NUESTRO PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD
Pesaroso el Sanedrín,
ante Herodes lo envió,
en un gesto ruin,
de su innoble corazón,
condenarle era su fin,
la meta su crucifixión,
pero él no podía decidir,
ni dar la autorización.
Por eso al tetrarca,
pidió su condenación,
rumiando su venganza,
y lleno de rencor.
Acudió al monarca,
que el romano venció,
y gobernaba las migajas,
que el Cesar le permitió.
Antes lo llevó a Pilato,
romano gobernador,
dúctil tirano,
que sus manos lavó,
dándole mal trato,
por su innegable temor,
a un Cesar lejano,
y poderoso emperador.
Los tiempos corrieron,
y en la actualidad,
en Huelva quisieron,
recordarlo en Hermandad.
Con plata en los costeros,
de un paso especial,
procesiona el Nazareno,
que de ella es Titular.
Cristo de la Humildad,
en el desprecio de Herodes,
con túnica talar,
acallando esas voces,
que da la Humanidad,
con sucesos atroces,
y Él vino a remediar,
con doloroso broche.
Parroquia del Polvorín,
templo de Jerusalén,
Dios habita en ti,
en recuerdo del ayer,
en Marzo o en Abril,
evoca el acontecer,
de que lo hicieron sufrir,
despreciándolo a la vez.
Antonio Rodríguez Mateo