Preocuparnos por la vida
terrestre
P. Fernando Pascual
22-1-2022
Hay teorías y discusiones
sobre la posibilidad de que exista vida fuera del planeta tierra, en este
universo que sorprende por sus dimensiones casi infinitas.
El tema tiene su interés, pues
como seres humanos deseamos conocer mejor el mundo en el que vivimos. Pero
resulta mucho más importante preocuparnos por la vida terrestre.
Porque sería extraño invertir
tiempo, incluso dinero y esfuerzos científicos de altísimo nivel, para intentar
descubrir si haya formas de vida en el universo, mientras millones de seres
humanos tienen hambre, carecen de acceso al agua potable, no pueden ser
atendidos adecuadamente en sus enfermedades.
Sin dejar de lado el sano
deseo de conocer que nos caracteriza como seres inteligentes, hay que orientar
la mente, el corazón y las manos hacia todo aquello que permita mejorar la
situación de quienes viven cerca o lejos de nosotros.
En nuestro planeta la “cantidad”
de sufrimiento es casi incontable, y podría encontrar alivio y remedios
concretos cuando ingenieros, investigadores, farmacéuticos, economistas,
universitarios, y tantas personas con medios y competencia, concentrasen la
atención en mejorar las condiciones de vida de los más necesitados.
Quizá entonces habría menos
satélites que busquen escuchar “voces” (si existen) que lleguen de otros
planetas, o menos telescopios espaciales costosísimos que ofrecen magníficas
imágenes de las galaxias más lejanas.
Pero invertir menos en esos
proyectos no será una pérdida lamentable si con lo mucho ahorrado se sustenta
el trabajo de hombres y mujeres muy bien preparados para lograr una mejora
solidaria en favor de quienes caminan junto a nosotros en la existencia
terrestre hacia la patria donde nos espera un Dios que es amante de la vida
(cf. Sb 11,26).