Seres humanos y animales
P. Fernando Pascual
10-9-2023
¿Somos diferentes de los
animales? La pregunta parecería extraña para muchos y de fácil respuesta, pero
para otros abre un horizonte de posibilidades y reflexiones de gran importancia.
Si somos como los animales, la
responsabilidad humana queda diluida: nuestros múltiples comportamientos no
tendrían valor ético, como no tienen valor ético los actos de las hormigas o de
los tigres.
Si no somos como los animales,
se hace necesaria una reflexión que indique cuáles serían nuestras diferencias,
en qué estarían fundadas, y qué consecuencias tienen para las normas morales y
para la vida social.
Basta con ver cómo juzgamos el
comportamiento de un abusador o de un político corrupto para que tengamos que
reconocer que tenemos un modo de ser, una esencia, que es diferente de los
animales.
Ese modo de ser ha sido
explicado a través de algunas tesis fundamentales. Una de ellas, la afirmación
de que tenemos una inteligencia. Otra, la constatación de que estamos dotados
de una voluntad libre y, por lo tanto, responsable.
Inteligencia y voluntad libre,
a su vez, se explican solo si tenemos un alma espiritual, que supera las
condiciones y los límites de lo material y de lo biológico.
Sin embargo, no faltan voces
que afirman que somos animales, que pertenecemos a la naturaleza, que estamos
sometidos a las leyes que controlan todo lo físico y lo biológico. Tales voces
argumentan desde la filosofía, o desde la biología, o desde otras disciplinas.
Esas voces, sin embargo, no
suelen ser coherentes. Porque si consideramos que no existe diferencia entre
hombres y animales, ¿por qué se juzga a un plagiador como delincuente y no se
juzga a ninguna serpiente por destruir un nido de jilgueros?
Los seres humanos y los
animales, ciertamente, compartimos numerosas características. Incluso la
clásica definición del hombre como “animal racional” no oculta nuestra
condición biológica.
Pero tenemos algo que nos
diferencia de los animales de modo sorprendente y radical. Ese algo exige que
busquemos cómo comportarnos correctamente no solo respecto de los otros seres
humanos, sino también respecto de las plantas, los animales y el ambiente que
nos permiten vivir en esta tierra.