COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO
OCTAVO: 3
"Cuando bajó del
monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre"(8,1).
Padre Arnaldo Bazán
“Al
entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: “Señor, mi
criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos”(8,5-6).
Mateo y Lucas, narran esta historia
del centurión que pidió a Jesús, sea por sí mismo o a través de otros (Lucas
7,2-10), que curase a un siervo al que quería mucho, y que estaba gravemente
enfermo.
La aparición de este centurión nos
recuerda la presencia, nada agradable para los judíos, de las legiones romanas
en suelo judío.
Ya antes ese pueblo había sufrido
varias invasiones y soportado el peso de estar sometido a imperios poderosos.
Los romanos, antes de ser
propiamente un imperio, comenzaron a expandirse por todas partes, y en el año
63 a,C, sus legiones, al
mando del general Pompeyo, conquistaron Jerusalén. Al marcharse dejó al frente
a Hircano II, como sumo pontífice y etnarca. Pero
éste no pudo sostenerse por mucho tiempo, dando lugar a un tal Antípater, hombre ambicioso que, aunque no judío, logró
ganarse el favor, primero de Pompeyo y luego de Julio César.
Este Antípater
era el padre de Herodes el Grande, que reinaba en Judea con el título de rey,
aunque bajo la autoridad romana. De modo que al nacer Jesús ésta era la
situación del pueblo judío.
Aunque gobernado por el hijo de Antípater, quien para congraciarse con los judíos
reconstruyó el templo de Jerusalén, el pueblo sabía que los verdaderos amos
eran los romanos, pues veían por todas partes la presencia de las tropas del
Imperio.
Cuando Jesús comenzó su vida
pública, quien realmente gobernaba era un procurador, Poncio Pilato, pues a la
muerte de Herodes el Grande, sus hijos no recibieron de Roma sino una pequeña
parte del poder que tuvo su padre.
Uno de éstos, llamado Herodes Antipas, era tetrarca en la región de Galilea, a la que
pertenecía Cafarnaúm. Es muy probable que el centurión que aparece en este
versículo perteneciera al ejército del tetrarca, aunque seguramente era un
pagano, quizás romano, pero no oficial perteneciente a una legión.
Un centurión comandaba una compañía
de unos cien soldados.
Hay otro centurión que aparece
junto a la cruz de Jesús, y que estaba al frente de la cohorte enviada para
custodiar a los ajusticiados, que sí pertenecía al ejército romano. El más
famoso de los centuriones en el Nuevo Testamento lo fue Cornelio, quien se
convirtió al cristianismo, como nos narra el libro de los Hechos en el capítulo
10. Fue Pedro quien lo evangelizó y lo bautizó junto a toda su familia.