Recibir apoyo y dar apoyo
P. Fernando Pascual
13-3-2023
Muchas personas encuentran
consuelo cuando reciben apoyo, sobre todo en momentos difíciles de la vida.
Recibir apoyo es posible
cuando hay quienes dan apoyo. Así, se da una hermosa complementariedad entre
quien recibe y quien da.
Dar apoyo no resulta fácil,
sobre todo cuando uno mismo necesita tantas veces recibir ayuda.
Además, en un mundo de prisas,
con “necesidades” y “urgencias” que ocupan nuestra mente y nuestro corazón,
resulta difícil abrir los ojos y ver que otros piden urgentemente apoyo.
Por eso, necesitamos tener un
corazón abierto para percibir quién necesita una ayuda, aunque se trate de algo
tan sencillo como ser escuchado.
El que recibe apoyo, por su
parte, siente una llamada interior a dar gracias y a reconocer a quien le
ayuda, sobre todo si gracias al otro puede levantarse de una situación difícil.
Entonces puede empezar una
cascada de solidaridad. El que ha sido apoyado siente que aumentan sin energías
interiores, y así puede empezar a dar apoyos a otros.
Ciertamente, no siempre
encontramos el apoyo que necesitamos en determinados momentos de la vida, por
ejemplo cuando perdemos la salud, o el puesto de trabajo, o la armonía
familiar.
Por eso es tan urgente que
muchos hombres y mujeres despierten una sensibilidad interior para descubrir
quién necesita apoyo y para ofrecerlo, en la medida de lo posible, a otros.
En todo ello conviene recordar
el infinito apoyo que Dios nos ofrece continuamente, sobre todo desde que en la
historia humana el Hijo del Padre se hizo Hombre para darnos el apoyo decisivo
que vence el pecado y la muerte.
Apoyados por Dios y por tantos
hermanos buenos, y desde el apoyo que compartimos a los cercanos y los lejanos,
lograremos embellecer un poco el mundo en el que vivimos, al aliviar penas y al
compartir amor sincero...