Entender lo que dice el otro
P. Fernando Pascual
20-3-2023
Uno de los retos mayores en
cualquier conversación entre dos o más personas consiste en entender de la
mejor manera posible lo que dice el otro.
Se trata de un reto porque continuamente
surgen pensamientos e ideas con las que creemos interpretar lo dicho por el
otro, cuando en realidad todavía no lo hemos escuchado con la suficiente
atención.
Cuando constatamos lo difícil
que es haber comprendido al otro, estamos en una buena disposición para
promover acciones concretas para asegurar una mejor escucha.
Un ejemplo de esa disposición
aparece en un famoso diálogo de Platón titulado Fedón. En ese diálogo (y
ocurre en otros textos platónicos), Sócrates escucha las objeciones de dos
personajes, Simias y Cebes, y antes de responder resume lo que defiende cada
uno.
A través de ese resumen en voz
alta, Sócrates puede luego preguntarles si realmente ha expuesto lo que ellos
piensan. Solo cuando tanto Simias como Cebes responden que el resumen es
correcto, Sócrates empieza a buscar una respuesta satisfactoria a sus
objeciones.
Lo que aparece en el Fedón
habría que aplicarlo a entrevistas, debates en el parlamento, discusiones
públicas o privadas, o incluso a las conversaciones en familia.
Muchos malentendidos empiezan
porque, de verdad, no hemos comprendido lo que el otro quiere decir. De esos
malentendidos surgen debates y reproches casi surrealistas, cuando el diálogo
podría fluir con más calma si se evitasen este tipo de incomprensiones.
Por eso, para llegar a
entender lo que dice el otro, a veces vale la pena detener el ritmo de una
conversación con una simple repetición-resumen de lo que creemos haber
comprendido, para luego dejar tiempo al otro para precisar sus ideas o para confirmar
si lo hemos entendido bien.
Luego, con la seguridad que da
el ver que estamos de acuerdo sobre lo que dice cada uno, será mucho más fácil
seguir el diálogo, con ese objetivo que hace hermosa cualquier conversación
humana: avanzar juntos hacia un mejor conocimiento de la verdad.