Dominación Persa (539-333)
539 Ciro II, rey de Persia, conquista Babilonia
538 Por un edicto regresan los judíos a su tierra
520 Comienza la construcción del Segundo Templo
Fuerte oposición de los samaritanos
Actividad profética de Ageo y Zacarías
458 Misión de Esdras
445 Construcción de la muralla de Jerusalén (Nehemías).
Tema 8 Palestina bajo dominio griego y romano
Dominación griega (333-63)
333 Alejandro Magno conquista Siria .
Destrucción del Imperio Persa .
323 Muere Alejandro y se divide su Imperio.
Los Lágidas ( Tolomeos) se instalan en Egipto .
Tolomeo I Soter inicia la dinastía de los Lágidas, que dominará Egipto hasta
el año 30 a.C. Esta dinastía ejerció el control de Palestina durante unos 100
años. Judea es sometida a los Lágidas hasta el 197. Los Seleúcidas se
instalan en Siria
197 Judea cae en el poder de los Seleúcidas desde el 197 al 142.
167 Comienzan las persecuciones (Antíoco IV Epífanes)
El gran peligro de la helenización para los judíos
Decreto de abolición de las costumbres judías
Se instala en el Templo el culto a Júpiter
La rebelión judía no se hace esperar: Macabeos
145 Inicio de la secta de los fariseos
La comunidad del Qumrán
134 Juan Hircano, Sumo Sacerdote y Etnarca
Favorece el Helenismo
Resurgen las aspiraciones mesiánicas nacionles
Antecedentes: Alejandro Magno
Alejandro Magno, hijo de Filipo II de Macedonia, nació en 356 a.C. La
tradición y la leyenda nos lo muestran consciente de sus altos destinos. Su padre le
dio como preceptor a Aristóteles desde los 13 años . Su caballo se llamaba Bucéfalo .
Su ejército se componía de 5 mil jinetes y 35 mil soldados.
Fue el forjador de un nuevo mundo y el que hizo a la civilización griega la
fuente y la cuna del mundo occidental. Tras él, Roma heredará la cultura helénica y
realizará el Imperio Universal que Alejandro sólo fugazmente consiguió.
Financió expediciones científicas, construyó ciudades, levantó museos y
bibliotecas, erigió monumentos, respetó a sabios y artistas, perdonó con
magnanimidad a sus enemigos , organizó la administración de un Imperio, otorgó
premios espléndidos a sus soldados... Otras veces, fue borracho y asesino,
64
vengativo y envidioso, soberbio y cruel. Pasó a cuchillo a poblaciones enteras. Se
hizo proclamar dios . La concepción del Imperio universal aparece con él por primera
vez, y, desde Julio César a Hitler, ha sido una idea latente en la humanidad.
Su poderosa personalidad mantuvo una ficción de unidad entre los territorios
conquistados, que a su muerte se independizarán al frente, cada uno, de un general
de Alejandro. Los pueblos sometidos recobrarán su independencia, pero Alejandro
habrá procurado nuevos horizontes y, no conseguida la unidad política, se logrará
una identificación cultural que abarcará todas las costas del Mediterráneo 124 .
En 331 a.C. venció a los persas 125 . En 327 va a la conquista de India; se le
enfrenta el rey Poro con un ejército de elefantes. Alejandro triunfa y, tras reponer en
su trono a Poro como rey vasallo, sigue adelante. Fund a ciudades en India. Muchos
de su ejército piden regresar pues han tenido 8 años de batallas. Regresan.
Alejandro muere de malaria en 323, sin designar sucesor. Se hicieron diversos
reinos helénicos. Uno tras otro fueron inexorablemente sometidos a Roma.
Muerto Alejandro, uno de sus diádocos , Ptolomeo I Sóter 126 , consiguió llevar
su cuerpo a Alejandría, donde fue enterrado. En el s. I. a.C. había cerca de 100 mil
judíos en Alejandría.
Hacia el año 200 Alejandría era la ciudad más grande del mundo; allí vivían
egipcios, sirios, griegos y judíos. Se crearon industrias de cristal, papel, tejidos y
papiros que se exportaban junto con el trigo por su puerto. Se fundaron una Escuela
de Medicina y la Biblioteca Alejandrina llegó a tener 700,000 volúmenes.
Con el cristianismo, Alejandría adquirió nueva importancia, pues fue centro de
la teología cristiana, y su Iglesia, una de las más importantes de Oriente. Según la
tradición, fue evangelizada por San Marcos 127 . En 641 d.C. cayó en manos de los
musulmanes. Su decade ncia se acentúa durante el dominio bizantino, cuando
Alejandría pierde su función de puerto principal, en favor de Constantinopla (=
Bizancio = Istanbul).
El relativo esplendor alcanzado por Persia, y participado por Judá bajo su
dominio, inició su decliv e hacia el año 333 a.C. con las conquistas de Alejandro
Magno (356 -323 a.C.). Alejandro subió al trono de Macedonia y consolidó su
posición en Asia Menor .
Conquistas de Alejandro Magno
Alejandro Magno conquistó a los pueblos que habían sido conquistados por
los persas, a Egipto, el Norte de África y los Balcanes, entre otros. Bajó por la costa
de Palestina en dirección a Egipto y se hizo con el control de la región. Luego
prosiguió su avance a través del Éufrates y el Tigris, hasta llegar a las orillas del
124 Cf. GER I, voz Alejandro M, p. 532.
125 Cuando Alejandro venció a los persas regresó muy contento, y es cuando sucede la anécdota del
pordiosero que le pidió una limosna y lo hizo gobernador.
126 Sôtêr: Monarca salvador.
127 Cf. GER, I, voz Alejandría. p. 523.
65
Ganges. Alejandro Magno les da prerrogativas a los judíos. Los eximió de todo
impuesto.
La conquista de Alejandro, en 333, no hizo más que cambiar a los dueños,
colocando al país bajo la jurisdicción de los Lágidas (o Ptolomeos) de Egipto. Para
la comunidad judía éste fue el periodo más pacífico y más fecundo de su historia.
Pero bruscamente, en 198 a.C., se modificó la situación.
Su inesperada muerte en Babilonia hizo que no pudiera consolidar la
organización de su vasto imperio. ¿ Cómo o por qué murió? Sus sucesores o
“diadocos” lucharon entre sí para tener el dominio de sus territorios.
A la muerte de Alejandro Magno, sus generales se reparten así sus dominios:
En Egipto quedan los Lágidas o Ptolomeos
En Siria queda Seleuco: a sus sucesores se les llama seléucidas
En Palestina quedan, primero los Lágidas y luego los seléucidas .
El fin de Alejandro se suele considerar el inicio de una nueva era en todo el
Mediterráneo oriental y el Oriente Medio, conocida como “época helenística”. En
este periodo muchos aspectos de la vida de los pueblos conquistados quedarían
impregnados de elementos de la civilización, el arte, la técnica, la lengua o la
filosofía griegas. De ahí que con el término “helenismo” se significa generalmente el
impacto de la cultura griega en el mundo no-griego, después de las conquistas de
Alejandro 128 .
Circunstancias
En los primeros años del dominio Tolemaico hay un notable éxodo de judíos a Egipto: unos
marcharon espontáneamente, atraídos por la prosperidad. Otros fueron deportados allí por el rey
Tolomeo. Muchos aprenden la lengua griega, por eso, poco después se hace la versión de los Setenta
(LXX) o Septuaginta 129 , para alimentar la vida religiosa de los judíos de la diáspora.
La absorción de los moldes griegos en las comunidades judías de la diáspora
contribuyó a la progresiva helenización de Palestina durante el siglo III a. C. Poco a
poco el judaísmo palestinense fue adaptándose a los modos de vida comunes e el
mundo helenístico. El libro del Eclesiástico refleja el esfuerzo por defender la fe
tradicional ante la influencia helenista.
Helenización de Palestina bajo la dominación seleúcida (OPTATIVO)
Al final de las “guerras sirias”, Palestina pas de manos de los Lágidas a las
de los Seleúcidas de Siria . La actitud de Antíoco II fue conciliadora y favorable para
los dos bandos que entonces había entre los judíos: la aristocracia pro-seleúcida
(Tobíadas) y los elementos más conservadores (Oníadas, familia sacerdotal). El
monarca sirio promulgó varios decretos para acelerar la repoblación de Jerusalén.
128 JuanChapa (ed.), Historia de los hombres y acciones de Dios , 108.
129
Cf. Chapa, Historia de los hombres ... 109.
66
Pero los conflictos entre ambos bandos hizo que cambiara pronto la situación,
además de que Roma entró a tomar parte del imperio sirio .
Cuando Antíoco IV Epífanes (175-164 a.C.) se hizo con el poder, el proceso
de helenización de Jerusalén llegó a su punto crítico . En el año 171 fue asesinado
Onías 111, el último sumo sacerdote sadoquita plenamente legítimo. Los Tobíadas
aprovecharon para hacerse con el dominio de Jerusalén; compraron de Antíoco IV
el nombramiento de sumo sacerdote para uno de sus partidarios (Jasón), intentaron
transformar Jerusalén en una polis helenística abandonando la Toráh como ley
constitucional, construyeron un gimnasio cerca del Templo. Ante la sucesión de
luchas intestinas en la ciudad, Antíoco envió una expedición de castigo sobre
Jerusalén, y dejó instalados en una ciudadela dentro de ella a unos colonos
militares, cuya presencia transformó la ciudad en un lugar de población mixta, judía
y gentil.
Los decretos de Antíoco III fueron derogados, y la libertad de seguir las
«tradiciones ancestrales» fue sustituida por la orden de que «todos formaran un solo
pueblo, abandonando cada uno sus tradiciones» (1 M 1,41-42). Se suprimieron los
sacrificios y el culto en el Templo, se construyeron altares paganos en todas las
ciudades, se abolió la circuncisión y el descanso sabático, se instauraron los
sacrificios de cerdos, etc., y se nombraron inspectores para asegurar el
cumplimiento de estas órdenes. Incluso el Templo fue dedicado al “Seor del Cielo”
(Zeus). Este hecho que sucedió en el año 167 a.C. fue denominado como la
“abominacin de la desolacin” (1 M,1,54), es decir, algo que lleva a la perdición
total 130 .
Los seleúcidas se propusieron asimilar esta nueva porción de su reino a la
cultura helenística , para asegurar la unidad . En Jerusalén se abrieron escuelas a la
manera griega y muchos judíos procuraban esconder su circuncisión . “El gimnasio
era un centro de educación intelectual y deportivo, fundamentalmente pagano en su
espíritu y en sus ejercicios deportivos que se realizaban en completa desnudez . De
ahí la vergüenza de algunos jóvenes judíos circuncidados. Avergonzarse de la
circuncisin era apostatar” 131 .
Antíoco IV Epifanio o Epífanes llegó incluso a imponer la religión griega y a
obligar a los sacerdotes judíos a ofrecer sacrificios a los dioses. El también
pretendía hacerse adorar como un dios, de allí la elección de su apodo (Dios
manifestado).
Ante la crisis, los judíos piadosos buscaron diversas soluciones: por una parte
hubo, quienes alimentaron la esperanza en una intervención de Dios y, por otra,
surgieron quienes optaron por el recurso a una solución armada. La corriente
apocalíptica, en buena parte plasmada en el Libro de Daniel, y la rebelión macabea,
son manifestaciones de estas dos reacciones .
La rebelión macabea
130 Cf. Juan Chapa (ed.), Historia de los hombres y acciones de Dios , 112.
131
Macabeos , La Biblia paso a paso , 11, Marova, Madrid 1960, p. 7.
67
La reacción partió de una pequeña aldea campesina . Contra todo lo previsible
dio, durante un siglo, la independencia nacional al pueblo judío. Un sacerdote se
negó a sacrificar a los dioses, pronto lo siguieron otros. El pueblo los llamaba
“Hasidim”, es decir, “Piadosos”. El hijo mayor de Matatías, Judas, de sobrenombre el
Macabeo (martillo), conduce a estas bandas al combate.
Desgraciadamente, el poder alteró el espíritu de ardiente reforma que había
inspirado la revolución macabea. Subsistían dos tendencias: la de los “Hasidim” que
pasa a ser la del grupo los “separados” o Fariseos . Y la aristocracia sacerdotal, fiel a
las tendencias del antiguo partido político helenófilo, bajo el nombre de Saduceos .
Juan Hircano se acercó a los Saduceos y persiguió a los Fariseos. Sus sucesores
continuaron esta política hasta que Pompeyo vino a poner fin a los disturbios y toma
por asalto el Templo en el año 63.
Dominación romana (63 a.C. – 135 d.C.)
63 Pompeyo conquista Jerusalén
37 Reinado de Herodes el Grande
Construye la fortaleza Antonia, el palacio y el Herodión.
20 Inicia la reconstrucción del templo.
El año 63 a.C. Siria era provincia romana, y Jerusalén –bajo la autoridad
Hircano II, a quien Pompeyo le había reconocido el cargo de Sumo Sacerdote pero
no de rey-, pasó a depender del gobernador de la provincia. Cuando César se hizo
con el poder apoyó a Hircano ya un idumeo llamado Antípatro, que le había
ayudado en sus luchas contra Aritóbulo II. Tras muchas intrigas, uno de los hijos de
Antípatro, Herodes, consiguió de Roma el título de rey de Judá (40 a.C.). Se afianzó
en el trono el año 37 y buscando el respaldo de Octavio Augusto gobernó hasta el 4
a.C.
Hacia el año 60 a.C. Palestina era una región profundamente helenizada . En
Samaría y Galilea la población rural seguía con sus creencias y modos de vida
tradicionales, manteniendo la escisión entre judíos y samaritanos que habían
heredado de sus antepasados. En cambio, las grandes ciudades eran de población,
lengua y cultura helénica. Mientras tanto, en Judea, y de modo particular en
Jerusalén, la religión, cultura y civilización judías tenían preeminencia entre la
población, si bien los elementos helenísticos no dejaban de tener un peso
notable. 132
En el centro de la vida rel igiosa estaban la Ley y el Templo. Especialmente
desde la rebelión macabea se había acentuado el papel que desempeña la Ley para
la identidad del pueblo.
Tema 9. La tierra de Jesús
Rebeca Reynaud 20 II 2010.
132
Cfr. Juan Chapa (ed.), Historia de los hombres y acciones de Dios , p. 121.
68
La tierra de los israelitas se había llamado, antes de su llegada, Canaán. Posteriormente comenzó a
ser conocida como Judea, por Judá, la más importante de las tribus. Pero el nombre que prevalecerá
será el puesto con negras intenciones por los romanos: Palestina, la tierra de los filisteos (Philistin),
los eternos enemigos de los judíos. Este dato resume la historia de este pueblo que se diría nacido
para la persecución.
A la tierra de Jesús, hoy la llamamos como la llamaría Herodoto, Palestina. El único río importante es
el Jordán , que desemboca en el Mar Muerto. El Jordán recorre unos 40 Km. Palestina es una región
subtropical. Hay 2 estaciones: la invernal o de las lluvias de nov. a abri1 y la seca o estival, de mayo a
oct. En el valle del Jordán la temperatura se aproxima a los 50 grados C, en otras zonas es de 25
grados C.
Ana Catalina Emmerick dice: En Palestina, los caminos van “entre vericuetos y senderos torcidos
entre valles y montaas. Por eso los cálculos de distancia son con frecuencia muy diversos” 133 .
En Nazareth la temperatura media es de 18 grados C. temperatura máxima: 40 y mínima 11: solo
excepcionalmente llega a los cero grados.
En Jerusalén la temperatura mínima llega con frecuencia a bajo cero. En primavera y otoño el viento
cálido del este es frecuente se llama siroco o sherquijje , y del sureste les llega otro, ambos
perjudiciales a la agricultura y a la salud de los habitantes.
El clima de Palestina de la antigüedad y del presente es semejante, no así la fertilidad del suelo, por la
sistemática tala de bosques practicada bajo el largo dominio musulmán.
En tiempo de Jesucristo, Jerusalén y Palestina eran un rincón del mundo, un rincón de los menos
conocidos y de los más despreciados. El antisemitismo es un fenómeno muy anterior a Jesucristo. A
Cicerón se le atribuye la frase de que el Dios de los judíos debe ser un dios muy pequeño, pues les
dio una tierra tan pequeña como nación.
Para el cristiano que visita Palestina, el encuentro con la tierra de Jesús puede suponer un fuerte
choque. El descubrimiento de la sequedad de aquella tierra, sin un río, sin un monte que valga la pena
recordar; la mediocridad artística y el mal gusto en casi todos sus monumentos... Impresiona que,
puesto a elegir patria, Dios escogiera esta tierra sin personalidad geográfica alguna. Y este fue el
mundo que Jesús pisó. Habló como los hombres de su tiempo, comió como la gente de su región, y
también su época y su región dejaron huella en él.
Estrabón, el famoso geógrafo romano , había escrito que nadie emprendería una guerra por
apoderarse de este país de riqueza material tan escasa . El Talmud escribía: Quien desee adquirir la
ciencia que vaya al sur (Judea); quien aspire a ganar dinero que vaya al norte (Galilea). Ciertamente
era Judea la región más culta; de ella salían la mayoría de los rabinos. Por eso despreciaban a las
demás regiones y se preguntaban con asombro si de Galilea podía salir algo bueno. En Judea
estaban, además, las ciudades más importantes de la Palestina de entonces.
Palestina no se puede entender sin ver que es un país ocupado. No se pueden entender muchas
páginas del Evangelio sin este telón de fondo. La ocupación romana era más dura de lo que suele
suponerse. Roma respetaba, sí, la libertad religiosa de los pueblos conquistados, pero, en cambio,
apretaba fuertemente los grilletes de la libertad a base de impuestos y de aplastar los brotes de
rebeldía. Poblaciones enteras fueron vendidas como esclavos por el menor levantamiento, o porque
sus habitantes no podían pagar los impuestos. El año 43 a.C. fueron vendidas las poblaciones de
Gofna, Emaús y Lidda.
La casi totalidad de los funcionarios romanos, desconocía todo lo referente a la religiosidad judía,
ignoraba la grandeza del pueblo judío y en toda idea mesiánica no veía otra cosa que amenazas
políticas 134 .
133
Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones completas , 6, Librería Espiritual, p. 509.
69
Herodes el Grande : Casi todas las referencias que poseemos de él se deben a Flavio Josefo, quien a
su vez las recogió en los manuscritos, hoy perdidos, de Nicolás de Damasco, ministro de Herodes
( Antigüedades judaicas , XV, 174).
Jesús fue súbdito -nació súbdito- de Herodes el Grande (quien no tenía sangre ni de rey ni de judío).
Kypros, su madre era árabe: Antipatros, su padre, era idumeo (semijudío). Los idumeos eran
considerados como bastardos por los judíos.
El nombre de Herodes (significa descendiente de héroes . Era de la casa de Esaú) demuestra lo poco
que el espíritu judaico inspiraba al padre, que ponía a un hijo suyo circunciso un nombre tomado de la
mitología griega. Fue un héroe de la crueldad y de la suntuosidad.
Herodes fue siempre partidario de Roma, porque éste era el poder mayor de Oriente. Era práctico:
amigo del hombre más fuerte y del Estado más fuerte . Fue primero amigo de Julio César sin
declararse cesariano, y asesinado el dictador, de su asesino Casio. Pasó luego a ser amigo de
Antonio, enemigo de Casio, derrotado Antonio, se adhirió a Octaviano. Roma para él significaba el
trono de Jerusalén. Fue proclamado rey el otoño del año 40 a.C. por voluntad de Antonio y Octaviano;
después de eso subió al Capitolio para ofrecer a Júpiter Capitolino un sacrificio en acción de gracias.
Ello revela de qué índole era su religiosidad.
Se ganó a los judíos al reconstruirles el templo . Le gustaban las construcciones grandes y suntuosas.
También construyó templos paganos en honor de la diosa Roma y del divino Augusto. Seguía de
cerca las cuestiones religiosas por las repercusiones políticas que podrían tener.
El lujo de su corte fue alimentada en parte por el saqueo a la tumba de David. Tan escasa era la
devoción que le tenía al fundador del reino de Jerusalén . Flavio Josefo lo define como hombre cruel
con todos indistintamente, dominado por la cólera. En el año 37 a.C. hizo matar a 45 partidarios de su
rival, el asmoneo Antígono y a muchos miembros del Sanedrín. Dos años después mandó ahorcar a
su cuñado Aristóbulo, luego a un tío, a su mujer Mariamme, de quien estaba enamorado. Luego hizo
matar a Kostobar el nuevo esposo de su hermana (año 25), luego a sus dos hijos y a 300 oficiales. El
año 4 d.C., 5 días antes de su muerte, mandó matar a su primogénito, Antípatros.
Herodes hizo la matanza de los Santos Inocentes: No se sabe si fueron muchos pocos, hay quien dice
que entre 12 y 25 niños aprox.
Herodes poseía el trono ad personam: no podía disponer de él ni legarlo a sus sucesores sin la
aprobación del Emperador.
Los sucesores de Herodes: Arquelao, Antipas, Filippo. Por testamento dejaba:
Arquelao: dominio directo sobre Judea, Idumea y Samaría.
Antipas: tetrarca de Galilea y Perea. (Ambos hijos de Malthake, samaritana) subió al poder a los 17
años.
Filippo: Tetrarca de Traconítide, Gaulanítide, Batanea e Iturea (hijo de la jerosolimitana Cleopatra).
Pero aquel testamento no podía aplicarse sin la aprobación del Augusto . En un testamento anterior
Herodes había dejado a Antipas heredero total del trono, por tanto, había enemistad con Arquelao.
Cincuenta delegados judíos querían dejar de depender de esos hermanos, y proponían depender de
la provincia de Siria. Augusto les confirió a los hijos de Herodes los territorios pero sin el título de
reyes. A Arquelao lo nombró etnarca y a los otros dos, tetrarcas (señor de la cuarta parte de un reino).
Arquelao fue destituido al poco tiempo. El tetrarca Herodes Antipas tendría 17 años cuando subió al
poder y se mantuvo en el cargo hasta el año 40 d.C . Antipas estaba casado con la famosa Herodías
que había sido esposa de Filippo (era hija de Aristóbulo, hijo de Herodes el Grande, es decir, era
sobrina suya). Aristóbulo era hijo de Mariamme.
134
Cfr. José Luis Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret, I, Sígueme, p. 55.
70
Antes, Antipas estaba casado con la hija de Aretas IV rey de los árabes nabateos, y la repudió, lo que
causó su ruina al final.
Herodías llegó de Roma (donde dejó a Filippo) trayendo consigo a la hija que tuvo de su primer
esposo: Salomé, quien había aprendido a bailar en Roma. Nadie se atrevía a echarle en cara esto a
Herodes Antipas excepto Juan Bautista. Quien estuvo preso cerca de diez meses. Muere Juan.
Nota curiosa: El rey Aretas atacó y Antipas fue derrotado . Pidió ayuda a Tiberio y éste ordenó al
legado de Siria, Vitelio que le ayudara pero, Vitelio no simpatizaba con Herodes Antipas y aplazó su
intervención, y la fortuna le ayudó pues cuando llegó con su ejército a Jerusalén se encontró con la
noticia de la muerte de Tiberio . Con ello concluyó la expedición y no le ayudó a Antipas. Lo sustituyó
Herodes Agrippa, amigo de Cayo Calígula.
Filipo gobernó sus territorios hasta su muerte, En edad ya madura se casó con la hija de Herodías,
Salomé (p. 37 de Ricciotti).
Cuando Arquelao fue depuesto y desterrado, sus territorios fueron incorporados al Imperio Romano
por Augusto, con lo que dio gusto a los judíos.
Los territorios de Arquelao fueron incorporados a la provincia de Siria, pero no fue una anexión plena,
sino una subordinación de poderes. Un procurador ejercía el gobierno directo bajo la inspección del
legado de Siria. Augusto lo hizo así pues sabía que era difícil gobernar judíos.
El procurador romano de Judea tenía su residencia habitual en Cesarea marítima, la suntuosa ciudad
construida por Herodes el Grande, única que poseía un buen puerto.
No obstante, el procurador se trasladaba con frecuencia a Jerusalén, capital religiosa y nacional del
país, especialmente con motivo de ciertas fiestas como la Pascua. Tanto en Cesarea como en
Jerusalén servían de Praetorium -nombre que se daba a la residencia del procurador- los palacios que
Herodes poseía en ambas ciudades. En Jerusalén el gobernador utilizaba también la Torre Antonia,
para el despacho de negocios. En la Torre Antonia residía la guarnición de Jerusalén.
El procurador tenía legiones o tropas auxiliares, reclutadas entre sirios, samaritanos y griegos, puesto
que los judíos gozaban del privilegio de no prestar servicio militar . Estas fuerzas se dividían con
cohortes de infantería y en alas de caballería. En Judea había un ala y cinco cohortes una de las
cuales constituía la guarnición permanente de Jerusalén. (en total serían unos 3 mil hombres).
Como administrador de justicia. El procurador tenía su tribunal propio, en el cual ejercía el ius gladii ,
con potestad para dictar sentencias de muerte. Los casos ordinarios eran resueltos por los tribunales
locales, comenzando por el Sanedrín de Jerusalén, sin embargo, se había privado al sanedrín de la
facultad de pronunciar sentencias de muerte.
Roma era respetuosa de las instituciones del Imperio y también de las extravagancias. La familia
imperial envió a veces ofrendas al Templo de Jerusalén. Concedió privilegios a la nación judía. p.e. no
podían ser citados a juicio en sábado, ni hacer el servicio militar (exentos). Las monedas romanas
acuñadas en Judea no llevaban la efigie del emperador, respetando la prohibición judía de reproducir
imágenes de seres animados, entonces sólo tenían su nombre y algunos símbolos admitidos por las
normas judaicas (Ricciotti p. 41)
Tampoco fue impuesto a los judíos el culto ala persona del emperador. Calígula lo intentó en el año
40, pero no prosperó.
Muy poco se sabe de los primeros procuradores de Judea. El primero que Tiberio nombró fue Valerio
Grato (15-26). A Valerio Grato le sucedió Poncio Pilatos el año 26. De Pilatos hablan Filón y Flavio
Josefo. Pilatos aborrecía a los judíos (trajo estandartes con la efigie del Emperador, y provocó
tumultos).
Pilatos ordenó un ataque a los samaritanos y murieron muchos. Condenó a muerte a los más ilustres
de los detenidos. Los samaritanos se quejaron ante Vitelio, legado de Siria. La acusación fue atendida
71
en seguida ya que los samaritanos se distinguían por su fidelidad a Roma y Vitelio destituyó a Pilatos y
lo envió a Roma para que respondiera ante el emperador. Su fin nos es desconocido.
Saduceos, fariseos, escribas y otros grupos judaicos.
En los tiempos de Jesucristo, los saduceos y los fariseos formaban, dentro del pueblo judío, las dos
principales agrupaciones . Eran 2 corrientes contrapuestas. Tenían diferentes posiciones frente al
helenismo, cuando éste chocó con el judaísmo, a partir de la época de los macabeos (l67 a.c.).
Los fariseos se mantenían separados de todo lo que no fuera judaico. Fariseo viene del hebreo
Perushim y del arameo Perishajja.
Saduceo s viene de Sadoq, cabeza de una familia sacerdotal antigua.
Lo que los separaba era la respuesta a: ¿Por qué estatuto se debe regir la nación elegida? Saduceos:
por la Torah (Ley escrita). Fariseos: por la ley escrita y la ley oral (preceptos de la tradición). Con la
catástrofe del año 70 los saduceos desaparecieron de la historia .
Los saduceos aceptaban sólo la ley escrita y como en ella no hay claramente una doctrina sobre la
resurreccin de los muertos, lo negaban. Los fariseos extraían de la “tradicin” las doctrinas
rechazadas por los saduceos.
Toda la elaboración de la Ley que llevaron a cabo los fariseos tenía mucha hojarasca, en un mar de
futilidades y pedanterías había algunas perlas valiosas.
Un pagano le pidió al célebre Hillel, anterior en pocos años a Jesús, que le explicara toda la Ley en el
tiempo durante el cual pudiese sostenerse sobre un solo pie. “Lo que no desees para ti, no lo hagas a
tu prjimo”. Esto es toda la Ley, y lo demás comentario. “Vete y Aprende”. Pero la realidad es que
ponían más énfasis en el comentario, y a veces el comentario contradecía la Ley. Jesús les dijo:
“Transgreden el precepto de Dios por la tradicin” (Mt 15, 3, 6 mc 7,9). Fue sentenciado: “El pagano
que se ocupe del estudio de la Torah merece la muerte”: lo que no está en la Ley sino en los celos
nacionalistas.
Había fariseos ilustres como Hillel y Gamaliel el viejo, San Pablo... pero las invectivas más severas de
Jesús se dirigen contra los fariseos.
Escribas: no todo escriba era fariseo ni viceversa. El escriba era el hombre de la Ley, el erudito, en su
gran mayoría era hombre de condición laica y de principios farisaicos; tenía el título honorífico de Rab
(grande), Rabbí (grande mío). El padre espiritual del pueblo era el escriba, no el sacerdote (para
tiempos de Jesucristo). El sacerdocio quedó circunscrito a la liturgia del Templo. Cualquier
descendiente de Abraham podía ser escriba, pero el camino era largo. Por lo general lo llegaban a
ser a los 40 años, habiendo empezado a estudiar en la infancia, por lo que tenían un oficio manual
para sostenerse.
Es probable que la corriente de los zelotas y los sicarios se derivaran de la de los fariseos. Zelotas:
“celosos” aplicadores de la Ley. Se amotinaron ante un censo pero luego vieron que las sublevaciones
en masa no tenían éxito, decidieron eliminar uno a uno a los dominadores. El arma más usada para
esa empresa era un puñal corto : sica . Por ello estos zelotas se llamaron sicarios.
Idioma: arameo – siríaco
Jesús: Jeshúa en arameo, Joshua en hebreo.
Templo y Sacerdocio
Centro espiritual del judaísmo: El Templo de Jerusalén, legítimamente erigido. La nacionalidad judía
implicaba la religión judaica. La religión necesitaba un Templo, y el Templo exigía el sacerdocio.
Jerusalén era considerado el lugar más santo de todos. Y el Sumo Sacerdote el hombre más próximo
a Dios.
72
El templo frecuentado por Jesús fue el de Herodes el Grande . El primero lo hizo Salomón , el Por
los que regresaron de la cautividad de Babilonia, y éste era el 3°. Herodes contrató 10 mil obreros
para construirlo. Las obras empezaron en el año 20-19 a.c. Durante las obras no se interrumpieron los
oficios litúrgicos, porque iban demoliendo y reconstruyendo. Lo más fuerte duró 8 años en construirse,
pero los trabajos complementarios se prolongaron hasta el año 62 d.c. , o sea, poco antes de que el
templo fuese destruido por los romanos. (ver maqueta en p.63 de Ricciotti).
El Sumo Sacerdote, una vez electo, era el primer ministro del culto y el jefe de los servicios del
Templo. A él le correspondía celebrar la liturgia del día (yom) del Kippur o Expiación (día de reposo y
ayuno absoluto, y día en que entraba en el Santo de los santos del Templo). Era también cabeza del
Sanedrín.
Martín Descalzo describe : “Con frecuencia llegaban a Jerusalén grandes remesas de dinero enviado
por los judíos en el extranjero que se sentían obligados a pagar ese tributo. Todo el que bajaba a
Jerusalén tenía que abonar su diezmo. Mitridates confiscó en la isla de Cos 800 talentos que estaban
destinados al templo (un talento era el equivalente a unas 6,000 jornadas de trabajo). Y Cicerón habla
de las enormes sumas de dinero que cada año salían de Italia y eran enviadas por los judíos a
Jerusalén. Se explica así que el tesoro del tempo fuera codiciado por todos los invasores 135 .”
Dos sumos sacerdotes intervinieron en la vida de Jesús:... Anás y Caifás . Anás tuvo como sucesores
en esa dignidad a sus cinco hijos y a su yerno José, llamado Caifás. Los pontificados de sus hijos y
yerno fueron dirigidos por él. Las distintas tareas del ministerio sacerdotal se distribuían por sorteo.
Flavio Josefo (judío) y Cornelio Tácito refieren que uno de los años inmediatamente anteriores a la
catástrofe nacional y al incendio del Templo, en la fiesta de Pentecostés estando reunidos los
sacerdotes en el templo interior, oyeron una voz, acompañada de una sacudida y un golpe, que decía:
“Nos vamos de aquí” (guerra judía VI, 299). El pueblo no los quería, como no abandonaron el
templo, Dios los abandonó, dejándolos en un Templo para siempre vacío de la presencia divina.
La sinagoga . Fue un lugar de plegaria. Ya en el s.III a.C. se encuentran referencias arqueológicas de
edificios sinagogales. El objeto principal del interior de la sala era el santo armario o arca, donde se
custodiaban los rollos de la Santa Escritura. El sábado judaico comenzaba al anochecer del viernes y
terminaba al anochecer del sábado. La tarde del viernes se llamaba “vigilia del sábado” o “parasceve”
o “preparacin”. Durante aquella tarde se preparaba todo lo que no podía hacerse en sábado,
incluyendo la comida.
Para el judío, la mancha moral del pecado producía también una mancha física. El contacto con
determinados objetos que eran efecto del pecado , producían en quien los tocaba un rebajamiento
espiritual, una especie de mácula moral. Encontramos sentencias rabínicas de este género: Quien
come pan sin lavarse las manos es como quien frecuenta una meretriz.
La reunión iniciaba con la recitación de un trozo de las Escrituras llamado Shemá, por la palabra con
la que comienza (¡escucha!). Después se recitaban 18 plegarias. El Mesías era esperado con
ansiedad en los dos siglos anteriores y en el posterior a Jesús .
Fuentes no cristianas: Con la destrucción de Jerusalén y del estado judío en el año 70, la vida
espiritual del judaísmo quedó representado por la tendencia de los fariseos, los cuales se dedicaron a
perpetuar la tradición oral. Hicieron el código de Mishná y su comentario. De la unión del Mishná y su
comentario nació el Talmud, que no fue puesto por escrito hasta los siglos V y VI. El Talmud fuel el
bastión del judaísmo. En esos escritos se habla algo de Jesús.
Allí dice que el verdadero padre de Jesús fue un tal Pantera. Al separarse definitivamente el
cristianismo del judaísmo, los judíos oían a los cristianos de lengua griega afirmar que Jesús era hijo
de “parthenou”, es decir, de una virgen; habiéndose confundido el nombre común con un nombre
propio, el apelativo de la madre se convirtió en nombre personal del padre. En Egipto –dicen- estudió
magia. Vuelto a su patria ejercitó la magia, haciendo incurrir al pueblo en extravíos. Por tales razones
135
J.L. Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret , I, 48.
73
fue juzgado y condenado a muerte. El judaísmo no poseyó un patrimonio particular de noticias
relativas a Jesús, sino que las tomó del cristianismo, deformándolas (Ricciotti p.100).
Favio Josefo
Nació entre al año 37 y 38. Al estallar la insurrección de su patria contra Roma, fue uno de los
cabecillas. Tras sufrir algunas derrotas, se entregó al general enemigo, el futuro emperador
Vespasiano, del cual fue leal servidor. Destruida Jerusalén bajo sus propios ojos, se fue a Roma con
el vencedor, Tito, hijo de Vespasiano, de la gens Flavia, nombre que él como liberto, tomó
agregándolo al propio de Josefo. Aproximadamente en el año 75 publicó la Guerra judaica. En el 93
aproximadamente publicó las Antigüedades judaicas.
Plinio el joven
Escribe al emperador Trajano (año 112) y le dice que los cristianos se extienden en la Bitinia. Tácito,
en los Anales habla los rumores de que el incendio fuera ordenado, presentó como reos a los
cristianos y los colmó de suplicios refinadísimos a quienes el vulgo odiaba. La perniciosa superstición,
dice, resurgió en Judea y en la Urbe. Hacia el año 120, Suetonio, confirma que bajo Nerón fueron
sometidos a suplicio los cristianos, raza de hombres de una superstición nueva y maléfica (Nerón,16).
Tema 10 Jesús, el Mesías Hijo de Dios (clase oral en el caso de preceptoría)
Rebeca Reynaud. 01 0I 2010
¿Qué es lo que más le gusta a una persona? ...
Los judíos se preguntaban ¿cómo será el Mesías? Y respondían: semejante a Moisés.
La Encarnación como instante fundamental en la Historia de la Salvación, tiene dos dimensiones,
según la Redemptor Hominis : una dimensión divina y otra humana. Dios se hace hombre y así devela
el rostro de Dios, que no es sólo Juez, sino antes que nada, Padre. Mediante esa realidad Dios se
abaja al hombre con amor eterno, lo transforma y lo hace una criatura nueva. En ese momento se
hace realidad el amor de misericordia.
“El misterio de la Encarnacin del Hijo de Dios –señaló el Papa- centro del cosmos y de la historia,
constituye el verdadero horizonte del ser y del actuar del hombre. A los interrogantes religiosos y
morales de la humanidad, Jesucristo no sólo da una respuesta sabia, sino que Él en persona se pone
como respuesta decisiva, porque en su misterio de Verbo Encarnado encuentra luz verdadera el
misterio de la persona humana (...). En el misterio pascual y en el misterio de nuestra adopción filial,
surge, de hecho, en todo su esplendor la dignidad originaria de la humanidad”. La referencia frontal de
la moral cristiana “no es la cultura del hombre”, sino el “proyecto de Dios”, subraya Juan Pablo II, en el
décimo aniversario de la Encíclica Veritatis Splendor .
En la Biblia hebrea aparece muchas veces la palabra natán que quiere decir dar. Dios nos da el cielo,
la tierra, el agua, los dones naturales y sobrenaturales, pero eso no le basta y luego se da a sí mismo.
Dios hace una serie de promesas, promete una tierra prometida y lo que da es el Cielo, promete un
Mesías, y las expectativas es que será un hombre de la casa de David al estilo de David, y da más.
Dios cumple más de lo que promete, a diferencia de los políticos; pero estos no lo dan porque no
pueden.
La Dives in Misericordia presenta, en el capítulo 1, el amor de misericordia, y dice que “Jesucristo es
la encarnacin de ese amor de misericordia”. Juan Pablo II escribe que el amor se revela en la
Encarnación, y, encarnándose, se hace historia; Dios camina junto al hombre. Dios no sólo se acerca
sino que entra en la Historia de lleno 136 .
Zacarías y su hijo San Juan Bautista
Se reunieron 50 sacerdotes en la sala Gazzith, entre ellos se encontraba Zacarías . Para evitar
competencias, se sorteaba quién sería el afortunado que ofrecería aquel día el “sacrificio perpetuo”. El
136
El Jueves Santo del año 1983.
74
maestro de ceremonias decía un número cualquiera. Levantaba después, al azar, la tiara (mitra alta)
de uno de los sacerdotes. Y, partiendo de aquél a quien pertenecía la tiara, se contaba –todos
estaban en círculo- hasta el número que el maestro de ceremonias había dicho. El afortunado era el
elegido, a no ser que ya otra vez hubiera tenido ya esa suerte. Porque la función de ofrecer el incienso
sólo podía ejercerse una vez en la vida . Si el designado por la suerte había actuado ya alguna vez, el
sorteo se repetía a no ser que ya todos los sacerdotes presentes hubieran tenido ese honor. Para
Zacarías fue, pues, aquél “su” gran día. Pero aún no se imaginaba hasta qué punto.
Avanzó, acompañado por los dos asistentes elegidos por él, llevando uno un vaso de oro lleno de
incienso y otro un segundo vaso, también de oro, rebosante de brasas. Todos los demás sacerdotes
ocuparon sus puestos. Son el “magrephah” y los fieles, siempre numerosos, se prosternaron: en el
atrio de los hombres, y las mujeres en su balcón reservado. En toda el área del templo había un gran
silencio. Vieron entrar a Zacarías en el “Santo”, observaron luego el regreso – andando siempre de
espaldas - de los dos asistentes que habían dejado sobre la mesa sus dos vasos de oro. Dentro,
Zacarías esperaba el sonido de las trompetas sacerdotales para derramar el incienso sobre las
brasas. La ceremonia debía durar pocos segundos. Luego, debía regresar con los demás sacerdotes,
mientras los levitas entonaban el salmo del día. Estaba mandado que no se entretuviera en el interior.
Zacarías estaba de pié, ante el altar. Vestía una túnica blanca, de lino. Cubierta la cabeza y desnudos
los pies por respeto al lugar . A su derecha estaba la mesa de los panes de la proposición, a su
izquierda, el candelabro de los siete brazos 137 .
Sonaron las trompetas y Zacarías iba a inclinarse, cuando vio al ángel. Estaba al lado derecho del
altar de los perfumes (Lucas 1,11). Fue entonces cuando el ángel le hizo el gran anuncio: tendría un
hijo, ése por el que rezaba, por el que había pedido tanto. En él había una mezcla de fe y de
incredulidad.
En la plaza, mientras tanto, se impacientaban. Los ojos de todos se dirigían a la puerta por la que
Zacarías debía salir. ¿Qué estaba pasando dentro?... Cuando el sacerdote reapareció todos
percibieron en su rostro que algo le había ocurrido. Y cuando fueron a preguntarle si se encontraba
bien, Zacarías no pudo explicárselo. Estaba mudo. Muchos pensaron que algo milagroso había
sucedido.
La única persona preanunciada
A diferencia de Mahoma, Buda, Confucio, Lao-tse y millares de otros, la única persona preanunciada
fue Cristo. Hay testimonios de ello en los profetas del Antiguo Testamento y en el mundo pagano.
Hablando de los antiguos romanos, Tácito escribe: “basándose en antiguas profecías, la gente sabe
que el Oriente había de prevalecer, y de que de Judea había de venir el Dueño y Soberano del
mundo”. Esquilo, griego, en su Prometeo, seis siglos antes de su venida, escribi: “No esperes que
llegue un fin para esta maldición, hasta que venga Dios para tomar sobre su cabeza los dolores de tus
propios pecados, a modo de expiacin”.
Cicerón refiere dichos de los oráculos y de las sibilas, y pregunta: “Hacia qué hombre y hacia qué
periodo de tiempo sealan las predicciones?”. La IV égloga 138 de Virgilio refería la misma tradición, y
hablaba de una “mujer casta, que sonríe a su hijito, con el cual la edad de hierro desaparecerá”.
El rechazo que los judíos hacen de Jesús no es nuevo, está en Isaías.
San José : En otro tiempo Dios había confiado al patriarca José la administración de
los graneros de Egipto, ahora el granero que encerraba la cosecha de la salvación
137 Cfr. José Luis Martín Descalzo, Vida y Misterio de Jesús de Nazaret, I. Los comienzos. Ed.
Sígueme, Salamanca, 1998, pp. 91-92.
138 Égloga: composición poética del género bucólico, caracterizada por una visión idealizada del
campo, y en la que suelen aparecer pastores que dialogan acerca de sus afectos y de la vida
campestre.
75
habría de ser confiado a su guardia paternal (p. 173-174). Cuenta la tradición que a
los 14 años le fue anunciado a la Virgen María que debía abandonar el Templo para
casarse. Se enviaron mensajes a todas las regiones del país convocando a los
hombres de la raza de David que no estaban casados. Se presentaron y el Sumo
Sacerdote, obedeciendo a un impulso interior, presentó unas ramas a los asistentes,
ordenando que cada uno de ellos marcara con su nombre su vara y la tuviera en la
mano durante la oración y el sacrificio. Luego las varas fueron tomadas y colocadas
en un altar delante del Santo de los Santos. Después de un tiempo les fueron
devueltas las varas anunciándoles que ninguno de ellos había sido designado por
Dios para ser esposo de aquella Virgen.
Los sacerdotes del Templo buscaron en los registros de las familias si quedaba
algún descendiente de la familia de David que no hubiese sido llamado. Desde la
cautividad de Babilonia, por lo menos, se guardaban en el Templo registros
genealógicos exactos. Hallaron la indicación de seis hermanos que habitaban en
Belén, era la familia de José, lo buscaron. José acudió a Jerusalén y se presentó en
el Templo. Le pusieron una vara en la mano, y en el momento en el que él se
disponía a dejarla sobre el altar, delante del Santo de los Santos, brotó de la vara
una flor blanca, semejante a una azucena. Así se supo que éste era el hombre
designado por Dios para ser el prometido de María 139 .
Anunciación
En el momento en que María pronunció la palabra fiat , hágase, sucedió algo más grande que el fiat
lux (hágase la luz) de la creación.
La Encarnación del Hijo hay que entenderla en el marco de una creación de Dios en el seno de Santa
María 140 . “El Verbo se hizo carne” 141 . La naturaleza divina, que era pura y santa, entró como principio
renovador en la línea corrompida de la raza de Adán.
Jesucristo es el enigma más grande de la historia. Las conclusiones sobre Jesús dependerán a que
se acepte o no la posibilidad de que la intervención de Dios en la historia 142 .
La venida de Cristo ha sido preparada, esperada largamente y llega inesperadamente. No hay plenitud
mayor en la Historia que el momento en el que el Hijo se hac e temporal. La fe cristiana da al hombre
una visión nueva de la sacralidad del tiempo 143 .
De la misma manera que la caída del hombre fue un acto libre, así también la redención había de ser
libre. La anunciación fue la petición que Dios hizo a una criatura p ara que le diera su libre
consentimiento de ayudarle a incorporarse a la humanidad. Sheen dice: Supongamos que en una
orquesta un músico produce una nota desafinada. La nota falsa sigue viajando por el espacio a
muchos metros por segundo, y en tanto contin úe habrá una disonancia en el universo ¿Existe algún
medio para restablecer en el mundo la armonía? Sólo puede hacerlo alguien que venga de la
139 Ana Catalina Emmerick, Visiones y Revelaciones, 4, Fundación Jesús de la Misericordia, pp. 175-
176.
140 Vicente Balaguer, “Jesucristo y la plenitud de los tiempos”, en Chapa, Historia de los hombres y
acciones de Dios, p. 140.
141 Ioh 1, 14.
142 Juan Chapa, “Vida de Jesús”, en Historia de los hombres... p.145.
143 Juan Pablo II, Alocución febrero 1983.
76
eternidad y detenga la nota en su rápida carrera. La falta de armonía sólo puede destruirse de una
manera. Si aquella nota se convierte en la primera nota de una nueva melodía.
Esto fue precisamente lo que ocurrió con el nacimiento de Jesucristo. Se había producido una nota
falsa de disonancia moral universal. Dios pidió entonces a una mujer que le diera una naturaleza
humana, con la cual el iniciaría una nueva humanidad. Así como había una vieja humanidad en Adán;
habría una nueva en Cristo.
“En el principio era el Verbo” dice San Juan. Todo lo que hay, ha sido hecho conforme al pensamiento
de Dios. La Palabra de Dios se nos revela como algo personal. La inteligencia finita necesita muchas
palabras para expresar ideas; pero Dios habla una vez por todas consigo mismo, una sola Palabra
que alcanza el abismo de todas las cosas que son conocidas y pueden ser conocidas. En esa Palabra
de Dios se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría, todos los secretos de las ciencias,
todas las formas de las artes, todo el saber de la humanidad. Pero este saber, comparado con la
Palabra, es solamente la sílaba más insignificante 144 .
Censo
César Augusto, el mayor burócrata del mundo, se hallaba en su palacio cerca del
Tíber, y decreta un censo. El lugar adecuado para que naciera era Belén
(Bethlehem), que significa “casa de pan”. Dirigiéndose María y José, a Belén para el
censo, de acuerdo con las disposiciones emanadas por la autoridad legítima, José,
respecto al niño, cumplió la tarea importante y significativa de inscribir oficialmente el
nombre “Jesús, hijo de José de Nazaret” (cf. Juan 1,45) en el registro del Imperio.
Esta inscripción manifiesta la pertenencia de Jesús al género humano, hombre entre
los hombres, ciudadano de este mundo, sujeto a las leyes e instituciones civiles,
pero también “salvador del mundo” 145 .
Nacimiento en Belén
San José se hallaba lleno de esperanzas cuando entró en la ciudad de su familia, y estaba convencido
de que encontraría un albergue para María, pero no hubo posada. “Cuando el libro de la historia esté
completo hasta la última palabra en lo temporal, la línea más triste de todas será la siguiente: No
había sitio para ellos 146 . ¿Sería posible que el Creador no encontrara un hogar en la creación? El
Creador viene en medio de sus criaturas para ser ignorado de ellas. El Hijo de Dios hecho hombre
entró en su propio mundo por la puerta trasera. Aceptó el pesebre porque no había lugar en la
posada; acept la cruz porque la gente decía “No queremos por rey a este hombre”. Ya entonces
llevaba su cruz, la única cruz que un recién nacido podía llevar, una cruz de pobreza, de destierro y
limitación 147 . En Belén, el divino Hijo se eclipsó.
“Nos ha nacido un Nio, nos ha sido dado un hijo” 148 . Con Él amaneció una nueva era, en Él el mundo
fue recreado, en Él fue ofrecida una vida nueva a la humanidad 149 .
El evangelio relata en dos pasajes seguidos (Lc 1,57 -2,21) el nacimiento y circuncisión de Juan
Bautista y de Jesús. Resulta conveniente leerlos en contraste; mientras Juan nace en su casa en un
clima de alegría y admiración (vv. 58.63.64.66), Jesús nace fuera de su casa, con un pesebre por
cuna y reconocido sólo por sus padres y por unos pastores (2,1-20).
144 Cfr. Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , Herder, Barcelona 1959, p. 22s.
145 Cf. Juan Pablo II, Exhortacin Apostlica “Redemptoris Custos”, 1989, 9.
146 Cfr. Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , p. 24.
147
Cfr. Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , pp. 26-27.
148 Is 9, 6.
149 Juan Pablo II, Homilía en Cebú, Filipinas, 19II 1981.
77
Sólo dos clases de personas encontraron al Niño; los pastores y los magos; los sencillos y los doctos;
los que no saben nada y los que saben que no lo saben todo. Sólo los humildes pueden encontrar a
Dios. “Belén es el trasunto del Calvario, tal como el copo de nieve lo es del universo” (Caryll
Houselander).
De todos los niños que vienen al mundo se dice que parecen a su padre o madre. Ésta fue la primera
vez que hubiera podido decirse que la madre se parecía al Hijo. Tal es la hermosa paradoja del Hijo
que hizo a su propia madre. Fue también la primera vez en la historia en que alguien pudo haber
pensado que el cielo se encontraba cerca: Cuando el Niño se hallaba en sus brazos, María, con sólo
bajar la cabeza, podía contemplar el cielo.
Ninguna mente mundana podría haber sospechado jamás que aquel que hizo al sol necesitara que lo
arroparan; que la eterna Palabra estaría muda; que la omnipotencia se vería envuelta en pañales...
nadie habría sospechado que al venir Dios a esta tierra se hallara hasta tal punto desvalido. Y ésta es
la razón por la que muchos no quieren creer en Él. Escribe Dietrich von Hildebrand : “Que Cristo nos
ama es el secreto, el secreto más íntimo de cada alma. Es la realidad más inconcebible; es una
realidad que cambiaría completamente la vida de cualquiera que se diera cuenta de ello plenamente.
Pero para darse cuenta de ello no basta un conocimiento meramente teórico, sino una vivencia de
este amor similar de la que se tiene del amor de la persona amada. E implica también la conciencia
del carácter incomparable y único de este amor divino, su modo de ser absolutamente nuevo y
misterioso, y su inefable santidad” 150 .
Es admirable la creación del hombre, y la dignidad que le otorga Dios al establecerlo a imagen y
semejanza suya como gobernador de lo creado, pero más admirable es la obra de Dios al «re-formar»
su obra -entiéndase «reformar» en su sentido etimológico: volver a formar-, pues el hombre es
constituido ahora «partícipe de la divinidad» de Dios. La creación, tan bella y gran- diosa como es, no
se consuma hasta la Encarnación del Verbo 151 .
Los expertos afirman que se puede entender más al Verbo Encarnado si se ha sufrido por él ; pero
nadie lo ha entendido en plenitud excepto la Virgen María. Fulton Sheen dice: “El saber proviene de
los libros; la penetracin de un misterio proviene del sufrimiento” 152 .
“Hija, no sabes cuántos padecimientos sufrimos con mi esposo José. Tan pobres de amigos y de
abrigos para cobijarnos, sólo nos acompañaba la intemperie y luego, ese establo que se convirtió en
cuna para mi hijo y asilo para nosotros. Esa noche, que se perfilaba triste y silenciosa, fue para José y
para mí, la más hermosa, también lo sería para el mundo, ya que ahí nacía el Salvador de los
hombres, el Justo entre los justos y el Señor por sobre todo. Ora mi querida hija, para que el mundo lo
conozca, porque a pesar de todo, de los siglos, no es conocido el Señor y mientras esto no ocurra,
padecerá el hombre. Triste fin se procura éste, siendo que Dios tiene reservado para el cristiano, un
hermoso despertar, un comienzo de vida nueva con Cristo y en Cristo. Alabado siempre sea el
Seor” 153 .
Cristo escogió nacer a la insignificante Belén; la ridiculizada Nazaret para su juventud; pero la gloriosa,
la cosmopolita Jerusalén, para la ignominia de muerte. Nazaret se hallaba en Galilea, y toda la Galilea
era una región despreciada por la gente de Judea, más culta. El dialecto galileo se consideraba rudo y
poco armonioso 154 .
Jesús aprendió el arameo de sus padres, y sin duda también la lengua litúrgica de los hebreos. Muy
probablemente también el griego, ya que esta lengua se hablaba bastante en Galilea .
Dietrich von Hildebrand, El Corazón, Biblioteca Palabra, Madrid 1997, p. 16.
151 Vicente Balaguer, Jesucristo y la plenitud de los tiempos, en Chapa (ed), Historia..., cit. p. 127.
152
Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , Herder, Barcelona 1996, p. 12.
153 Palabras de la Virgen María a una vidente en Argentina, 4-X-86-
154
Cf. F. Sheen, Vida , p. 46.
150
78
Martín Descalzo dice: Cristo entró en la raza humana tal como la raza humana es, puso un pórtico de
pureza total en el penúltimo escalón –su madre Inmaculada- pero aceptó, en todo el resto de su
progenie, la realidad humana total que él venía a salvar. Dios, que escribe con renglones torcidos,
entró por caminos torcidos, por los caminos de la humanidad.
El nombre “Jesús”
Jesús es Dios con nosotros; el nombre y la persona hablan de que Dios está con nosotros. Él es la
ayuda divina; Él es la protección de Dios. El Ángel le dice a José: Le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará de los pecados (no del Impero Romano). La salvación que se promete con el
nombre de “Jesús” no es una salvacin social, sino espiritual. No habría de salvar necesariamente a la
gente de la pobreza, sino del pecado. Destruir el pecado es arrancar las raíces de la pobreza 155 .
Muchos pensaban que el Mesías vendría a salvarlos de la tiranía del césar, pero la misión de Él era
salvarlos de una tiranía mucho más grande, la del pecado.
La vida de Jesucristo sobre la tierra supone un cambio esencial en la constitución del mundo, y por
tanto en la historia de los hombres. Se percibe que si Jesucristo es Dios y toma forma humana, eso
significa ya que Dios, en cierto modo, se hace historia humana, y por tanto que la historia del hombre
tiene unas dimensiones insospechadas.
El Bautismo
El Bautismo de Jesús en el Jordán supone el comienzo de su vida pública . Por una parte, acudiendo
al bautismo de Juan, Jesús, aun cuando no tenía necesidad de un bautismo de penitencia, manifiesta
que también Él secunda el plan dispuesto por Dios de preparar a su pueblo por medio de los profetas.
De este modo Jesús cumple «toda justicia», es decir todo lo establecido por Dios. El propósito de su
bautismo era identificarse con la humanidad pecadora. Isaías había profetizado que sería “contado
con los transgresores”. Era el representante de la humanidad pecadora, aunque Él mismo era sin
pecado.
Pero, sobre todo, los relatos evangélicos muestran que el verdadero Bautismo que recibe Jesús es el
descenso sobre Él del Espíritu Santo que le unge para la misión que va a comenzar. Si en el Antiguo
Testamento, los reyes y los sacerdotes (a veces, los profetas) eran ungidos con aceite para
desempeñar una tarea divina, Jesús es también ungido, no con aceite sino con el Espíritu Santo, para
llevar a cabo su misión salvadora como Rey, Sacerdote y Profeta. Así pues, Él es el Ungido por
excelencia, es decir el Mesías o Cristo. Al mismo tiempo, su Bautismo revela su filiación divina. Jesús
es declarado Hijo de Dios -«Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me he complacido» 156 - por aquel que le
ha enviado: el Padre. La voz del Padre no estaba anunciando un hecho nuevo, hace una solemne
declaración de aquella filiación que existía desde la eternidad. Ahora Cristo se manifestaba
públicamente como mediador entre Dos y los hombres. La complacencia del Padre, en el texto griego,
viene expresada en el tiempo gramatical del aoristo para indicar el acto eterno de amorosa
contemplación con que el Padre mira al Hijo.
Ana Catalina Emmerick escribe: “Está oculto a Satanás la divinidad de Jesús y su misión. Las
palabras: „Este es mi Hijo amado en quien me he complacido‟, las entendi como dichas a un hombre,
a un profeta” 157 .
El Catecismo de la Iglesia Católica sintetiza con estas palabras la enseñanza que Jesús nos ofrece al
acudir a bautizarse:
«El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente. Se
deja contar entre los pecadores; es ya "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29).
Vida de trabajo
Cf. Fulton Sheen, Vida ..., p. 32.
156 Mc 1,11.
157
Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones completas , 5, Librería Espiritual, p. 451.
155
79
La vida de Jesucristo sobre la tierra supone un cambio esencial en la constitución del mundo, y por
tanto en la historia de los hombres. Se percibe que si Jesucristo es Dios y toma forma humana, eso
significa ya que Dios, en cierto modo, se hace historia humana, y por tanto que la historia del hombre
tiene unas dimensiones insospechadas.
El único suceso de su segunda infancia que se nos narra es su pérdida en Jerusalén. Durante los
dieciocho aos siguientes seguramente permaneci en Nazareth. “El desarrollo humano de aquel
Hombre divino se realizaba de un modo tan natural en el pueblo, que ni siquiera sus vecinos se daban
cuenta de la grandeza de quien vivía en medio de ellos” 158 .
Jesús no dice explícitamente quién es. Si hubiera dicho “Soy Dios” hubiera sonado raro. Además, no
lo hace por humildad. Pero dice cosas que ningún otro profeta se atrevi a decir, como: “No penséis
que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud” 159 ;
“Quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí” (Mt 10, 37-39). O “Habéis oído
que fue dicho a los antiguos: No matarás 160 ... (fue dicho por Dios). El verbo en pasivo se usa para
referirse a Dios. “Fue dicho” equivale a “fue mandado”. “Pero yo os digo (y habla de la ira)...”, dice
Jesús, que equivale a “Yo os mando” 161 .
Ministerio público
Dentro del ministerio público, Jesús no pretende hacer él solo las cosas . Busca colaboradores. Jesús
se presenta como un rabino de su época, pero también hay aspectos de enorme discontinuidad ,
porque los rabinos no reclutaban discípulos, sino que eran buscados por los jóvenes israelitas. Jesús
sigue una práctica diversa: es Él el que elige a sus discípulos. También en las exigencias hay
discontinuidad . Los rabinos se dejan prestar servicios. Jesús dice: Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Son exigencias nuevas; son la esencia del discípulo.
Jesús tiene la novedad de que tiene discípulas –también en discontinuidad con los rabinos de su
época-, que además serán las más fieles a la hora suprema de la Cruz.
Jesús “habl del poco caso que la gente hace del cumplimiento del tiempo de las profecías y dijo,
entre otras cosas: „Son apenas treinta aos, y quién recuerda ahora... que tres Reyes vinieron con su
séquito desde Oriente, siguiendo una estrella, y buscaron a un Niño recién nacido, Rey de los Judíos,
y lo encontraron como niño de padres pobres?... Tres días estuvieron allí. Si hubiesen venido para
buscar a un príncipe nadie hubiese olvidado tan pronto su venida‟. No dijo, sin embargo, que ese Niño
era él mismo” 162 .
Ana Catalina dice de la Madre de Jesús : “María lloraba por el gran tumulto que se formaba en torno
de Jesús, que entrañaba un peligro, por sus enseñanzas y sus prodigios. A Ella llegaban todas las
murmuraciones..., los torcidos pareceres” 163 .
Los milagros de Jesús son testimonio elocuente de su divinidad. Manifiestan que el Reino de Dios
está presente. Se produce esa tensión entre el bien que no termina de vencer y el mal que no termina
de ser vencido del todo.
Parábolas
La palabra parábola procede del griego. No corresponde exactamente al mashal , que es mucho más
amplia. Abarca el enigma, acertijo, proverbio, refrán, sentencia. Casi una tercera parte de la
enseñanza de Jesús está dicha en parábolas.
158 Sheen , Vida..., p. 52.
159 Mt 5,17. Llevar a plenitud significa llevar esa ley a su perfección. Es una frase audaz. Diría alguno:
¿Cómo es posible que Jesús diga que ha venido a perfeccionar la Ley de Dios?
160 Mt 5,21.
161
Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones, 6, Librería Espiritual, p. 516.
Cf. Mt 5, 21 y 38ss y 43ss.
162 Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones , 6, p. 526.
163
80
También los rabinos de la época las utilizaban para explicar frases de la Escritura, pero Jesús las
emplea más abundantemente y con una finalidad propia: revelar los misterios del Reino de Dios. En
las parábolas Jesús enseña que el Reino comienza a realizarse en el hombre con la acogida de la
Palabra de Dios, y el fruto que produce en cada hombre lo asemeja a la semilla que se siembra en el
campo. El Reino no se realiza mediante una victoria apoteósica de Dios exaltando a Israel sobre las
naciones, sino que se desarrolla silenciosamente y poco a poco como la semilla que crece... Es más,
el Reino se desarrolla al mismo tiempo que el mal y la cizaña, y sólo cuando Dios quiera serán
separados uno y otro. La buena semilla no es otra cosa que la Palabra de Jesús y su mensaje de
amor 164 .
Parábola del grano de trigo sembrado en terrenos desiguales que produce frutos desiguales: es el
misterio de la gracia de Dios y de la correspondencia a la gracia.
Parábola de la cizaña que crece entre el trigo : en la antigüedad esto se daba como venganza. Ya en el
Digesto (Derecho Romano) está contemplado el castigo de los que siembran cizaña entre el trigo.
Parábola del siervo que debe 100 millones de denarios ; supone una deuda por 100 millones de días
de labor. A él le debe un consiervo 100 denarios. La infinita misericordia de Dios se expresa en esa
cantidad tremenda, al perdonarla.
En su conversación con Nicodemo, dijo que nadie entendería su doctrina en tanto que Él estuviera
vivo, y que su muerte y resurrección serían esenciales para su comprensión. Ningún otro maestro del
mundo dijo algo semejante. Forma parte de la disciplina de Dios hacer mejores a los que ama por
medio de las pruebas y los sufrimientos.
Predicación
Jesús anuncia la buena nueva de salvación. Se dirige en primer lugar a la Casa de Israel, pero su
misión está destinada a todos. Cristo invitó a la fe y a la conversión, pero no forzó a nadie. El
Evangelio de San Juan se fija en las grandes fiestas judías. Menciona al menos tres Pascuas para
distribuir la actividad pública de Jesús.
La misericordia de Jesús está en continuidad y en discontinuidad con el judaísmo precedente. Trae un
ethos nuevo, un valor moral nuevo: el del perdón. Hay que perdonar al ofensor verdaderamente
arrepentido. Esta actitud puede parecernos casi connatural, pero en la sociedad precristiana esto era
desconocido, incluso en la actualidad no se entiende, en ambiente judío y musulmán. Constituye un
valor ético nuevo, dice José María Casciaro.
Jesús echa a los mercaderes del templo
Cuando Jesús llegó al templo acompaado de sus discípulos “hizo salir del círculo de la oracin, con
toda amabilidad, a muchos vendedores de comestibles, de hierbas, de aves y corderos, y les indicó el
lugar en la antesala llamada de los gentiles. Les amonestó amigablemente diciéndoles que era muy
inconveniente el balido de los corderos y la presencia de animales en ese lugar. Ayudó con sus
discípulos a transportar las mesas y cajones y les hizo lugar en el nuevo sitio (...). Al volver más tarde
Jesús al templo tuvo que echar nuevamente a los mercaderes que habían invadido los lugares
prohibidos... los echó de allí empujando sus mesas, procediendo con más energía y decisión que la
primera vez. Los discípulos le ayudaban en la obra... El lugar de oración se encontró pronto
desocupado” 165 .
Jesús revela el significado más profundo del templo, cuando tras la expulsión de los cambistas y
mercaderes, los judíos le piden una seal. Les dice: “Destruid este templo y en tres días lo
164 Juan Chapa, Historia de los hombres y acciones de Dios , p. 150.
165
Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones , 6, p. 531-532.
81
levantaré” 166 . Se cumple así la profecía de que Dios habitaría entre los hombres 167 , y que se realiza de
modo pleno en el Cuerpo de Cristo, “porque en él habita toda la plenitud de la divinidad
corporalmente” 168 . El Templo de Jerusalén es figura de Jesucristo, el verdadero templo de Dios.
Signos extraordinarios dados a los judíos sobre la venida del Mesías:
María es presentada en el Templo a los tres años y fracción. La hermana de la madre de Lázaro viene
a ser su maestra. Aparece en el Templo con tales señales no comunes que algunos sacerdotes
ancianos escriben acerca de esta niña extraordinaria. Más tarde suceden otros prodigios como el
florecimiento de la vara de José (Ana Catalina Emmerick, vol.4, p. 165).
Luego la extraña historia de la venida de los tres Magos, de los pastores, por medio del llamado de los
ángeles. Después, en la presentación de Jesús en el Templo, el testimonio de Simeón y de Ana; y el
hecho admirable de Jesús entre los doctores del Templo a los doce años. Todo este conjunto de
cosas extraordinarias las despreciaron los fariseos y las desatendieron. Tenían la cabeza llena de
asuntos profanos y de gobierno. Como la Sagrada Familia vivió pobremente, fue relegada al olvido,
como el común del pueblo. Los pocos iluminados, como Simeón, Ana y otros, tuvieron que callar y
reservarse delante de ellos.
Cuando Jesús comenzó su vida pública y Juan dio testimonio de Él, lo contradijeron
con tanta obstinación, que los hechos extraordinarios de su nacimiento y juventud, si
es que no los habían olvidado, no les causaron interés. El gobierno de Herodes y el
yugo romano los enredó de tal manera en las intrigas palaciegas y en los negocios
humanos, que todo espíritu huyó de ellos. Despreciaron el testimonio de Juan y la
predicación de Jesús (cf. p. 167-168). Tenían ideas erróneas sobre el Mesías y los
profetas. Pero si su ceguera fue grande al no reconocer las señales de la venida del
Mesías, mayor es su obstinación después de que obró milagros y escucharon su
predicación.
El Templo
En el Antiguo Testamento Jerusalén fue la ciudad en la que se erigió el único templo al Dios
verdadero. Por eso se convirtió en símbolo del lugar donde la humanidad puede encontrarse con Dios.
El Templo era el lugar en donde había de entrar el Mesías, según el oráculo de Malaquías 3, 1 y 2
( vendrá a su templo el Señor ). En la Liturgia actual, en la fiesta de la Presentación del Señor (2.II) se
lee la profecía de Malaquías sobre el ingreso del Señor en el santuario. La liturgia prescribe el salmo
23, porque la tradición encontró que era el mejor para celebrar el ingreso de Cristo en este mundo.
Juan Pablo II ha comentado: Jesús “va al templo, llevado como un Nio en brazos de María y de José,
a los cuarenta días de su nacimiento. Y, aunque ninguno de los presentes –excepto Simeón y la
profetisa Ana- lo sepa y dé testimonio de Él, en el momento de su llegada, debería resonar el salmo
23 porque precisamente fue escrito para este momento. Para esta venida. El Templo de Jerusalén
debería saberlo. En cambio, el Templo calla y el salmo no suena” 169 .
Salomón inició la reconstrucción del prime r templo hacia el año 970 a.C. Fue el orgullo del pueblo
judío, pero fue destruido por Nabucodonosor en 586 a.C. cuando los judíos son deportados a
Babilonia. Dios les va develando el “misterio” de la figura del Templo, haciéndoles ver que es ante
todo un signo para alcanzar conciencia de la presencia de Dios. La destrucción del templo es una
166 Ioh 2, 19.
167
Juan Pablo II, Homilía 2-II-1983.
Cfr. Exodo 25, 8.
168 Col 2,9.
169
82
señal de un castigo que Dios permite para que el pueblo comprenda el valor instrumental y relativo del
Templo frente a la primacía del culto del corazón 170 .
El segundo templo fue finalizado en el 515 a. C. Llamado también de Zorobabel , por ser este rey
davídico su principal impulsor. Ezequiel les hace comprender que el “templo” de la tierra no es sino
una imagen imperfecta del “trono” de Dios en los cielos 171 .
Cuenta el historiado Flavio Josefo que entre los años 20-19 a.C. Herodes el Grande inició las obras de
reconstrucción parcial y embellecimiento del Templo. Tardará diez años en esta tarea, si bien las
cuestiones de detalle no se finalizaron sino hasta el 62 d.C. Este tercer templo –que algunos lo
consideran segundo- mantuvo un gran parecido con el de Salomón. Este Templo fue visitado por
JC , pero en el año 70 de nuestra era fue destruido por... Tito. En la actualidad, sobre la antigua
explanada, se levanta allí la mezquita de Omán.
Flavio Josefo nos dice en sus Antigüedades que era creencia judía que el Templo de Jerusalén con
sus tres divisiones había sido modelado sobre el plan con el cual Dios construyó el universo, que
también tenía su vestíbulo, su santuario y su Santo de los Santos 172 . El vestíbulo de la creación es el
mundo material, es decir, toda cosa sensible. El santuario de la creación es el mundo de las causas,
de la ciencia, de la filosofía y la ley natural. El Santo de los Santos de la creación es el mundo del
misterio y la revelación, tales como la Trinidad y la Encarnación. La llave que abre el mundo de la
materia son los cinco sentidos . La segunda llave que abre el mundo de las causas es la razón , que
nos capacita para penetrar en el sentido de las cosas. Finalmente, la llave que abre el Santo de los
Santos de la creación es la delicada llave de la fe .
Scott Hahn dice: Jerusalén era la ciudad santa para los hijos de Israel; y la mayoría de los primeros
cristianos eran judíos, tenían que enfrentarse a la destrucción del Templo , el más hermoso edificio
de la tierra, y a la desaparición de un sacerdocio que se remontaba a más de mil años, establecido
por Dios en el monte Sinaí. Jesús mismo lloró con amor por Jerusalén, incluso cuando los padres de
la ciudad urdieron su ejecución. Para estos primeros cristianos, la destrucción de Jerusalén fue causa
de intensa inquietud 173 .
El antisemitismo y el antijudaísmo son espiritualmente destructivos y estúpidos. En palabras de Pío XI:
“espiritualmente, somos semitas” 174 . No puedes ser buen católico mientras no te enamores de la
religión y del pueblo de Israel.
Las clases cultas de nuestro mundo moderno, dice Fulton Sheen, no son cultas porque nunca ha
tenido una duda. Ellas tratan de hacer todo claro, y de aquí que hagan todo misterioso. Olvidan que
aun la misma naturaleza tiene misterio. En los reinos más altos, es a la luz de un misterio sobrenatural
como todas las cosas se vuelven claras, aun el problema del mal: la Encarnación.
Decía Bernanos que el misterio de toda vida cristiana consiste en descubrir qué lugar del Evangelio
nos ha sido destinado, qué frase evangélica fue escrita para nosotros .
Tema 11 Jesús, Mediador de una Nueva Alianza
R. Reynaud 21 II 2010
La Cena Pascual
Cfr. Fulton J. Sheen, Errores y verdad , Azteca, p. 25s.
173 Cf. Scott Hahn, La cena del Cordero, Patmos, Madrid 2002 p. 133.
174 Citado por J.L. McNulty, “The Bridge”, The Bridge I (1955), 12.
170 Cfr. Dt 6, 4; Ier 31, 31.
171 Cfr. Ez 1; 11, 16; Is 66, 2.
172
83
Mientras sus enemigos preparaban sus padecimientos y su muerte, Jesús instituye
la Eucaristía.
Antes de morir, Jesús hace lo que ninguno puede hacer: irse y quedarse. Y se
queda en la Eucaristía. Si nos preguntamos qué lugar ocupa la Eucaristía en la
Historia de la Salvación , la respuesta es que no ocupa un lugar concreto, sino que la
ocupa enteramente . La Eucaristía es coextensiva a la Historia de la Salvación: toda
ella está presente en la Eucaristía y la Eucaristía está presente en la Historia de la
Salvación. Igual que en una gota de rocío se refleja toda la bóveda celeste, así
también en la Eucaristía se refleja el arco entero de la Historia de la Salvación. Está
presente en el Antiguo Testamento como figura, tipo o sombra; está presente en el
Nuevo Testamento como Acontecimiento y está presente en el tiempo de la Iglesia
como sacramento 175 . La Pasión empezó propiamente con la despedida de nuestro
Señor de su Santísima Madre.
La nueva alianza de Cristo
El NT recoge el mensaje de esperanza del AT en la plenitud de los tiempos. La
finalidad de la elección de Israel se ve cumplida con el Salvador surgido de ese
pueblo. Cristo representa a Israel pues es el Elegido de Dios para traer la salvación
a los hombres.
El Reino ha venido con Cristo, instaura una nueva situación y su llegada definitiva
sigue siendo una promesa irrevocable. Las alianzas que rectificaban la elección –
con Noé, Abraham y Moisés- y las promesas –con Abraham y David- culminan en la
nueva y definitiva alianza sellada con la sangre de Cristo. La “Nueva”, sin embargo,
resultaría incomprensible sin la “Antigua”. Los efectos de esta Nueva Alianza son
muy superiores a los de la Antigua: perdona y borra los pecados; Dios habita entre
los hombres; cambia los corazones y pone en ellos su espíritu. Dice José María
Monforte: La sangre de Cristo ha rehecho la unidad del género humano. El cristiano
se sabe hijo de Dios en la honra y en la deshonra, en la escasez y en la abundancia,
en la salud y en la enfermedad .
El discípulo de Jesús se sabe que todo está resuelto, que ha sido redimido por su
Pasin y Muerte, y destinado a una vida eterna. “La Nueva Alianza no ha alcanzado
todavía su plenitud, falta la consumación final, y por eso hay que contemplarla con
una mirada escatológica: la alianza eterna será la felicidad en la definitiva morada
de Dios con los hombres” 176 .
Y junto a la Nueva Alianza se revela la Nueva Ley que, fundamentada también
sobre la Antigua, se presenta ahora como Ley de Cristo, ley de libertad y de caridad.
La agonía en el huerto
175 Félix María Arocena, En el corazón de la Liturgia , Palabra, Madrid 1999, p. 415s.
176 Cfr. Apoc 21, 3-5.
84
Agonía en huerto (suda sangre) y la captura 177 . Jesucristo es la persona
humana que más ha sufrido de toda la historia . Jesús no veía enemigos que debían
ser vencidos pos la espada, sino una copa que le era ofrecida por su Padre. El amor
era la fuente de su sacrificio.
Aquí entramos a un océano sin playas. Jesús sufrió angustia, tristeza, el
dolor, el abandono, la infidelidad, la ingratitud, temores y terrores. Le bastaba elevar
una oración a su Padre, hacer un acto de reparación o derramar una sola gota de
sangre, y con esto podría haber redimido millones de mundos, pues cada acción,
aún la más pequeña, era de valor infinito. Lo que bastaba para redimir millones de
mundos era nada para el amor suyo por nosotros 178 .
El Proceso de Jesús
El proceso religioso es el que se lleva a cabo ante el Sanedrín . Luego viene el
proceso ante Pilato.
Fulton J. Sheen cuenta que, Pilato, el sexto gobernador romano de Judea , había
estado desempeñando durante unos diez años este cargo, durante el reinado de
Tiberio. El pueblo de Jerusalén lo despreciaba por su conducta arbitraria y cruel ; y
también porque en cierta ocasión hizo que de noche, se introdujeran en Jerusalén
retratos pintados del emperador y fueran colocados en el templo. Pilato amenazó
con la muerte a los que se opusieran a esa acción. Los judíos elevaron sus quejas al
emperador , quien mandó retirar las insignias. Herodes Antipas fue el que se encargó
de hacer llegar a Tiberio las súplicas de los judíos. Tal pudo ser la razón de la
fricción entre ambos .
Otro motivo del odio es que Pilato había confiscado fondos del tesoro de los judíos
para hacer un acueducto . Ante Pilato acusan los miembros del sanedrín a Jesús. El
supremo interés de Pilato era la paz del estado, de allí que el supremo interés del
sanedrín fuese el de demostrar que el reo perturbaba la paz. El sanedrín cambia la
acusación de blasfemia por la de sedición. Al oír Pilato que Jesús era de Galilea,
transfiere la jurisdicción del proceso a Herodes, quien debido a la pascua se hallaba
en Jerusalén. Ante Herodes, Jesús guarda silencio.
Viene el segundo proceso ante Pilato. La esposa de Pilato, Claudia, le manda un
mensaje. Claudia era la hija menor de Julia, la hija de César Augusto. Julia había
estado casada tres veces, la última vez con Tiberio. Debido a su vida disoluta, Julia
fue desterrada al dar a luz a Claudia, hija de un caballero romano. Cuando Claudia
contaba 13 años, Julia la envió al lado de Tiberio para que se educara. Cuando
contaba 16 años conoció a Pilato, de origen humilde, el cual la pidió en matrimonio.
De esta manera Pilato emparentó con la familia imperial, lo cual aseguró su porvenir
en la política. En virtud de este matrimonio fue nombrado procurador de Judea.
177 Los inocentes con frecuencia comprenden el horror del pecado mucho mejor que los pecadores.
La única cosa de la que el hombre nunca aprende algo por experiencia es pecar. Un pecador se
infecta con el pecado. Llega a compenetrarse tanto con él, que incluso lo ve como algo bueno.
178
Cf. Luisa Picarreta, Las Horas de la Pasión, México 1996, p. 21.
85
Ninguna mujer estaba autorizada a intervenir en los procesos . Enviar un mensaje a
un juez mientras éste se hallaba en el tribunal constituía una ofensa digna de ser
castigada. Pilato lo declara inocente pero lo condena a la muerte y se lava las
manos, y, sin embargo, la historia declara: “Padeci bajo el poder de Poncio Pilato”.
Jesús fue sacado de la ciudad, lo cual era costumbre en todas las ejecuciones 179 .
Crucifixión de Jesús
-Leer Salmo 21, 13-19 e Isaías 55, 7-12.
- Séneca escribe que los crucificados maldecían el día en que nacieron, a los
verdugos, a su madre, e incluso escupían a los que los miraban. Cicerón dice que
en ocasiones era preciso cortarles la lengua para acabar con las blasfemias 180 .
“Y los que pasaban le decían injurias, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que
derribas el templo, y en tres días lo reedificas, ¡sálvate a ti mismo! ¡Si eres el Hijo de
Dios, desciende de la cruz!” 181 . Es la petición de un mundo no regenerado: una
religión sin Cruz.
-Algunos comentarios sobre las siete palabras:
1ª. Al igual que algunos árboles de fragante madera que perfuma el hacha que viene
a cortarlos, el magnánimo corazón del Salvador derrama un bálsamo para pedir
perdón para los demás:
“Padre, perdnales porque no saben lo que hacen” 182 .
2ª. El Buen Ladrn no pide la liberacin del dolor, sino la liberacin del pecado... “...
hoy estarás conmigo en el paraíso” 183 .
5ª. “Tengo sed” 184 . Cuando Cristo en la Cruz dice que tiene sed, tiene sed humana y
tiene sed de almas. “el hecho de que implique una peticin a los hombres es la
verdadera antítesis de la revelación puesto que no es más que una mera expresión
de su sufrimiento. Sin embargo, revela un profundo secreto de su pasión. Además,
la petición no se dirige a sus discípulos sino a los soldados inmisericordes. Esta
apelación a su misericordia hace de este grito la expresión más dramática de su
sufrimiento y de su humillación, de la privación de todo su poder y su gloria
divinos” 185 .
Cuando los seres humanos ven a Cristo en la Cruz es cuando realmente los atrae.
Ya lo había dicho Jesús : Cuando sea elevado... atraeré todo hacia mí 186 .
San Juan 187 , al narrar la crucifixión recoge una de las escenas más representadas
en la iconografía cristiana. El pasaje es como una recapitulación condensada de la
179
Mt 27, 39s.
182 Lc, 23,34.
183 Lc 23,43.
184 Juan 19,28.
185 Dietrich von Hildebrand, El corazón, Madrid 1996, Palabra, p. 191.
186 Juan 13,32.
Cf. Fulton J. Sheen, Vida de Cristo, Herder, p. 399 ss.
180 Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , p. 413.
181
86
vida y doctrina de Jesús. La universalidad de la realeza de Cristo queda simbolizada
por el “título” escrito en varios idiomas 188 . La túnica que los soldados no rasgan
simboliza la unidad de la Iglesia y recuerda la oración sacerdotal de Jesús. La
presencia de la Santísima Virgen y del discípulo amado, junto con la sangre y el
agua que brota del costado de Cristo, recuerda las bodas de Caná, a la vez que
simboliza a la Iglesia y a los creyentes que se incorporan a Ella por el Bautismo y la
Eucaristía 189 .
Hace su llamamiento por medio del sacrificio, no por prodigios. Trata de ganarse a
las almas con su Sangre, con amor, no con fuegos de artificio.
El éxito de la misión de Cristo lo ve San Marcos en dos acontecimientos : la ruptura
del velo del Templo 190 , que simboliza la desaparición de las barreras entre el pueblo
de Dios y los gentiles 191 , y la confesión de la divinidad de Jesús por un gentil 192 .
Ana Catalina Emmerick dice: “en el grado en que vivimos en Jesús y con Él estamos
crucificados, se abren en nosotras las puertas de sus sagradas Llagas con toda su
eficacia” 193 .
Muerte de Jesús
Los fariseos hacen una campaña de denigración de la Persona de Cristo ; lo acusan
con razones políticas y religiosas, quieren dispersar al rebaño. Esto había sido
preanunciado por los profetas (Isaías 3, 53 53,3). El Seor había hablado de “su
hora” y el poder de las tinieblas. El intento de darle muerte tiene como fin destruir el
germen de su doctrina. La muerte de Cristo es muerte de un Hombre. La tradición
patrística de los primeros padres de la Iglesia subraya el hecho de que hubo una
verdadera muerte. Muere el Señor de la Vida.
Lo máximo que se le puede pedir a un hombre es que muera. El hombre porta en sí
un germen de eternidad, no sólo en el alma. El hombre es lago más que parte del
cosmos 194 .
Jesús no podía enseñar la lección de la cruz como rescate por el pecado, tenía que
tomar la cruz. Dios, el Padre, no perdonó a su Hijo... tanto era el amor que tenía por
la humanidad, Éste era el secreto que venía envuelto en los pañales.
Jn 19,19.
189 Cf. Vicente Balaguer, ¿Por qué la Muerte y Resurrección de Jesús, en J. Chapa (ed), Historia de
los hombres ..., p. 173.
190 Mc 15,38.
191 Cf. Salmo 21,31.
192 Mc 15,39.
193 Ana Catalina Emmerich, Visiones y revelaciones completas , 4, p. 98.
194 Apuntes inéditos del Prof. Galván, Roma 1989.
Texto clave: Juan 10, 17-18: por eso el Padre me ama, porque ofrezco mi vida y
luego la tomo de nuevo. Ver la voluntariedad de Cristo; no debe interpretarse como
187 Jn 19,16-30.
188
87
algo impuesto. Es dramático pero no hay tragedia ni desesperación. La Muerte de
Cristo en la Cruz es gloria. Vive su muerte de tal manera que perfecciona su ser
como hombre. Juan 3, 14-15: exaltación de la Cruz.
Cristo muere realmente y triunfa de la muerte. La historicidad de la resurrección es
dato fundamental de la fe. La Resurrección resalta que se trata del retorno a la vida
de un cadáver sepultado.
La muerte de Cristo produjo un desconcierto en los apóstoles. No existía un
movimiento que pensara en un Mesías sufriente. La muerte de Jesús parecía que
acababa con la misión que tenían tanto Jesús como ellos mismos.
La Resurrección
La Resurrección revela definitivamente cuál es la auténtica identidad y la
extraordinaria estatura del Crucificado-dice Benedicto XVI-. Una dignidad
incomparable y altísima: Jesús es Dios. Para san Pablo la identidad secreta de
Jesús, más que en la encarnación, se revela en el misterio de la Resurrección.
Mientras el título de Cristo, es decir, "Mesías", "Ungido", en san Pablo tiende a
convertirse en el nombre propio de Jesús, y el de Señor especifica su relación
personal con los creyentes, ahora el título de Hijo de Dios ilustra la relación íntima
de Jesús con Dios, una relación que se revela plenamente en el acontecimiento
pascual. Así pues, se puede decir que Jesús resucitó para ser el Señor de los vivos
y de los muertos (cf. Rm 14, 9; 2 Co 5, 15) o, con otras palabras, nuestro Salvador
(cf. Rm 4, 25)” 195 .
En la historia del mundo, dice Fulton Sheen, sólo se ha dado una vez el caso de
que delante de la entrada de una tumba de apostara una guardia para evitar que un
hombre muerto resucitara . Sabían que estaba muerto, decían que no resucitaría y,
sin embargo, vigilaban. El que los judíos pidieran una guardia hasta el “ tercer día”
indicaba que pensaban más en las palabras que había dicho Cristo que en el temor
que pudieran sentir de que los apóstoles robaran el cuerpo. Pilato se cerciora de
que Cristo ha muerto; no se sometería a usar los soldados del césar para custodiar
una tumba judía; por tanto, les dice: Tenéis una guardia; id, y guardadlo como
sabéis 196 .
Querían la Guardia para prevenir la violencia, el sello era para prevenir el fraude.
Debería de haber un sello y una guardia, y los enemigos serían quienes se
encargaran de ello . Los certificados de su muerte y resurrección serían por tanto
firmados por ellos. Ellos, pues, fueron y sellando la piedra, aseguraron el sepulcro
por medio de la guardia 197 .
195 Benedicto XVI, AUDIENCIA GENERAL, Miércoles 5 de noviembre de 2008. La resurrección de
Cristo en la teología de san Pablo.
196 Mateo 27, 65.
197 Mateo 27, 66.
88
Lo más asombroso de este espectáculo es que los enemigos de Cristo esperan la
resurrección como posibilidad; más no así sus amigos 198 .
A los soldados se les aconsejó que dijeran que el cuerpo de Cristo desapareció
porque lo robaron los discípulos y ellos no lo impidieron porque estaban dormidos; y
sin embargo, habían estado lo suficientemente despiertos para ver a los ladrones y
saber que se trataba de los discípulos. Si todos los soldados dormían, nunca
pudieron ver a los ladrones ; si algunos de ellos estaban despiertos, podían haber
impedido el hurto.
En improbable que unos pocos discípulos, temerosos intentaran robar el cuerpo del
Maestro de un sepulcro cerrado con una gran piedra, sellado oficialmente y
custodiado por soldados. Además, de momento, para los discípulos, la vida del
Maestro había resultado una derrota. El sanedrín creyó antes que los apóstoles en
la resurrección del Señor. Había comprado el beso de Judas y ahora esperaba
poder comprar el silencio de los guardas 199 .
Al acercarse las mujeres vieron que aquella piedra, a pesar de ser tan grande, había
sido removida. Pero no llegaron a la conclusión de que Cristo había resucitado.
Vieron a un ángel y reciben de él el encargo de ir a Pedro para decirle que Cristo
había resucitado. Llenos de emoción Pedro y Juan corren al sepulcro. Vieron los
lienzos y que el cuerpo no estaba. Tenían los hechos y la prueba de la resurrección,
pero no comprendían todo su significado.
La primera aparición registrada fue a María Magdalena, quien no le reconoció, lo
confundi con el hortelano. Lo reconoce cuando Él le dice: “María!”. Aquella palabra
la sorprendió más que si acabara de oír un trueno. Jesús llama a sus ovejas por su
nombre.
Habían esperado un Salvador de Israel, pero no esperaban al mismo tiempo un
Salvador de los gentiles . En muchas ocasiones debieron oír a Jesús hablar de su
muerte y resurrección, pero la derrota era incompatible con la idea que tenían del
Mesías . No podían creer en la locura de la Cruz. De allí que se negaran a considerar
la evidencia de lo que les habían contado las mujeres.
Los evangelios no narran directamente la resurrección del Señor, sino el
descubrimiento de la tumba vacía y las apariciones . Un exegeta, J. Delorme, explica
que si alguien hubiera estado la noche del Sábado santo dentro del sepulcro, sólo
podría haber visto la volatilización de un cuerpo; nunca su vivificación. Un ángel
anuncia que Jesús no estaba ya allí sino que había resucitado. San Mateo se refiere
a la calumnia del robo del cadáver (Mt 28, 11-15), y San Agustín comenta: “¿Qué
has dicho Oh astucia siniestra?... ¿Presentáis testigos dormidos? Verdaderamente
dormiste tú que, inventando tales patraas, desfalleciste” 200 .
Fulton Sheen, Vida de Cristo , p. 446-447.
199 Fulton Sheen, Vida de Cristo , p. 456.
200
Enarr. in Ps . 63, 15.
198
89
Jesucristo es un misterio de redención, de reconciliación de los hombres con Dios
(cf. nn. 457 y 517); es un misterio de revelación pues es, a un tiempo, el rostro de
Dios y el modelo del hombre (nn. 459 y 516), y es finalmente un misterio de
recapitulación ya que su acción abarca desde Adán hasta el último hombre 201 .
En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo
encarnado. Porque Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir,
es decir, Cristo (...) Cristo, el nuevo Adán en la misma revelación del misterio
del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le
descubre la sublimidad de su vocación 202 .
Apariciones del Resucitado
La humanidad tiende a creer que todo lo religioso ha de ser lo suficientemente
poderoso y sorprendente para desbordar la más viva fantasía. Sin embargo, este
incidente del camino de Emaús nos revela que las verdades más poderosas del
mundo aparecen en incidentes comunes y triviales de la vida, tales como el de
encontrar a un compañero en el camino. Cristo veló su presencia en el camino. En
la vida de Jesús la Cruz y la gloria iban juntas. Lo que en esa conversación se hizo
resaltar es que fueron los sufrimientos del Mesías y cómo éstos eran necesarios
para su glorificación.
Más adelante se les aparece, estando los discípulos con las puertas cerradas. Con
las llagas de Cristo no se trataba de recordar la crueldad de los humanos, sino más
bien que la redención se había obrado con dolores y sufrimiento. Si hubieran
desaparecido las llagas, los hombres podrían llegar a olvidar que fueron rescatados
con el mayor dolor visto.
Jesús les dijo: “Se me ha dado toda potestad en el cielo y sobre la tierra” (Mt 28,18).
No se refiere aquí a sí mismo como Hijo de Dios, puesto que tal potestad le
pertenecía ya por naturaleza, sino de un poder que había merecido por su Pasión y
muerte y que fue predicho por Daniel, quien en una visión vio al Hijo del hombre con
poder y gloria eternos.
Dice un poema: “No hay falsos dioses, libres de dolor y sufrimiento, que fueran
capaces de consolarnos en estos días”... “No hay dios alguno que tenga heridas,
ninguno más que Tú” (Edward Shillito) 203 .
Ascensión del Señor
La Ascensión daría a Cristo el derecho de interceder poderosamente por los
mortales. La imagen de Jesucristo es como un gran mosaico en el que cada
generación logra apenas descubrir una piedrecilla.
Vicente Balaguer, cit. p. 27s.
202 Cf. Concilio Vaticano II, Constitucin “ Gaudium et spes ”, n. 22.
203
James Dalton Morrison (compilador), Materpieces of Religion Verse, Harper & Brothers.
201
90
Jesucristo: paradójico
Jesucristo, dice José Luis Martín Descalzo, era un incomprendido. Los violentos le
encontraban débil y manso. Los custodios del orden le juzgaban, en cambio,
violento y peligroso. Los cultos le despreciaban y le temían. Los poderosos se reían
de su locura 204 . Su historia ha ser vido como inspiración para, al menos, la mitad de
todo el arte que ha producido el mundo desde que él vino a la tierra.
¿Quién es este hombre por quien tantos han muerto, a quien tantos han amado
hasta la locura y en cuyo nombre se han hecho tantas violen cias? Desde hace más
de dos mil años, su nombre ha estado en la boca de millones de agonizantes, como
una esperanza, y de millares de mártires como un orgullo.
¿Quién es este personaje que parece llamar a la entrega total, este personaje que
cruza de medi o a medio la historia como una espada ardiente? ¿Quién es y qué
hemos hecho de él, cómo hemos usado o traicionado su voz? ¿Es bálsamo que
cura o espada que hiere? ¿Quién es? El hombre o la mujer que no ha respondido a
esa pregunta, puede estar seguro de qu e aún no ha comenzado a vivir. Conocerlo
no es una curiosidad. Es algo que pone en juego nuestra existencia. Jesús exige
respuestas absolutas. Él asegura que creyendo en él, el hombre salva su vida, e
ignorándole, la pierde. Se presenta como el camino, la verdad y la vida. Por eso
nuestra vida cambia según sea nuestra respuesta a la pregunta sobre su persona.
Jesucristo y la plenitud de los tiempos
Jesucristo es el “muslim” por excelencia, el que se somete (de “islam”, sumisin). La
vida de Jesucristo sobre la tierra supone un cambio esencial en la constitución del
mundo, y por tanto, en la historia de los hombres. Dios, en cierto modo, se hace
historia humana, y por tanto la historia de los hombres tiene unas dimensiones
insospechadas. El Hijo de Dios, que era inmortal, se hizo mortal para que nosotros
que éramos mortales pudiéramos ser inmortales; se hizo hijo del hombre para que
los hombres pudiéramos ser hijos de Dios; se hizo como nosotros para que nuestro
modelo de hombre no fuera exterior a nosotros 205 .
Jesucristo es un misterio de redención, de reconciliación de los hombres con Dios.
Es un misterio de revelación , pues es a un tiempo, el rostro de Dios y el modelo del
hombre; y es finalmente un misterio de recapitulación ya que su acción abarca
desde Adán hasta el último hombre que poblará la tierra.
El hecho de la Encarnación desconcierta al hombre naturalmente religioso, pero
muestra el camino por el que el hombre, proyecto de Dios, puede llegar a Dios. Dios
se muestra de modo que los hombres lo vean. Jesucristo es plenitud de gracia y de
verdad. Pero su plenitud es para darla, y nosotros la recibimos. Por la Encarnación
los hombres estamos incoando ya el ámbito de Dios. No es extraño que el
204 Cf. José Luis Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret , I, Los comienzos, ed.
Sígueme, Salamanca 1998, p. 9.
205 Cfr. Juan Chapa (ed), Historia de los hombres y acciones de Dios. La historia de la salvación en la
Bibl ia. Rialp, Madrid 2000, pp. 126-127.
91
cristianismo sea la religión del optimismo. Todo está hecho, aunque todo esté por
hacer.
Algunas reflexiones y conclusiones
Lo que Jesús sufrió por todas las generaciones humanas lo sufrió igualmente por
cada alma en particular . Ama tanto a un alma cuanto ama a todas las almas
presentes, pasadas y futuras. Si en el mundo hubiera una sola alma, por aquella
alma sola hubiera sufrido cuanto sufrió.
San Alfonso Ma. de Ligorio dice que somos como un esclavo al que el hijo del rey salva ofreciéndose
a sí mismo en rescate por él.
Si quien medita las Horas de la Pasión es un pecador, se convertirá; si es
imperfecto, se hará perfecto; si es santo, se hará más santo; si es tentado,
encontrará la victoria; si sufre, encontrará la fuerza, la medicina y el consuelo; y si su
alma es débil y pobre, encontrará un alimento espiritual y un espejo donde mirarse
continuamente para embellecerse y hacerse semejante a Jesús 206 .
El Señor le dijo a una mística del siglo XX :
Me es tan grato quien medita mi pasión con frecuencia, la siente y me compadece,
que me siento como retribuido por todo lo que sufrí en el curso de mi Pasión. El
alma que la medita llega a formar un alimento continuo en el que hay varios
condimentos y sabores que producen en ella diversos efectos. Entonces, si durante
mi Pasión me dieron cadenas y cuerdas para atarme, el alma me desata y me da
libertad; aquéllos me despreciaron, me escupieron y me deshonraron, ella me
aprecia, me limpia de esas escupitajos y me honra; aquéllos me desnudaron y me
flagelaron, ella me cura y me viste; aquéllos me coronaron de espinas, me trataron
como rey de burla, me amargaron la boca con hiel y me crucificaron; el alma,
rumiando todas mis penas, me corona de gloria y me honra como a su Rey, me llena
la boca de dulzura y me da el alimento más exquisito, como es el recuerdo de mis
mismas obras; me desclava de la Cruz y me hace resucitar en su corazón. Y por
cada vez que esto hace, Yo como recompensa le doy una nueva vida de gracia, de
manera que ella es mi alimento y yo me hago su alimento. Me gusta que las almas
mediten continuamente mi Pasión (...) 207 . Para salvar un alma hay que sufrir
mucho... Las almas corren hacia su perdición y mi sangre se pierde para ellas. Pero
los que me aman y se inmolan como víctimas de reparación, atraen la misericordia
de Dios. Esto es lo que salva el mundo... 208 .
Sólo la cruz podía revelar que Dios es santísimo y que, por tanto, aborrece el
pecado 209 . San Buenaventura escribe: No debemos cansarnos en meditar en lo que
Jesucristo no se cansó en soportar en él mismo .
206 Cf. Luisa Picarreta, Las Horas de la Pasión, p. 42.
207
Fulton J. Sheen, Vida de Cristo , p. 244.
Cf. Luisa Picarreta, Las Horas de la Pasión , p. 43.
208 Josefa Menéndez, Un llamamiento al amor , Quito, 1974, p. 631.
209
92
Quien se familiariza con los misterios de la Pasión de Nuestro Señor, adquiere como
un derecho de presentarse ante el Padre y pedirle lo que quiera. Fue esta una
revelación hecha a Santa Gertrudis.
Después de que Jeshúa murió, la Virgen María visitaba los lugares en los que
padeció; de allí nació el ejercicio del Via Crucis .
Esquema: El tiempo de la Iglesia (lectura alumnas)
No hay clase de esto, es lectura y/o ver el power point de los primeros cristianos .
I. Entorno cultural y social
Imperio romano.
Estabilidad política, prosperidad económica
Rutas comerciales (viaje de San Pablo a Roma, Hch, 20, 1 y ss).
Influencia de lo griego
Filosofía dominante
Helenismo tardío, racionalismo (ej.: Hch 17, 23)
Epicureísmo, estoicismo (Hch, 17, 18)
Religiosidad de la época
Cultos romanos (cultos paganos, apertura a otros cultos)
Exigencia de culto al emperador
Tolerancia a las religiones, si respetan la ley romana
El judaísmo
Diáspora, judíos griegos
Lazos familiares y sociales por todo el Imperio
Los prosélitos, los que dan culto a Dios
II: Crecimiento de la Iglesia
Primeros años: la Iglesia en Jerusalén
Hasta el martirio de San Esteban
Expansión por Judea
Expansión entre los judíos, llegó a Antioquía y Alejandría
Conversión de San Pablo
Admisión de gentiles no prosélitos
Expansión por el resto del Imperio
Expansión de la mano de los apóstoles
Papel de la amistad, relaciones personales, etc.
Martirio de los Apóstoles
Martirio de San Pedro año 64?
Incendio de Roma: año 67
En Judea: rebelión del pueblo judío
Destrucción del Templo: año 70 d.C.
Salida de los cristianos de Jerusalén y Judea.
III. Asentamiento de la nueva doctrina
Institución del Colegio de los Apóstoles
93
Primado de Pedro
Primeras “Iglesias particulares”
Obispos al frente de cada una
Ej: cartas de San Pablo a Tito y Timoteo
Controversias doctrinales
Concilio de Jerusalén: judaizantes contra no judaizantes
Los gnósticos
Tema 12. El nacimiento de la Iglesia
9 01 2010. Rebeca Reynaud
Pentecostés
El libro de los Hechos de los Apóstoles relata la venida del Espíritu Santo el día de
Pentecostés. Bajo su acción asistimos a la expansión de la Iglesia entre judíos y
gentiles. La Iglesia será el instrumento de salvación para constituir el Reino de Dios
en la tierra.
El ruido como de viento, y el fuego (Hechos 2,2-3) evocan la manifestación de Dios
en el Monte Sinaí (Ex, 19,16) cuando Dios constituyó a Israel como pueblo suyo.
Ahora, con los mismos rasgos se manifiesta a su pueblo, la Iglesia: el viento
significa la novedad de su acción en la historia; el fuego simboliza la energía
transformadora del Espíritu Santo 210 .
Pentecostés y el discurso de Pedro manifiestan que el Espíritu Santo, enviado por
Jesucristo como un don, da vida desde el principio a la comunidad.
Los primeros cristianos de Jerusalén se consideran elegidos , “los santos de los
últimos tiempos”. San Lucas condensa ese pensamiento donde destaca la caridad,
la fraternidad, la oración y la enseñanza de los Apóstoles.
Al principio los fariseos no se oponen al cristianismo. Los ven como un grupo de
renovación de la Sinagoga; hay una variedad de mentalidades: “hebreos” y
“helenistas”. Están presentes los cristianos “hebreos” y “helenistas” en esta
comunidad de Jerusalén. Los helenistas fueron perseguidos y eso hizo que se
expandiera el cristianismo a Antioquía. Allí se dan conversiones al cristianismo sin
pasar por el judaísmo. En el año 41 la persecución también llega a los hebreos.
Santiago estaba al frente de la Iglesia de Jerusalén.
Cfr. Juan Chapa (ed.), Historia de los hombres y acciones de Dios , p. 184.
210
94
A partir de la dispersión de los 12, Jerusalén pierde un poco de centralidad .
Antioquía va a ser un lugar importante para la difusión de la fe. Será el centro de la
expansión misionera. La misión entre los griegos obtiene excelentes frutos.
El Reino de Dios
Los cristianos de los primeros tiempos decían ya que el mundo fue creado en orden
a la Iglesia. Al realizar el plan de salvación de su Padre-Dios, Jesús de Nazareth
funda la Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia; es decir, de la llegada del Reino
de Dios prometido. La Iglesia es el germen y comienzo de este Reino en la tierra 211 .
El Reino que Jesucristo ha iniciado en la tierra llegará a su plenitud cuando venga a
juzgar a vivos y muertos y haga entrega al Padre del Reino eterno. Se incoa con la
primera venida de Cristo y se instaurará tras su segunda venida o Parusía.
Monforte dice que: El Reino de Dios está, paradójicamente, presente y ausente , a la
vez, como la luz del sol cuando el astro está a punto de salir por el horizonte.
La comunidad primitiva
La fuente para el conocimiento de los orígenes de la Iglesia es la primera parte del
libro de los Hechos de los Apóstoles (caps. 1-13). Hay que tener en cuenta que San
Lucas no ofrece una historia completa de esos orígenes. Sólo presenta algunos
aspectos con el fin de presentar la comunidad de Jerusalén como la Iglesia madre e
“ideal” para las comunidades posteriores. Otras noticias más indirectas hay que
buscarlas en las cartas de San Pablo. Lucas presenta al grupo de los discípulos,
núcleo de la naciente Iglesia. Lucas señala el lugar destacado que dentro del grupo
de los Doce ocupa Pedro, a quien nombra 56 veces. La función principal de los
Doce es ser testigos de la resurrección de Jesús (Hechos 1,22).
Contexto Social y Religioso del Imperio Romano en el s. I (Complementar este
tema con el Power Point sobre Los primeros cristianos y Roma y el Imperio
romano)
El mundo antiguo giraba en torno al Mar Mediterráneo, el pueblo que dominaba el
Mediterráneo, dominaba lo demás. Diversos grupos van dominando sucesivamente
el mar.
Italia tiene dos ríos: al norte, el Po, casi en los Alpes, y el Tiber (Tévere) a la altura
de Roma.
El mundo romano de entonces ofrece la impresión de majestad, de orden y de
poderío, que se desprende de su magnífico sistema político, pero también
encontramos una incesante y progresiva deteriorización de la humanidad.
211 Cfr. LG, 5; CIC, 768.
95
Roma era, en aquel momento, más fuerte que ningún otro de los imperios. Augusto
podía presumir de haber hecho con el Imperio lo que con Roma: dejaba de mármol
la ciudad que encontró de ladrillo (Suetonio).
Los mejores comprendían que el peligro no venía tanto de los bárbaros, cuanto de
aquel gusano que roía ya el alma del Imperio. San Jerónimo haría años más tarde el
diagnóstico perfecto: lo que hace tan fuertes a los bárbaros son nuestros vicios .
La crisis más visible era la moral , pues la corrupción se exhibía sin el menor
recato 212 . A un clima de lujo se sumaba una vida de ociosidad. La mañana del
romano rico consistía en visitas, gimnasio, masajes... La comida era la hora del gran
derroche de lujo. La búsqueda de exquisiteces no tenía freno. Todo ello contrastaba
con la pobreza de los pobres y el abuso de esclavos.
La economía basada en la esclavitud, suponía un retroceso porque feminizaba a
los amos y los hacía incapaces para trabajar. Aumentaba el número de trabajadores
improductivos. El esclavismo era no sólo una brutal injusticia, sino también un
enorme error económico. No sólo desplazó al campesinado libre, sino que no lo
sustituyó por nada. ¿Quién se preocupaba por mejorar los medios de producción
cuando los esclavos la hacían tan barata?
Pero el esclavismo era un sistema que sólo podía alimentarse con la guerra 213 . Sólo
había dos maneras de sostener la economía: los impuestos y el pillaje de las
provincias conquistadas. Ambos hacían crecer el odio que carcomía los cimientos
del Imperio, que se convertía así en la realización perfecta de la estatua bíblica con
cabeza de oro y pies de barro.
Tito Livio describía así la situación de la época : Hemos llegado a un punto en el que
ya no podemos soportar ni nuestros vicios, ni los remedios que de ellos nos
curarían .
La capital del Imperio rebosaba de magos, astrólogos y todo tipo de farsantes
charlatanes. La fe de las masas se centraba en lo astrológico y en ritos ocultistas de
magos. Pensaban que la vida era conducida por las estrellas. Había una enorme
sed de maravillosismo. Era comprensible que todo este estado de cosas creara en
los romanos un gran vacío espiritual y que por todas partes se soñase un cambio en
el mundo.
En su Egloga IV, Virgilio escribió unos versos anunciando el nacimiento de un niño
milagroso con el que llegaría al mundo una edad de oro. En la Capilla Sixtina se
pintó, por eso, a la Sibila de Cumas, como anunciadora de este Mesías esperado.
Hoy, no se reconoce a este poema su carácter religioso, pero sí se le ve como
expresión de la tensa espera en la que vivían los mejores espíritus.
212 Cf. José Luis Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret , I , Sígueme, Salamanca 1998,
27.
213 En la tercera guerra de los romanos contra Macedonia –setenta años del nacimiento de Cristo-,
fueron saqueadas en Epiro 70 ciudades y, en un solo día, 150.000 de sus habitantes fueron hechos
esclavos. Había quienes tenían 400 esclavos.
96
A los ojos de las autoridades del Imperio, durante los primeros años de expansión
misionera, los cristianos no eran un grupo diferente del judaísmo. Vivían al amparo
de los privilegios que gozaban los judíos como miembros de una religio licita . Tan
sólo a raíz de la persecución de Nerón en el año 64 las autoridades imperiales
empiezan a considerar a los cristianos como miembros de un grupo
desestabilizador , diferenciados de alguna manera de los judíos. Es posible que esta
visión sólo fuera propia de Roma. La persecución contra los cristianos propiamente
dicha tendrá lugar a fines del siglo I, cuando Domiciano imponga la obligación de
dar culto al emperador . Con todo, a medida que las comunidades se ven
acrecentadas por personas no judías, empiezan a carecer del estatus judaico 214 .
Marco social y religioso de la expansión
El imperio romano, consolidado en el mundo mediterráneo, fue el cauce previsto por
Dios para la expansión de la Iglesia. Ayudaron el orden y la ley impuestas por
Roma, la cultura grecorromana, las vías seguras de comunicación terrestres y
marítimas.
Los dioses griegos se habían romanizado; además, se daba culto a divinidades
locales y familiares. Con todo, la religión tradicional de los griegos y romanos había
ido perdiendo vigor.
Simultáneamente jugó gran importancia social y política el culto al emperador, que,
si bien había nacido en Oriente, quizá en Egipto, se fue imponiendo por todas partes
desde tiempos de Augusto “el divino”. Con este culto quedaba garantizado el
sometimiento y la unidad en el Imperio.
El cristianismo Se inicia en Judea. Modifica a la sociedad oriental y occidental, va a
cambiar todo. Nerón era un propagandista del cristianismo pues lo dio a conocer por
las muertes públicas y las torturas que mandó hacer. El cristianismo fue tolerado en
Roma, y después de Nerón fue perseguido. En Judea había aproximadamente 2
millones de personas en tiempo de Pompeyo; de ellos el 30% eran hebreos. Cuando
llega Pompeyo, los judíos habían tenido 70 años de independencia con un
macabeo. El imperio no les hizo el menor caso pero luego esa independencia quiso
copiarse en otros lugares de Asia Menor, por eso Pompeyo arrasó con ellos. Mató
más de 35000 personas en Jerusalén. Pompeyo impuso una especie de provincia
romana.
Con Herodes el Grande se independiza Jerusalén. Augusto los hace depender de
Siria (otra provincia romana). Cuando Cristo nace, Judea dependía de Siria.
En las memorias de Tiberio dice que en Jerusalén hay un hechicero que hace
milagros. Es un testimonio fuera del contexto religioso. Tito Flavio hace que el
cristianismo se disperse.
Cfr. Juan Chapa. Historia de los hombres y acciones de Dios , Rialp, p. 210.
214
97
Las nuevas circunstancias. En el terreno político la situación que se vive en
Palestina va a tener consecuencias decisivas. Después de la muerte del rey
Herodes Agripa I en el año 44, Palestina pasa de nuevo a ser provincia romana. Las
revueltas se suceden constantemente y en el 66 se convierten en abierta revolución.
Nerón envía a Vespasiano y sus legiones . Durante el avance, en el año 68, muere
Nerón y tras él, Galba, Otón y Vitelo. Vespasiano es finalmente nombrado
emperador y encarga a su hijo Tito que continúe la campaña . En el año 70, después
de varios meses de asedio, Jerusalén es conquistada y el Templo destruido. Tito
vuelve victorioso a Roma, donde un arco conmemorativo dejó constancia de cómo
se llevó los tesoros del Templo.
Este hecho tuvo gran importancia para el judaísmo y para el cristianismo. Los
saduceos, que eran colaboradores de los romanos, desaparecieron. Los fariseos se
reorganizaron en una ciudad de la costa, Jamnia, y centraron su atención en el
estudio de la Ley, salvando la herencia del judaísmo.
Los esenios se unieron a otros grupos; algunos van a Masada que será destruida el
73. Los celotas se quedan en el desierto, activos 215 .
Los cristianos, según Eusebio de Cesarea, se refugian en Pella (Transjordania)
antes del sitio de la ciudad. A nivel interno de la Iglesia, a partir de los años 60, se
va produciendo una nueva situación. Van desapareciendo aquellos Apóstoles,
testigos de Jesús. Muchos de ellos murieron mártires. Se hace preciso encontrar
medios para que no se desvirtúe el mensaje de Jesús y sobre Jesús, el Evangelio.
Las relaciones con los judíos y con las autoridades se van haciendo más tensas.
Estas circunstancias dieron paso a la “época subapostlica”. La década de los
sesenta desembocará en una consolidación de la recta doctrina y del ministerio
como elementos esenciales de la Iglesia.
Desarrollo de las comunidades
Tras la destrucción de la Ciudad Santa el liderazgo de la Iglesia pasa a Roma, sede
de Pedro. El Señor resucitado es el fundamento de una nueva comunidad y la
norma de su comportamiento. Más tarde, con Ignacio de Antioquía, aparecerá bien
definida la estructura jerárquica de la comunidad. En este mismo ambiente de Siria
nacen también otros escritos como la Didaché.
En Asia Menor eran muchas las comunidades vinculadas al apóstol Pablo. Los
sucesos de Jerusalén no parecen afectarles dado también su carácter más
universalista. San Pedro guió la expansión misionera con lo que se subraya su
papel.
215 Durante el reinado de Trajano (98-117) se produjeron revueltas fuera de Palestina. Durante el
reinado de Adriano (117-138), en el año 132, estalló la segunda gran rebelión en territorio palestino,
pero fue aplastada tras sangrientas luchas en 135. La región quedó completamente devastada. En
lugar de Jerusalén se fundó Aelia Capitolina, habitada por paganos y excluida para los judíos bajo
pena de muerte (Cfr. Chapa, p. 211).
98
Es muy probable que en Egipto, Etiopía e Hispania fueran desarrollándose otras
comunidades cristianas.
Los primeros cristianos en un mundo que no los comprende
Jean Comby
“La historia hace revivir el pasado a partir de las huellas que nos ha dejado”, dice el
historiador francés Jean Comby.
La discreción que rodea el culto en los primeros siglos en Roma, deja sospechar lo
peor. El cristianismo viene de Oriente. Los cristianos son algo así como unos
inmigrantes cuyas costumbres no acaban de comprenderse.
Plinio el joven da unos datos preciosos sobre la vida de una antiquísima comunidad
cristiana. Plinio public su correspondencia. En ella dice: “Afirmaban que todo su
delito o su error se limitaba a reunirse habitualmente un día fijo, antes del amanecer,
para cantar entre ellos, alternativamente, un himno a Cristo como a un dios, y a
comprometerse por juramento, no ya a perpetrar algún crimen, sino a no cometer ni
robos ni actos de bandidaje ni adulterios, a no faltar a la palabra dada, a no negar
un depósito cuando alguien se lo reclamase. Luego tenían la costumbre de
separarse y reunirse de nuevo para comer (). Es un montn de gente de toda
edad, de toda condición, de ambos sexos, que han sido traídos o lo serán ante los
jueces. Y no son sólo las ciudades, sino también los pueblos y las aldeas las que
están invadidas por el contagio de esta supersticin” (Correspondencia X, 96).
Es difícil decir cuál es el fundamento legal de los procesos contra los cristianos
durante los dos primeros siglos. En el imperio se distinguían las religiones lícitas y
las ilícitas. El judaísmo estaba autorizado. Cuando se distinguió de él, el cristianismo
entró en la categoría de religiones ilícitas. Sin embargo, los romanos practicaban en
este terreno una gran tolerancia. Hasta el siglo III, el culto imperial no fue obligatorio
para el conjunto de los habitantes del imperio. Nerón no parece haber establecido
una legislación particular contra los cristianos, pero su actitud creaba un precedente.
Lo más probable es que los cristianos cayeran bajo el golpe de leyes existentes
sobre el orden público. Los gobernadores las interpretaban a su antojo. Cuando
estallaba un motín, las autoridades decían que la responsabilidad era de los
cristianos, y los hacían víctimas para los juegos del anfiteatro.
En el año 285 Dioclesiano tomó el poder y emprendió la restauración completa de la
administración imperial. Dividió el imperio en cuatro partes. Puso dos emperadores
en Oriente y dos en Occidente. Era la tetrarquía. Las 96 provincias estaban
agrupadas en 12 diócesis. Había que financiar una gran armada, para ello subió los
impuestos. El culto al soberano alcanzó su apogeo Esta restauración tomó una
doble forma, política y religiosa. Los disidentes religiosos fueron perseguidos,
primero los maniqueos (año 292) y luego los cristianos.
99
¿Cuántos fueron los mártires en ese periodo? Se calcula que cerca de tres mil. El
número de cristianos alcanzaba ya por entonces casi el 50% de la población.
Tertuliano, natural de Cartago, fue un abogado cuya obra fue la más importante de
la literatura cristiana latina después de la de San Agustín. Escribe: “Somos de ayer y
ya hemos llenado la tierra y todo lo que es vuestro: las ciudades, las islas, las plazas
fuertes, los municipios, las aldeas, los mismos campos, las decurias, los palacios, el
senado, el foro, tan slo os hemos dejado los templos!” ( Apologética, 3, 39, escrita
por el año 200).
A partir del año 306, el sistema político de Dioclesiano toma un nuevo giro. En vez
de cuatro, pronto hubo siete emperadores en lucha los unos contra los otros.
Constantino, el hijo de Constancio Cloro y de Elena, elimina uno tras otro a sus
competidores en occidente. El año 312, en el Puente Silvio sobre el río Tíber, su
victoria sobre Majencio pone término a la guerra civil. Posteriormente Lactancia y
Eusebio explicaron esta victoria por una intervención milagrosa. Constantino habría
visto en el cielo una cruz luminosa con estas palabras: “Con esta seal vencerás”.
Convertido, hizo inscribir en el lábaro (bandera imperial) el monograma de Cristo.
Licino, el nuevo amo de Oriente, impuso la paz religiosa. El año 313, los dos
emperadores, Constantino y Licinio, se pusieron de acuerdo para una política
religiosa común en una carta al gobernador de Bitinia: es lo que se llama el “edicto
de Milán”. La carta reconocía plena libertad de culto a todos los ciudadanos del
imperio de cualquier religión que fueran 216 .
Dinastía Julio Claudia: 63a.C.-68 d.C.
Julio César 217
Octavio Augusto 30 a.C.-14 a.C.
Los Julios Claudios son:
Tiberio (14a.C.-37d.C.)
Gayo César “Calígula” (37-41) 218
Claudio I (41-54)
Nerón (54-68) 219
La época Julio -Claudia corresponde a 4 emperadores 220 . Es una época de gran
movilidad social. Un liberto o un comerciante podían acceder a la cú spide de la
sociedad romana, en sustitución de la antigua nobilitas romana. En su época, los
senadores vivían aterrorizados, buscando dar gusto al cambiante humor de su
emperador. Sin embargo, a pesar de que Tiberio predicaba la moderación, casi
todos los senadores acostumbraban vivir por encima de sus posibilidades
económicas. Tenían residencias y jardines en Roma y villas de campo en
Cfr. Jean Comby , Para leer la Historia de la Iglesia. De los orígenes al siglo XV, Verbo Divino,
Navarra 2003, pp. 35-50.
217 A su muerte el pueblo lo divinizó, por ello Augusto decía ser hijo adoptivo de un dios.
218 Quería ser como Alejandro Magno. Era megalómano.
219 Tenía en su poder los candelabros de 7 brazos y las trompetas de plata del Templo de Jerusalén.
220 Las principales fuentes son Tácito y Suetonio.
216
100
Campania, además de esclavos especialistas. Al año se pagaban 50 millones de
sestercios por importaciones de Oriente, según Plinio el Viejo 221 .
A Tiberio le gustaba irse a la isla Capri, en las costas de Campania, y dejaba a
Sejano a cargo del Imperio, pero Tiberio decide acabar con su colaborador por
sospechas de complot. Tiberio muere sin resolver la incógnita sucesoria.
Uno de los problemas fundamentales del Imperio Romano entre los siglos I y III fue
la lucha por la supremacía entre el emperador y el senado. Fue necesario mantener
un equilibrio entre la soberanía autocrática del emperador y la orientación
“republicana” del senado 222 .
Tema 13 Y 16 Formación de comunidades cristianas fuera de
Jerusalén.
Que las alumnas lean el tema por cuenta propia o vean el Power point
Rebeca Reynaud
6 I 2011
La Iglesia de Antioquía
Aunque Jerusalén es la Iglesia madre, Antioquía se convierte en el centro desde el
que se desarrolla la gran expansión misionera por todo el mundo. Su posición
geográfica, su importancia en el imperio romano (era la tercera ciudad del Imperio,
después de Roma y de Alejandría) y su carácter más cosmopolita contribuyeron a
ello.
Es en Antioquía de Siria donde los discípulos de Cristo comienzan a llamarse
“cristianos” (Hch 11,26), literalmente “del grupo del Unigido” o “mesianistas”,
“seguidores de Cristo”. Pero “Cristo” aquí no se entiende como un título aplicado a
Jesús, sino como nombre propio 223 .
No se sabe mucho de la Iglesia de Antioquía. Comenzaron allí unos
discípulos de Chipre y de Cirene (Hch 11, 19ss), como consecuencia de la
persecucin a los “helenistas”. Bernabé, un levita chipriota, es enviado como
representante de la Iglesia madre. Será también quien integre a Pablo en esa
comunidad. Aquí la misin con los “griegos” –gentiles- obtiene excelentes frutos.
La comunidad de Antioquía ya no vive unida al Templo ni a las autoridades
judías. En ella hay numerosos gentiles que no han pasado por la circuncisión . Se
inicia un estilo distinto de vida que pronto llama la atención de algunos de Jerusalén.
Naturalis Historia VI, 101.
222 Cf. GER XX, p. 405s.
223
Cfr. Juan Chapa, Historia de los hombres y acciones de Dios , p. 192.
221
101
En Antioquía el mensaje de Jesús recibe su primera expresión en griego y el
cristianismo adquiere dimensión de religión universal despegada del judaísmo.
Los nombres habituales en que se llamaban entre ellos eran: discípulos 224 ,
creyentes 225 , fieles 226 , santos 227 , llamados, elegidos 228 , hermanos. Los judíos los
llaman nazarenos 229 o secta 230 .
El nombre de cristianos aparece cuando la Iglesia inicia una nueva y decisiva
etapa con la admisión de judíos y gentiles con igualdad de derechos 231 .
L a presencia judía en Roma era importante desde el siglo I a.C. (habría unos
50,000 judíos). De Roma, expulsados por Claudio (año 49), llegan a Corinto, Aquila
y Priscila (Hch 18,1-3), probablemente convertidos al cristianismo en Roma, y
colaboran con Pablo.
Primeros Cristianos
Los primeros cristianos estaban inmersos en el mundo donde el trabajo era
tenido como algo peyorativo; el trabajo era lo que determinaba la vida del esclavo,
se impuso la distinción entre trabajo servil y trabajo liberal, identificando en el
primero el trabajo propiamente dicho, y en el segundo tosa esa gama de actividades
que, además de la cultura, comprende las aficiones y las artes 232 .
Al proyectarse el mensaje cristiano sobre esa estructura laboral, el trabajo
adquiere una dimensión nueva en Cristo. El trabajo tenía para los primeros
cristianos un valor de signo distintivo entre el verdadero creyente y el falso
hermano 233 , así como una manera delicada de vivir la caridad para no ser gravosos
a ningún hermano 234 .
En el contexto pagano de la Antigüedad gran número de seres humanos eran
esclavos, y los otros, se sentían sometidos a la servidumbre del destino. El mens aje
cristiano crea un clima de libertad jubilosa entre sus primeros conversos. Frente a
los que quieren disgregar el rebaño de Cristo, Ignacio antioqueno amonesta a los
cristianos para que se mantengan inseparables de JC.
Entre los primeros cristianos ha y una clara concepción de la vida espiritual
como un combate, que tendrá aire deportivo y espíritu castrense 235 . Los primeros
Rom 8,33, Col 3,21.
229 Act 24,5.
230 Act 28,22.
231 Cf. Carlos de Villapadierna, Cristianos, Primeros , en GER 6, 1989, p. 710
232 J. Mullor, La nueva Cristiandad , p. 215.
233 Didajé, 12, 1-5.
234 1 Thes, 5,11.
235 1 Cor 9,24; 2 Tim 2,3.
224 Act. 6, 1 ss.
225 Act 5, 14; 21,20.
226 Eph 1,1.
227 Act 26,10, Rom 8,27.
228
102
cristianos vivieron una fe sólida, sin aceptación de dudas 236 . Para obtenerla es
necesaria la purificación del corazón 237 . La Eucaristía, centro de la vida eclesial 238 ,
se celebraba en las casas particulares o en los lugares donde se guardaban los
restos de los mártires 239 .
A finales del siglo primero el pequeño fuego que era el cristianismo se había
convertido en un incendio. ¿Cómo fue eso? Resumiendo, podríamos decir que
apoyándose en la red del Imperio y en las numerosas comunidades judías de la
diáspora, el cristianismo compitió con las religiones del Imperio y las venció .
La Figura de Pedro
El Apóstol Pedro, quien fundó la Iglesia entre los judíos y gentiles tuvo que soportar
la persecución del rey judío Herodes Agripa (sobrino de Herodes el Grande), que lo
encarceló y tenía intención de asesinarlo después de la fiesta de Pascua con el fin
de complacer a los judíos. El Apóstol fue echado en la más firme celda de la prisión
interna, donde 16 guerreros lo estaban guardando: dos de ellos fueron encadenados
al Apóstol, mientras que otros custodiaban un triple portón.
En la víspera de la ejecución, después de la Pascua, los cristianos se reunieron por
la noche para la fervorosa oración por Pedro en la casa de la madre del Evangelista
Marcos. De repente apareció el ángel del Señor, y una luz sobrenatural alumbró la
prisión, mientras que el Apóstol Pedro dormía profundamente. El ángel, golpeando a
Pedro en el costado, le despertó, diciendo: " Levántate pronto." Y se cayeron las
cadenas de sus manos. Y el ángel añadió: " Envuélvete en tu manto y sígueme."
Pedro salió en pos de él. Llegaron a la puerta de hierro que se abrió por si misma y
salieron a una calle, desapareciendo luego el ángel. Entonces Pedro, vuelto en si,
dijo: " Ahora me doy cuenta de que realmente el Señor ha enviado su ángel y me ha
arrancado de las manos de Herodes y a toda la expectación del pueblo judío" (es
decir, del espectáculo de su ejecución). Reflexionando, se fue a la casa de María, la
madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde estaban muchos reunidos orando.
Golpeó a la puerta del vestíbulo, y salió una sierva llamada Rode, que luego que
conoció la voz de Pedro, fuera de si de alegría, sin abrir la puerta, corrió a anunciar
que Pedro estaba ante el vestíbulo. Pero ellos, sabiendo que la guardia se
encontraba muy reforzada, no le creyeron, diciendo: " Estás loca." Pero ella insistía
que era así. Mientras tanto Pedro seguía golpeando, y cuando le abrieron y le
conocieron, quedaron estupefactos. Haciéndoles señal con la mano de que
callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Este acontecimiento
tuvo lugar en el año 44.
Los sucesos de Cesarea y Antioquía, así como el debate en el Concilio de
Jerusalén, revelan claramente la actitud de Pedro hacia los conversos del
paganismo. Lo mismo que los otros once Apóstoles originales, él se consideraba
llamado a predicar la Fe en Jesús primero entre los Judíos (Hechos, x, 42), de
manera que el pueblos elegido por Dios pudiera compartir la salvación en Cristo,
236 Didajé, 4.4.
237
D. Ramos Lissón, Cristianos, P ., GER 6, p. 712.
Pastor de Hermas, Mandatum 9,7.
238 Didajé, 9,4.
239
103
prometida primariamente a ellos y surgiendo de su seno. La visión en Joppe y la
efusión del Espíritu Santo sobre Cornelio, el pagano convertido y su gente,
determinaron que Pedro los admitiese de inmediato en la comunidad de los
creyentes sin imponerles la ley Judía. En sus viajes apostólicos fuera de Palestina,
él reconoció en la práctica la igualdad entre los conversos judíos y los gentiles, tal
como lo prueba su proceder original en Antioquía.
Es un hecho histórico indisputablemente establecido que San Pedro trabajó en
Roma durante la última parte de su vida y fue mártir. La memoria de San Pedro está
íntimamente relacionada con la Catacumba de Santa Priscilla en la Vía Salaria.
Según la tradición corriente en la tardía antigüedad Cristiana, en este lugar San
Pedro instruía a los fieles y administraba el bautismo 240 .
San Juan evangelista
San Ireneo, Padre de la Iglesia, discípulo de San Policarpo, quién a su vez fue
discípulo de San Juan, es una segura fuente de información sobre el Apóstol. San
Ireneo afirma que este se estableció en Éfeso después del martirio de San Pedro y
San Pablo, pero es imposible determinar la época precisa.
De acuerdo con la Tradición, durante el reinado de Domiciano, San Juan fue llevado
a Roma, donde quedó milagrosamente frustrado un intento para quitarle la vida. La
misma tradición afirma que posteriormente fue desterrado a la isla de Patmos,
donde recibió las revelaciones celestiales que escribió en su libro del Apocalipsis.
El emperador Dominiciano quiso matar al apóstol San Juan y lo hizo echar en una
olla de aceite hirviente, pero él salió de allá más joven y más sano de lo que había
entrado, entonces fue desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el
Apocalipsis.
Después volvió otra vez a Éfeso donde escribió el Evangelio según San Juan, que
es el libro que lo ha hecho tan famoso. Este libro tiene un estilo elevadísimo e
impresionantemente hermoso. Agrada mucho a las almas místicas, y ha convertido
a muchísimos con su lectura.
A San Juan Evangelista lo pintan con un águila al lado, porque es el escritor de la
Biblia que se ha elevado a más grandes alturas de espiritualidad con sus escritos.
Ningún otro libro tiene tan elevados pensamientos como en su evangelio.
Dice San Jerónimo que cuando San Juan era ya muy anciano se hacía llevar a las
reuniones de los cristianos y lo único que les decía siempre era esto: "hermanos,
ámense los unos a otros". Una vez le preguntaron por qué repetía siempre lo
mismo, y respondió: "es que ese es el mandato de Jesús, y si lo cumplimos, todo lo
demás vendrá por añadidura".
San Epifanio dice que San Juan murió hacia el año cien, a los 94 años de edad.
Poco antes había ido a un monte tenebroso a convertir a un discípulo suyo que se
había vuelto guerrillero.
240 Cfr. Aciprensa. Enciclopedia Católica.
104
Primeros mártires cristianos
Desde el año 64 hasta el 313 hubo persecuciones. Había años sangrientos y años
de calma. El relato de estas persecuciones constituye una de las páginas más
grandiosas de la historia del Cristianismo. Estos héroes de los primeros tiempos
dieron a su creencia el sello de la oblación voluntaria, sin la cual ninguna verdad
triunfa en la tierra, y ofrecieron a las futuras generaciones unos modelos vigentes.
La mitad al menos de los nombres venerados en el Ciclo Santoral del año litúrgico
pertenece todavía hoy a este periodo.
¿Por qué la opinión pública estaba en contra de los cristianos? Indudablemente la
impulsaron muchos elementos. Por un lado, se les acusaba de ateos. La austeridad
que mostraban y la condena a las distracciones inmorales, no eran del gusto
general. Además, se sumaba el desprecio que el vulgo siente por cuanto es humilde
y pobre, y no está avalado por la fortuna. (Cfr. Daniel Rops, La Iglesia de los
Apóstoles y de los Mártires , Ed. Palabra, Arcaduz, Madrid 1992.).
Los ritos cristianos, muy mal conocidos e interpretados con bajeza, se prestaron a
los peores equívocos. Sabido es también que la opinión pública gusta de tener
responsables cada vez que se produce una calamidad, cosa que Nerón entendió
perfectamente.
Las comunidades cristianas consideraban los dramas en que perecían tantos de los
suyos, no sólo como calamidades, sino como esplendorosas manifestaciones de fe,
y por ello, en el corazón mismo de la tempestad, querían comunicar el relato a sus
hermanos. Por eso se hicieron relaciones, a menudo detalladas, de los “combates”
que habían librado y de los “triunfos” obtenidos.
Conocemos varios de estos informes, como el de la pasión de San Policarpo o el de
los mártires de Lyón 241 .
La expansión del cristianismo, según J. Orlandis
El nacimiento de Jesucristo y el comienzo de la era cristiana tuvieron lugar cuando
gobernaba Roma Octavio Augusto , fundador del Imperio romano.
A pesar de su actitud de hostilidad hacia el cristianismo, el imperio ofreció dos
ventajas a la expansión de la Iglesia: en primer lugar la paz interior, y en segundo
lugar la facilidad de comunicaciones. Las calzadas romanas que llegaban hasta los
más remotos confines del imperio, y las naves comerciales que cruzaban las aguas
del Mediterráneo fueron los vehículos de la difusión de la novedad cristiana. Otro
factor benéfico para la expansión del cristianismo fue la afinidad lingüística que, en
Cfr. Daniel Rops, La Iglesia de los Apóstoles y de los Mártires , Ed. Palabra, Arcaduz, Madrid 1992.
241
105
la parte oriental del imperio, hacía del griego la lengua universal, tanto en el ámbito
de la cultura como del comercio. El griego fue la lengua oficial de la Iglesia hasta el
siglo III, y el latín se fue imponiendo a mediados del siglo III.
En el mundo pagano, la religión tradicional había hecho crisis; la búsqueda del Dios
trascendente anunciado por los filósofos de la antigüedad predisponía a muchos
espíritus a favor del cristianismo.
Frente a estos factores positivos, existían serios obstáculos que hacían ardua la
conversión al cristianismo.
En el mundo pagano, los mayores inconvenientes recaían sobre los individuos
pertenecientes a los estratos superiores, pues debían abstenerse de
manifestaciones religiosas estrechamente ligadas a la vida pública, y consideradas
como exponente de fidelidad cívica a Roma y al emperador. La inmensa mayoría de
los pequeños acontecimientos que jalonaron la difusión del cristianismo no han sido
recogidos por la historia, pero sabemos que hubo una silenciosa acción misional de
los primeros cristianos, y los Apóstoles fueron los grandes propulsores de la
expansión cristiana.
A lo largo de los siglos II y III en el corazón de la era de las persecuciones, se puede
advertir una progresiva intensificación de la penetración del cristianismo en el
mundo antiguo. En el Oriente romano hallamos dos focos de cristianización: Siria y
Asia Menor. La capital de Siria era Antioquia. En Egipto, desde principios del siglo III
se advierte un florecimiento en Alejandría.
En la parte occidental del imperio, el cristianismo arraigó prontamente en la Urbe
romana. Otro gran foco cristiano de Occidente fue el África latina, cuyo centro era la
ciudad de Cartago. El esplendor del cristianismo africano en el siglo III está unido a
la figura del obispo mártir de Cartago, San Cipriano.
El cristianismo llegó a las Galias, la Germania romana y a España. Las regiones
más cristianizadas parecen ser aquellas donde la romanización era más intensa.
La Iglesia nació y vivió durante los tres primeros siglos dentro del ámbito del imperio
pagano. Este período será recordado como la era de los mártires 242 .
Tema 14 San Pablo y la predicación a los gentiles
Rebeca Reynaud 2 II 06.
San Pablo
San Pablo fue un instrumento cuidadosamente formado y escogido para la
misión divina. Era de la tribu de Benjamín (de donde su nombre Saulo). Su
242 Cfr. José Orlandis, Historia de la Iglesia, 1. La Iglesia Antigua y Medieval, Ediciones Palabra,
Colección Pelícano, Madrid 1998.
106
preocupación es la salvación prometida a Israel. Tuvo una esmerada educación
helenística en Tarso; era ciudadano romano por nacimiento, esto supone que su
padre consiguiera la ciudadanía con la posibilidad de transmitirla. Esto explica su
apertura mental, unida a fidelidad religiosa.
A los primeros cristianos se les llama “nazarenos”. San Pablo era inteligente
y, antes de convertirse, se da cuenta de la importancia de la predicación de los
nazarenos, quienes afirmaban ser el verdadero Israel pero admitían a samaritanos y
pecadores; eso le pareció grave.
Afirmar que Jesús era el Mesías era decir que la Ley estaba equivocada,
porque la Ley decía que era maldito el que colgaba de la cruz. Afirmar que el
Templo era transitorio y que Jesús era más importante que el templo iba contra lo
más sagrado. Quizás Pablo pudo darse cuenta de esto cuando estuvo presente en
la lapidación de Esteban.
San Pablo se da cuenta de la gravedad de esas afirmaciones; pero Dios tiene
a bien revelarle a su Hijo. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra su
conversión, camino a Damasco. Lo importante es la misión que Dios le asigna. Es
derrivado del caballo y de sus convicciones . Ve que si Jesús es el Mesías, la Ley,
efectivamente, se ha equivocado. Comprende que el nuevo grupo es el nuevo Israel.
Entiende que las promesas divinas no se refieren a la exaltación política de Israel,
sino a la liberación del pecado. San Pablo irá profundizando en la comprensión de
este mensaje cuando se retira a Arabia, y a través de su experiencia, al ver la
eficacia de su predicación, y a través de nuevas revelaciones que Dios le concede.
Después de la Pascua y de Pentecostés, la primera comunidad cristiana
apenas si se iba dando cuenta de lo profundo de la revolución que había tenido
lugar . Para ellos, la salvación mesiánica ocurriría en el día de la deslumbrante
aparición de Jesús, sobre las nubes del cielo, o sea “la parusía”, que consideraban
inminente. Los primeros cristianos, más que considerarse fundadores de una
religión nueva, se consideraban más bien como el nuevo Israel , el núcleo de la
comunidad judía ideal. Nuevo Israel que sólo se distingue del antiguo en que
reconoce al Mesías.
Los paganos se enteran casi por casualidad del advenimiento de este Reino,
se entusiasman y se muestran dispuestos a recibirlo. Muchos judíos creen que para
que los paganos puedan convertirse, antes han de ser del pueblo elegido, pues
¿cómo hacerles comprender la redención, el pecado y la alianza sin iniciarlos
previamente en la organización de la vida judía, es decir, sin convertirlos antes en
judíos?
San Pablo , con la lucidez de su genio, fue el primero en darse cuenta de la
gravedad de esta tesis. Comprendió que si Jesús había muerto, ya no había porqué
esperar de él la restauración del judaísmo.
107
IMPORTANTE : Concilio de Jerusalén: año 49/50 (Hechos 15.1-35y Gálatas 2.1-
10)
San Lucas relata el desarrollo del Concilio de Jerusalén, al que se le llama “primer
concilio ecuménico”, que trata si deben observar o no los ritos judíos .
Antecedente : La comunidad de Antioquía ya no vive unida al Templo ni a las
autoridades judías. En ella hay numerosos gentiles que no han pasado por la
circuncisión. Se inicia un estilo distinto de vida que pronto llama la atención de
algunos de Jerusalén. Para resolverlos se convoca la asamblea de Jerusalén (Hch
15, 1-35 y Gal 2, 11-14). Pablo interviene decididamente: proclama la novedad
radical de la fe cristiana frente al judaísmo: sólo la adhesión a Cristo nos hace
agradables a Dios. Si volviéramos ahora a la observancia de la Ley mosaica –viene
a decir-, daríamos a entender que el haberla abandonado, al abrazar la fe en Cristo,
nos ha hecho pecadores y que Cristo habría sido el causante (Ga 2,17). Pedro, con
una postura mediadora, actuaba en contra de sus convicciones por mantener la paz
con “algunos del grupo de Santiago”. Sin embargo, se le escapaban las
consecuencias de su comportamiento para aquella comunidad, como San Pablo le
hace ver.
San Pablo estuvo presente en el Concilio de Jerusalén hacia el año 49/50.
Algunos de los judío-cristianos quieren mantener la circuncisión como necesaria
para la salvación. La epístola a los Gálatas da una idea de la vivacidad de tono de
San Pablo sobre esta cuestión. Recurre a la autoridad de la Iglesia pues sabe que
sin su aprobación correría en vano (Gal 2, 2).
Para ciertos cristianos de origen judío la salvación por el Mesías era un
asunto esencialmente judío. No tenían inconveniente en extender ese beneficio a
los paganos, pero pensaban que antes debían integrarse al pueblo elegido . Los
judeocristianos decían a los fieles nuevos: “Si no se circuncidan conforme a la
tradicin de Moisés, no se pueden salvar”.
San Pablo, con la lucidez de su genio, fue el primero en darse cuenta de la
gravedad de esta tesis. Comprendió que si Jesús había muerto, ya no había por qué
esperar de él la obra meramente humana de la restauración del judaísmo. Si había
resucitado no era sólo el Mesías sino Hijo de Dios vivo. Su misión se situaba en un
mundo en donde ya no había judíos ni gentiles, sino hombres llamados al perdón
divino. Cristo no era la clave de bóveda subordinada al judaísmo, sino la piedra
angular de un edificio nuevo.
Aunque el mensaje de Jesús excedía al judaísmo y era autónomo, sólo se
comprendía a la luz del mismo. Era necesario un trabajo doble de adaptación que
fue resuelto por San Pablo por inspiración divina. Además, Pablo se esforzó por
presentar el mensaje cristiano en un lenguaje entendible para los paganos del
mundo grecolatino. El pagano entendía mejor la palabra “salvacin” que “redencin”,
“Seor” que “Mesías”, “inmortalidad” que “resurreccin”... Este esfuerzo fue
108
favorecido por las circunstancias. Sin la unidad política y cultural del mundo antiguo
no hubiera sido posible 243 .
Era necesario hacer una síntesis y Pablo la inició, pero fueron los escritos de San
Juan los que, a finales del siglo prim ero pusieron punto final a la Revelación. El
cuarto evangelio afirma la novedad radical de la nueva Alianza. Ambos se niegan a
disociar los dos Testamentos y revelan su articulación interna.
Las primeras cartas paulinas
Ciudades griegas:
Tesalónica: ciudad libre por privilegio de Augusto.
Filipos : Filipenses: buenos discípulos de Pablo
Corinto : capital de la provincia romana de Acaya. Era una ciudad disoluta. Se dice
que vivir libertinamente era “vivir a la corintia”.
Lengua y cosmovisión
Cada lengua expresa una cultura, un modo de pensar, un modo de ser. San Pablo
lo resume muy bien con estas palabras “los griegos buscan la sabiduría, los judíos
piden milagros” 244 .
El espíritu griego, es, en efecto, esencialmente lógico: el primer problema que se
plantea es conocer el origen o principio constitutivo (arjé) de una cosa; saber
equivale, pues, a definir. El hebreo es, en cambio, esencialmente dinámico: para él,
el mundo más que una realidad que hay que conocer es algo que hay que dominar ;
para el hebreo conocer es experimentar, actuar, porque la “verdad” no es algo que
se contempla, sino que se “hace”. Por eso, el rgano corporal por excelencia del
griego es el ojo: él nunca se cansa de mirar y explorar; mientras que el hebreo tiene
una preferencia clara por el oído, porque debe “escuchar” a Dios que le habla, sobre
todo, a través de la historia.
Además, una categoría cultural típica del modo de ser griego es la noción de
kosmos : contempla el universo como un todo, ordenado y armonioso, que hay que
conocer y sistematizar; en cambio, para el genio hebreo la categoría cultural de
referencia es el tiempo , concebido no como un círculo de instantes iguales que
vuelve continuamente sobre sí mismo, sino como una historia en la que Dios actúa
y, por eso, abierta a un futuro de salvación 245 . En otras palabras, el griego mira
hacia atrás, el hebreo en cambio hacia delante. En fin, si en la cultura griega se
acentúa el sujeto pensante, en la hebrea es el sujeto responsable; porque mientras
el griego reflexiona, el hebreo obedece .
Cf. C. Charlier, La lectura cristiana de la Biblia , Ed. Litúrgica Española, pp. 122-124.
244 1 Cor, 1,22.
245
Josemaría Monforte, Conocer la Biblia , p. 45-46.
243
109
Una comparación de ambas lenguas bíblicas, da luz para entender algunos rasgos
culturales que los exegetas han de tener presente a la hora de leer e interpretar las
Escrituras.
La inculturación helénica
A San Pablo se le debe la decisión trascendental de escribir en griego. Los
más antiguos escritos del Nuevo Testamento son dos epístolas suyas, la 1 y 2 a los
Tesalonicenses, redactadas alrededor del 51-52 d.C. Además, Pablo influyó sobre
dos de los evangelistas: Lucas y Marcos, moviéndolos a escribir en griego para
todos los pueblos. Al mismo tiempo, el Apóstol da comienzo a la cultura cristiana en
griego. Hace evolucionar el modo griego de expresarse hasta convertirlo en un
instrumento apto para transmitir la revelación de Cristo 246 .
San Pablo es, en general, un genio que asimila y saber convertir en palabras
y conceptos cristianos las nociones que proceden de los más diversos contextos
culturales . Así, por ejemplo, sabe extraer del helenismo conceptos como
“conciencia” (synéidesis), “ciencia” (gnosis), “manifestacin gloriosa” (epifáneia),
“amor a los hombres” (filantrópia)...
San Pablo dedicó particular atención a las ciudades importantes por sus
comunicaciones o su comercio, tal es el caso de Tesalónica; lo mismo se puede
decir de Corinto y de Éfeso, emplazadas en lugares estratégicos.
En el año 51 está en Corinto en el segundo de sus viajes. Allí escribe la Carta
a los tesalonicenses . Tenían éstos una duda: veía que los muertos no resucitaban.
San Pablo les explica que Dios llevará consigo a los que murieron en Jesús.
En el año 57 escribe su Carta a los Gálatas , desde Éfeso. Parece que los
cristianos de Galacia habían oído que era necesario circuncidarse y y cumplir la Ley
de Moisés. Reacciona con vehemencia; dice que la ley no puede salvar, que en
Jesús se es heredero de las promesas. Los que se incorporan a Jesucristo tienen
los frutos de Jesucristo.
Carta a los corintios : Corinto era una ciudad con gran influencia de la filosofía
griega: la sabiduría griega tenía una gran atracción. Él considera el peligro de que se
vea a los predicadores del Evangelio al mismo nivel que los filósofos ambulantes.
Surgen diversos bandos, entre los cristianos que piensan que la predicación
depende de la capacidad de persuasión. San Pablo explica que la sabiduría humana
no salva, quien salva es Jesucristo , que es superior a toda sabiduría. Esto no quiere
decir que la sabiduría sea mala, pero debe de llevar a Dios.
La Carta a los Romanos va dirigida a la comunidad de Roma, formada por
cristianos procedentes del judaísmo y cristianos procedentes de la gentilidad. En el
capítulo 3, San Pablo explica más ampliamente la función de la ley, que hacía al
246 Cfr. Claudio Basevi, La expansión de la Iglesia, en Juan Chapa (ed), Historia de los hombres..., p.
202.
110
hombre consciente de su pecado. Aclara que la ley es el pedagogo que conduce a
Cristo. La concupiscencia tiene una finalidad: hacer que el hombre reconozca su
debilidad y acuda a Cristo. En el capítulo 8 habla de que la creación fue sometida a
la vanidad en la esperanza de ser liberada. La tarea del cristiano es reorientar la
creación a la libertad de los hijos de Dios. Reorientar todo a Jesús lleva a la
verdadera liberación.
Carta a los colosenses (año 58-60 ó 61-63). Los cristianos de Colosas creían que
junto a Dios y a Jesucristo existían una serie de poderes que tenían sometidos a los
hombres. Había que serles propicios. San Pablo no refuta esos poderes, no discute
su existencia (de principados, potestades, astros, seres con poderes sobrenaturales
sobre el hombre pero que Cristo ha cancelado). Cristo ha destituido de poder a esos
seres.
Carta a los efesios : San Pablo amplía esas ideas. La salvación de Cristo actúa en la
historia mediante la Iglesia.
Carta a los hebreos : Cristo es superior a los sacrificios del templo.
Conclusión : en todas sus cartas San Pablo predica lo que encontró en el camino
de Damasco: que sólo Cristo salva. No salva el sacrificio que el hombre pueda
ofrecer a Dios (debe unirlo al de Jesús). Pablo no rechaza la debilidad de su carne,
que puede llevar a Dios.
Tema 15 Ver power point del Imperio Romano