COMENTARIOS
AL EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO
DÉCIMO SEGUNDO: 6
Padre
Arnaldo Bazán
"Entonces
le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo
hablaba y veía. Y toda la gente atónita decía: “¿No será éste el Hijo de
David?” Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: “Este no
expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe
de los demonios” (12.22-24).
En
un número anterior comentábamos las palabras de Jesús en las que alaba al Padre
por haber revelado su salvación a los humildes y sencillos y ocultársela a los
sabios y soberbios.
Estos versículos de
ahora nos dan un ejemplo claro de la diferencia entre unos y otros.
La gente sencilla, esa
que estaba dedicada al trabajo y que apenas había tenido la oportunidad para
aprender a leer y escribir (sólo una ínfima minoría lo hacía) y de aprender
muchas cosas, sí entendía las enseñanzas de Jesús, o al menos se maravillaba de
los prodigios que obraba.
Los fariseos eran de los
otros. Esos podían ver milagros, podían oír de boca de Jesús la verdadera
Palabra de la Verdad, que no se conmovían. Y habían construido en sus cabezas
un dios hecho a su medida, creyéndose y hasta ufanándose de que eran las personas
más religiosas que se podían encontrar en el mundo.
A Jesús lo consideraban
un grave peligro, pues la gente lo oía con gusto y se admiraba de su doctrina.
Si todos se fuesen detrás de El, los fariseos y otros
como ellos, habían perdido la influencia que ejercían en el pueblo y hubiese
sido su ruina.
Claro que tenían que
desprestigiarlo, acusándolo de todo lo imaginable, hasta llegar a este sarcarmo de decir que era por virtud de Satanás, y no de
Dios, que echaba demonios. Ya se encargará Jesús de retorcerles su falaz
argumento.
Los discípulos de Jesús
han conocido también, a través de los siglos, cómo los enemigos, incluso
aquellos que se autodenominan cristianos, tratan por todos los medios de usar
cualquier argumento mentiroso para arrebatarle a la Iglesia sus fieles.
De la Iglesia se ha
dicho y se dice de todo. Se han fabricado todo un entramado de mentiras para
acusarla, a Ella, sus ministros y fieles, de todo lo imaginable. Ser
anti-católico es una gloria para muchos. Pero recordemos que Jesús dijo a
Saulo, perseguidor de los cristianos, que era a El a
quien estaba persiguiendo (ver Hechos 9,5).
La palabra aramea Beelzebul significa “dios del estiércol”. Con el tiempo esta palabra fue usada para señalar al “príncipe de los demonios”. Ya podemos imaginar la tremenda ofensa que suponía decirle a Jesús que su poder de echar demonios era debido a su alianza con los mismos demonios. Algo inaudito que demuestra el odio que los fariseos tenían a Jesús.