COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO

CAPÍTULO QUINTO: 17

Padre Arnaldo Bazan

 

 

"También se dijo: "El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio"(5,31-32).

Leemos en Deuteronomio 21,1-4: "Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá en su mano y la despedirá de su casa. Si después de salir y marcharse de casa de éste, se casa con otro hombre, y luego este otro hombre le cobra aversión, le redacta un libelo de repudio, lo pone en su mano y la despide de su casa (o bien, si llega a morir este otro hombre que se ha casado con ella), el primer marido que la repudió no podrá volver a tomarla por esposa después de haberse hecho ella impura. Pues sería una abominación a los ojos de Yahveh, y tú no debes hacer pecar a la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia".

Hoy pensaríamos que la ley de Moisés se la puso muy fácil a los hombres, pues, aparte de poder repudiar a su mujer por cualquier motivo, no era posible a la mujer usar del mismo derecho.

Ciertamente hay en el Antiguo Testamento un marcado acento machista, quizás por el influjo que otros pueblos ejercían en los judíos en cuestiones morales.

El mismo Jesús se encargará de contestar la pregunta de por qué Moisés permitió esto, al decir: “Moisés, teniendo en cuenta la dureza de su corazón, les permitió repudiar a sus mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, les digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio” (Mateo 19,8-9).

Se ve que cuando uno tiene en su corazón una especie de muro dificil de superar, no es posible que entienda lo que más le conviene.

El machismo ha traído muchos males a la sociedad, pues aparte de impedir que la mujer se realizase como persona, impidió que se cumpliera totalmente el precepto que Dios da a la pareja humana, desde el principio, como leemos en Génesis 1,28.

El poco aprecio que muchos tienen por el matrimonio se debe al egoísmo. No quieren compromisos en su vida. Buscan a la mujer solo como un objeto de placer.

En la sociedad judía no era común permanecer solteros, pero con la posibilidad de dar repudio, la mujer se convirtió en lo mismo. Solo el hombre podía tomar decisiones. La mujer fue arrinconada. Por eso Jesús sale en auxilio de la mujer para recordar que, desde el principio, Dios creó el matrimonio indisoluble, para bien de ambos.

Padre Arnaldo Bazan