Ayudar en las tareas de casa
P. Fernando Pascual
22-12-2022
En familia surgen tensiones y
conflictos cuando unos acusan a otros por no ayudar en las tareas de casa.
Los primeros sienten que
siempre tienen que encargarse de limpiar la ropa, de cocinar, de poner orden en
el salón de estar, de asear los baños.
Los segundos tal vez no
colaboran de modo equitativo, porque tienen excusas más o menos “válidas”, o
simplemente porque no perciben que los otros llevan casi todo el peso de las
tareas familiares.
Para una sana convivencia
resulta fundamental tener un corazón sensible para ver en qué maneras cada uno
puede colaborar en las tareas de casa, y cómo se sienten los demás ante esas
mismas tareas.
Es triste que en la familia
algún miembro se encierre en sus intereses, viva en una burbuja de actividades,
esperamos que útiles, sin percibir que en casa hay muchos quehaceres que
requieren la colaboración de todos.
En cambio, causa alegría
encontrar que el padre o la madre, uno o varios de los hijos, están siempre
disponibles a ayudar, se ofrecen para ir al mercado a comprar la comida de los
próximos días, tienen iniciativa a la hora de desempolvar estantes o poner
orden en la ropa limpia.
Habrá ocasiones en que uno se
vea obligado a invertir más tiempo en el trabajo, en el estudio, o en
compromisos urgentes que no permitan colaborar como sería adecuado.
En esas ocasiones, el cariño
en familia hace fácil explicar la situación y encontrar apoyo en los demás,
porque si todos desean colaborar, la “retirada” de uno no significará un peso
extraordinario para los demás.
En el camino ordinario de la
vida familiar, y en las ocasiones especiales de una fiesta que implica mayores
esfuerzos, será siempre de ayuda que cada uno tenga un corazón generoso y
abierto para percibir en qué manera puede ponerse al servicio de otros.
Entonces en la casa se hará
presente una hermosa experiencia de amor familiar, que implica vivir el mandato
de Cristo a sus discípulos: dar la vida unos por otros (cf. Jn
15,12-13), también en cosas tan sencillas y ordinarias como las tareas
domésticas.