El misterio del otro
P. Fernando Pascual
21-2-2023
Llega una persona. Recibimos
las primeras impresiones. Surgen las preguntas. ¿Será amable o esquiva? ¿Será
colaboradora o individualista? ¿Será honesta o traicionera?
De modo espontáneo, o con
reflexiones más o menos conscientes, empezamos a “clasificar” al otro, a
encuadrarlo en una serie de adjetivos que (así lo suponemos) nos ayudarían a
encontrar la mejor manera de tratarlo.
Sin embargo, nuestros
adjetivos en muchos casos se convierten en prejuicios infundados, en etiquetas
que no corresponden a la realidad, en obstáculos para tener un adecuado
conocimiento de esa persona.
En cada ser humano se esconden
características que escapan al primer vistazo o a las aproximaciones que, con
mayor o menor perspicacia, podamos haber establecido sobre él.
Porque en el otro hay siempre
un misterio que pocas veces llegamos a atisbar. En muchos casos, ese misterio
resulta inasequible, de tal forma que nuestros juicios no llegan nunca a
comprenderlo.
Si reconocemos ese misterio
del otro, evitaremos juicios apresurados sobre su modo de ser, sobre sus
cualidades y defectos, sobre lo que esperamos (o tememos) de sus acciones
futuras.
Al mismo tiempo, mantendremos
la mente y el corazón abiertos ante sus características, entre las que se
encuentra también una libertad que permite cambios sorprendentes.
Porque el otro, como yo mismo,
no está encadenado a su pasado, ni a sus características actuales. Tiene una
libertad que le permite, por desgracia, dejar el buen camino; una libertad que
también, gracias a Dios, le abre a dejar lo malo y a escoger el bien, la verdad
y la justicia.
El misterio del otro es, en
cierta manera, el misterio de mi propia existencia. Porque el otro y porque yo
mismo estamos siempre abiertos a diversas opciones, tenemos ante nosotros
continuas invitaciones al mal o al bien.
Por eso, he de pedir a Dios
que me ilumine, para no encasillar a nadie, y que me ayude a reconocer, en el
misterio del otro y de mi propia vida, invitaciones al amor y la belleza que me
permiten avanzar hacia una vida plena y auténticamente feliz.