COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN
MATEO
CAPÍTULO
QUINTO: 9
Padre Arnaldo
Bazán
Si bien la salvación nos viene por
pura gracia de Dios, ya que, porque nos ama, nos envió a su Hijo para que fuera
nuestro Redentor, las palabras de Jesús nos aclaran que tenemos, si queremos
salvarnos, cumplir primero con nuestra obligación de alumbrar el mundo con
nuestras obras.
De los primeros cristianos se dice
que eran admirados por los paganos precisamente por la forma en que se amaban.
Cuando hacemos una obra buena es
como si estuviéramos encendiendo una luz. Podemos decir bellas frases acerca de
Dios, pero si lo que hablamos no va acompañado con el testimonio de nuestra
vida, esas palabras no van a convencer a nadie.
Los que nos llamamos cristianos
hemos alejado con nuestras malas acciones a muchos, que quizás, si hubieran
visto en nosotros un constante ejemplo de una vida sin tacha, habrían cambiado
su vida convirtiéndose en discípulos de Jesús.
Pero, por el contrario, cuando ven
que, a pesar de lo que decimos, somos egoístas, hipócritas, pendencieros,
ambiciosos y lujuriosos, el mal ejemplo tiene mucho más fuerza y les hacemos
pensar que ser cristianos no vale realmente la pena. ¿Para qué convertirse?
Cristo tiene que ser para nosotros
el modelo supremo en nuestra vida. Ser cristianos es, sobre todo, ser
imitadores de Cristo.
El pasó su vida haciendo el bien,
como dijo san Pedro (Hechos 10.38).
Así todo el mundo tendría que
hablar de nosotros. Y aunque es imposible convencer a todo el mundo y menos
librarnos de las críticas de los enemigos del bien, que también los vimos
litigar y buscar la muerte de Jesús, estaríamos tocando profundamente a todos
aquellos que están abiertos a la búsqueda de Dios y la salvación.
No dejemos que otros se pierdan por
nuestra causa. Recordemos las palabras de Santiago, de que quien salva a un
pecador tiene asegurada su salvación (ver Santiago 5,19-20). Por el contrario,
si somos los causantes de la condenación de otros, también seremos condenados
por haber sido motivos de escandalo y pecado, y no de
salvación.