Hacer el mal para alcanzar algo bueno

P. Fernando Pascual

15-11-2021

 

Existe una amenaza constante a la hora de tomar decisiones: la de escoger algo malo para conseguir algo bueno. Eso ocurre a nivel personal y de grupo, en lo pequeño y en lo grande.

 

Así, uno miente para lograr una mejora en su salario. Otro roba con la excusa de que todos lo hacen y que necesita comprar ese aparato para mejorar la situación en familia.

 

A nivel de grupo, hay gobiernos que, en nombre de la justicia, o de la salud, o de la economía, quitan libertades, encarcelan a inocentes, aprueban leyes que permiten despidos arbitrarios.

 

También resulta posible que, en ámbitos como Internet, se impongan sistemas de censura con la excusa de evitar la difusión de mentiras (de “fake news”), sistemas que son injustos cuando impiden el ejercicio de la sana libertad de expresión.

 

No resulta fácil vencer esa constante tentación de escoger un camino fácil, rápido, para alcanzar objetivos considerados como buenos a través del uso de medios claramente malos.

 

Pero sí resulta siempre posible promover una educación ética que permita a las personas, especialmente a quienes tienen algún tipo de autoridad, aprender a amar lo justo y lo bueno, al mismo tiempo que rechazan cualquier tipo de “atajos” que impliquen lograr metas positivas a través de métodos inmorales.

 

El mundo ha sufrido ya mucho en el pasado, y sufre en muchos lugares en el presente, por decisiones dañinas tomadas con la excusa de promover cosas buenas.

 

No podemos olvidar cómo se ha llegado a perversiones gigantescas, como la de construir cámaras de muerte o campos de exterminio, mientras la propaganda hablaba de progreso, de justicia, o de bienestar colectivo.

 

Los millones de inocentes aplastados por opresores cínicos, que ponían en marcha proyectos liberticidas con la excusa de tutelar la salud pública, de defender a los pobres, de mejorar la producción, o de garantizar el libre mercado, merecen ser defendidos por todos aquellos que aman la justicia y el auténtico bien humano.

 

Solo lograremos una mejora auténtica en la vida de las personas y de los pueblos cuando apliquemos el criterio básico para cualquier decisión humana buena: la que escoge solamente lo que sea justo y eficaz para alcanzar cualquier objetivo orientado a promover la dignidad humana.