Las ideas de cada día
P. Fernando Pascual
30-12-2021
Desde que empezamos a tomar
conciencia al despertarnos, hasta que la perdemos después de acostarnos,
nuestra mente piensa continuamente con ideas.
Desde esas ideas, llegamos a
convicciones mejores o peores, hacemos afirmaciones exactas, imprecisas o
erróneas, tomamos decisiones que pueden ser de ayuda o pueden provocar daños.
Quizá alguno piense que las
ideas no tienen importancia, porque lo que realmente cuenta es la vida, es la
voluntad, es el mundo afectivo que cada uno tiene.
Afirmar lo anterior, aunque
parezca paradójico, es posible porque uno está usando ideas como “importancia”,
“vida”, “voluntad”, “mundo afectivo”.
Por eso es tan importante
reflexionar con frecuencia sobre las ideas que tenemos y sobre el modo de “usarlas”,
especialmente a la hora de tomar decisiones.
Es cierto que numerosos hechos
influyen sobre nosotros, crean emociones más o menos intensas, generan
sentimientos, todo lo cual nos lleva a cambiar de opinión o a afianzarla con
nuevas perspectivas.
Pero esos hechos no impiden
que pensemos cada día desde ideas y con ideas, y que luego esas mismas ideas
provoquen otros sentimientos y nos empujen a realizar o no realizar ciertas
acciones.
Con buenas lecturas, a través
del diálogo con personas prudentes y sensatas, podremos afinar nuestras ideas y
ordenarlas de modo adecuado. Lo necesitamos, sobre todo porque no queremos que
una existencia tan valiosa como la nuestra termine prisionera de ideas erróneas
y dañinas.
Cuando emprendemos un camino
serio de reflexión y examen, según la famosa enseñanza de Sócrates en la “Apología”,
mejoramos nuestro modo de pensar, y sabemos hacer un uso inteligente y justo de
las diversas ideas que llegan a nuestra mente cada día.