Necesitamos héroes
P. Fernando Pascual
2-10-2021
Un héroe pone en riesgo todo,
incluso su propia vida, por defender un valor bueno, por salvar a un inocente,
por levantar la bandera de la justicia, por resistir a un tirano, por proteger
a los desamparados.
El mundo siempre ha necesitado
héroes. Frente a leyes injustas, frente a la prepotencia de personas sin
escrúpulos, frente a los abusos de gobernantes ambiciosos, frente a tentaciones
que buscan apartar del propio deber.
El heroísmo inicia en lo
pequeño, por ejemplo, al luchar contra un gusto deshonesto, contra la
posibilidad de callar frente a quien divulga una calumnia aparentemente
inofensiva, contra ese miedo que paraliza a tantos al escuchar mentiras que
deben ser desenmascaradas.
El heroísmo llega a lo grande:
a arriesgarse contra el tirano, a desobedecer leyes injustas, a defender la
vida de hijos antes del nacimiento frente a quienes buscan abortarlos, a luchar
contra medidas que ahogan la libertad con pretextos engañosos.
Por desgracia, a veces
sentimos que faltan héroes, sobre todo cuando la fuerza del mal permite a
policías arrestar injustamente a inocentes, o cuando jueces prefieren defender
a los poderosos en detrimento de los débiles.
Sin embargo, no podemos
quedarnos con los brazos cruzados, como quien espera que otros asuman los
riesgos para defender tesoros como la verdad, la justicia, la vida.
Hay que descubrir, en el
propio corazón, esas energías que Dios ha puesto en cada uno, hasta llegar a
estar dispuestos a gestos decididos que impidan el avance del mal y abran
espacios a la justicia.
No siempre el héroe consigue
vencer. Muchos han sucumbido ante fuerzas malignas, externas o, por desgracia,
también internas: la mayor derrota es la de quien empezó a luchar contra el mal
y dejó ahogar sus buenos deseos entre miedos y egoísmos.
Pero cuando un héroe, apoyado
en Dios y rodeado de hombres y mujeres honestos, logra alzar su voz y sus manos
contra quienes buscan ahogar lo bueno y noble, el mundo empieza a brillar de un
modo diferente: ha sido dado un paso generoso y valiente que permita abrir
horizontes de esperanza.