Cae un alfiler
P. Fernando Pascual
15-2-2023
La esposa se levanta. Cae un
alfiler. No lo encuentra. Llega el esposo. Se agacha para buscarlo. Inicia,
bruscamente, un fuerte dolor de espalda.
La escena, en su sencillez,
parece irrelevante. Pero luego empiezan las reacciones. El esposo se enfada.
Grita. La esposa se impacienta y sale de casa. Ha iniciado un conflicto
familiar.
Podemos imaginar la escena en
una familia modesta o en una familia acomodada. O quizá la esposa trabaja en un
importante cargo del gobierno, y el conflicto de ese día influirá, quizá de
modo inconsciente, en las decisiones que se tomen en esa semana y que afectarán
a miles de ciudadanos.
En el complejo camino de la
historia humana, miles de acontecimientos se explican desde acontecimientos “importantes”,
mientras que otros surgen desde hechos que parecen irrelevantes, pero que no
dejan de influir.
Quienes intentan comprender
los hechos, buscan explicaciones visibles y documentadas. Nadie (o casi nadie)
reconocerá que la caída de un alfiler pueda tener relevancia en ciertas
decisiones de quien trabaja en el gobierno.
Por ello resulta casi
imposible llegar a comprender la realidad humana en toda su complejidad. Una
indigestión, un cambio en la presión atmosférica, un error al realizar una suma
en las cuentas, tienen un peso en los acontecimientos que permanece escondido
ante los ojos de los historiadores más perspicaces.
A pesar de lo anterior,
buscamos entender el motivo de ciertas decisiones y los condicionamientos
psíquicos y coyunturales que están detrás de tantos comportamientos humanos.
En algunas ocasiones, será
posible descubrir que el problema inició por culpa de la simple caída de un
alfiler. Lo cual nos recuerda que el gran misterio de la vida humana está
tejido por miles de hechos, algunos casi insignificantes, que tejen, momento a
momento, una historia que muchas veces parece incomprensible, pero que algún
día podremos comprender en su sentido pleno.