Una misma noticia y reacciones
diferentes
P. Fernando Pascual
3-7-2021
Para algunos, casi parece
obligatorio ver cómo una misma noticia es tratada de modo diferente en un
periódico y en otro. O, también, cómo una información la recogen ciertos medios
y la silencian otros.
Así, si un grupo de
manifestantes agrede a la gente de modo arbitrario, lo ocurrido saldrá en
medios informativos de ideas diferentes a los manifestantes, y no saldrá, o
saldrá de modo suavizado, en otros medios informativos con ideas cercanas a
esos manifestantes.
En ocasiones, lo que sería una
noticia publicable por la mayoría de los noticieros y periódicos, recibe más
atención en unos, poca en otros, y nula en varios más.
Además, los comentarios sobre
las noticias suelen coincidir en muchos medios, que simplemente se limitan a
repetir lo que dicen las grandes agencias informativas, mientras que en otros casos, resultan completamente diferentes según
quién pública y qué piensa sobre ciertos temas.
Es plenamente comprensible que
un periodista que defiende unas ideas oriente su atención a los temas que le
resultan de interés y deje de lado otros temas. Lo que parece extraño, incluso
incorrecto, es solo dar relieve a lo que apoya a la propia causa, y silenciar o
manipular lo que podría perjudicarla.
En el mundo se producen miles
de hechos, muchos de los cuales ignorados casi por
completo por grandes canales de televisión, por periódicos famosos, por otros
importantes agentes de opinión. Otros hechos, en cambio, reciben una atención
continua, en ocasiones excesiva, para promover, de modo más o menos implícito,
ciertas ideas, o para denigrar las contrarias.
Ello crea un fuerte problema
de ética periodística, y puede tener como resultado el que la gente viva en
burbujas que no permiten entender la realidad en muchos aspectos importantes de
la misma.
Si, además, se promueven
continuamente cierto tipo de comentarios, y se llega a marginar o censurar
otros que resulten incómodos para ciertos grupos de poder, nos encontraríamos
en una situación peligrosa en la que manipulaciones y ocultamientos de hechos
llevaría al engaño de millones de seres humanos.
¿Es posible superar estos
peligros? ¿Es posible abrir canales de información que tengan una mirada más
integradora y una perspectiva menos dañada por manipulaciones engañosas?
Puede parecer difícil, pero
cada vez que hombres o mujeres que trabajan en el mundo de la información
adoptan, como parte de su ética profesional, un compromiso sincero por la
verdad, será posible que toda información importante sea difundida de modo
adecuado, y que se comenten sus implicaciones con una mirada libre de
prejuicios, capaz de ayudar a la gente a comprender un poco mejor qué está
pasando en el mundo en el que vivimos.