Un especialista naufraga en
Wikipedia
P. Fernando Pascual
8-5-2021
Había una vez un especialista
que había leído buena parte de los mejores libros sobre un tema histórico.
Le comentaron que en Wikipedia
tal tema tenía una voz. Fue a visitarla. Se encontró en ella una mezcla
compleja de artículos de prensa, libros divulgativos, incluso citas de fuentes
originales sacadas de contexto.
Ni corto ni perezoso, quiso
mejorar aquella voz. Hizo su inscripción como usuario, y empezó a editar.
En pocas horas notó que sus
cambios habían sido eliminados. Quedó sorprendido por el hecho, y volvió de
nuevo a modificar aquella voz para mejorarla.
No había remedio: sus cambios
eran revertidos una y otra vez, con argumentos y explicaciones que le dejaban
perplejo.
Si quitaba un dato equivocado
que se apoyaba en artículos de prensa claramente erróneos, le respondían que
ese dato estaba apoyado en una fuente, y que no se podía quitar.
Si añadía un dato sobre la
población que era archisabido por los especialistas, se lo borraban porque no
había citado ninguna fuente.
Si matizaba una alabanza a un
gobernante que, en realidad, tuvo una pésima gestión, eliminaban su matización
porque sería un “punto de vista”, algo no permitido en Wikipedia.
El especialista se sentía extraño
en el modo de trabajar de aquellos wikipedistas. Abrió, en la página de
discusión, un argumento para defender sus cambios, que además estaban apoyados
por su competencia en el tema.
Aquello fue un grave error:
varios le respondieron que en Wikipedia nadie es más importante que otros. Lo
único que importa es colaborar con otros y respetar las reglas.
Nuestro especialista quedó
pensativo: “¿De qué sirve respetar las reglas si algunos, a través de las
mismas, ponen datos equivocados, juicios erróneos, distorsiones históricas?”
Puso eso en la página de
discusión, y le llovieron críticas nada agradables: que despreciaba a los
demás, que incurría en presunción de títulos como si fueran garantía de una
superioridad sobre los otros, incluso le avisaron de faltar a la etiqueta.
El colmo llegó cuando otro
wikipedista le acusó de haber borrado más de tres veces lo que con tanto
esfuerzo había sido plasmado en la voz con un consenso. Nuestro especialista
reaccionó con firmeza, porque solo había borrado una vez (no tres) ese texto
que tenía bastantes imprecisiones.
Pidió, incluso, una
rectificación por parte de quien le había acusado falsamente. El otro respondió
que no se hiciese víctima, que hablase sobre la voz, que dejase de
defenderse...
Al final, llegó un
bibliotecario, que no conocía bien la situación, para ver qué pasaba. Acusó a
nuestro especialista de provocar a los demás, de buscar ser impositivo, de
borrar lo avalado por fuentes verificables, y lo bloqueó por tres días...
Nuestro especialista recordó
una frase del Evangelio: llega la hora de sacudirse el polvo de los zapatos y
dejar de ofrecer los propios conocimientos en aquella página donde se producían
reacciones tan extrañas y se ofrecían a los visitantes informaciones
distorsionadas o imprecisas.
Aquel hombre había naufragado
en Wikipedia. Pero con un poco de sentido común, tuvo la sensatez para cerrar
su cuenta y orientar su tiempo a lecturas e investigaciones con las que, de
verdad, podría seguir ayudando a otros a una mejor comprensión de nuestra
historia.