Voz del Papa
Un sueño revelador
José Martínez Colín
1) Para saber
En
ocasiones los sueños pueden significar algo más que una fantasía. Eso le
sucedió a San Jerónimo cuando era joven. Sucede que era muy aficionado a la
lectura de grandes escritores profanos en latín especialmente de Cicerón,
aunque también admiraba a Virgilio y Plauto. Eso hacía que los escritos de la Biblia
en latín no le atrajeran. Pero en una ocasión recibió una gracia especial. Jerónimo
soñó que era transportado al tribunal de Dios, que le preguntó con gran
severidad quién era. Jerónimo respondió: “Soy cristiano”. Pero el soberano juez
le replicó: “Mientes. Tú no eres cristiano, eres ciceroniano, porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón”, y
enseguida dio una orden para que lo azotasen. El mismo santo escribía después a
su amigo Eustoquio: “Comprendí muy bien al despertar que aquello había sido más
que un sueño, pues aún llevaba marcadas en mis espaldas los golpes del látigo
que había recibido. Desde aquellas fechas comencé a leer las Santas Escrituras
con más entusiasmo que el que había puesto en la lectura de autores profanos”.
El
30 de septiembre la Iglesia conmemora a San Jerónimo. Este año se conmemoró el 16º
Centenario de la muerte de este santo. Con ese motivo el Papa Francisco
escribió la Carta Apostólica “Sacrae Scripturae affectus” (“Amor a la Sagrada
Escritura”) referida a san Jerónimo para fomentar el amor a la Biblia por parte
de los fieles.
En
la Carta, el Papa Francisco describe que este santo ha dejado a la Iglesia como
herencia una estima por la Sagrada Escritura, un amor vivo y suave por la
Palabra de Dios escrita. El Papa destaca su admirable figura en la historia de
la Iglesia y su gran amor por Cristo.
2) Para pensar
Juan
Jacobo Rousseau fue escritor y filósofo, entre otras ocupaciones. No se
destacaba por su fe, ni por su religiosidad. No obstante reconocía el valor de
la Sagrada Escritura como lo dejó escrito: “¿Cómo rehusar el testimonio de un
libro escrito por testigos oculares, que lo firmaron con su sangre, recibido en
depósito por otros testigos, que nunca han dejado de darlo a conocer en toda la
tierra, y por el que han muerto más mártires que letras tienen sus páginas?...
Confieso que la majestad de los Evangelios me asombra: la santidad del
Evangelio habla a mi corazón. Mirad los libros de los filósofos con toda su
pompa, ¡qué pequeños son comparados con aquél!”
El
rasgo peculiar de la figura espiritual de san Jerónimo fue su amor apasionado
por la Palabra de Dios, transmitida a la Iglesia en la Sagrada Escritura. El
Papa Francisco nos invita acudir a la Biblia recordando que es un libro escrito
bajo la inspiración del Espíritu Santo.
3) Para vivir
San
Jerónimo (340-420) se dedicó en Tierra Santa a traducir manuscritos antiguos de
sus idiomas originales —hebreo, arameo y griego— al latín, traducción conocida como la
versión Vulgata. Se convirtió en un profundo conocedor y apasionado divulgador
de la Sagrada Escritura.
Si
bien, últimamente se ha descubierto la belleza narrativa y poética de la
Biblia, san Jerónimo se dedicó a la Sagrada Escritura más que por gusto
estético, para conocer cada vez más a Cristo, porque, decía, ignorar las Escrituras
es ignorar a Cristo.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía
(Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)