Decisiones orientadas a
mejoras
P. Fernando Pascual
7-5-2022
Las decisiones que tomamos
tienen un horizonte sumamente importante: mejorar la situación de uno mismo, de
la familia, del trabajo, de la sociedad.
Esto vale para lo más
sencillo: decido ordenar el armario porque así encontraré fácilmente vestidos y
aparatos, y sentiré cierto gusto por ese resultado.
Vale también para asuntos más
importantes: decido hablar con el jefe porque el ambiente de trabajo es
insostenible, y necesitamos cambiar a fondo la organización adoptada hasta ese
momento.
Desde luego, decir que las
decisiones buscan mejoras implica suponer un cierto conocimiento del futuro: lo
que ahora hagamos modificará (así lo esperamos) lo que tengamos y
experimentemos en los próximos días.
Por eso, antes de decidir,
solemos pensar si un arreglo en la cocina, si la compra de un nuevo armario, si
un cambio en la dieta, serán o no serán de ayuda para alcanzar mejoras que
consideramos más o menos importantes.
Lo que se refiere a objetos electrónicos,
a los colores de la ropa, al encalado de la pared, tiene su importancia, pues
algo tan sencillo como el modo de vestir o de comer puede mejorar nuestra
calidad de vida.
Pero resulta también
importante tomar decisiones que busquen mejorar nuestro corazón, para apartarlo
del egoísmo y para orientarlo a una mayor generosidad que nos permita amar a
Dios y a quienes conocemos.
Hay muchas mejoras posibles en
el horizonte de nuestro futuro. Con la mirada puesta en ese mañana que deseamos
un poco más sereno y más bello, hoy podremos tomar decisiones que serán buenas
si surgen del amor y nos abren a la esperanza.