El mal en nombre del bien
P. Fernando Pascual
20-9-2020
Por defender la libertad hay
quienes promueven acciones violentas y contrarias al respeto a los derechos de
inocentes.
Por defender la salud, hay
quienes promueven leyes y presiones sociales que impiden llevar una vida
realmente saludable.
Por defender la justicia, hay
quienes implementan programas estatales que suprimen derechos fundamentales y
terminan por ir en contra de la misma justicia.
Por defender el bienestar
económico, hay quienes proponen liberalizaciones salvajes que al final permiten
que grupos de poder aplasten la iniciativa privada de pequeños productores.
Por defender el respeto a las
minorías, hay quienes terminan por ir contra esas minorías al no escucharlas y
al usarlas con fines demagógicos.
Por defender la paz, hay
quienes usan la violencia y terminan por provocar tensiones sociales
insoportables.
La lista podría alargarse
mucho, pero refleja un denominador común: el uso de ideales y fines buenos como
excusa para promover males, injusticias, arbitrariedades, contra amplios grupos
de la población.
Ese denominador común tiene el
veneno que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios: pensar que, a través
de atajos, trampas, mentiras, injusticias, sea posible avanzar hacia un mundo
mejor.
Las terribles consecuencias de
ese veneno han sido mostradas en el pasado y están ante nuestros ojos en el
presente: enormes daños a millones de inocentes son el resultado de acciones y
proyectos promovidos bajo un uso manipulado de la bandera del bien.
El antídoto a ese veneno es
sencillo, aunque a veces implique heroísmo, y ya está presente en las cartas de
san Pablo: “No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien”
(Rm 12,21).
Ese es el camino que nos
muestra Dios Padre a través de la presencia de Cristo en el mundo. Ese es el
remedio para curar tantas lágrimas en millones de seres humanos, y para
promover el triunfo del bien, del amor y de la justicia verdadera.