En el seno materno
P. Fernando Pascual
1-11-2023
Una ecografía nos muestra un
momento concreto de lo que fue nuestra vida en el seno materno.
Iniciamos con la concepción.
Luego, viajamos hacia el útero. Después, aceleramos en nuestro desarrollo,
hasta que un día nuestras madres se dieron cuenta de que llegaba un hijo.
A las pocas semanas, una
ecografía permitió ver en parte ese misterio de las fases iniciales de cada
vida humana.
Eran momentos delicados y
difíciles: muchos hijos no llegan a nacer. Otros llegan al parto con problemas
más o menos serios.
Para todos los que seguimos en
vida, esos momentos iniciales fueron decisivos, llenos de esperanzas y
protección.
La vida en el seno materno fue
una preparación al parto, pero fue también una aventura para nuestras madres,
por todo lo que iba ocurriendo en sus cuerpos durante los meses de embarazo.
Tenemos ante nuestros ojos una
nueva ecografía. Allí está el hijo, con una paz segura unida a un crecimiento
vertiginoso.
La imagen es solo eso: un
momento, una fase, de lo que ocurre en el seno materno.
Todo apunta a las siguientes
etapas, hasta ese día que luego celebramos, rodeados de cariño, en nuestro
cumpleaños.
Ahora vemos esta imagen. Una
madre la mira una y otra vez, mientras contempla a su primer, segundo, tercer o
cuarto hijo.
En casa todos participan de la
emoción del recién llegado, especialmente el padre. Un rayo de esperanza rodea
esa nueva existencia.
Desde el cielo, Dios, que nos
conocía incluso desde antes del seno materno (cf. Jer
1,5), goza con ese nuevo hijo suyo que ahora vive, escondido pero muy presente,
tan cerca del corazón de una madre...