CUATRO ESTACIONES
La vida son cuatro etapas
igual que las estaciones,
aunque alguna sea más larga
según las motivaciones.
Intentaré explicarlas,
sin hacer comparaciones,
porque la pena me embarga,
al hacer estas anotaciones.
La niñez es como la Primavera,
con su pujante verdor,
donde el alma sólo juega,
sin conocer la preocupación.
Se sueña con la quimera,
se vive en la ilusión,
pero cuando la pubertad llega,
la cosa suele ser peor.
La juventud es como el Verano,
donde el trigo madura
y se sigue siendo sano,
al principio de la singladura.
Se nota que los años,
adquieren otra envergadura
y según en qué casos,
nos enfrentamos con la amargura.
La madurez es nuestro Otoño,
donde las hojas se van secando,
han crecido los retoños
y se es bastante calvo.
Se modifica nuestro entorno,
ya que alguien se ha marchado,
sea al oscuro hoyo,
o porque se ha emancipado.
El Invierno es el final,
donde todo se termina,
se seca el manantial
y la espalda se nos inclina,
se huele a funeral
y se dobla esa esquina,
que no lleva a otro lugar
mas, que bajo minúscula colina.
Antonio Rodríguez Mateo