COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO

CAPÍTULO NOVENO: 6

Padre Arnaldo Bazán

"Cuando se marchaba de allí, vio Jesús a un hombre que se llamaba Mateo, sentado en la oficina de impuestos, y le dijo: -"Sígueme"(Mateo 9,9).

Hasta entonces Jesús había llamado a seguirle de esa manera tan especial, es decir, como apóstoles suyos, a un grupo de pescadores o gente de clase social más bien pobre.

Ahora se dirige a un hombre pudiente, tenido, además, por pecador público.

Se trataba de un “recaudador de impuestos”, uno que trabajaba para los odiados invasores romanos. Los que se dedicaban a este menester eran mal vistos por el pueblo, pues tenían fama de exigir mucho más de lo normal, ya que el Imperio se contentaba con lo pactado, sin importarle lo que ellos realmente cobraban.

Dejar unas redes y una barca, y sobre todo el oficio que siempre habían desempeñado junto a padres, hermanos o amigos, fue realmente una decisión difícil. Pero a Mateo, llamado también Leví, aquella invitación representaba renunciar a un negocio redondo, a una empresa que le permitía ganar muchísimo dinero.

Pero es él mismo quien nos da su testimonio, pues a renglón seguido dirá: El se levantó y lo siguió.

¡Qué poder tan maravilloso para convencer a la gente! Esta vez no le pasó a Jesús como con aquel joven rico, que se negó a renunciar a lo que tenía (Mateo 19, 16-22).

Es posible que ya Mateo conociera algo de él, o ya fuera su simpatizante. Pero también lo es que Mateo sintiera algo muy especial al oír el llamado, algo así como una oferta a la que no se puede decir que no, y como buen negociante, la aceptó enseguida.

Y de eso nunca tendría que arrepentirse, aun cuando el seguimiento de Cristo le ocasionase no sólo la pérdida de su negocio y quizás parte de lo que ya tenía, sino que, además, tuvo que sufrir, como los demás, persecuciones y martirio.

Hoy nadie sabe qué pasó con el joven rico que rehusó seguir a Jesús que lo invitaba. Lo que sí sabemos es que Mateo se cuenta entre el número de aquellos que hoy están muy cerca de su Maestro, gozando en el Reino de su Señor.

Su evangelio es un regalo para todos nosotros, que por él podemos conocer muchos pormenores de la vida y enseñanza de Jesús. Un testimonio de amor y conversión.