Afirmaciones sin fundamento
P. Fernando Pascual
8-4-2022
Es fácil hablar del clima sin
saber meteorología. O hablar de economía sin conocer nociones básicas sobre el
mercado. O discutir de política sin acceder a lo que realmente planean los diferentes
líderes públicos.
Es fácil hablar sobre tantos
temas poco conocidos porque existe un deseo de dar la propia opinión, de
expresar sentimientos ante lo que dice la prensa o propone un amigo, de
manifestar las preferencias personales.
Pero cuando uno formula
afirmaciones sin fundamento corre el grave riesgo de equivocarse y, en
ocasiones, de hacer que otros también se equivoquen.
Por eso, conservan su valor
tantos consejos del pasado y del presente que invitan a guardar silencio antes
de hablar sin bases sólidas, a evitar juicios apresurados que muchas veces
llevan al error.
No resulta fácil adoptar un
silencio fecundo, porque el mundo nos ha habituado a escuchar a personas sin
competencia que hablan de medicina, de biología, de astronomía, con una extraña
seguridad que sorprende cuando incurren en equivocaciones que pueden ser
descomunales.
Una persona verdaderamente
prudente adopta la actitud del investigador, que rastrea una y otra vez dónde
puede encontrar libros, artículos, vídeos y otros materiales que tengan
garantía de cientificidad y que permitan avanzar a un mejor conocimiento de
asuntos de interés.
Solo con la prudencia es
posible alejarse de afirmaciones sin fundamento, que confunden y engañan
inútilmente. Entonces caminamos con una mente y un corazón abiertos a todo lo
que de verdadero pueda llegarnos de quienes, a través de un trabajo serio, nos
ayudan a comprender un poco tantos asuntos que merecen nuestra atención.