Abiertos a ser virtuosos
P. Fernando Pascual
2-7-2022
El ser humano está abierto a
muchas opciones, buenas o malas. Puede ayudar a otros o ser egoísta. Puede
cuidar la salud o ponerla en peligro. Puede ser honesto en el trabajo o entrar
en el mundo de la corrupción.
Platón y Aristóteles ya habían
reconocido está apertura humana a opciones diferentes. Esas opciones luego se
concretan, casi se cristalizan, en dos modos diferentes de vivir: uno virtuoso
y otro vicioso.
En efecto, cada acción que
realizamos configura nuestro modo de vivir, modela nuestras emociones, orienta
los pensamientos, se plasma en los círculos del cerebro y en los recuerdos del
alma.
Por eso, a la hora de acometer
cualquier actividad, necesitamos tomar conciencia de que lo que hagamos, o lo
que dejemos de hacer, nos está configurando, nos acerca o nos aleja de la
virtud.
Cuando hablamos de virtud,
como han explicado diversos estudiosos del mundo antiguo, nos referimos a ese
modo de configurar nuestras disposiciones de forma que resulte más fácil
realizarnos plenamente como seres humanos, en los distintos ámbitos de nuestra
existencia.
Ello implica asumir
responsablemente la tarea de ayudar a los niños, desde pequeños, a sentir
simpatía y gusto por hacer lo bueno, y desagrado y pena ante las malas
acciones.
También los adultos tenemos
esa misma responsabilidad, porque, como la experiencia nos recuerda
continuamente, hay quienes han recibido una buena orientación inicial pero
luego se apartan de la virtud para acoger en su existencia vicios dañinos.
Vivir abiertos a ser virtuosos
se convierte, por lo tanto, en una tarea de cada uno, que se concreta en la
manera de comer a mediodía, cuando se responde un mensaje de WhatsApp, mientras
escogemos ante la pantalla un programa adictivo o una página que me enriquece
cultural y humanamente.
Si escojo buenas opciones,
será más fácil orientarme hacia virtudes, con las cuales será posible repetir
acciones buenas que me hacen mejor persona, y ayudar a los que viven cerca o
lejos a través de mi deseo de ser justo, solidario, y realmente honesto.